¡Que viva el drama y los malentendidos atendidos a tiempo! Porque GAP, aunque tenga mucho drama, si que sabe como lidiar con ello y en este capítulo lo dejan bien claro. ¿Drama del bueno? Mucho. ¿Del malo? Nunca.

Y es que, dejándonos con Tee llevando a Mon a su casa, Lady Sam los pilla en algo que llevaría a creer algo diferente. Incluso se atreve a empujar a Tee, que solo tenía buenas intenciones con sus acciones. Sin embargo y, aunque Mon le llama la atención, a Lady Sam le tocó el ataque de celos y enseguida pide saber qué hicieron.

Lady Sam celosa de ver juntas a Mon y Tee

Lady Sam celosa de ver juntas a Mon y Tee

Tee es rápida y sacándole el pretexto de tener algo así como una cita, lo que hace que Lady Sam no le guste y, aunque le trae incluso comida a Mon, la cosa se ha vuelto muy tensa e incómoda entre las tres. Aunque eso sí, con Tee sacando a relucir que ella también tiene explicaciones que dar como donde ha estado, si vino con Kirk incluido. Tee es de las nuestras y le agradecemos que tome una por el equipo. Sobre todo, cuando enseña a Lady Sam que su ataque de celos no tiene base y que no solo está Mon con ella, si no Yuki, su amiga y a quien llevaba también. Que por cierto, estoy viendo venir a Tee y Yuki.

La cara de Lady Sam al enterarse de la trampa que le tendieron es un poema y, por mucho que ella diga que lo que fue es una burla, lo que ha sido es una llamada de atención por dejar a Mon sola. ¿Amamos una buena sororidad? La amamos.

Dejando a las dos solas finalmente, Lady Sam no es que se quede del todo tranquila; pero claro, es Lady Sam. ¿Cómo salvarse de una situación como aquella? “Ya no te hablo” y adiós que se pira. Así como así, sin más. Nos quedamos como Mon “¿qué ha pasado aquí?”

Mañana siguiente, el trabajo llama y Mon, junto a sus compañeros de trabajo, contando la presión por llegar a los seguidores que Lady Sam quería. Y aunque se ven optimistas, su jefa no está por la labor. O, más bien dicho, sigue enfadada con lo que pasó el día anterior y termina tomándola con toda la plantilla. Mon a cabreado bien a la jefa, aunque eso no es un problema para ella.

Mientras que Lady Sam sigue en su oficina, esperando a que esta sea la primera en disculparse, en cabezonería ya se ve que nadie la gana, y mirando el teléfono cada dos por tres, esperando el mensaje de Mon; esta finalmente responde con un “¿Hambre?” lo que deja paso al mejor intercambio en lo que llevamos de serie. Porque es que este intercambio solo se puede denominar como “la jefa es Lady Sam, pero la que manda es Mon”.

Mon invitando a Sam a comer

Mon invitando a Sam a comer

Todo comienza con un mensaje de texto por parte de Mon preguntando si Lady Sam está hambrienta para ir a comer. Esta que sigue en sus treces, hasta que Mon incluso le ofrece a invitarla si el dinero es el problema. A Lady Sam le falta tiempo para llamarla a su oficina y recriminarle que, en esta relación, la de los regalos caros es ella y así, en un visto y no visto básicamente, Mon se gana el perdón de su jefa. Es que, ¿quién le va a decir que no a esa ternura? En ese momento, todas somos Lady Sam cayendo por el encanto de Mon.

Porque si creíamos que Mon era esta chica dulce e inocente, lo tenemos claro.

Solo hay que ver la manera en la que esta utiliza sus encantos y Lady Sam pasa de aceptar su reconciliación, a llevarla a comer un día de estos, a literalmente llevarla ya a comer en el momento.

Mon convence a Lady Sam de ir a comer con ella

Mon convence a Lady Sam de ir a comer con ella

Mon, de mayor quiero ser como tú en el arte de la seducción.

El caso es que es oficial, Lady Sam y Mon van a tener oficialmente su primera cita y la dichosa comida que Kirk nos arrebató y en la siguiente escena, allá que van. En el descapotable de Lady Sam, una con la otra a comer. Aunque, eso sí, primero hay que tomar unas cuantas miles de fotos. Porque sí, vemos que Mon es esa chica que se toma la vida misma para tomar esas fotos estéticas para postearlas luego y ejercer su momento de postureo, seamos claro en ello.

