Lo que de verdad cuenta

Respiro en tus acordes cuando empiezas a crear. Inspiras mis letras, no necesito ni pensar. Eres una Mujer bella y llena de luz en Libertad. Tus pinceladas pasadas de oscuridad han logrado que tu lado radiante brille más. Siento que progresas cada día sin dejarte derrotar. Aunque, a veces, te aflijas por tener que esperar lo que ansías lograr, nunca te agotas de luchar.

Recuerda que apoyo cada pisada que das. No importa si es del tamaño de una gotita de agua o grande como la inmensidad. Huella a huella, compones un mar en el que adoro navegar sin temor a que me pueda ahogar. Un camino en el que se aprecia tu felicidad porque lo transitas según tu voluntad.

Lo que de verdad cuenta es que sabes avanzar.

Es por eso y mucho más –que ahora sobra mencionar–, que mi Amor por tu Corazón es de verdad. Y al que no le guste, ya sabe por dónde se puede marchar.

La llamada de la Libertad

Siempre he sentido ansia por liberarme del “yo correcto”. No ese que cumple las leyes sino el que obedece reglas estúpidas. Liberarme de cargar con un paracaídas por preocuparme de si lo que decido saldrá bien o mal. Solo contar con el plan B de llevar bolígrafos de repuesto. No aguantar en un lugar que veo que me deja el Corazón más tieso que un bastón.

Me agrada salir a la calle a pasear, aunque llueva. No soy como el resto del rebaño, mugiendo que luego cambiaré mi estilo; prefiero hacerlo ahora, por si mañana me he ido.

Me atrae sentirme oveja negra al disfrutar de un café sentada en una (in)cómoda roca antes que en la silla de un bar. Peregrina a tu lado. Ser la loca rodeada de cuerdos. La cuerda en un mundo de ahorcados. Ahorcados con sus corbatas de 300€ o apuñalando hasta la muerte a la Madre Naturaleza con unos afilados tacones.

Prefiero dejar envejecer mi piel al aire libre que tatuarla con maquillaje que disimula la verdad. Disfrutar de un paseo con frío que conservar frío el Corazón por miedo a tropezar. Hacer lo que me nace sin culparme por si estará bien o mal.

Es delicioso soñar con la Libertad. Más rico es convertirlo en realidad.

Tallado en madera

En un hogar con suelo de tierra y techo de estrellas, nunca será “hasta que la muerte nos separe”, sino “hasta que la Vida quiera”.