No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes es la frase que todas hemos podido escuchar alguna vez en nuestra vida y, en el capítulo 3 de Blank The Series, bien que se aplica a Nueng.
Y es que, aunque dejábamos en el capítulo pasado a Nueng queriendo alejar de la peor forma posible a la joven Anueng, en este se da cuenta de que la echa de menos a más no poder. Hasta su hermana Sam, cuando viene a visitarla, se da cuenta de que no esperaba a su hermana pequeña, si no a otra persona más… Se ve que aquí menos la afectada, todo el mundo sabe que le gusta la chica. Pero vamos, lo mejor no es eso, es ver a Nueng intentando jugar el papel de cool y diciendo que si tanto Anueng quería ser su novia, ¿por qué abandona en el momento en el que ve un impedimento?
Como que ella no tuvo la culpa de ser una tonta con la pobre chica.
Hasta su hermana Sam se lo pone claro: tú fuiste la tonta que encima no le dijiste que con quien la vio. Osea, Sam; era la hermana pequeña y no algún tipo de pareja ni nada por el estilo. Nueng sigue queriendo hacerse la víctima hasta Sam la para, para ponerle los puntos sobre las íes.
Y es que solo hay que ver como ha dejado a la pobre Anueng. Solo tiene en la mente la disputa con ella mientras intenta recomponerse del momento. Instante en el que aparece Folk, el mismo chico que Nueng le indicó que “Cuidadito con mi chica”. Finalmente se presenta ante ella. Y, que no cunda el pánico que por primera vez, no hay intención amorosa en una historia de Girl Love; el chico solo quiere ser su amigo. Incluso viendo el primer momento en el que los dos se conocen que el chico está loco por ella, este acepta el no como respuesta.
Me encanta ese toque.
Y aunque Folk quiere ser su amigo, Anueng sabe perfectamente que les pasa a los que quieren ser sus amigos y enseguida sale corriendo ante todo aquello.
Para los que se quedaron con más ganas de GAP, esta serie no solo nos regala la historia de las Nuengs, si no que también nos llega a regalar pequeños momentos también de Sam y Mon que siguen en su luna de miel. (Sí, no son FreenBecky, pero os puedo asegurar que Ice y Marissa también nos enamoran en su papel de Sam y Mon) Porque aun con la cosa de que su hermana no le había dicho que ella y Sam solo eran hermanas, Sam le deja claro a Mon que, sea como sea, Sam es exclusivamente de Mon. (Sea el universo que sea, Sam y Mon es que son adorables).
Por suerte, todo este lio, hace recapacitar a Nueng, que intenta primero hablar por las buenas con Anueng. La llama, pero Anueng está dolida y termina hasta apagándole el teléfono a Nueng cuando esta vuelve a insistir para hablar con ella. Esta no se la va a perdonar tan fácilmente y le va a tocar sufrir por haberla tratado de esa manera. Porque, de sufrir, sufre Nueng y, sin poder dormir; solo le queda pedir perdón de la única forma que sabe: dibujándole un retrato a Anueng. No se la puede quitar de la cabeza y ni le hace falta tenerla de referencia para pintarla. Esta se ha memorizado a la chica centímetro a centímetro y la pinta de memoria.
Ahora, solo le queda lo malo: entregárselo, que es otra.
Anueng, que intenta seguir con su vida, aunque le cuesta teniendo en la mente las palabras de Nueng constantemente, intenta incluso salir con sus amigas, ser una persona normal. Sin embargo, como le pasaba con Folk, la gente tiene miedo a como la abuela de esta les va a tratar y la pobre se queda sola, aunque no por mucho tiempo.
Volviendo a casa para tomar el autobús en la misma parada de siempre, allá que está Nueng esperándola para darle el regalo.
Me encanta la escena que le sigue: Nueng intentando jugarlo como si nada pasara, Anueng que la ignora cuando la llama desde el primer momento. Ni si quiera quiere mirarla a la cara. Nueng se la tiene que currar esta vez para conseguir hacer las paces con Anueng. ¿Recordáis aquella escena en la que Sam intenta invitar a comer a Mon? Pues parece que el “te invito a comer” no es algo que las hermanas tengan en su vocabulario. Literalmente Nueng le hace comprar a Anueng su dibujo para que así pueda invitarla a comer.