A Lady Sam mientras, por otro lado, le toca esperar. Hace gracia la manera en la que intenta entablar conversación con Mon, intentando hablar de lo que pasó, de por qué se sintió como se sintió cuando la dejó plantada para comer con Kirk; y a Mon que casi ni le importa, todo hay que decirlo. Esta está feliz de estar por fin allí, comiendo con Lady Sam, aunque esta parezca no entenderlo y solo ver que saca fotos.

Mon y Sam comiendo juntas

Mon y Sam comiendo juntas

Aunque oye, la razón que da sería hasta un buen motivo: no todos los días puedes permitirte tremendos festines. Cuando se tiene la oportunidad se tiene. Mon hasta anima a su jefa que suba fotos a sus redes sociales, aunque a esta no es que le vaya mucho estas… hasta que le indica Mon indica que su compañero de trabajo lo utilizan para mandarle stickers y… la “curiosidad”, por así llamarlo, se despierta a lady Sam.

Con la comida lista, es hora del postre. Esta vez, le toca a Mon y mientras esta va a por él, nos quedamos con una Lady Sam totalmente distinta a la jefa seria de la empresa. Incluso se pasea un poco en el columpio donde espera y a mí eso me parece lo más mono del mundo, dejadme decir. Hasta el momento de vergüenza que le entra cuando la pilla Mon al volver con los helados. Momento en el que vemos ya como hasta Mon empieza a pillar ese truco de cuando Sam dice algo, quiere decir completamente lo contrario. Hasta la propia Sam se queda sorprendida con el acto. Sobre todo, cuando pregunta directamente “¿Qué pasa cuando digo que no me gustas?” y Mon, toda orgullosa, le dice que significa entonces que le gusta.

Lady Sam y Mon en un momento íntimo

Lady Sam y Mon en un momento íntimo

La carita de Mon de orgullo por saberlo, la cara de Lady Sam de “me han pillado”, desde luego, esta pareja tiene las interacciones más adorables y divertidas a la vez del mundo. Aunque, eso sí, cuando son directas, son directas porque el momento en el que Lady Sam se lanza a limpiar los labios, el flirteo que nos traen las dos está fuera de los límites imaginables del mundo.

Lady Sam: ¿Qué parte de mis rasgos faciales te gustan más?
Mon: Tu nariz, tal vez.
Lady Sam: Entonces hagamos un trato. Tú me muerdes la nariz y yo te muerdo los labios.

Lady Sam y Mon a punto de besarse

Lady Sam y Mon a punto de besarse

Así, sin anestesia ni nada, Lady Sam pide besar a Mon en toda regla. ¿Tenemos nuestro ansiado primer beso? Casi. Porque entre nervios y Nop, que vaya momento de llamar que tiene; Lady Sam tiene que comerse la tensión literalmente. Más suerte la próxima vez, supongo.

De vuelta a casa de Mon, ambas se quedan en el coche. La tensión reina en el ambiente y, aunque lady Sam vuelve a tener otra oportunidad de beso cuando ambas se meten a tomar los restos de la comida del asiento trasero del coche, casi están a punto; de nuevo son interrumpidas por Nop, que no está sacando de nuestras casillas.

Mon y Lady Sam a punto de besarse en el coche

Mon y Lady Sam a punto de besarse en el coche

Somos Lady Sam en ese momento tratando de controlarnos con Nop porque el chico, como si Mon ya no lo hubiera dejado claro; vuelve a actuar como si fuera su novio.

Sam, claro está, vuelve a tener un momento de celos con todo ello. Mon tiene que correr a parar a ambos, sobre todo, cuando su jefa empieza a presionarla para que deje las cosas claras de una vez con su relación con Nop. Sin embargo, “algunas cosas no pueden decirse de inmediato” y aunque Mon quiere dejarlo todo a buenas, de buenas nada.

Marchándose Lady Sam, Mon y Nop quedan a solas.

¿Va a dejarlo entonces marchar el chaval? Claro que no y volviendo a insistir a Mon sobre su relación con Lady Sam, a esta no le queda otra que dejar las cosas claras entre los dos: son amigos y no va a pasar nada más con él. Hay que dejar las cosas claras y a Mon le ha tocado hacerlo, aunque a Nop no le guste.

