Si hay algo que me gusta de GAP, es porque por mucho drama que veas venir de repente, de alguna manera siempre consigue darle la vuelta a la situación tantas veces que, cuando te das cuenta, lo que te encuentras es una montaña rusa de emociones.
Porque si en el capítulo anterior nos dejó con la pedida de mano de Kirk, Mon destrozada, Sam dividida y a nosotras con el corazón en un puño; podemos descansar por fin, sabiendo que no hay respuesta. ¿Por qué? Porque en el momento que todo el mundo empieza a pedir el si de Sam, Mon no puede aguantar y sale corriendo, bajo la atenta mirada de aquellos que saben la verdad de lo que ocurre. ¿Lady Sam? Por supuesto que la sigue cuando ve la reacción de ella, dejando atrás a un Kirk confuso.
Sin embargo, el daño está echo y todo el golpe de realidad se lo ha llevado Mon que está más abatida que nunca. La chica no sabe que le pasa, que siente por ella y con el corazón partido por la pedida, por los sentimientos, por todo en general; a Mon solo le queda llorar y a nosotras con ella. Madre mía, así no se puede. Lady Sam debe de actuar antes de que sea demasiado tarde porque el golpe tan duro que se ha llevado la pobre Mon, ha sido de los gordos.
Porque sí, esta va incluso a buscarla a su casa, pero parada en la puerta, se arrepiente. Se queda parada, hasta que recibe una llamada de Kirk. Muy oportuno de él interrumpir el momento y encima, sin darse cuenta de que Lady Sam simplemente no quiere. Solo, le pide tiempo.
Mucha comunicación para algunas cosas y tan poca para otras.
De vuelta ya en la empresa, días después, toca celebrar y es que, a tan solo a días de terminar el mes y el plazo que le dio Lady Sam a Mon para conseguir los suscritores, solo quedan mil para tener el objetivo. ¿Conseguirá Mon lo propuesto? Habrá que ver cuando venga la jefa, que es otra porque Sam tampoco va a trabajar. También lleva días sin venir y, Mon preocupada, allá que va a ver qué le ocurre. Aunque, ¿para qué? Porque lo único que consigue es a una Lady Sam distante…
¿Qué diablos está pasando?
De vuelta a la oficina, Sam por fin vuelve. Sin embargo, volviendo a ser la jefa fría que era antes porque aunque solo falta un día para la fecha límite para conseguir el medio millón de seguidores que pedía, la cosa está dicha. Mon va a ser despedida y, aunque toda la plantilla intenta ganar algo de tiempo, Sam está en sus trece.
Tienen un día, es verdad. Pero si los mil seguidores no salen de esas veinticuatro horas, sí o sí, se va de la empresa. Bien claro que se lo deja como ultimátum a la pobre.
¿Qué va a ser entonces Mon? Pues poca cosa, porque la pobre se nota que lo que va a hacer es darse por vencida casi. Entre que no sabe lo que siente por Lady Sam, esta que no le deja claro lo que siente y ahora encima, se lanza de aquella manera en su contra para despedirla sí o sí de la empresa, ¿qué se supone que debe de hacer? También estaríamos igual si estuviéramos en su situación.
Así es imposible.
Aunque Mon no se debería de dar por vencida, como le dice su amiga Yuki y las demás, cuando se enteran de la situación. Porque hablando del tema, Mon lo único que tiene claro es que cada vez entiende menos las cosas. Sin embargo, que ella no pueda, no significa que sus amigas no estén ahí para ella. Porque lo están.
Si tuviéramos que definir lo que es la amistad, desde luego que Jim, Tee, Kade y Yuki se llevarían el premio a los mejores. Más quisiéramos tener la comprensión y amor que tienen ellos hacia Mon cuando les cuenta el cambio de Sam de la boda hasta ese día. “¿Será que Sam y Kirk se casan de verdad?” encima Yuki que, con sus comentarios, no ayuda, fíjate como estará Mon ya.
Pero que no cunda el pánico, Kade está allí para arreglar todo mientras que Yuki cuida de su amiga.
Porque sí, no hace falta ser listo para ver que a Sam le apasiona Mon. Los ataques de celos que le entra por ella. ¿Quién va a querer Sam? Pues a Mon, claro. Si la está presionando tanto y siempre hace lo contrario de lo que desea en realidad… ¿Quiere decir que lo que está presionándola para que se quede en la empresa?
Sea lo que sea, Tee tiene una posible solución.
Así que, en la noche, mandan un mensaje a Sam para que se reúna con ellas. ¿La razón que le dicen? Que Jim quiere dejar a su marido. Es que hay que ser especiales con ellas.
Sin embargo, pronto le dejan caer que no está allí por ello, pero por Mon.
Ellas: “¿Qué te pasó con ella?”
Lady Sam: “¿Qué les contó?”
