GAP resumen de episodio 11

El espectáculo de GAP va a comenzar. Agarren sus asientos porque el cara a cara de la pequeña de la familia con su abuela es un espectáculo digno de ver.

Porque aunque la abuela sabe perfectamente por qué Sam está allí, esta sigue en sus trece con la boda: que si Kirk ya eligió la fecha, que si su vida será perfecta solo si se casa con Kirk, si esto, lo otro; y con una Sam que intenta decir por activa y por pasiva que de boda nada. La pobre lo intenta de mil formas, explicándole que lo está haciendo por respeto y amor y la abuela que nada.

Todo termina saltando cuando recuerdan a la mediana de las hermanas, aquella que tras salir del armario, murió en el accidente de coche… Y por la cual vemos que “actúa” la abuela.

Porque sí, finalmente sabemos que le pasó a la mediana de las hermanas aquella noche, como después de la discusión buscó a su novia y tuvo el accidente que la llevó al hospital aun viva. Sí, el accidente no acabó con ella.

Lo hizo la intolerancia, literalmente.

Y es que al parecer, la pobre chica necesitaba una intervención importante que debía de ser aceptada por “la familia” cuando solo se encontraba su novia. Esta no podía firmar los papeles por no ser considerada “familia”, por lo que cuando llega Sam y la abuela, es demasiado tarde, había muerto. Así que, la abuela, como no, terminó echando la culpa a la pobre chica que no tenía nada que ver. Básicamente, vemos que la abuela nos está poniendo de los nervios porque no quiere que su nieta pueda morir por estar con alguien que no pueda salvarle la vida…

Manda…

Y es que aunque esta serie sea drama tras drama, también nos saca un aspecto muy importante de la sociedad: y es que desgraciadamente aun hay países en los que ser gay es “ilegal” y que te puede llevar a la muerte. Ya sea por no considerar a tu compañero o compañera, etc; como legítima o el caso más extremo.

La duda está sembrada en Sam y desgraciadamente, termina afectando a su relación con Mon, volviéndola a alejar de ella. Vamos, que volvemos al principio de donde estábamos: a una Sam aterrada de sus sentimientos y bajo el yugo de la abuela y a una Mon que no sabe lo que hacer.

El matrimonio más corto de la historia: Lady Sam y Mon.

Hablando de Mon, menos mal que esta tiene a Tee, Yuki y Jim, que están ahí para consolarla y decirle lo obvio: que si Sam está perdida en combate, es porque la abuela a tenido finalmente algo que ver en todo aquello. Literalmente, le informa de lo que ya sabemos de ella y que Mon aun desconocía de la relación de la abuela con Sam.

Así que, como persona de luz que es Mon, allá que va a intentar de nuevo a hablar con su mujer… novia… ya ni sé que son estás dos, madre mía, que lio.

En fin, el caso es que ahí se encuentra Mon de nuevo, llamando a una casa en la que parece que no hay nadie… hasta que por fin aparece. Sí, cuando Mon está a punto de darse por vencida, Sam aparece: hay que hablar…

Lo que significa que se viene más drama.

Mon y Sam hablan, se ponen por fin al día y con una Mon toda comprensiva ahora que sabe por lo que Sam ha tenido que pasar toda su vida con su relación con la abuela. Lady Sam incluso le pregunta si no está enfadada y Mon, haciendo uso de ese “en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte nos separe” allá que está ella para apoyar a Sam en lo que haga falta.

Al menos, ahora están en el punto intermedio, pero, porque sí, hay un pero: Sam tomó una decisión… la de casarse con Kirk…

¡Ay señor, dame paciencia con estas dos!

Y es que Sam lo había decidido para poner fin y paz a todo, por eso había estado desaparecida en combate. Casarse con Kirk y dejar la guerra a un lado para que todo se estabilizara, aunque eso signifique tener que lidiar con su relación con Mon en secreto. Sam no quiere dejar escapar a Mon, pero sabe que tiene que casarse con Kirk por el bien de la abuela, porque es que no hay otra. Sin embargo, le deja claro que aunque aquello tenga que ocurrir, su corazón siempre pertenecerá a Mon y por ello, le pide a esta llevar su amor en secreto ahora.

Todos a llorar.

Porque sí, se nos parte el alma ver a una Mon que está literalmente dando todo por amor. Llevarlo en secreto con Sam, ser la denominada “la otra” de la mujer que quiere, no poder vivir lo suyo como una pareja normal y corriente. Mi corazoncito llora viendo esta escena.

