¡Bienvenidas al universo de Gentlemen Jack! La serie de ocho episodios en la que vamos a poder disfrutar de ver en vivo y a todo color la vida de Anne Lister. ¿Tienen ganas de conocer a una lesbiana interesante, inteligente y con un pegue que ya querríamos todas? Pues están en el lugar correcto.
Nuestro episodio comienza con un accidente, un carruaje pasa a toda velocidad y sin fijarse por una carretera estrecha y provoca que otro tenga que hacer una maniobra loca para no chocar y un niño pequeño salga despedido y termine con una fractura abierta de fémur que en esos tiempos era muy pero que muy mal diagnóstico.
En el otro carruaje, una heredera y su tía, la señorita Ann Walker, que estaba de paseo y se queda sumamente afectada por la situación, así que todos terminan en la casa de los Lister, que los acoge momentáneamente en lo que se les pasa el susto y les arreglan el carruaje.
Es ahí donde por primera vez escuchamos hablar sobre Anne Lister. Porque Anne es la clase de persona de la que todos hablan. Tanto es así que su propia hermana le tiene celillos.
Es misterioso. No importa lo lejos que esté mi hermana, el tiempo que lleve fuera o la crisis que suframos actualmente aquí. Siempre, en minutos, consigue ser el tema principal de todas las conversaciones.
Y en este caso lo que nos cuentan es que Anne está a punto de regresar a su pueblo desde Hastings, donde vivía con la señorita Vere Hobart porque algo ha sucedido. ¿Qué? Nadie lo sabe, pero bueno no ha sido porque Anne ha vuelto.
¿Y por qué la señorita Lister está en boca de todos? La repuesta nos llega apenas unos minutos después, cuando vemos un carruaje arribar a la ciudad a toda velocidad. ¿Adivinan quién lo viene manejando? Pues sí, la señorita Lister, porque el cochero tuvo un accidente en el camino y se rompió el brazo, así que ella puso manos a la obra y dirigió el carruaje de cuatro caballos. Algo que en aquellos tiempos no era ni lo normal ni lo común.
Un tío se encarga de recordárnoslo cuando se baja del carruaje y de inmediato se va a reclamarle que lo haya conducido ella. Pero Anne no es el tipo de mujeres que se amilan, más bien se para más derecha, le mira a los ojos y le recuerda que tuvo la oportunidad de regresar caminando pero optó por no ejercerla, así que él se va con la cola entre las patas. Y en ese momento empezamos a darnos cuenta del tipo de mujer que es Anne Lister. Una persona que toma las riendas de la situación literal y metafóricamente.
Ya en casa Anne empieza a ponerse al día con lo que ha sucedido mientras estaba fuera. Lo más importante es que el hombre que recolectaba las rentas de sus propiedades está enferma y como nadie en su familia ha movido un dedo, aún no se sabe como van a resolverlas y se vencen al siguiente día.
Anne se exaspera porque parece que si ella no mueve ficha el tablero ya tendría polvo de lo estático que se hubiera quedado. Pero como es una mujer decidida, de inmediato pone manos a la obra y se va hasta donde está el hombre para pedirle sus registros. Ahí se entera de que tiene minas de carbón que están sin explotar y se lo anota mentalmente para explorar posibilidades en un futuro.
Por otro lado, también nos entramos de que Eugenie, la dama de compañía que se trajo con ella, está embarazada y no tiene prometido. ¡Escándalo! Esto es relevante porque cuando otra de las ayudantes lo descubre y platica con ella, le dice que quiere contárselo a Anne porque:
Tú solías ser la dama de compañía de la señorita Lister, ya sabes lo que hace con otras mujeres. Ella entiende las debilidades humanas y los placeres de la cama.
¿El problema? Pues que esta señora no lo sabía, lo tenemos claro cuando pone cara de susto total. Y a saber que consecuencias nos puede traer esto.
Una que no está muy contenta con que Anne empiece a recolectar ella misma las rentas es su hermana. Básicamente porque la sociedad ve muy, pero que muy mal que una mujer esté haciendo «trabajos de hombre».
Marian: ¿Crees que es acertado que recojas tú las rentas?
Anne: Creo que sería poco prudente no hacerlo. No tendríamos dinero.
