Después de una larga espera ¡por fin se ha estrenado la cuarta temporada de Legends of Tomorrow. Esa serie que nos hace reír semana a semana y además nos trae muchas alegrías con la pareja de Sara y Ava, mejor conocidas en el universo lesbicanario como Avalance.
Nos habíamos quedado en que Constantine les avisaba a los Legends de que, si bien habían conseguido matar a Mallus, al hacerlo habían abierto una puerta que estaba dejando pasar otra clase de entes malignos a la tierra.
Nuestro episodio comienza con los Legends más aburridos que una ostra, porque llevan meses sin trabajo duro. Después de la muerte de Mallus la vida es aburrida y triste. Para todos menos para Sara que está disfrutando de lo lindo de por una vez haber conseguido ser héroes «de verdad».
Al parecer las advertencias de Constantine no se han cumplido y no han encontrado ningún ente maligno. Y nadie se ha enterado de su desliz, porque no se lo han comentado a Ava. Han hecho mutis todos. O al menos eso parecía hasta entonces porque Gideon le avisa a Sara de una comunicación de Ava y aparece su holograma con cara de pocos amigos y voz seria de jefa para decirles que tienen que ir a la oficina.
Los Legends llegan al ministerio del tiempo y se topan con una fiesta porque todo era una sorpresa de Ava para premiarlos por su buen hacer el año pasado.
Sara flipa un poco en colores y todos los demás se dedican a disfrutar de la fiesta, pero ella se va directa hasta Ava y le pide una celebración privada en sus oficinas. ¡No es lista ni nada la niña!
Avalance más fuerte que nunca
Y no se paran ni un segundo a pensarlo, las dos se van a la camita a hacer cosas bonitas que tendrán que imaginarse porque la siguiente imagen son las dos haciéndose mimitos en la cama super contentas.
En ese momento de intimidad de pareja, Ava decide poner toda la carne en el asador y pedirle a Sara que, aprovechando que su trabajo está más estable se mude a vivir con ella.
Sara se queda un poco trabada y Ava intenta meter reversa rápidamente porque no lo ve claro.
Pero todo fue falsa alarma porque Sara está dispuesta a avanzar en la relación y sí, quiere mudarse con su chica y dar un paso más en esta maravillosa relación que es Avalance.
Para celebrar decide ir a por una buen botellita de Champagne para empezar la celebración y justo en esas anda cuando se topa con Constantine que tiene la virtud de aparecer en los momentos menos adecuados para la vida lesbicanaria.
Constantine le insiste en que dejar de liarse con su chica y prepararse para el inminente desastre que viene. Sara le dice que su vida está en otro punto, que ahora es una mujer casada y tiene que cumplirle a su mujer. No, ya en serio, le dice que llevan un montón de tiempo buscando y no han encontrado nada así que lo invita amablemente a irse pero mientras lo saca Ava se levanta a ver que está pasando y se lo topa de frente.
Obviamente, a la rubia no le hace mucha gracia ver al ex de su mujer en su casa y sin tocar la puerta, vamos que se ha infiltrado. Así que Sara se apresura a sacarlo rapidin.
Ava: ¿Me voy a tener que preocupar de que tu ex se infiltre en mi departamento usualmente?
Sara: Vaya… pensé que había dicho que este era nuestro departamento.
Ava: Eres una listilla. ¡Que no se te olvide el Champagne!
Igual la alegría nos dura poco, porque en cuanto se va Ava a la cama, vemos que unos huesos que detectan cosas paranormales que dejó Constantine se mueven. Vamos, que va a tener razón.
Sara se lanza hasta los años 60’s, para ser más exactas hasta el festival de Woodstock en busca del monstruo perdido, pero lo que se encuentra es un unicornio que lanza brillitos de colores con forma de corazón. ¡Es el ente más lesbicanario al que se han enfrentado!
Igual todo lo que tiene de bonito lo tiene de asesino, porque le gusta encajarle el cuerno a los humanos y comerse su corazón. ¡Super gore todo! Sara sufre porque no quiere perder el respeto que se ha ganado de Ava, así que está intentando solucionarlo todo sin que se entere. Por eso le pide a los Legends que contengan un poco al monstruo en lo que va por Constantine y lo atrapan.
