¡Bienvenidas a un nuevo episodio de NCIS: Hawaii! Preparen los corazones porque se acerca el final de temporada y la vamos a cerrar entre este episodio y el siguiente. Así que crucen los dedos por una futura reconciliación de Lucy y Kate o nos vamos a quedar esperando hasta la siguiente temporada.
Nuestro episodio comienza con lo que parece una pelea callejera. Una pareja discutía de manera bastante ostentosa en la calle y cuando un oficial de vacaciones se mete para intentar separarlos termina acuchillado y muerto. Jesse y Lucy se presentan primero a estudiar la escena y es ahí cuando nos enteramos que Lucy tiene sueño. ¡Pero tranquilas que no es porque Skylar la haya mantenida despierta! Nuestra chica se ha quedado en casa viendo «The Great British Bake Off». Podría criticarla pero soy la típica que se pone a ver episodios de The Home Edit en momento de confort ¡te entiendo hermana!.
El caso de primera mano parecía sencillo, pero cuando revisan el cadáver se dan cuenta de que tiene solo una cuchillada y el hombre murió rapidísimo. Vamos que el hombre que lo mató tenía muy mala o muy buena puntería cuando se trata de manejar el arma punzo cortante con la que lo hirió. Ya en la estación, la patóloga les explica que quien mato a ese hombre lo hizo con una maestría inigualable. Vamos, que «El pleito de novios» fue un engaño para atraerlo y esto es un asesinato.
Se suponía que el hombre estaba ahí para hacer unos entrenamientos, así que el equipo tira por ahí. Pero descubren que en realidad no asistió a ninguno de los eventos. Y cuando intentan investigar más terminan detenidos por otro equipo de policías. Resulta que se está organizando un intercambio de prisioneros entre las autoridades rusas y las americanas. ¿El encargado? El mismísimo Joe Milius. Sí, el novio de Tennant a principios de la temporada.
El caso es que Mason fue informado de que la operación peligraba y viajó a Hawaii para avisarle a Joe y ahora está muerto. ¡Mal asunot para la operación! Sobre todo porque el que le dio el chivatazo también está muerto.
Ahí es donde entra la agente especial del FBI Whistler, que llega con energía renovada. En algún momento desde el último episodio, Kate ha perdido la cara de perrito triste y viene de nuevo con esos trajes que nos vuelven locas, pero sobre todo con esa actitud que nos enamoró en los primeros episodios.
Kate les cuenta que David y Ana Freeloff son la pareja del pleito. Que tienen información sobre ellos porque se cree que están coludidos con los rusos y se dedican a provocar accidentes como el del muertito en cuestión. Pero hay algo que no cuadra porque si son los rusos ¿por qué quieren sabotear el intercambio de uno de los suyos? Todo es raro y solo encontrar a la pareja puede proveer más pistas. Así que ponen a la obra.
Por cierto, me encanta que sí, Kate va ahí en modalidad «soy una profesional que le va a dar su espacio a Lucy» pero cuando la morena no la está viendo aprovecha para mirarla de reojo porque el amor se le escapa por todos los poros.
Pero volviendo al episodio, Joe y Jane se lanzan a las Filipinas donde será el intercambio de prisioneros mientras que Kai, Lucy y Jesse van al aeropuerto porque alguien vio ahí a los Freelofs. Consiguen identificar a Anna que sale pitando en cuanto los ve pero Lucy es chiquita pero picante, la alcanza y después de una de esas peleas a las que ya nos tiene acostumbradas termina sometiéndola y arrestándola.
Kai y Jesse interrogan a Anna pero la mujer es dura de roer y no les suelta nada. Jane por su parte habla con Anton, que es el prisionero ruso y un espía, pero se da cuenta de que él también está preocupado, así que algo malo se cuece.
Como los niños de Tennant están solos, Ernie se pasa a llevarles la cena y echarles ojo y se pone a hacer lagartijas con ellos. Digamos que no acaba bien porque termina sin espalda. Por eso al día siguiente Lucy se lo topa adolorido intentando darse masaje y se preocupa por él.
Lucy: Ernie, ¿Qué te ha pasado?
Ernie: Niños Lucy, no los tengas.
Lucy: Uh… hablamos de Alex y Julie ¿verdad? No hay pequeños Ernies de los que yo no sepa ¿no?
Ernie: Solo los pequeños Tennants.
Lucy: Bueno, yo apenas llegué a la tercera cita, así que los niños ni me los planteo.
Ernie: Pensaba que Skyler y tú tenían química.
Lucy: ¡La teníamos! La teníamos… la tenemos… Lo que pasa es que sigo dándole largas y por razones estúpidas como ver televisión o limpiar el baño. Creo que no estoy lista para tener química en estos momentos.
Ernie: O a lo mejor quieres tener química con alguien más. Alguien más alta, un poquito más rubia y lleva placa. ¿Qué? El corazón quiere lo que quiere.
Lucy: Mi corazón lo que quiere es cambiar de tema.
¡Buenas nuevas señoras! Parece que Skylar está fuera del panorama. Seguro que hay alguna lesbicanaria por aquí que se sacrifica a consolarla. No es que fuera mala mujer, pero necesitamos que no aparezca de nuevo por los privados de Lucy. Aquí lo interesante es que es la misma Lucy quien se da cuenta de que no tiene el corazón como para estar buscando y ya lo presentíamos pero ¡necesitábamos confirmarlo!
