¡Feliz Halloween, lesbicanarias! El año pasado tuvimos un año muy complicado con demasiadas muertes de personajes en TV, algunas bastante horribles que quisimos recopilar, pero por suerte este año el balance va mejor porque se ve que el movimiento de protesta y ruido generado hizo algo de efecto (de momento). Sigue habiendo muertes, ojo, pero por cambiar un poco el chip vamos a intentar centrarnos en algunas de las historias que más nos han horrorizado este 2017 en general. Porque para película de terror la que nos ha tocado con el tema de la representación televisiva. Tened cuidado a continuación porque the night is dark and full of spoilers.

 

1. El estropicio de Supergirl

 

Empezamos con una de las cosas que más han dolido en el fandom lesbicanario: El desastre absolutísimo que ha hecho The CW con Supergirl. Aclaro que no sigo la serie porque siempre temí esto cuando la pasaron a The CW (esta cadena es nuestra cadena enemiga desde lo de Lexa, recordad). Supergirl, una serie que en su primera temporada apostaba por el empoderamiento femenino, ha pasado a centrarse en una pareja heteronormativa y en el queerbaiting. La química entre Lena y Kara es estratosférica y la serie lo sabe y lo explota constantemente sabiendo que una gran parte de su audiencia está conformada por chicas queer. Pero al final del día la pareja que hay que vender es la de Kara y Mon-El, por más que no pueda ser más forzada y heteronormativa, con la consecuente pérdida de personalidad de Kara (se supone que la gran superheroína y representante del empoderamiento femenino) que ha pasado a ser un satélite que orbita alrededor del fuckboy misógino de turno. Todo esto insistiendo en que Lena y Kara son sólo amigas (con burla del elenco incluido), pero amigas que por algún motivo no paran de recrearse en gestos románticos y mirarse como si se quisiesen comer hasta los dientes de la otra. Os creéis que somos tontas y no vemos lo que hacéis, amiguis.

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«Mira, Floriana, ahí delante está la trama de mierda que nos espera»

Por si fuera poco en la presente temporada la pareja de Sanvers pende de un hilo desde que han confirmado que Floriana Lima abandonará la serie y la propia Chyler Leigh (siempre muy comprometida como aliada de la comunidad LGBT+) no deja de recalcar que ellas como actrices no tienen mucho que decir sobre las decisiones de guión. Es decir, que se está disculpando de antemano. Aunque los responsables de la serie han dicho que Maggie no morirá, no podemos dejar de temer que su pareja tendrá un final bastante malo, en la línea de lo que se ha convertido la serie. Es una pena para una pareja que empezó tan bien. Muchas personas ya han desistido de seguir con Supergirl en la presente temporada y viendo lo que ha pasado no nos extraña. No se puede hacer peor. DEP Supergirl.

 

2. El queerbaiting de Riverdale

 

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Por no cambiar de cadena seguimos con el queerbaiting en The CW, que se les da tan bien tan bien que casi diríamos que podría ser política de empresa. Riverdale llegó este año a la cadena como una adaptación de los conocidos comics de Archie y en principio prometía mucho como serie adolescente, pero se quedó un poco por el camino. Desde su inicio no se han cortado nada en hacer queerbaiting puro y duro entre Veronica y Betty, incluyendo un beso en el primer episodio pero “jijiji, era para llamar la atención del equipo de animadoras, somos amigas hetero jijiji”. Y añado yo, para llamar la atención del fandom bi-les una vez más. Tanto en este caso como incluso en ciertos momentos con Cheryl el queerbaiting es bastante obvio. También puede ser porque en general parece haber más química entre personajes del mismo género en la serie que entre las supuestas parejas hetero que nos venden y al final el único personaje canónicamente gay que hay es el amigo estereotipado de Veronica, que es un aburrimiento. Añadimos a eso que aquí han borrado del mapa la asexualidad canónica de Bughead en los comics y voilá, queerbaiting de libro. Parece que les han llegado las críticas y han incluido a una nueva chica bisexual para esta temporada, pero again, como todas las mujeres en esta serie, suponemos que tendrá que liarse en algún momento con Archie. LA PEREZAAAAAAAAA QUE DAS, RIVERDALE. Pero eso sí, qué elenco de guapas tienes, ais.