Dicho y hecho, Sara lleva a Constantine hasta los sesentas y él le advierte de que, se van a enfrentar a un ser muy poderoso y que lo mejor sería pedirle ayuda a Ava, pero ella se niega porque no quiere que su chica sepa nada.
El lado más cínico de Constantine sale en ese momento para aconsejarle que termine con Ava antes de que la cosa acabe mal. Él cree que los dos son muy parecidos, dos supervivientes natos pero que cuya vida le cuesta la suya a quienes los rodean.
Constantine: Mira, puedes tomarte el consejo de un hombre que no ha hecho sino causarle miserias a todo aquel que ha amado. Créeme, termina con Ava antes de que sea demasiado tarde.
Sara: ¿Alguna vez has pensado que has causado miserias no por ese rollito romántico de «he nacido para estar solo» sino porque eres un idiota que no sabe confiar en la gente.
Constantine: Confío en que la gente que quiero termina herida, muerta o algo mucho peor.
Sara: ¿Crees que yo no tengo miedo? ¿Qué no sé lo que es sufrir? Pero no estoy dispuesta a darle la espalda a la vida. Porque eso exactamente lo que estás haciendo John. Nuestros amigos y familia no nos hacen más débiles, nos hacen más fuertes.
Me ha encantado esta conversación porque apenas la temporada pasada Sara se sentía en el mismo espacio en el que ahora está Constantine. Pero su relación con Ava y con los Legends la ha hecho madurar muchísimo y sí, sigue siendo irreverente y divertida, pero también confía en su equipo y sabe que su vida está más llena gracias a sus amigos y a su pareja.
Igual no hay demasiado tiempo para filosofar, hay que quitarse de encima a un unicornio maravilloso. Así que Constantine tiene listo un encantamiento pero necesita alguien virgen para ofrecerlo como carnada y ¿adivinen quien termina uniéndose? ¡Sí! El pobre de Gary jajaja. Al final consiguen derrotarlo pero Gary pierde un pezón. ¡Auch!
Por la noche, Sara llega al departamento para encontrarse a una Ava que ha preparado Chiken Picatta y ha colgado las medallas de los Legends para que sepa lo muy orgullosa que está de ella.
Obviamente a Sara le entra un ataque de culpabilidad absoluta y termina confesándole todo a su novia.
Sara: Cuando liberamos a Mallus accidentalmente liberamos monstruos mágicos en el mundo. Y no te lo dije porque me encanta la idea de vivir juntas y no quería arriesgar esa posibilidad ni el hecho de que pensaras que no era un desastre.
Ava: Lo sé.
Sara: ¿Lo sabes?
Ava: Sí, Gary estaba demasiado orgulloso de haber perdido un pezón.
Sara: Pero hiciste la cena…
Ava: Sí, porque te amo tontita y nada va a cambiar eso.
Sara: ¿Aunque trabajara con Constantine a tus espaldas para mandar a un unicornio al infierno?
Ava: Vale, esa parte no me gustó demasiado. No hablemos de Constantine. Pero estoy loca por ti. No creo que seas un desastre. Creo que eres una capitana buenísima, que a veces se enfrenta a circunstancias extraordinarias.
Sara: ¡Dios te amo!
¡Son amor señoras! Y no podría estar más feliz, porque hay una serie un poco loca en la que los unicornios se comen a los humanos y se viaja en el tiempo. Pero también en la que la protagonista y capitana de la serie es lesbiana y tiene una relación interesante, divertida y madura con la jefa del ministerio del tiempo.
Y lo que sería un drama nacional en otra serie se convierte en una conversación en la que se entienden mutuamente. Son relationship goals estas dos.
Eso sí, lo de irse a vivir juntas como que no va a ser posible con un montón de monstruos pululando por el mundo.
Ava lo entiende perfectamente y le dice a Sara que no le importa esperar, pero que quiere seguir avanzando en su relación, porque la ama mucho y necesita más de ella. Y Sara la corresponde así que todo es amor y besos y felicidad en este mundo lesbicanario.
Y así señoras terminamos el primer episodio de la cuarta temporada de Legends of Tomorrow. ¡Ais hace tiempo que no me llevaba tantas alegrías lesbicanarias en una serie! De verdad que extrañaba muchísimo a nuestras Avalance. ¿Cómo han visto ustedes el episodio?