Se dice que el drama es guerra, pero con esta serie creo que todas firmamos para ir a una auténtica guerra. ¡Que no tenemos un respiro, “mare mia”!

En fin, que lo único que le queda es eso. Vivirlo en secreto y así se lo pide Lady Sam a Mon, que “será lo que quiera Sam que ella sea”. ¿Lloramos todos? Lloramos…

Aunque también morimos de amor. Porque sí, esta serie ya he dicho que es famosa por llevarnos en una montaña rusa de emociones y si primero nos daba uno de los momentos más trágicos del capítulo (porque ya en la serie no sé ni los que llevamos ya), ahora nos toca morirnos de amor con la tremenda escena que se pegan estas dos.

Después de prometerse llevarlo en secreto, Sam y Mon pasan una última noche de amor juntas. Bueno, última noche en libertad, por así decirlo, antes de cambiar a su nueva vida. Aunque eso sí, Sam se asegura de dejarle claro a Mon que, aunque tengan que vivir de aquella manera, el amor de ellas va a ser lo más real del mundo y, honestamente, solo tengo que decir una cosa tras esta escena: Sam deja muy alto el estándar de chica diez que debes de buscarte en tu vida después del tremendo dialogo que le monta a Mon.

Es que, de verdad, diez de diez a todo: el diálogo, la escena, los visuales, ellas… Me muero.

Mañana siguiente y Sam ya está en modo “enseñar mi amor por Mon”. Un baño juntas, le prepara el desayuno, le dice te quiero… Quizás, ¿todo aquello podría servirles a ambas? Sam está contenta de ello y Mon disfruta de aquella felicidad… Podría funcionar… No. Aquí eso de encontrar un intermedio como quiere Sam no funciona y aunque la noche anterior fue mágica, pronto de nuevo volvemos al drama: el señorito Kirk aparece en escena.

La paciencia es una virtud y con esta serie, lo sabemos.

Con la serie y con Kirk porque este no solo se presenta para herir a la pobre Mon, que lo hace de mil formas, si no que lo hace para darle encima una invitación a la boda. Si es que es para matarlo: la boda se va a celebrar, ambos se irán a vivir juntos, a construir una vida juntos. ¿Qué pasara entonces cuando se interponga entre los dos? “Será una rompe hogares” le dice incluso Kirk y nosotras es que ya nos volvemos locas de las ganas de matarlo.

De verdad, es que entre la abuela y él estamos apañadas con todo ello.

Literalmente, Mon recibe la misma charla por parte de Kirk. Que si no podrá ser feliz “con esa vida”, que solo será lo mejor el que los dos se casen… En pocas palabras, que lo que hace es dejar a una Mon derrotada y que así se lo deja saber a la mayor de las hermanas. Porque sí, resulta que en el momento justo, esta recibe una llamada de ella y es entonces que, como buena hermana mayor, se pone manos a la obra.

Enseguida llama a Sam y le deja saber que la abuela ha estado interponiéndose y que es hora de que vaya a ver a su mujer que está a punto de marcharse. Sí, Mon hace la maleta y es que está a punto de irse de la casa después de sentir que ha perdido la batalla finalmente, cuando se encuentra con Sam, que llega como que justo a tiempo.

No quiere que se vaya y Mon que está la pobre derrotada. Esta chica a llorado más en esta relación que nadie. Sam lo sabe y aunque se pone de rodillas en el suelo, aferrada a su mujer para que no se vaya, se lo pide. Mon se niega, literalmente, se puede decir que la pobre muchacha ve todo negro, todo perdido y viendo la realidad de que no pueden luchar más contra algo con lo que no pueden ganar.

¿Qué hacer entonces?

Pues luchar, pero ahora sí, que de la forma correcta.

Sam no puede tener contento a todo el mundo. La vida no es contentar a los demás y a ti, a veces, hay que dejar a un lado lo que piensen los demás para contentarnos nosotros mismos. Eso mismo va a hacer Sam, contentarse a ella misma.

Así que, tras convencer a Mon para que se quede, Sam vuelve a llamar a Neung, la hermana mayor para pedir su ayuda: le dará el doble del dinero que la hermana le pide, si está allí para apoyar a Sam cuando vaya a plantarle cara a la abuela. La hermana primero duda, pero al escuchar la determinación de Sam…

Supongo que este es, finalmente vamos a tener el enfrentamiento del siglo: Sam contra la abuela en la batalla final. ¿Será la definitiva? Tendremos que verlo, porque esto es el drama del nunca acabar y del estrés al máximo para los fans.