Marian: No, ¡Me refiero a que lo hagas tú! ¿Nunca te preocupa la manera en la que se ven las cosas?
Anne: Está muy bien ser diferente en York o París, pero esto es Halifax. La gente habla, y no siempre dice cosas buenas.
Y aprovecho que hablamos de rumores para contarles que el nombre de la serie: Gentlemen Jack, es precisamente el mote con el que conocían a Anne en la vida real en su pueblo. La gente la llamaba así para burlarse de ella porque actuaba «como un hombre».
Igual Anne pasa de lo que la gente piense de ella, así que su hermana cambia de tema y le pregunta qué paso en Hastings. De hecho, delicadamente le pregunta si rompió con su novia, porque por lo visto en su familia es conocimiento común que Anne y la señorita Hobart tenían una relación. Pero Anne se niega a contestar.
Anne sube a su cuarto y es ahí donde nosotras descubrimos qué es lo que le pasó, porque la vemos releyendo sus ahora famosos diarios y eso da paso a un recuerdo.
Resulta que un hombre le ha pedido matrimonio a la señorita Hobart y esta le comunica a Anne que le es imposible negarse. La cara de celos y sufrimiento que le vemos lo dice todo. Anne se arrodilla llorando porque sabe que ya no puede hacer nada. Así que ya sabemos por qué ha regresado a casa.
Su tía sube a saludarla y a invitarla a pasar un rato con ellos y ya de paso intenta averiguar también que ha pasado. Anne tampoco le dice nada, pero todos tienen claro lo que pasó, así que la tía intenta animarla contándole sobre la señorita Ann Walker. Y la describe como una mujer extremadamente rica y con necesidad «de alguien quien la cuide». Lo que nos deja caer que ella también sabe que Anne es lesbiana y la apoya a su manera.
Lo siguiente que vemos es a Anne recogiendo las rentas, y aquí la vemos en una faceta nueva, la de negociante. Anne es una mujer que tiene claro que ha de proteger sus negocios y que puede ser incluso despiadada para hacerlo.
Me gustó mucho verla lidiando con dos de sus arrendatarios. El primero le racanea la renta porque tiene un problema en los techos. Anne le dice que le perdona lo que le debe si los arregla él mismo como ella los quiere pero después de eso pagará lo que ella ha decidido. Él también intenta intimidarla diciéndole que llegará un momento en que los arrendatarios se junten y tumben a los dueños de la tierra. Pero Anne se pone a su altura y le dice que cuando eso suceda, ella estará lista para dar tanto como recibe. ¡No se amilana en lo más mínimo!
Luego la vemos hablando con un señor mayor para decirle que no le volverá a rentar la tierra porque ya está muy vieja como para explotarla adecuadamente. Es desde el punto humanitario, bastante feo, pero Anne solo ve por el negocio.
Y esto me ha gustado. A ver, no que dejara a un pobre viejito sin trabajo la verdad, pero sí que reflejen que esta es una mujer y como todas no una oda a la perfección. Hay cosas de ella que nos encantan y otras que nos rasquiñan un poco o hasta un mucho. Cada vez se escriben mujeres más interesantes y reales en series y eso me gusta mucho.
Solucionado el tema de las rentas, Anne se entrevista con un caballero para ofrecerle que lleve ciertos asuntos de su negocio. En especial el tema del carbón. Él acepta y le promete empezar a poner manos a la obra. No sin antes impactarse al descubrir que es Anne quien tiene la pasta y propiedades de la familia y no su padre. Todo es suyo.
La señora Lawton está por llegar a casa. No tenemos claro quien es de momento, pero sabemos que es importante porque Anne se arregla muchísimo para recibirla y la recibe en la mismísima puerta.
Cuando se encuentran, se nota muchísimo la química entre las dos, ambas se conocen de hace mucho. Anne le besa la comisura de los labios y elle le responde con un suspiro que dice «Hola Freddy». Vamos que tienen nombres cariñosos la una para la otra. Aquí hubo chicha, es algo que se nota inmediatamente. Y no somos las únicas en darnos cuenta. La criada también se fija y se espanta todavía más.