Se lo había buscado, es lo único que podemos decir. A veces no queremos enfrentar la verdad y Nop se ha llevado una dosis de realismo. Al menos, Mon ya aclaró las cosas con este. Aunque ahora, le queda aclarar su relación con Lady Sam. Relación que parece que está llamando la atención de los trabajadores de la empresa que empiezan a preguntarse cosas.

Por suerte, o por desgracia para otros, Lady Sam está allí para parar la cosa cuando hace que Chin, el que le enviaba tanto stickers a Mon, sea castigado. Le toco pagar a este el ataque de celos de Lady Sam, aunque esta no vea que lo que hizo es por los celos que le tiene a todo aquel que se acerque a Mon que no sea ella. Hasta se enfada porque no la aceptó en Facebook (la que no le interesaba las redes sociales).

Mon le muerde la nariz a Sam en GAP

Mon le muerde la nariz a Sam en GAP

En fin, que, al parecer, todo lo que hacía falta para tranquilizar el momento era que la siguiera en el Facebook, ¿verdad? Mentira. Lady Sam es complicada hasta para esto y, cuando empiezan a discutir por los stickers una vez más (si es que hasta para eso son monas las dos), Mon se lanza a morderle la nariz. Esto se pone interesante porque por fin, Mon se da cuenta de los celos de Lady Sam y empieza a tentarla incluso con ello.

El pánico que le entra a Sam, como baja la guardia. Es que es más que perfecto.

Aunque perfecto lo que viene ahora. ¿Recordáis el trato? ¿Mordisco por mordisco? ¿Nariz por… labios? Un trato era un trato y nuestra señora no se va a quedar sin su parte así que, es ahora Lady Sam la que se lanza a “morder” los labios de Mon. Las miradas que se echan después, la forma en la que se miran; dejan a cualquiera con el corazón en la garganta y con ganas de más, como Lady Sam que no duda en invitar a “terminar el trabajo” luego en su casa.

Como si mucho trabajo hubieran terminado estas dos en su casa, vamos.

De una forma u otra, nuestra Lady Sam quiere más porque si antes se podía decir que estaba cayendo poco a poco en las redes de Mon, ahora ya es que ya ha acabado por ahogarse en el amor que está sintiendo por la chica. La cara que pone notando su corazón a mil por horas: nuestra Lady Sam puede verse como una mujer fría, pero está completamente derretida por cierta personita.

Tanto, que hasta le ha comprado su propio camisón para dormir.

Porque sí, en la noche, las vemos ya de vuelta a la casa y con Mon con un pijama-camisón especial para ella en color rosa. Lady Sam puede ser muchas cosas, pero a observadora y detallista, no la ganada nadie y en estos momentos nos lo enseña.

Ahora, ¿toca entonces trabajar?

Lady Sam pidiéndole a Mon que pase más tiempo en su casa

Lady Sam pidiéndole a Mon que pase más tiempo en su casa

Se intenta, hay el amago de trabajar porque Lady Sam lo que quiere es un cosa, como le deja claro a Mon cuando le pide que sea clara con ella: que pase más tiempo en su casa. Aunque claro, eso significa que sería para “morderse los labios y la nariz” lo que las llevaría a preguntarse qué tipo de relación tendrían, como le indica Mon. Porque, aunque Lady Sam esté perdida, Mon empieza a tener claro que hay algo más entre ellas. Se molesta incluso cuando le quita importancia al asunto de “morderse” la una a la otra.

Toca entonces castigo y, llevándose alguna que otra cobra por parte de Mon, pronto ese juego del gato y el ratón de “mordiscos”, da paso a los besos de la forma más bella que he visto en una serie. “¿Qué pasa si alguien nos ve?” le indica Mon incluso, a lo que Sam le responde “No dejes que nos vean entonces”

Puede que suene cursi, pero la belleza de esta serie en muchos de sus momentos, no se lo quita nadie. Diez de diez para aquellos que escribieran el guion de la serie.

Lady Sam se ha quedado con ganas de mas besos en la oficina

Lady Sam se ha quedado con ganas de mas besos en la oficina

De vuelta a la oficina, estas dos no pueden estar más enamoradas. Las miradas que se echan la una a la otra durante su encuentro. Ese momento bolígrafo, cuando le preguntan a Lady Sam de firmar unos documentos. A ver, no es que se diga mucho, pero no hacen faltas palabras para entender en ese momento a Mon. Nosotras también estaríamos igual que ella, perdida en una nube en nuestro propio mundo. Porque es que Mon no puede quitarse de la cabeza el momento vivido en casa de su jefa.