La forma más rebuscada de invitar a tu crush a comer por las hermanas Khun Sam y Khun Nueng, queridas. Aunque mira, si esto les sirve, ole ellas.
Porque Anueng acepta. Solo hay que ver la sonrisilla que se le forma cuando lo hace y luego, cuando descubre que la dibujó de memoria porque Su rostro no abandonó su mente durante esos tres días…A ver, hay que admitir que romántico es un rato todo esto. A su manera, pero lo es.
Las dos por fin se ponen a hablar y aunque Nueng no admite que es su manera de reconciliarse con Anueng, por fin admite que con quien la vio aquel día era simplemente su hermana Sam y nadie más. La cara de “lo admito, pero conservando mi dignidad” que es el gran contraste de la de Anueng cuando se da cuenta de que todos los celos que había estado teniendo habían sido una tonterías. Porque aquella chica era simplemente la hermana de Nueng y nada más.
Si es que con un poco de comunicación todo se arregla.
Nueng por fin actúa un poco más con cabeza y Anueng, bueno, pues vuelve a su cometido de ser la novia de Nueng como lo hablan volviendo a casa. “Nadie es suficiente bueno para mí” le dice y todo Nueng, pero Anueng vuelve a estar decidida con lo que quiere. La chica vuelve a estar feliz de volver a tener a alguien, ya que por culpa de su abuela que es tan estricta, todo el mundo se aleja.
Porque viendo lo que viene, normal.
Y es que, cuando ambas llegan, la abuela las pilla a las dos, además del dibujo que le había hecho Nueng como muestra de arrepentimiento. La abuela, claro está, se forma un teatro ella sola, imaginándose que Nueng es algún tipo de mujer que solo se va a aprovechar de su nieta, y la despacha como si no fuera nadie. ¿lo peor? Que abusa más de su nieta, no dejándola en ningún momento. Pobre Anueng.
Hasta vive el típico momento en el que la abuela ya le dirige hasta lo que va a estudiar para ser alguien en la vida cuando Anueng asiste con la abuela a una especie de gala a las que son invitadas. Anueng vuelve a estar apagada, aunque eso dura poco cuando, aunque acompañada de Chet, Nueng aparece toda divina ella (de verdad, Faye es una diosa) en la fiesta y Anueng creo que se vuelve a enamorar más de ella, si es que eso es posible.
Ahora sí, damas, caballeros y todas aquellas personas que leen este resumen, llega la mejor escena que se monta en este capítulo.
Claro está, la reunión se produce. Primero, Anueng con su abuela, la anfitriona de la fiesta y Nueng. Por supuesto, aunque la anfitriona la reconoce por ser la estudiante modelo que fue y demás, la abuela de Nueng sigue menospreciándola… hasta que llega Chet. Como este quiere ser político, claro está, la abuela de Anueng quiere hacer contactos y le empieza a hacer la pelota, cuando hace un menosprecio a Nueng y se entera de que encima, fueron a casi a casarse llegados aquel momento.
La cara de la abuela es un poema. Anueng mientras es que más si es posible le gusta Nueng con todo lo que va descubriendo de ella.
Sin embargo, el más de lo más llega cuando a la abuela le entra un sincope cuando Sam y la abuela de las hermanas en esta ocasión, entran en acción. Claro está, pullita que le cae a Nueng, hasta el momento en el que la abuela sale a salvar a su nieta y declara que deje de menospreciarla porque es su nieta y por ende, de la realeza.
La abuela de Nueng recibe, como se dice en España, ostias como panes a mano abierta. Nueng llegó preocupada por la situación que vivió con Anueng y se ha llevado la mejor de las venganzas con aquella mujer en la gala, encima produciéndole el mejor de los momentos a Anueng que se alegra a más no poder de tenerla allí.
Sin embargo, se ve que de traumas con las abuelas va la cosa porque ahora le toca a Nueng vivir un momento con la de ella cuando esta las pilla tomadas de la mano cuando vuelven de hablar a solas. La abuela solo quiere dejar las cosas bien, que Nueng vuelva a ser parte de la familia a tiempo completo, pero Nueng solo quiere distanciarse.
Hasta se quiere ir de la fiesta cuando le toca ahora a la madre de Anueng aparecer y… ¿Quién parece que conoce a Khun Nueng? ¿Qué nos hemos perdido?
Pues lo sabremos en el siguiente episodio porque, desde luego, nos trae más emociones que nunca… y no sabéis cuanta.