A la hora de la comida, la señora Lawton comenta que por lo visto casi no se ve con su marido. Vamos, que si teníamos alguna duda…
Marianna Lawton termina esa noche en la cama de Anne Lister y por la plática que tienen las dos no es la primera y muy probablemente no será la última vez. En cuanto terminan Anne se toma un momento para anotar la hora y los detalles en su diario (algo que será importante en el futuro porque así es como nos enteramos de esta historia).
Marianna conoce perfectamente bien a Anne, tanto que le pregunta por Hastings y cuando no le quiere responder, le aconseja que se case. A Anne casi le da un infarto.
Nunca podría casarme con un hombre, por ninguna razón o circunstancia.
Su amiga intenta convencerla de que, si encuentra al hombre correcto, ni si quiera tendría que acostarse con él, porque ambos serían la tapadera del otro y tendrían los dos libertad para hacer lo que quisieran. Pero no está en el espíritu de Anne seguir ese tipo de convenciones, ella está convencida de que si se casa alguna vez, lo hará con alguien a quien ame. Y esa persona no va a ser un hombre.
Anne se anima y le pide a Marianna que deje a su marido y se vaya con ella a vivir a París, pero ella le responde que no tiene lo que se necesita para ser como ella. Marianna ama a Anne y la respeta muchísimo, se nota que se preocupa por ella y quiere su felicidad, pero no tiene su valentía. Eso de enfrentarse a toda la sociedad y salirse con la suya no lo ve.
A veces me pregunto si estás huyendo y no viajando. Huyendo de un mundo que solo ve que eres rara y no se da cuenta de lo inteligente que eres.
A Anne solo hay una cosa que le asusta: la mediocridad. Y Marianne sabe que la chica que está con ella en la cama es especial y así se lo dice. También agrega que cuando encuentre la mujer que se atreva, será porque esa persona es muy especial también. Porque se requiere tener una madera específica para cambiar al mundo.
Mientras tanto en otra parte del lugar, la señorita Walker recibe la visita de los señores Priestley. Algo importante porque resulta que la señora Priestley (su prima) se define a sí misma como una gran fan de Anne. A ella le encanta que la señorita Lister no sea convencional. De hecho que sea natural y fiel a sí misma son sus mejores cualidades en su opinión, así que se decide a hacerle una visita y decide invitar a la señorita Walker.
Déjenme contarles que a Anne le hacen los ojos chiribitas desde que conoce a la señorita Ann Walker. Y si las sonrisas que se dedican mutuamente son una indicación, la cosa es mutua. Porque aparte de su porte y su encanto natural, Anne demuestra su inteligencia hablando de la indignación que siente porque no se le permita votar.
En medio de toda esta conversación los señores Priestley le advierten a Ann que Anne (hasta en esto son tópico lésbico jeje) lleva un registro detallado de su vida en sus diarios. Así que le conviene llevarse bien con ella no sea que termine en sus líneas. Anne aprovecha la introducción para flirtear porque es más lista que bonita diciéndole: «A veces escribo sobre las personas que me gustan mucho».
Acto seguido escuchamos la voz de Anne escribiendo en su diario una nota para sí misma en la que menciona a Ann:
Nota para mi misma: ¿Debería salir con la señorita Walker? Aunque ella aún no lo entiende, ya puedo ver que la pobre chica está totalmente enamorada de mi. Y lo que le falta en rango le sobra en fortuna. ¿Debería quedarme aquí en Shibden? ¿Debería hacer a la pobre señorita Walker mi esposa?
El episodio termina con Anne tomando una vez más las riendas de la casa y disparándole a su caballo enfermo porque nadie se atrevia. Y así señoras, termina el primer episodio de Gentleman Jack que me ¡ha encantado!
Anne Lister es una de las mujeres lesbianas más interesantes que existen y en serio, si pueden investiguen más sobre su vida y aventuras, porque era la caña. Por eso estoy contentísima de ver esta serie. Si quieren un lugar para empezar, les recomiendo que lean este hilo de Cristina Domenech que es una experta en la matería y explica todo con una alegría que a mi me fascina.
Dato curioso: a Gemma Whelan que interpreta a la hermana de Anne Lister ya la conocíamos en lesbicanarias, básicamente porque interpreta a Yara Greyjoy que también batea para nuestro bando en Game of Thrones.
¡Nos vemos aquí para hablar sobre el segundo episodio!