Se nos termina diciembre y a estas alturas de la temporada, ya he visto varias películas navideñas y aunque todavía me falta alguna por ver para asegurarlo al cien por ciento, puedo decirles que, de momento, The Christmas Baby es la película lésbica navideña que más me ha gustado este año.
Es entretenida, tiene actuaciones sólidas y, aunque está enmarcada en la magia de la Navidad, tiene una profundidad emocional que la haría encajar en cualquier estación del año.
Un guion previsible, pero bien defendido
Con un nombre como The Christmas Baby, seamos sinceras: no hay demasiadas sorpresas en el guion. Desde el minuto uno sabemos exactamente de qué va la historia. La película nos presenta a Erin (Ali Liebert) y Kelly (Katherine Barrell), una pareja que tiene su mundo bastante solucionado. Están casadas y son absolutamente felices con su vida. Erin tiene una tienda de regalos y Kelly se dedica a hacer escenarios de teatro para los niños de una escuela. Así que las dos tienen una rutina bastante establecida.
Pero las cosas cambian radicalmente cuando alguien deja un bebé en la tienda de Erin con una nota que dice que su madre las ha elegido a las dos para cuidarlo. Ambas se ven completamente sorprendidas por la situación y desde luego pasar de una vida de pareja a tener un niño sin nada de preparación no es fácil para ninguna de las dos. Igual, deciden por lo menos ser las madres de acogida del pequeño en lo que le encuentran una casa y ahí comienza su odisea.
Erin y Kelly dormidas en The Christmas baby
Ya desde ahí, la película se sale de lo habitual en el cine navideño. Aquí no hay un romance que aparece de la nada. Tenemos una pareja lésbica estable, feliz, sin conflictos internos ni crisis sentimentales. Lo que llega es una situación inesperada que les obliga a replantearse cosas importantes. Y eso cambia bastante el tono.
Tanto Erin como Kelly tenían bastante claro que no querían hijos desde el principio de su relación, así que cuando les cae uno de la nada, las cosas se complican bastante. Porque un niño cambia absolutamente la dinámica de tu relación. El problema está en que Erin encaja bastante bien la situación, digamos que conecta de inmediato con el pequeño Nicholas. En cambio, Kelly tiene muchísimas más dudas. Toda la dinámica de su trabajo se ve afectada con el bebé ahí y además tiene miedos muy coherentes sobre lo que podría pasar en el futuro. Porque al fin y al cabo, el bebé no es suyo realmente. En caso de que decidan quedárselo, hay que pasar por un proceso muy largo y complicado. Además de cómo puede afectar la dinámica de su relación al final de los días.
Como punto positivo, ambas cuentan con el apoyo de su familia. De hecho, digamos que sus madres están conspirando para que se queden el bebé y están dispuestas y disponibles para cuidarlo cuando ellas necesiten. Vamos, que por ese lado no tiene que sufrir porque tienen todo el apoyo parental necesario y más. Las abuelas por ambas ramas de la familia están encantadas con tener un pequeño en casa y lo aceptan con los brazos abiertos.
Igual, las cosas no son tan fáciles, las dos son personas muy ocupadas, vivimos en un mundo hostil que no es necesariamente agradable para una pareja lésbica. ¿Es bueno traer un niño a esa situación? Esas son las preguntas con las que las dos están lidiando. Bueno, esas y algunas otras más que me guardo porque si no les cuento toda la película. Pero la base es esa, Erin está bastante convencida de que Nicholas puede formar parte de sus vidas, Kelly casi que todo lo contrario y eso es difícil para las dos porque más allá de esta situación, ambas tenían una relación perfecta.
Una química que enamora

Uno de los puntos más fuertes de la película son las actuaciones de Ali Liebert y Katherine Barrell. Las dos hacen perfectamente creíble la idea de que Erin y Kelly son una pareja lésbica enamorada y establecida. Tienen una química increíble, así que no es difícil creer que llevan mucho tiempo juntas y están en sincronía con los sentimientos la una de la otra.
A medida que va pasando la película, entiendes perfectamente bien la razón de las decisiones que ambas van tomando por el camino. Así que en ningún momento, una es la mala del cuento. Son dos personas lidiando con un tema complicado y es fácil ponerse en los zapatos de las dos. Y sí, te van a hacer llorar, te lo advierto. Al menos a mí hay una escena de Katherine Barrell que me sacó lagrimitas. Seguro que cuando la veas la reconocerás enseguida, porque es el punto álgido de la película.
Curiosidades lesbicanarias sobre a Christmas Baby
Esta es la tercera película lésbica navideña de Ali Liebert. La mujer se está convirtiendo en una experta en la materia. Hace un par de años la vimos en Every Time a Bell Rings y más recientemente en Friend and Family Christmas. Además, la vimos como Betty en Bomb Girls, como Crystal en Lost Girl o como Lindsey Carlisle en Legends of Tomorrow. Vamos, que nos ha dado muchísimas alegrías.
Pero no son las únicas actrices en la serie con pasado lesbicanario. Tanto Barbara Niven (que interpreta a la trabajadora social) como Rebecca Staab (la mamá de Kelly) aparecieron en la película lésbica A Perfect Ending.
En conclusión, si te apetece ver una bonita película navideña, te va a gustar The Christmas Baby. La historia es interesante, las protagonistas tienen química y el bebé es monísimo. Pero si buscas romance puro y duro, esta no es tu película. En ese sentido, es una película lésbica diferente. Si te sirve mi recomendación, a mí me gustó bastante.