Y el sentimiento es mutuo con Lady Sam porque son cruzarse y la temperatura comienza a aumentar de lo lindo. Ese secretismo las va a llevar a la locura a las dos.

Lady Sam lista para otra ronda de mordidas y besos

Lady Sam lista para otra ronda de mordidas y besos

Bueno, secretismo mientras que les dure, porque Sam lo postea incluso en Facebook. Solo tiene un amigo y esa es Mon, así que, nada más ve su post de como quiere más “mordiscos”, Mon corre a reprenderla. Aunque que no se crea Mon que Sam se va a quedar con las ganas porque, cuando va a marcharse esta, la vuelve y ambas terminan sobre el sofá y con Lady Sam pidiendo permiso para poder morder sus labios. Consentimiento, ante todo.

Mon tiene miedo a que las pille, pero con Sam insistiendo, casi están a punto de volver a besarse a su medida cuando, esta vez, es Jim la que irrumpe con mensajes: Es el cumple de Lady Sam y hay que prepararle una fiesta y, siendo el único regalo que quieren hacerles todas, el de deshacerse de su abuela, estas piden opinión a Mon. Después de todo “Lady Sam tiene de todo, menos libertad”. Muy buena frase de Tee para describir a Lady Sam, todo hay que decirlo.

Sam pilla a Mon comprando un regalo para su cumpleaños

Sam pilla a Mon comprando un regalo para su cumpleaños

Sin embargo, de una forma u otra, esta quiere regalarle algo a su jefa y cuando por fin recibe el anticipo del salario, Mon corre a comprarle algo. Sin embargo, ¿qué regalar a una persona que tiene de todo como le dijeron las amigas de Sam? Ese es el dilema en el que se encuentra Mon cuando Lady Sam la pilla. Porque aunque Mon quiere evitar que sepa que está por el cumpleaños, termina teniéndoselo que contar.

¿Cuál es la solución que le da entonces Sam? Básicamente, “dame el dinero, que yo ya sabrá que regalarme” y, honestamente, es la mejor solución que se puede dar en esos casos. He estado en esa posición y, aunque rara manera de hacerlo, es suficiente.

Así que allá van, cumpleaños de Lady Sam con fiesta sorpresa incluida con Mon, Tee, Jim, Kade y Yuki. Baile, bebida, regalos. Incluso cante por parte de Mon que, animada por la señorita Sam que “absolutamente no quería escucharla”, termina dándole una de las más bellas serenatas. Encima, los ojitos que le pone viéndola cantar.

El romanticismo de este capítulo está que se sale de los ratios.

Habiendo recibido tremendo regalo ya por parte de Mon fácilmente, le toca a Sam recibir los demás. Todos caros y de lujo, lo que afecta en cierta forma a Mon cuando se encuentra en la situación. Así que, mientras que se sacan algunas fotos más, esta decide irse a tomar un poco el aire, cuando es pillada por Lady Sam que le entrega a esta un bálsamo labial. ¿El regalo que se había prometido auto comprar? Un regalo que parece insignificante en comparación a los que ha recibido de los demás.

Sin embargo, lejos está Mon de creer que ese es su regalo.

Mon y Lady Sam besándose

Mon y Lady Sam besándose

Porque lo que realmente quería Lady Sam es un beso de Mon. Sí, aquel bálsamo labial es para que se lo junte Mon y así, poder besarla. La señorita que lo tiene todo en el mundo, solo quería en su cumpleaños ese maldito beso que tanto buscaba de Mon. Un beso al que le había costado llegar, después de que Mon la evitara tantas veces. Sin embargo, con tremendo paisaje a sus espaldas y a solas, Lady Sam obtiene finalmente lo que andaba buscando: un beso.

Y es que con este beso, nos deja este episodio. Con un beso y con ganas de ver más porque si creíamos que no podía mejorar más la serie, erróneas estamos. Como el vino, GAP va mejorando capítulo a capítulo y, a mí por lo menos, me va enamorando cada vez más y más. ¿Y vosotras? ¿Qué pensáis del nuevo capítulo de GAP? Desde luego, esta serie a revolucionado el mundo de las series sáficas y estoy dispuesta a andarme el viaje entero.