Noche, mansión de la abuela y Mon y Sam que llegan en el coche de esta última. Sin embargo, aún no hay rastro e la hermana mayor, Neung, por ninguna parte. Sam quiere hablar con la abuela de una vez por todas, pero el miedo aun puede con ella. Por un lado, quiere esperar Sam a su hermana, pero por otro lado, quiere hacerlo ahora de una vez por todas. Sam vuelve a llamar a su hermana que no coge el teléfono. ¿Qué hacer? Pues ir a por ello.

Deja a Mon esperando fuera, junto con su coche y ella se dirige a hablar con su abuela que, sorpresa, está preparando las cosas para la boda con Kirk y dejando a Sam fuera… como no.

¿Pasará de nuevo como la otra vez o esta vez habrá un cambio en todo ello?

Parece ser que habrá un cambio porque cuando la abuela de nuevo empieza a ignorar las palabras de su nieta, Sam alza la voz y por fin deja claro que no va a haber boda por más que la abuela lo diga. Sin embargo, hablar con esa abuela es hablar contra la pared y esta de nuevo en sus trece de que “allí se va a hacer lo que ella diga”. Aunque esta vez, juega incluso más sucio aun.

¿Cómo? Jugando el papel de víctima y amenazando a Sam de que si dice que no es porque quiere hacerle daño y verle muerta. Incluso se hace la dolida cuando Sam le sigue plantando cara. Desde luego, aquí no descansa ni Dios.

Por suerte, Neung por fin llega a la casa, encontrándose a una Mon que aun sigue esperando a Sam fuera. ¿Qué va a hacer la hermana? Pues llevar a Mon también para dentro cuando esta le cuenta la locura que está cometiendo Sam.

Se viene lo bueno.

Dentro se monta ya la de Dios con Sam, Mon, la abuela, Kirk y una hermana mayor que viene dispuesta a no aceptar ninguna orden de su abuela. Literalmente, creo que Neung es la única que tiene ovarios en esa escena (sin olvidar aquí el marrón que tienen las amantes). Y es que la mayor de las hermanas, empieza a cantarle las cuarentas a la abuela.

Todo lo que el fandom quería decirle a la abuela, creo que es dicho en este momento gracias a la hermana de Sam: como realmente la muerte de la hermana mediana fue la culpa de ella, que lo que está haciendo es acabar con la felicidad de Sam, que quien quiere realmente la pequeña de la familia es a Mon. Incluso le deja claro a su hermana pequeña que o reacciona y se va con quien realmente le hace feliz, Mon, o va a arrepentirse toda su vida.

La abuela gritando, Sam que no sabe a quien acudir, Neung que está con la artillería pesada, Mon y Sam partiéndonos el corazón… Madre del amor hermoso, si no termináis con la tensión por las nubes con esta escena, es que no estáis vivas, por así decirlo porque el momento de la verdad, ese momento en el que Sam por fin debe decidir quita a todo el mundo el aliento.

Y es que Neung lo deja claro o elige o se van.

La abuela y Kirk por un lado, Mon y su hermana por el otro. Sam está partida, destrozada y nosotras tenemos el corazón en la garganta hasta que por fin Sam ELIGE A MON.

Sí, en un momento en el que muchas pensamos que elegiría irse sola, Sam sale llorando de la casa de su abuela, tomando a Mon de la mano para llevársela. Porque aunque la tensión del momento y todo casi nos mata, el amor gana y Mon elige su propia felicidad por una vez en su vida.

Asique, juntas, ambas literalmente corren al estilo película romántica en su coche. ¿Final feliz por una vez para el capítulo? Como que no.

Aquí todo Dios acaba mal: Sam con el amor de su vida, pero destrozada por dejar a su abuela. Esta “enferma” y tomada por Kirk para cuidarla, Neung creyendo que ha ganado… literalmente, este capítulo para mí nos deja con un sabor de boca amargo. El amor ganó, pero ver a Sam de aquella manera, nos deja destrozada.

Y es que este capítulo lo ha tenido todo: romanticismo, drama, pasión, pelea, lucha, amor… GAP nos ha enseñado que sabe darnos de todo y demasiado bien.

¿Y vosotras? ¿Qué pensáis del penúltimo capítulo de GAP? Porque sí, esto está llegando a su fin y nosotras estamos más que preparadas para saber si el amor triunfa o, como siempre, el destino truncará a las sáficas.

¡Nos vemos en el próximo capítulo!

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