Creo que ni Sonya, ni LookMhee ni Affair sabían lo locas que volverían a las sáficas cuando empezaron a grabar esta serie. La madre que les trajo a todo el grupo. Si es que este capítulo ha sido del todo menos tranquilo. ¿Y por qué lo digo? Pues te lo cuento en todo este resumen, que veréis por qué estoy así de intensa.
Empezando, ya empezamos con el momento de Cenicienta de Pleng. La pobre muchacha pasa de ser la niña rica y mimada, a estar en una casa donde debe hacer de todo y, encima, con los que te tienen de acogida queriéndote tanto como un estudiante un suspenso en un examen. Por suerte, Pleng tiene a Wan que está ahí para ayudarla y cuidarla como puede.
Aunque Pleng no lo tenga en cuenta cuando descubre que hasta Wan le ha estado mintiendo. No muy grave, pero descubre que hasta Wan es mejor que ella en los estudios. Todo el tiempo en el que mostraba que era un poco peor que Pleng, era mentira. Así que, imaginaros el panorama para la pobre chica. Pleng que necesita un psicólogo con urgencia, se encuentra con esto y al carajo que va toda la salud mental buena que le quedaba en el cuerpo.
Así que, pelea que tienen las dos… y… ruptura total.
Sí, por ponerlo de esa manera. Y es que Pleng no tiene otra idea que irse finalmente de allí. Se despide de los padres de Wan, incluso les dá dinero por las “molestias” ocasionadas y, aunque la madre de Wan no lo quiere, el padre va y en modo “Dinero gratis” se lo arrebata a Pleng que se queda más pobre que antes.
¿Se despedirá de Wan?
No… la chica la deja a las cuatro de la mañana con una carta donde se despide de ella antes de casi besarla. De verdad, Pleng, ¿no hubiera sido mejor ir a un psicólogo que marcharse sin decir nada? Si es que…
En fin, que con esta marchándose… vemos como pasan más de diez años.
Wan se convierte en la doctora que prometió ser y consigue una vida mejor. Mientras que Pleng… la chica va de mal en peor. No encuentra un buen trabajo y encima se torna a la mala vida casi cuando ni en el amor tiene suerte cuando se lía con un hombre casado y que le hace la de Dios cuando va a buscarla al edificio donde vive.
Lo de esta chica no es mala suerte, es lo siguiente a ello. Necesita una limpieza de aura y de las grandes, porque llevar esa vida y encima caer enferma es de tener un mal de ojo casi. Encima, cuando no tienes dinero para pagar la factura del hospital. Por lo que antes de que vayan a cobrarle un pastizal, esta se intenta escabullir del hospital donde la han ido a tratar.
Sin embargo, lo que no sabe ella, es que el destino es un hijo de puta y la lleva a nada más y nada menos que el hospital donde Wan está trabajando y donde vuelven a reencontrarse.
Emociones a flor de pie. Los bellos de punta, sobre todo cuando Pleng intenta hacerse la dulce y descubre que esa dulzura ya no sirve para Wan; que ha cambiado un montón. Se le nota que ya no es la misma chica de antes y Pleng se queda doblemente impresionada. Aunque impresionada nosotras cuando Pleng, siendo llamada porque el “novio” que tiene está buscándola, sale solucionar el problema, dejando una nota a Wan que no va a dejar que se escape por una segunda vez y la sigue al edificio donde la salva en un MOMENTAZO QUE ME ENCANTA.
Vamos, que Wan es la definición de pequeñita, pero matona.
La forma en la que se enfrenta a Pleng para protegerla… YO TAMBIÉN QUIERO. Wan puede que esté enfadada aún con Pleng, pero se nota que aún sigue más que enamorada de ella cuando le obliga a volver al hospital y hasta a cuidar de ella. La carita de Pleng cuando se da cuenta de que Wan sigue ahí para ella… esa chica sigue también enamorada de Wan.
Es hora de ponerse al día entonces, lo que hace ambas y que termina en Wan ofreciendo su piso cuando Pleng es desalojada de la habitación que está alquilando. Vamos, que Wan se puede decir que le cae a Pleng en aquel momento como un regalo divino porque la necesitaba más que nunca.
Han pasado casi trece años y el amor de estas dos nunca cambió ni cambiará.
Que se demuestra perfectamente cuando Wan le muestra un piso de todas las cosas que prometió a Pleng y que esta nunca llegó a ver. ¿Quería un piano? Allá que tiene el piano Wan comprado para Pleng. ¿Una guitarra? También, ¿por qué no? Vamos, Wan no será rica, pero sí que lo es lo suficiente como para crear un apartamento para Pleng con todas las cosas que quería esta.
Pleng: Cuidado que si me tratas así de bien, quizás nunca me vaya.
Si solo supiera Pleng que es lo que quiere Wan, que nunca se vaya. Si es que las dos se quieren. Un poco de terapia y todo esto se hubiera solucionado hacía trece años, Dios mío. Si es que las lésbicas son intensas para todo, no cambiará para nada eso. Hasta para tener una sesión de abrazos, son intensas.
Bueno, aunque hay que decir que ese momento en el que Pleng básicamente se entierra en el abrazo de Wan… Mi corazoncito… dios…
Juntas, aquella noche Pleng también descubre cuando duermen juntas en la cama, que Wan también tiene sus traumas (Levantarse a las cuatro de la mañana, cuando Pleng se fue; aunque esta no lo pilla). Pero Wan sabe como ocultarlo y a la mañana siguiente, lo que se centran es en el coqueteo que tienen las dos…
Coqueteo o ganas de comerse la una a la otra.
Si es que se nota que la tensión sexual no resuelta de estas dos… es peor que cualquier otro problema que se tenga.
¿Qué pasará ahora que por fin están las dos por fin juntas? Pues eso es lo que queremos saber porque encima, cuando Wan se va a trabajar al estilo que Pleng le dijo allá cuando eran adolescentes, Pleng queda sola en la casa y animándose otra vez a componer música… lo que se llega a encontrar es con Ek… ¿Qué estará haciendo allí?
Pues es una muy buena pregunta porque, aunque queramos saberlo por el careto que trae el chico… tocará saberlo en el próximo capítulo.
¿Qué les está pareciendo Affair hasta ahora? Porque al seguir el libro en el que se basa a raja tabla, creo que estoy muy en el derecho de decir que todo lo bueno… viene en esta segunda parte de la temporada. Ocho capítulos solo de serie, pero se nota que no han dudado en crear una serie de televisión con todo lo que los fans han llegado a pedir alguna vez de las series.