Tenemos que hablar
Dime qué viento es el que más te desbloquea, que si algún día se cansa de soplar, le sustituiré yo para que no dejes de sentir libertad.
Dime qué sueño no has cumplido, y yo diseñaré un camino con las piedras que te lo han impedido.
Dime cuándo empezó a calcinarse tu sonrisa y yo te ayudaré a forjarla y moldearla desde cero, con sabor a Esperanza y vistas al horizonte.
Dime dónde están tus barreras y yo te enseñaré a escalarlas y saltar al otro lado sin hacerte daño.
Avísame cuándo te caigas, que me agacharé a tu lado y te explicaré lo poco que sé sobre aprender del dolor mientras nos levantamos juntas.
Avísame si tienes pesadillas, que diseñaré un atrapasueños lleno de colores para inmovilizar todas tus angustias y que no vuelvan a atormentarte.
Pero, sobre todo, avísame cuando te sientas perdida, y yo te recordaré que no es una carrera, que eres maravillosa por dentro y por fuera, y que nada ni nadie podrá contigo… ¡qué más quisieran!
Qué quieres que le haga
Tengo la manía de escribir de madrugada, de llorar a solas hasta que se me apagan las ganas, de soñar despierta más que dormida, y de seguir aprendiendo para que no se me escurra la Vida.
Hora de la limpieza
Estás más guapa cuando sonríes en mitad del llanto y cuando solo uno de tus ojos tiene fuerzas para dar los buenos días. Tu cara despeinada por el sueño es la más hermosa, y el único maquillaje que yo le pondría serían mis besos.
Que yo conozco todos los altibajos de tu voz y sé cuándo está de tormenta y a qué hora se le pone el Sol. En los malos momentos recuerda lo valiente que eres y, si no, ya te lo digo yo.
Hay que saber estar a la altura de los reveses y tú tienes estatura suficiente como para hacerle cosquillas a las nubes. Así que te propongo que, en vez de perder el tiempo quitando el polvo de la estantería, lo ganemos limpiándonos la tontería a polvos sobre cualquier mueble que nos encontremos por el camino.