Como todo no iba a ser cosas personales, Ernie descubre que el esposo de Anna, es el eslabón débil de la cadena. Vamos que era un tipo normal hasta que se enamoró de ella y se radicalizó. Es ella quien organiza el percal. Luego se les prende el foco y se dan cuenta de que David tiene que estar todavía en el aeropuerto así que van a buscarlo y lo encuentran disfrazado de personal de limpieza.
También vemos a Jane ligando con Joe y los dos son muy monos. (Nótese la diferencia de interés con la trama hetero).
Lo siguiente que vemos es a Lucy que acaba de recibir un mensaje de texto de Skylar invitándola a un restaurante. Lucy le pone la excusa de que está hasta arriba de trabajo y justo en ese momento llega Whistler a preguntarle qué tal va. A la morena prácticamente le da un infarto porque su novia la acaba de cachar con las manos en la masa ligando con otra. Pero de repente como que se da cuenta de que ella es soltera y Whistler es su ex y vuelve a la realidad del planeta.
Lucy: Uh… nada… yo solo estaba… le estaba mandando un mensaje de texto a alguien… Nada importante.
Kate: Con los Freelofs… como los arrestaron hace tiempo…
Lucy: Uh…
Jesse: Los hemos estado interrogando toda la noche.
¡Ais que risa! Pobre Lucy más perdida que yo en un congreso de física cuántica. Las caras de todos en esta escena son épicas. Primero la de Lucy de culpabilidad, seguida de la de Kate de «por una vez que soy profesional» y menos mal que estaba ahí Jesse para salvar a Lucy de la peor de las vergüenzas.
Kate difumina la situación preguntándoles si han utilizado ciertas técnicas de investigación, pero las han tratado todas y nada ha funcionado. Entonces la rubia les pregunta si han usado una basada en la pelicula «Say Anything». Kai es el único en entender la referencia y a Whistler le hace mucha ilusión. Whistler se gira para explicarles que es una película que habla sobre el poder del amor con la sonrisa más grande del universo en su cara y la mirada de ceja levantada de Lucy le hace volver al momento serio al segundo.
Kai y Jesse miran al piso intentando hacer como que no se dan cuenta de las conversaciones que tienen sin palabras estas dos y en esas están cuando Kate invista a Lucy a intentar su metodología con el sospechoso. Lucy alucina un poco de recibir la invitación pero Kate insiste y como ella es una profesional se apunta al interrogatorio.
Las dos entran en la sala y de inmediato empiezan a jugar sus papeles de «policía buenísima que entiende». Lucy le lleva comida y Kate le comenta que entiende que esté preocupado porque tiene las cosas difíciles. Lucy añade que es muy probable que pasen la vida en prisión pero incluso podrían estar recluidos en máxima seguridad a menos que uno de los dos diga algo. Lucy insinúa que es injusto para él porque es ella la que maneja el cotarro. Él insiste en que no traicionará a su esposa.
Whistler: ¡Por supuesto que no David! Tú la amas. Has cambiado toda tu vida por ella. Yo respeto esa clase de devoción.
Sí señoras, Whistler está jugando sucio y haciendo un doble trabajo porque esta señora es capaz de interrogar a un sospechoso al mismo tiempo que le tira las verdades a la ex que nunca la deja hablar. ¡Es muy grande! Lucy responde un: «Eso solo lo hace más triste». Porque en este momento las dos están hablando sobre el hecho de que Kate haya renunciado a su trabajo en DC para que darse en Hawaii. Pero en algún momento tienen que seguir con el interrogatorio, así que Lucy le dice a David que lo triste es que no volverán a verse nunca más porque en el régimen en el que van a entrar jamás podrán volver a hablar.
David entonces decide echarse la culpa de todo. Les dice que él forzó a Anna a cometer el crimen. Pero ellas tienen claro que eso no es cierto. Kate le dice que es honorable que intente proteger a su esposa y Lucy le dice que el fiscal necesitará detalles que le hagan ver que él es el jefe.
Lucy: David, sé que estás entre la espada y la pared. Uno no… uno no elige a quien amar. Ni como se comporta la otra persona.
Kate: Y a veces la gente se topa con una situación difícil en la que una mala decisión termina por llevar a una cascada de malas decisiones.
Al final las chicas consiguen ponerse tristes escuchando el lado de la otra pero también consiguen el nombre de la persona que ordenó matar a la víctima. El trabajo viene de Rusia, de alguien llamado Silver Moon.
El caso es que el intercambio empieza a llevarse a cabo y justo en ese momento Lucy y Jesse están custodiando el traslado de los sospechosos cuando su camión explota. Las noticias llegan a los espías de ambos bandos. Todos se ponen nerviosos y sacan las metralletas pero Jane consigue aplacar los ánimos y el intercambio se lleva a cabo con éxito. Pero en el vuelo de regreso, el agente intercambiado empieza a tener una ataque, es obvio que lo han envenenado pero ¿Quién ha sido?
Y así termina este episodio de NCIS: Hawaii. Por lo menos ahora sabemos que tanto Lucy como Kate se aman y están sufriendo pero ¿llegará la reconciliación? ¡No se pierdan el último episodio para descubrirlo.