Capítulo 2:
¿Alguna vez habéis tenido alguna pareja tan tóxica que deseabais su fin, pero por alguna razón, os encantaba ver su historia? ¿Habéis sido esa clase de shippeadores que amabais la pareja y, aunque sabíais que era mal para cada parte, ustedes lo amabais lo suficiente para defender a esa pareja? ¿No? Porque yo con Frannie y Madame, estoy así.
¿Recordáis que las dejamos ya en su primer momentillo? Bueno, pues con este capítulo ya es que tenemos momentillos para rato. Ya empieza que si las miradas, que si las sonrisas con la otra. Vamos, que estas dos no pueden estar más coladas la una por la otra. Frannie se empieza a colar ya tanto que, cuando termina Madame de bañarse, ella se mete en la misma agua que utilizó Madame solo para sentirla más. Literalmente hablando. Solo tenéis que ver la escena. Saltburn se queda en nada al lado de esta.
Frannie comienza a tener una mezcla entre amor y locura por su señora. Tanto, que cuando el marido la manda a llamar, esta ve la oportunidad perfecta. Manipulando al señor haciéndole creer que él era el salvador, que él era todo lo bueno del mundo, conseguiría el objetivo que Frannie quería. En esta ocasión, acercarse y estar cerca de su mujer, Madame. Vamos, que hasta cuando la está ayudando a la misma a cambiarse de ropa, que vaya tensión sexual ya llevan las dos, esta hasta se ofrece a escribir sus memorias, para que el mundo las pueda tener su bella historia… (vamos a dejarlo ahí)
Así que las dos se ponen a ello, cuando de tanto hablar, terminan contando la historia del chico que trajo un día el marido de Madame tras esta perder el que esperaban. Sorpresa, es el mismo chico del retrato. Básicamente, aprendemos que este iba a ser literalmente el hijo que supliera la necesidad del que falleció solo para serle arrebatado de nuevo… (la gente blanca nunca cambia).
Aunque lo que aprendemos también en esta ocasión, que es lo mismo que le pasó a Frannie. Un día llegó junto a su madre a un sitio donde un matrimonio le esperaba. Sorpresa de nuevo, era Langton, el mismo con el que la vemos llegar a Inglaterra. Esta vez, con su mujer y la que, básicamente, hace lo mismo que Madame. “Salva” a la pobre criatura para terminar años después ayudando a Langton en sus experimentos con la gente del lugar. Vamos, nos muestra que lo que Frannie hizo era volverse en contra de su gente.
Esta está reconcomida por lo que hizo.
Pero volviendo con Madame, pronto descubrimos que el marido le a prohibido que escriba sus memorias. (Vamos, para matar al tío…). Así que, en la noche, se lo confiesa a Frannie que, como no, lo único que siente es pena por ella. Aunque también lo que vemos es que esta está tomando ya lo que más tarde la llevará a lo que la llevará.
Las dos tienen una pequeña charla, antes de meterse en la cama y…
¡Sorpresa! (sí, hoy el capitulo va de sorpresa) Se besan.
Ya aquí ni Madame ni leches. Las ganas se las quitan, pero, para no perder el tópico, ahora te beso y después te ignoro. Madame hace eso, con lo que a la pobre Frannie solo le queda aguantarse. Encima, teniéndola que acompañar a una reunión un poco familiar: ven a la hermana del marido de Madame. Vamos, menudo panorama.
¿Lo peor? Que en la reunión se encuentran al mismo chiquillo que una vez tuvieron como hijo todo crecido. El tipo es todo un ser respetado, en la medida que cabe, claro está y allí, no solo es el marido el que sufre, imaginaros como está la pobre Frannie cuando ve a la competencia. Porque sí, es competencia para ella.
La reunión es de lo más entretenida, vamos. Las dos se besan, pero nadie habla de ello. Frannie va a un sitio en el que vuelve a ser mirada con asco por la sociedad. Encima se tiene que enfrentar Hep, el chico que ya no es tan pequeño y que Madame necesita ver en privado y que manda a Frannie para ello. Claro, ¿qué va a hacer ella? Lo que diga Madame, claro está.
El encuentro entre los dos es lo mas. Una celosa por culpa de Hep y este que se cree que Frannie busca el subir en la escala social, cuando está totalmente equivocado y así se lo hace saber cuando nos enteramos que, entre esas cosas malas que hizo, fue la de terminar con la vida de un chico de color, pero albino. Frannie está entre la locura y desesperación. Hasta enfrenta a Langton cuando ve que está en la fiesta.
Aquí cada loco con su tema.
Por suerte, hay un momento de respiro y Frannie, en su desesperación, se lanza a hablar con Madame cuando esta nota su enfado. Frannie quiere sacar su relación a la luz, poder amarla y Madame un poco “vamos a tranquilizarnos que el siglo en el que estamos es muy jodido para ambas”. Pero claro, conociéndola a las dos, toma momento beso que nos regala la escena cuando Frannie ya pide que si no a la luz, que sea en la oscuridad. Madame se derrite y la besa, cuando el momento es interrumpida por un ruido.
Tranquilas, nadie las vio que ya me sé como va esto.
Noche y cena en la que sabemos más de Hep y la forma en la que este les encara lo engreídos que son todos. Vamos, solo hay que ver la forma en la que Madame vuelve con su esposo y Frannie a casa. Las dos sonriendo y el tipo con una cara más larga que una semana sin pan.
Con reuniones familiares así, ¿quién necesita una serie?
Vuelta a casa, tensiones o no, el capítulo termina en su culmen, por así decirlo.
Frannie se dirige a la habitación de Madame y con un intercambio rápido de miradas, al carajo mandan todo y estas dos se dedican finalmente a dar rienda suelta a su pasión, acostándose las dos juntas.
Esta serie nos da altibajos y hasta nos llama la atención por querer algo que es un poco tóxico, la verdad. Pero es que luego ves a las dos y es que….
En fin, que lo siguiente que viene… dios, eso si que va a ser interesante. ¿Me acompañáis al siguiente capítulo? Os leo.