Hola, amigas lesbicanarias del Clone Club. En nuestro repaso de la última temporada de Orphan Black habíamos dejado a Delphine acudiendo a Mrs. S a las tantas de la noche con mucho secretismo. Cosima sigue en el campamento hippie del señor flipao que se cree inmortal. Y la serie decide que es el mejor momento para meter un enorme flashback de la época en la que sólo estaban Cosima, Alison y Beth para ver cómo se conocieron. Resulta que Alison y Donnie estaban en plena sesión de drogas con setas alucinógenas junto a sus vecinos (estamos hablando de la vecina que mató la propia Alison y su marido, sí) y como la mujer estaba en denial con el tema clon, Cosima decidió aparecérsele en su puerta. Y Alison está demasiado colocada para no fliparlo en todos los colores del arcoíris así que se pone muy intensa y le toca el piercing de la nariz como si acabase de descubrir que la Tierra es redonda.
Cosima está explicando un poco esto de ser clones, pero Alison está demasiado colocada y se asusta. Ya nos gustaría a muchas que se nos presentara Cosima así en nuestra puerta. ¡Habrase visto! En el presente Alison y Donnie están siendo presionados por Dyad para que cuenten donde está Helena y Sarah, Mrs. S y compañía hacen una especie de despedida para M.K… cutre, bastante cutre si somos sinceras. Poco se sabe de Cosima y Delphine. Asumimos que cada una sigue por su cuenta y tenemos que aguantar sin Cophine un tiempecito que esperemos que nos compensen de alguna manera más adelante. Porque ya tuvimos bastante con todo el engaño de ¿está o no Delphine muerta? ¡No juguéis con nosotras!
Entre todo esto Kira sigue siendo una niña muy rara que confraterniza con Rachel mientras la estudian en Dyad y Sarah está, como es normal, desesperada porque confíe demasiado en ella. Mientras Alison y Donnie están en uno de estos eventos de su barrio, la poli (es decir, la poli controlada por Dyad) registra su casa y descubren el cadáver de Leekie en el garaje. ¡Pues ya estamos todos! Pero es un cadáver sin cabeza porque Alison ya se ha adelantado y le lleva la cabeza en una bolsita (muy mona, eso sí, de marca incluso) a Rachel y termina llegando a un acuerdo con ella para que no se descubra y que, además, deje sola a Helena. Alison defendiendo a sus sestras es my type of Alison.
Con todo esto tiene una revelación y decide que se va a ir de casa un tiempo para encontrarse así misma y se lo dice a Donnie, que la apoya bastante en ese momento. Son un bonito matrimonio… sin yo ser hetero ni nada de eso.
¿Qué es de Cosima? Os preguntaréis. Sigue cuidando de Charlotte como buena hermana mayor. Charlotte le cuenta que una cerdita desapareció en el bosque y que debió de ser el ogro. Cosima le dice que los ogros no existen (y qué me dices de Shrek eh? DÓNDE ESTÁ TU CIENCIA AHORA?), pero eso no evita que le pique la curiosidad y va a preguntar a Mud. Mud le insiste en que es un oso enorme y real, pero Cosima no compra estas mierdas, así que Mud termina ofuscándose mucho y se va porque no quiere que la meta en problemas.
En otro orden de cosas, Mrs. S consigue información como siempre y monta un numerito con Sarah para robarle el DNI a una psicóloga cercana a Westmorland por la que se van a hacer pasar y así conseguir todavía más información. Sarah le pregunta quién le está filtrando toda esa información sobre Westmorland y Mrs. S no suelta prenda. Todas sabemos que es Delphine. De camino paran en un convento en el que se ha escondido Helena gracias a una monja muy maja que la protegió de los abusos de las otras monjas cuando era pequeña. Y, por cierto, Mrs. S también habló con Adele sobre el tema clones, así de la nada, así que ahora está muy puesta al día y como por trabajo sabe moverse en ambientes financieros ella y Felix van a ir hasta Suiza a rastrear los asuntos de Dyad (y así la serie se libra un poco de Felix porque no saben muy bien qué hacer con él en esta recta final, pobrecito).
Volviendo a Cosima, como es un culo inquieto, sigue a Mud de noche y se interna en el bosque tras ella. Mud entra en casa de Westmorland y Cosima puede investigar una especie de sótano que da muy mala espina y en el que sólo a ella se le ocurriría entrar. Es un antro repugnante con cadenas, sangre y cosas chungas, parece sacado de una peli de terror. Mud la encuentra y nos pega un susto de la hostia, así que le dice que se vaya rápidamente antes de que Westmorland la encuentre. Es que Cosima, tía, a veces te metes en unos membretes que tiene tela, como lesbiana andas esquivando balas de guionistas locos por matarte, hija.
Gracias a su pequeña suplantación de identidad, Sarah y Mrs. S se cuelan en un centro psiquiátrico donde tienen a Virginia Coady sedada, así que le tienen que meter un chutazo de adrenalina para que salga de su letargo. Y así se enteran de que el monstruo es el primer sujeto con el que experimentaron, mucho antes de Kendall Malone, pero que todo salió fatalmente.
Mud se ve que se lleva bien con él porque es la que sale a alimentarlo y darle ropita, es un hombre que gruñe y parece tener ciertas deformaciones físicas, tumores… Todo a raíz de los experimentos. A Cosima le acaban de decir que se vaya pero nada, que no hay manera, aparentemente tiene que verlo por sí misma para quedarse tranquila y se queda un poco patidifusa. No nos extraña, la verdad. ¡Estás tentando a la suerte, por el amor de dios, escapa!
Como vemos, no hay espacio para el amor en esta recta final y nos están poniendo los dientes largos porque no sabemos dónde está Delphine y Cosima no deja de ponerse en peligro. Esperamos que regrese pronto y tengan kissy kissy times y esas cositas que nos gustan, que hablen un poco, porque están pasando muchas cosas y parece que cada una va por libre.
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