Ya sé que junio es el mes en el que las personas de la Comunidad LGBTQIA estamos de fiesta. Celebrando los avances que hemos hecho y exigiendo las mejoras que todavía faltan. Pero esto no quiere decir que debamos bajar la guardia respecto a cuidar de nosotros mismos en estos días.
Más allá del obligatorio sistema de cuidado físico, eso de estar pendientes de nuestros tragos, que ni en esta fiesta somos inmunes a personajes siniestros que pudieran colocar alguna droga en nuestras bebidas. O evitar grupos de homofóbicos cargados de odio y listos para la violencia.
No aquí vamos a hablar de cuidar nuestra paz mental. Hace un tiempo leí una serie de consejos que me parecieron interesantes y pensé que ahora que estamos en el Mes del Orgullo LGBTQIA sería bueno repasarlos.
1.- Las opiniones ajenas no te definen
En estos días seguramente vas a escuchar más de un comentario negativo o burlón de cara a los distintos desfiles del Orgullo que se organizan por todas partes. A veces nuestras mentes nos juegan malas pasadas y parece que nos enfocamos más en lo negativo que en lo positivos.
A veces, aunque tengas un grupo de apoyo incondicional, puede que una opinión negativa de alguien que no es nada para ti, te derrumbe. No sé si es porque somos seres sociales y eso de encajar es fundamental para la supervivencia, o si es un defecto evolutivo que percibe las críticas negativas como guías de las que depende nuestra supervivencia como especie.
Lo cierto es que debemos tomarnos un momento para recordar que la opinión de otros no define quienes somos. Particularmente de personas que no tienen idea. Ya sea alguien que no te conoce personalmente, o que asume que los estereotipos negativos asociados con la Comunidad LGBTQIA son ciertos. No dejes que te deprima, o que te arruine el día.
Tú sabes que esos estereotipos no son sino eso, que no son ciertos en la mayoría de los casos, que esos comentarios vienen de la ignorancia y el miedo. Tu valor no lo determina gente con esa mentalidad.
2.- Rodéate de personas que te quieren y apoyan
Un estudio publicado en 2011 asegura que pasar tiempo con los amigos puede reducir los niveles de estrés. Y ser parte de la comunidad LGBTQIA, aún en 2018, produce estrés. Ya sea porque vives homofobia a diario, o la ves en las noticias, las leyes y políticas dan ganas de llorar, etc.
Habla con tus amigos y/o familiares que te apoyan sobre estos temas que te preocupan. Expresa tus opiniones, tus miedos, tus frustraciones con ellos y escucha el punto de vista de ellos.
Recuerda que no tienes que sufrir nada en soledad. Puedes contar con gente que se preocupa por ti y te quiere. A lo mejor puedes pensar a veces que son tonterías o que molestas a esas personas, pero te puedo garantizar que no es así. No estás sola. Tampoco subestimes las amistades virtuales, o los foros de apoyo online. O las líneas de ayuda.
3.- Aléjate de la información o la discusión
No estás, bajo ninguna luz, en obligación de consumir todas las noticias, o de escuchar todos los comentarios o conversaciones sobre temas LGBTQIA (o cualquier otro, la verdad), que sientas que te está afectando de manera negativa.
Si te ves agobiada, o la ansiedad se vuelve asfixiante no dudes en alejarte de esa red social, cambiar el canal, apagar la radio o levantarte de la mesa, marcharte a otra habitación. Simplemente despréndete de ese debate negativo que te está afectando.
No eres cobarde por cuidar de tu salud mental. No pierdes un argumento por darle prioridad a tu salud emocional. Desgastar a las personas es una táctica que lamentablemente se usa cada vez con mayor frecuencia. Cuídate, tu bienestar es lo más importante.
4.- Haz cosas que te hagan sentir bien
Victor Schwartz, jefe médico de la Jed Foundation, enfocada en la salud mental, recomienda practicar actividades de cuidado personal. Ya sea dormir más, hacer ejercicios, escuchar música, comer bien. El sexo, yoga, un baño caliente, chocolate oscuro y hasta decir palabrotas. Todo esto funciona para hacerte sentir mejor.
Yo suelo poner todas las groserías, insultos y palabrotas que me vienen a la mente en canciones cuando estoy particularmente frustrada y hasta ahora me funciona. Esto no quiere decir insultar a alguien. Simplemente usar estas palabras como drenaje. Como cuando gritas al viento, sin dirigirte a nadie. Es ciencia.
“Todo esto son métodos para hacernos sentir bien y distraernos de experiencias negativas”, asegura Schwartz.
