Regresamos con Transparent para contaros el desarrollo de su segunda temporada. Recordamos que la temporada pasada la relación entre Sarah y Tammy terminó en un punto sorprendente cuando Sarah se sacó de la manga que se quería casar con ella precisamente en el momento en el que parecía tener más dudas y acababa de estar a punto de ponerle los cuernos con su exmarido Len. Pues si creíais que esto se iba a dilatar en el tiempo, os equivocabais. La familia Pfefferman al completo está ya en su boda… ¡sorpresa!
No creáis que es fácil porque están como cinco minutos tratando de colocarse todos y luego la familia de Tammy se suma y también se lo toman con calma. Que por cierto, están ahí sus dos exesposas invitadas tan panchamente, así que es bonito ver que se llevan todas bien. Es un punto positivo de cómo maneja Tammy sus relaciones porque en otros aspectos es bastante que ME SACA DE QUICIO YA ESTÁ YA LO HE DICHO.
Otro asunto pendiente desde la temporada pasada es la amistad de Ali y Syd, que aparentemente está en stand by porque Syd está enamorada de ella y Ali no ha sabido qué contestarle. Pero hay que destacar que Ali ha avanzado mucho en su queerness. Para muestra un botón.
¿Veis lo que quiero decir? Que a lo mejor soy la única a la que le resulta tope interesante que Ali sea tan gender non-conforming en su expresión estética pero me parece que da lugar a muchas lecturas. Por cierto, Josh no puede contenerse y le suelta a Ali que Raquel está embarazada (ohhh, qué sorpresa, no nos lo esperábamos para nada) o, mejor dicho, que ambos lo están. Que ya es una forma asquerosa de dar la noticia, sobre todo cuando la embarazada es ella, pero bueno… ya conocemos a Josh, que da asco como hombre y persona en general.
¿Recordáis lo bien que llevaban las ex de Tammy la boda? Pues Sarah no ha invitado a Len, algo que no sabe muy bien cómo explicarle a su hija. En cambio Colton sí está invitado porque Josh está jugando a ser buen papá. La hermana de Maura también y eso no le hace mucha gracia. Vamos, está todo cristo menos Len. ¡Y no es que lo echemos de menos! Ja.
Total, está todo preparado para que dé inicio la boda, todas las personas invitadas en sus asientos (con un gran número de lesbicanarias entre el público, porque Tammy invitó a toda su camarilla bollera) y Sarah está, como se percibe en las fotos, espléndida. ¿Es esto una boda ibicenca? Podría serlo, sí, podría serlo.
Tammy está esperando pacientemente la llegada de Sarah por el pasillo, todo el mundo mirándola con lágrimas de emoción… pero parece que ella está como un poquito fuera de sí misma. Tammy le suelta un discurso bastante bonito en sus votos y Sarah ni siquiera parece estar escuchándola entre el calor y un avión que pasa por allí. Bueno, es raro, es que tiene que ser raro casarse, muchas emociones, tú siendo todo el centro de atención… No la culpo. Hacen todo el rito de rigor judío pisando un vaso de cristal, y también se ponen los anillos y se besan. Un buen morreo para declararlas esposas mutuas.
¡Casadas! Joder, qué rápido todo, si es que nada más acaba de empezar la temporada. Y si nos fijamos en la evolución de su relación, no paran de quemar etapas a velocidad supersónica. Da un poco de miedo porque son capaces de estrellarse.
El caso es que todo el mundo está pasándolo francamente bien en la fiesta posterior, bailando, comiendo… Lo que se hace en las fiestas, vamos. Además, la noticia de que Raquel está embarazada ya ha llegado a Shelly nada menos, porque en esa familia lo de guardar secretos lo llevan regular. Tammy baila con su padre, está bastante contenta, pero Sarah parece estar en un plano distinto. ¿Qué le pasa a esta mujer? ¡Es tu boda! ¡Disfruta! Llega el momento de bailar el famoso Nagila Hava, así que ambas novias tienen que estar en ese momento… pero Tammy no encuentra a Sarah por más que la busca con la mirada. Ais.