Básicamente, la interacción queda resumida en ello y, viendo Tee que de allí no avanzaban, se tira a la piscina con la mentira: Mon le pidió trabajo en su empresa y quieren saber las razones para que Sam la deje ir. Razones que esta no da ni queriendo. Sam está en su burbuja y no piensa hablar nada.
Y si no piensa hablar nada, Tee se ocupa.
Que si quería trabajar desde un primer momento con ella, que si Mon es una chica muy especial. Además, en su empresa hay gente a la que podría conocer para olvidarse de Lady Sam… en pocas palabras, Tee sabe que lo que debe de atacar son los celos de Lady Sam y solo hay que verle como va cambiando el gesto poco a poco de la jefa.
Encima, le tira que es su tipo y lo buena chica que es y como no le interesa a ella, que Tee se tiraría a por Mon y esta por fin lo deja claro: Mon es de Lady Sam y de nadie más. Casi se come a Tee cuando le dice que estaba interesada por Mon, madre mía.
Lady Sam es posesiva y, mira, a mí me encanta eso.
¿Misión conseguida? Más que conseguida. Son las mejores en este trabajo y lo saben. Las jodidas reinas, vamos.
Ultimo día, el día de la decisión si Mon se marcha o no. Todos están reunidos, casi dándole la despedida a la pobre, que tiene aceptado que su jefa la odia. Bueno, la odia y que se olvidará de ella porque encima, los trabajadores le dice que incluso les negaba a antiguos trabajadores el saludo cuando los veía por la calle. Vamos, que Mon, aun amando el rosa, en su vida lo ve todo de color negro.
Así que, despidiéndose de los compañeros, solo queda una cosa más por hacer: despedirse de su jefa finalmente.
Allá que va.
Porque Mon se presenta y, siguiendo Sam siendo fría con ella, esta se despide finalmente de su jefa. De buenos términos, recordando las cosas buenas y lo que la llevó allí, pero eso sí, pidiendo que no se olvide de ella. Que al menos, la recuerde y la tenga presente aunque ella no esté. Renuncia antes de que la despida.
Sin embargo, antes de que se vaya, Sam la para. “Lo de despedirla fue cosa de ayer” le llega a decir incluso. No la despide y lo que quiere es que vuelva al trabajo. En cambio, lo que hace es que Mon se lie más.
Es que no puede más, ni nosotras llegados este punto. Encima, Sam que no la despide, pero tampoco le da explicaciones. Imaginaros como está la cosa. Una se quiere ir, la otra no la deja, pero tampoco le dice por qué no la deja. Mon abriéndose para que pueda entenderla, Lady Sam que no sabe lo que hacer en ese momento, tampoco se abre…
Hasta que finalmente, se da cuenta de que o actúa o lo jode todo.
Así que, corriendo tras Mon antes de que salga de la empresa, la agarra y la lleva para que puedan hablar mejor y a solas. No la va a dejar que se marche y punto. ¿Pero por qué? Mon solo quiere saber el por qué. Por qué la ignora como la ignora, porque la aparta. Por qué no fue por ella el día de la boda… aunque, lo que Mon no sabe es que si fue, solo que no se atrevió a llamar.
¿Por qué? Porque lo que le pasa es que le gusta. Que le gusta Mon y por eso está como esta. ¿Hemos arreglado las cosas finalmente? No.
Porque en esta serie no puede haber nada bien ni por un segundo. Ahora que Sam se confiesa, Mon lo pilla al contrario. “Sam siempre hace y siente lo contrario” ¿no es así? Mon lo pilla al revés, pero por una vez que Sam lo está diciendo, que está abriendo su corazón de la manera correcta, que la pobre se está frustrando intentándole hacer ver a Mon que dice la verdad; no la cree.
Nada. Que cuando creíamos que por fin se arreglaría la cosa, no. Así no se puede, ¿eh?
Reunida Mon con sus amigas después, estas tienen algo en común: quizás es verdad que ahora esté diciendo la verdad y que le guste más que como una persona cercana, como una amiga. Es posible que es verdad que le guste románticamente. Ahora, la pregunta entonces sería: ¿siente entonces lo mismo Mon por ella? Porque esta es que está liada a más no poder. Encima Jim que en vez de preguntárselo suavemente, le suelta “¿Cómo te sentirías si ves a Sam desnuda?” pues mira, no es que le ayuden.
Sin embargo, de una forma u otra, las amigas la apoyarán en lo que sea. Entonces, ¿le gusta Mon también Sam? La respuesta es simple: Sí.
En ese momento, todos, todas y todes los fans somos representados en la celebración que se marcan las amigas. De verdad, las amo a todas y cada una de ellas. Sobre todo, cuando Jim le da el ultimo empujón y le anima a que se lance a por Sam antes de que sea demasiado tarde… Sobre todo, porque la invitaron a unirse a la charla.
A Mon le entra el pánico y, aunque quiere huir, Lady Sam llega en el momento justo.