5.- Prueba con el activismo
Esto, claro, no es obligatorio, ni tienes que sentirte mal por no hacerlo, que no todo el mundo está cortado con la misma tijera. Pero no estaría mal intentar ayudar un poco. Tampoco se trata de convertirte en el próximo Harvey Milk.
Ayudar en estas causas tiene varios tintes, no todo tiene que ser activismo de primer nivel. De hecho no tiene que estar relacionado con activismo pro LGBTQIA, si los temas que te están mortificando están relacionados con los problemas de la Comunidad, no necesitas enfrentarte a ellos si sientes que te hará más daño.
Quizás tienes otros intereses, como ayudar en refugios para mascotas, o personas sin hogar, prevención de suicidio, limpieza de playas, sembrar árboles. Hay cientos de causas que necesitan más de una mano constantemente. Infórmate y prueba ayudando donde sientas que puedas.
Sentirte parte de la solución, parte de un equipo que ayuda, un equipo de personas con intereses similares y que se apoya, ayuda a dejar de sentirnos impotentes ante los problemas del mundo.
6.- Terapia
Yo parece que siempre insisto con los mismos temas, pero eso de que todavía en el siglo XXI sigamos viendo la salud mental como tabú es una tragedia. A veces literalmente. La depresión sigue sin entenderse por una importante parte de la sociedad.
Sin ir más lejos, en estos días recibí una cadena (sí, 30+ años de internet y la gente todavía cae en bulos y cadenas) sobre el suicidio de personas famosas, imagino inspirada por los suicidios consecutivos de la diseñadora Kate Spade y el chef Anthony Bourdain, en resumen la cadena religiosa insinuaba que la gente se suicida porque no tiene fe/no cree en dios/no encuentra a dios. Me dio tanta rabia que estuve el resto del día de mal humor.
Eso es una irresponsabilidad, no sólo el usar la tragedia como arma para meter miedo, o manipular, sino por desestimar la depresión de tal forma. Este tipo de cosas, aunque vinieran con buenas intenciones son peligrosas. La depresión es una enfermedad, es un desbalance químico, no es lo mismo que estar triste.
En fin, que me desvío, el punto es que hablar con un terapista es una herramienta fantástica. Algunos estudios demuestran que hablar con un terapista puede reprogramar de manera positiva el cerebro, con el tiempo. Esto puede ayudar a pacientes con ansiedad y depresión a lidiar mejor con estas condiciones.
Si el terapista se especializa en problemas que tú enfrentas, es decir si consigues a un terapista pro LGBTQIA todavía mejor. Podrías encontrar ayuda sobre temas específicos, como lidiar con la falta de apoyo de personas cercanas, discriminación, acoso, violencia, rechazo familiar, etc.
7.- No hagas nada
En absoluto. No quiero decir rendirte, quiero decir darle prioridad a tu salud mental. Porque no es tu responsabilidad educar a la gente o solucionar los problemas. Especialmente si esto afecta tu calidad de vida, tu salud emocional, o tu buen estado mental.
A veces la mejor manera de cuidarte es alejarte del problema y simplemente existir. Esto no quiere decir necesariamente no volver a tocar estos temas nunca. Tal vez sólo necesites un par de días, o un par de semanas, o un par de meses. El tiempo que haga falta.
Sólo tú sabes hasta dónde puedes llegar y cuándo tienes que parar.
8 Busca ayuda
Si te encuentras en riesgo, de cualquier tipo, no dudes por un segundo en buscar apoyo. Y no me refiero sólo a sentirte amenazada por las acciones de otros, sino por las tuyas mismas. A veces nos refugiamos en actividades y substancias negativas. El alcohol, las drogas, la autoflagelación. Todos son mecanismos para lidiar con situaciones, pero son mecanismos peligrosos.
Porque amenazan nuestra salud mental y física. La solución al sufrimiento no puede ser un sufrimiento distinto. Mereces sentirte bien, estar mejor, así que en lo que sientas que tu salud mental y/o física está en riesgo, busca ayuda de forma inmediata. Ya sea un profesional de la salud o alguien en quien confíes y te pueda ayudar.
Si te sientes amenazada asegúrate de decírselo a alguien. Ya sea un familiar, amigo, terapista, miembro de la iglesia, jefe, profesor, terapista. Lo importante es que busques ayuda y consigas apoyo para sentirte a salvo. Nadie debería vivir con miedo, especialmente por ser quien eres. Nadie puede alejarte de ti misma, nadie.
Esas son las palabras de Dan Reidenberg, director ejecutivo del Suicide Awareness Voices of Education. Así que recuerda, tu salud es lo más importante. Disfruta del Orgullo, haz activismo, no hagas nada, busca apoyo, cuídate, conoce tu valor y no dejes que nadie te haga sentir menos.
¡Feliz Orgullo, chicas!
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