Ver tu nombre escrito en la pantalla de mi tv me quema por dentro, me hace arder en el peor de los fuegos… tú y nuestra discusión, ese dolor que todavía hace eco eco en mi interior…
Fuiste capaz de hacerme sentir súper mal, de robarme el sueño durante 4 noches, de robarme la alegría durante 4 días…
Me dejaste tan, tan, tan ko, que ahora solo me voy acercar a ti de puntillas, obviando uno a uno todos los sentimientos que siento si te tengo cerca…
No comía, no dormía, mi nudo en el estómago era tan solo una realidad que explotaba ante mi cada día…
En esos 4 días y 4 noches, me di cuenta que de verdad me dolías, porque por más que me lo negara hasta la saciedad a mi misma, en realidad, te quería…
y un cortocircuito recorrió mi vida entera, la asquerosa sensación de poder perderte me robaba el sueño, la ilusión y hasta la respiración…
Sentía que me faltaba vida, que me sobraba día y que tan solo quería correr a tu lado, sin pensar en nada ni en nadie, más que en nosotras dos comiéndonos a besos cada día…
Y la realidad, era una puta locura, tú y tus comportamientos, yo y mis dos mil palabras y todas explotaban ante mi con la misma respuesta, no, no y mil veces no!
Nunca, jamás, en tu vida, ni en tus sueños volveremos a ser amigas… palabras que se me clavaban como mil puñales en el centro de mi corazón…
Perderte y no poder volver a tenerte ningún día a mi lado, aun me quemaba más por dentro y me imagine una vida sin ti y todo se destruía y mis lagrimas caían solas por mis mejillas…
Fueron 4 veces las que desee correr a la puerta de tu casa y pedirte todas las explicaciones posibles a tus comportamientos locos… pero no lo hice, tenía miedo de perderte del todo… me quede esperando a que cambiaras de opinión y volviéramos al punto cero…
Y tras 4 días, sucedió…
Nuestra reconciliación no fue con besos, ni con abrazos, ni con una noche de sexo infinito, no, nosotras no somos así, nos enfadamos y nos perdonamos por whats… sin mirarnos a la cara, ni ver reflejados nuestros sentimientos en una mirada…
Se te cruzó el cable para bien y tú tomaste la decisión de que me dejabas volver poco a poco a tu vida, yo lo aceleré todo con un detalle que inundó de alegría tú corazón, te di justo en el punto exacto para derretirte y que regresaras a mi, ole yo, ¡lo conseguí!