Hay que hablar en privado y en privado a hablar que van. Por suerte, esta vez, más tranquilas. Sam preguntado el por qué se marchó y si fue porque finalmente se confesó. Mon de nuevo vuelve a creer que dice lo contrario, que es que simplemente la odia y a Sam le entra de nuevo la frustración pura y dura. La entendemos en ese momento.
Sin embargo, entre frustración y lo que no es frustración, tenemos por fin un “¿Quieres ser mi novia?” y un “Claro” tan rápido por parte de Sam que nos quedamos igual que ellas… ¿Qué pasó? Que pongan el VAR, que nos perdimos.
La pobre Mon se cree que la ha liado, pero por primera vez, tenemos a una lady Sam sincera y, aunque le cuesta a la pobre, solo le pide paciencia y aunque Mon no se vea suficiente para ella, para Sam lo es todo. Literalmente estaba como estaba porque tenía miedo a que le dijera que no sentía lo mismo por ella. Es que no se puede tener un momento más perfecto que este para una pareja de chicas.
Encima les pones por atrás a sus amigas, representando a los fans en el momento, y mira, es que es la guinda sobre el pastel. De verdad, que bonito, jo.
Así que, con Mon y Lady Sam por fin de pareja, solo queda una cosa: celebrarlo por fin con las chicas. Que vamos, hasta Tee se ofrece a darles consejo en lo que sea. En esta vida, búscate amigas como las que Lady Sam y Mon tienen.
Aunque a estas dos, consejos no es que necesiten. Literalmente, escuchando como habla Lady Sam del tema, parece que ya hasta se casaron con la repartición de bienes. Tienen todo controlado o bueno, casi todo: la abuela. Esa será otro tema que tendrán que abordar en el futuro. Sin embargo, por ahora, lo importante son ellas dos porque a Sam le importa Mon y mucho. ¿La razón por la que la quería echar de la empresa? Para que pudieran estar juntas y no romper la regla de no salir con nadie dentro de la misma. (¡Ay mi corazoncito!) pero bueno, las reglas están para ser rotas, ¿verdad? Como dicen sus amigas, mientras que nadie se entere, ¿qué más da que salgan o no? Después de todo, si se quieren, pues al diablo con todo. A salir.
Y a Lady Sam a sacar su momento sugar mama.
Porque sí, las dos se pegan una escapada que pequeña se queda: se hacen las dos las uñas, se compran lencería incluso (el careto de Mon en este momento es que me encanta), ropa… Todo lo que Mon literalmente toca, Sam se lo compra sin que importe el precio. (Aunque no le compra unas simples “baratijas” como le dice Sam luego) En fin que Sam está que lo da todo ¿Sabéis la expresión de tirar la casa por la ventana? Bueno, pues Sam tira la casa, el piso y el chalet si la dejáis.
Sin embargo, no todo va a ser comprar y malgastar y es que, estando mirando a ver donde comen, sorpresa: una de las trabajadoras amiga de Mon las pilla. Bueno, casi, porque a Mon le toca esconderse y, además una vez se va, darse cuenta de que ahora también tienen que lidiar con que pueden verlas y que se enteren en la oficina. Por lo que mejor irse a casa que el día se está haciendo largo. Se acabó ser la malcriada…
Que os creéis eso ¿Pensáis que ya una vez en casa, Sam se iba a relajar? No.
A pegarse un baño… y juntas. Mon casi se atraganta con lo que bebe en ese momento y como no, Sam siendo tan directa es demasiado. Sin embargo, Mon quiere que lo sea, que le diga lo que se le pase por la cabeza en cualquier momento; y ella se lo dará. A Sam le resultará difícil, sin embargo, ¿le dará lo que quiera? Oferta que no puede rechazar y se lanza a pedir: un baño con ella.
Mon no sabe donde meterse. La chica no está acostumbrada a ese momento y no sabe como actuar con la mujer con la que ahora sale. Así se lo dice a Sam que se marca uno de los momentos más dulce: la abraza y asegurándole que puede estar a salvo con ella, después de todo, esta tiene los mismos sentimientos encontrados que su amante. No saben como actuar y sabe lo que hirió a Mon por no serle sincera. Simplemente, a relajarse y a llevarse por el momento.
Un momento que es precioso.
Las dos con los nervios del momento, esas miradas que no saben a dónde dirigirse cuando se encuentran frente la una con la otra. Sin embargo, la naturalidad con la que ambas terminan viviendo el momento solo te puede hacer decir “Si es que son muy cuquis”, porque después de tanto drama y momentos duros en la serie, terminamos este capítulo con el mejor momento entre las dos.
¿Honestamente? Se agradece, que vaya capítulos llevábamos ya.
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Os encantó tanto como me encantó a mí? Porque sinceramente, esta serie se ha salido de mis expectativas y el hecho de que haya salido tan bella después de tantas luchas dadas, es de admiración.
Os espero en el siguiente capítulo.
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Khun Sam forever!