¿Te imaginas haber sido adolescente y tener una película lésbica romántica en la que verte reflejada? Pues la nueva generación de lesbicanarias no va a tener que soñarlo porque aquí está Crush, una comedia romántica adolescente que les va a alegrar el día.
Dicen que no hay más ciego que el que no quiere ver y esa es el tópico romántico sobre el que gira la historia de Crush. Tenemos a nuestra heroína que está buscando a su media naranja de forma desesperada y la candidata perfecta que siempre ha estado ahí pero en la que ella no se ha fijado.
Nuestra película la comenzamos de la mano de Paige Evans Rowan Blanchard, una aspirante a artista que está por terminar el bachillerato y cuya mayor aspiración es conseguir que la acepten en la universidad de sus sueños. Paige es abiertamente lesbiana y no tiene ningún complejo al respecto. Todos sus amigos lo saben, su madre la apoya a tope y el único problema que tiene en la vida es que lleva desde quinto grado enamorada de Gabriela Campos, una de sus compañeras en la escuela.
¿Es un problema porque es una amor inaccesible, hetero o desgraciado? No, Crush no es una película en la que vas a a sufrir alguno de esos horrorosos tópicos que siempre abundan en otras películas que nos ha tocado ver. El problema de Paige es que cuando se encuentra a Gabriela el cerebro no le funciona correctamente y todo lo que sale de su boca son datos geeks sobre animales. Interesantes pero no necesariamente sexys.
Además, Paige tiene que crear una pieza artística como prueba para que la Universidad de sus sueños evalúe si la aceptan o no y todo su mundo gira alrededor de esas dos cosas hasta que la directora de la escuela la acusa de graffitearla. Sí, hay alguien haciendo grafitis en la escuela que a los estudiantes les encantan pero a la dirección no tanto. La principal sospechosa es Paige (por aquello de que es artista y siempre la taggean en el Instagram del artista) y la directora decide expulsarla.
Nuestra lesbicanaria entra en desesperación, pero hay una salida. El encargado de la investigación es también el profesor del equipo de atletismo, así que Paige intercambia tiempo para investigar al verdadero culpable por inscribirse al equipo de atletismo con una doble misión. La primera que no la expulsen y la segunda que Gaby está en el equipo y así pueden conocerse mejor. ¿El problema? Que correr no corre mucho.
Así empieza a hacer migas con A.J. (Auli’I Cravalho)la hermana de Gaby y co capitana del equipo de atletismo a quien también recluta en sus tareas de investigación para encontrar a King Pun, ese artista misterioso que le ha inculpado. La cosa es que, a medida que Paige pasa más tiempo con A.J. empiezan a conectar más y más y las cosas ya no parecen tan claras como antes.
Crush no es una película que sobresalga por su guion sorpresivo o por evolucionar el cine en cualquiera de sus maneras. Pero es el equivalente lesbicanario a la típica película bonita hetero romántica sencillita que hemos visto mil veces. La importancia es que aquí las protagonistas son dos chicas y termina igual de bien. Algo que por desgracia no solemos ver en abundancia.
Para mi es una de esas típicas cintas encantadoras que te van a dejar con una sonrisa y que ¡ya me hubiera gustado ver cuando era adolescente! Más que todo, estoy encantada de saber que existe una nueva generación de chicas lesbianas que va a crecer con la posibilidad de tener películas como Crush, Conquista a Medias, Booksmart o La llamada en las que pueden pueden encontrar representación positiva y diferente en la que verse reflejadas.
Además, totalmente accesible porque en España la puedes ver en Disney Plus, así que ¡ojito al dato!
La vi esta semana y no pude evitar tener una sonrisa en la boca durante toda la película, tiene momentos divertidos y AJ y Paige me parecen monísimas. La verdad es que están empezando a salir bastantes películas cuyas protagonistas son adolescentes lesbianas y la representación es positiva, además de las que has nombrado me gusta mucho también The Prom, me alegro mucho de que las nuevas generaciones tengan esta representación y aunque yo ya no soy adolescente me encanta ver estas películas, tienen como un efecto curativo en mí después de todos los dramas y toda la negatividad que nos hemos tenido que tragar.
¡Es verdad! Me había olvidado de «The Prom». Sinceramente, a mi también me gusta verlas. Es como recuperar un poquito de lo que no tuviste a esa edad ¿verdad? Yo en esa etapa estaba viendo Lost and Delirious y hay una diferencia abismal.