Y no me extraña que no la encuentre porque está escondida en el cuarto de baño. ¿Le sentó mal la cena? Pues lo hubiese preferido, pero tiene más bien cara de estar sufriendo un emotional breakdown. Así que todos bailan, dan palmas, se lo pasan tetísima… menos ella. Josh y Ali están obviamente preocupados y salen a buscarla. Cuando la encuentran en el cuarto de baño, la conversación que tienen es muy reveladora.
Sarah: ¿Por qué dejasteis que me casase con ella?
Ali: ¿No querías?
Sarah: ¡No! No quería. No quería. ¿Por qué me dejasteis? Oh, dios mío. ¿Qué he hecho?
Ali: Sólo estás teniendo un momento de dudas. Creo que esto suele pasar.
Sarah: No es eso. Ojalá. ¿Sabes qué? Toda la relación con Tammy fue un momento, esto… esto es jodidamente real. Tengo que mear… Esto es… como… para siempre. Quiero decir que ni siquiera quería dejar a Len. Ni siquiera sé qué es lo que quiero hacer. Soy totalmente patética.
Ali: Shhhh… Vale. Por ahora… sólo respira.
Sarah: Odio a Tammy. La odio y odio a su estúpida y maldita familia.
Bueno, lesbicanarias, pues se acabó la fantasía. O eso parece, también puede que esté teniendo un momento ultraemocional de esos replanteándose toda su vida, pero ¿en serio Sarah? ¿No lo podías haber pensado antes? Un tanto egoísta. Porque eres mayorcita, joder, ¿cómo que te dejaron casarte con ella? Fuiste tú la que se lo pidió. ¿Y cómo que no querías dejar a Len? Pero si erais un desastre juntos. Ay dios, se nos ha roto.
Mientras todo esto pasa en el baño, a Tammy la están ya llevando por los aires en pleno Nagila Hava, pero Sarah sigue sin aparecer y claro, Tammy parece a punto de sufrir un ataque nervioso. Así que Shelly decide contar allí en medio de toda la fiesta que Raquel está embarazada y que es hora de celebrar que va a ser abuela. ¡No puedo más! Raquel, de amiga a amiga, huye mientras puedas de esta familia. ¡Huye y no mires atrás! Pero la pobre Raquel no tiene tiempo a reaccionar porque Josh aparece de repente para llevársela de allí y se la planta a Sarah delante. Raquel está como “¿estás bien? ¿te sentó mal la comidita?” pero lo que pasa es que Sarah no quiere estar casada y así lo reconoce. En ese momento la rabina le explica que religiosamente está casada porque ya acabó la ceremonia, pero legalmente todavía no porque no ha entregado la licencia para que la sellen. Eso lo haría después de la ceremonia, así que Sarah no puede creérselo y está feliz de la vida.
No obstante, cuando sale del baño tiene que seguir un poco con el paripé y la meten allí en medio de todos a bailar que no sé cómo no tropieza y se cae al suelo. A su alrededor notan que no está muy allá, así que Tammy la lleva hacia un lado de la pista un tanto preocupada.
Sarah tiene esta cara de “no puedo con la vida” y Tammy no sabe dónde meterse. Cuando termina todo vemos que Maura se acerca a su hermana a decirle que quiere ver a su madre, pero su hermana le dice que no se atreva a acercarse así a su madre. Y enfatiza el así con mucho asco porque se está refiriendo a ella misma una vez salió del armario. Buhhhh, mal.
Por otro lado Josh pide perdón a Raquel por haberles contado que estaba embarazada, Raquel está un poco molesta porque pensó que lo contarían juntos, pero Josh no se pudo callar la boca porque es imbécil. Raquel le pide que ni se le ocurra volver a hacer eso. Oh, honey, lo que te espera con este tío… Y, por favor, Sarah bien pudo haberle besado los pies porque le ha salvado el culo ampliamente. Raquel va a salvar a esta familia o algo, estoy sufriendo porque se va a llevar palos y la van a decepcionar y no quiero. Mientras tanto, en la habitación de al lado Sarah está contándole a Tammy que “no puede” y Tammy enseguida sabe a qué se refiere.
¿Es esto el final de su relación? Porque estar con alguien que odias como que no. Las que parece que están viviendo una segunda oportunidad en su matrimonio son Shelly y Maura, que están en modo pareja total. Ali, en cambio, parece que tiene muchas cosas con la cabeza y mira a la lejanía desde el balcón. ¿Será esta la temporada del autodescubrimiento de Ali?