 

3. La decepción de Las Chicas del Cable

 

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Cuando Netflix anunció su primera serie original española todo el mundo se emocionó bastante. La promoción “feminista” o pseudofeminista de la serie con cuatro protagonistas femeninas al frente también parecía interesante y las lesbicanarias dimos palmas con las orejas cuando anunciaron que una de ellas tendría una historia de amor con otra mujer. Podría salir una historia sáfica de época de las bonitas, de las de luchar contra obstáculos y todo rodeado de muchísima sororidad entre mujeres que quieren ser algo más que un florero al lado del hombre de turno. Pero nada de esto funcionó y al estrenar la serie (en realidad antes, porque ya el tráiler y las declaraciones de buena parte de su elenco nos quitaron todas las ganas de verla y casi de vivir) vimos que no había nada novedoso en la historia que nos querían contar y que venía a ser un drama romántico de época más, de esos que engordan año tras año la parrilla de Antena 3. Recuerdo que en Twitter me recomendaron que si quería ver la historia de amor entre los personajes de Ana Fernández y Ana Polvorosa esperase a que subiesen sus escenas en Youtube porque la trama general no aportaba demasiado, no había mucho que ver y en realidad su romance era bastante secundario. Una decepción mayúscula en una serie que podría haber arriesgado y tiró de la fórmula de siempre. Qué horror de oportunidad perdida.

 

4. La cancelación de la nueva serie de Xena

 

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Como fan de Xena reconozco que nunca tomé con demasiada emoción que estuviesen haciendo una nueva versión de Xena: Warrior Princess, sobre todo porque no pensaban contar ni con Lucy Lawless ni con Renée O’Connor para retomar sus míticos papeles de Xena y Gabrielle, sino que el remake sería completo y buscarían a dos actrices más jóvenes. Y yo lo siento, pero Xena siempre es y será Lucy Lawless. Sin embargo, el que sería encargado de llevarla a término, Javier Grillo-Marxuach, apareció para anunciar que si ambas volvían era para que el subtexto pasase a ser texto. Es decir, que la intención era ser fieles a la historia de amor de la serie y que Xena y Gabrielle fuesen canónicamente pareja como las almas gemelas que siempre fueron. Así que eso nos hizo chiribitas en los ojos.

Lamentablemente este verano se anunciaba que el proyecto había sido oficialmente cancelado. Teniendo en cuenta que Grillo-Marxuach fue uno de los artífices del desastre de la historia de Clexa y que reconoció, posteriormente, haber aprendido mucho incluyendo constantes disculpas al respecto y prometiendo que Xena y Gabrielle serían pareja para hacer justicia al legado de ambas teníamos algo de fe. Porque no existen motivos que no sean homófobos para seguir recurriendo al subtexto en 2017. Si quieres insistir en ello en lugar de hacerlo evidente a día de hoy tienes un problemita. Por eso nos aterra pensar que las discrepancias que existieron con la NBC hayan podido ser por este motivo, ya que parece que Grillo-Marxuach y la cadena tenían ideas muy distintas de cómo debía ser el proyecto. Da miedo que a día de hoy exista gente que todavía defienda que Xena y Gabrielle eran única y exclusivamente amigas y así no habría opción a mostrar nada más en un hipotético remake, ¿no creéis?

 

5. La distopía de The Handmaid’s Tale

 

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He dudado si incluir esta serie porque The Handmaid’s Tale no es aterradora por su mala representación o porque los guionistas de la serie la hayan cagado o porque su cadena la haya tratado como la mierda, sino porque el futuro distópico que presenta la serie es, por su contenido, absolutamente terrorífico. The Handmaid’s Tale nos presenta un régimen totalitario ultraconservador y ultrapatriarcal en donde las mujeres son meros instrumentos que deben servir a su función reproductiva, como esposa o para el trabajo doméstico. En general, son complementos del hombre. Y en esta sociedad tan terrorífica toda persona no cishetero es considerada “traidora a su género” y recibe el peor castigo imaginable, es decir, la muerte. Sólo en casos muy concretos pueden servir al sistema, como vemos en personajes lésbicos como Moira o Emily (a quien conocemos como Ofglen), con quienes sufrimos un montón.

La serie es aterradora y, si no la habéis visto y queréis hacerlo, cuidado porque es durísima. Hay que tener mucho estómago para ver hasta qué punto puede llegar a reprimirse la libertad de las mujeres (incluida su libertad sexual) y duele más cuando te das cuenta de lo cerca que puede estar de nuestra vida en algunas ocasiones. Es una serie muy buena, sí, pero es al mismo tiempo una serie de terror. Una de las peores imaginables para nosotras.

¿Y vosotras qué decís? ¿Hay algún momento de este año televisivo que se os haya clavado en la mente y patrocine vuestras peores pesadillas?

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