¡Bienvenidas al universo de Gentleman Jack! Esa historia en la que Anne Lister conquista a más mujeres en una hora que tu en 3 años. No todas podemos tener ese pegue.

La semana pasada nos habíamos quedado en que Anne había decidido conquistar a la señorita Ann Walker y hacerla su esposa. Ahora suena difícil en plan ¿en sus tiempos? Prácticamente era imposible, pero eso no detiene a una mujer como Anne Lister. Además ¡está destinado a ser! Una pareja de lesbianas con el mismo nombre está destinado a ser.

¿Amor? La verdad poco, al menos de momento todo el interés de Anne está en la cuenta bancaria de la susodicha. Y bueno, su cara bonita no es que estorbe, pero sentimientos por su parte no hay, al menos de momento.

Anne Lister y Ann Walker platicando

El episodio comienza con Anne presentándose en casa de la señorita Walker (no le digo Ann porque si no hasta yo me confundo) para platicar un rato con ella. Prácticamente desde que llega saca el armamento pesado, las miradas penetrantes, la sonrisa matadora y sobre todo la inteligencia.

Anne le cuenta sobre aquella vez que diseccionó a un bebé y su fascinación con la paleontología y la anatomía. Luego le explica como funciona el cerebro y sus maravillas y la deja alelada para toda la semana. Y ¿para qué vamos a mentir? Lo explica todo con una intensidad que nosotras también nos quedamos un poquito enganchadas.

Ann por su parte, le explica que, como su familia la trata como una inválida hay veces que se siente como una y le falta el valor para hacerlas cosas que realmente quiere. Y entre una plática y otra se les van 4 horas juntas.

No hay nada de malo en ella. Por lo menos nada que un poco de picante en el matrimonio no pueda curar. Todo lo que necesita ahora es entender que la naturaleza de sus sentimientos por mi… es el amor.

Mientras ella ligaba a la vecina, en su casa los sirvientes comentan la situación de Eugénie y lo que pasará cuando la señora de la casa se entere de que está embarazada. Vamos, que tiene que encontrar un hombre a la de ya con quien casarse.

Anne Lister en Gentlemen Jack
Cara de los hombres me cansinan en todas sus facetas

Por desgracia todo no puede ser ligarse mujeres en la vida de Anne, la mujer tiene también que hacer negocios. Así que su siguiente paso es reunirse con los entendidos en materia del carbón para decidir qué debe hacer con su mina.

Con ayuda de sus conocimientos decide que va a negociar de tal manera que suba el precio de sus tierras para compensar todo el carbón que le han robado quienes quieren arrendar la mina. Que son dos hermanos, el mayor con muy malas pulgas y típico bully que todos odiamos y el menor que le sigue el juego porque no tiene ovarios como para hacer algo diferente.

Anne visitando al niño atropellado

Sus siguientes pasos los dirige hacia la casa del pequeño niño que atropellaron. A sus padres casi les da el patatús porque haya decidido visitarlos, pero ella hace como si nada y de inmediato se interesa por su salud. Ellos están muy agradecidos porque su hermana ha pagado los gastos del doctor para que fuera a curar al pequeño.

Como el niño lleva desde el accidente sin hablar, Anne le hace una pregunta y para su sorpresa el responde con otra. Una que deja a sus padres sin respiración porque la curiosidad de los niños no tiene límite. El pequeño le pregunta si es un hombre.

Anne empieza a contestarla de manera racional, como todo lo que hace, pero en el fondo vemos que le afecta. Lo sabemos porque empieza a contarle que, una vez en París le hicieron la misma pregunta. Y en ese momento ella iba vestida «muy bien vestida» para mayor insulto. Al final le responde que ella es una mujer y no se lo toma a pecho, porque sabe que el niño, a diferencia de otros que habían preguntado anteriormente, no tenía malas intenciones.

Pero a mi me gustó esta escena, básicamente porque muchas veces el hecho de que pertenezcamos a la comunidad LGBTQ hace que se nos hagan unas preguntas bastante pasaditas de tono. Y quieras que no, esa experiencia te deja huella.

Luego se pasa por su casa para informarle a su familia que quiere hacer cambios en sus propiedades para convertir la granja en algo más elegante. Las caras que le ponen todos son como de: «estás más loca que una cabra». Pero más que loca es visionaria.

Anne Lister y Ann Walker platicando 1

Como esta mujer tiene más energía que las baterías duracell, decide pasarse a visitar de nuevo a visitar a la señorita Walker. ¡Menudas piernas tenía que tener que camina mucho y a gran ritmo! De hecho estoy pensando en ponerme la canción de fondo para mis caminatas a ver si me ayuda a apretar el ritmo.

Pero volviendo al episodio, la señorita Walker le cuenta que tiene un problema, uno de sus primos quiere 1000 libras prestadas y ella no sabe como decirle que no. Vamos que se las quiere rapiñar porque sabe que ella tiene mucho dinero y además que se puede aprovechar de ella. Anne de inmediato se indigna y le dice que necesita una buena carta.

Anne le ayuda a redactar algo que sirve para ponerle las cosas claras a su primo sin ofenderlo. Luego le dice que es muy buena persona, pero que necesita tener más confianza en sí misma.

Lo que no esperaba nuestra protagonista, es que la señorita Walker le contará que se va de vacaciones en contra de su voluntad las próximas tres semanas. No es que le haga mucha ilusión el viaje pero ya está todo arreglado. Anne se importuna tanto que ese corta sin querer la mano pero eso solo sirve para hacer más grande su conexión.

Ann Walker curando a Anne Lister

Anne mueve ficha y la invita a viajar con ella por Suiza y Roma en primavera y la mujer acepta encantada. Además, para mantenerla interesada, se dedica a contarle historias picantonas de París porque «¡todo el mundo va a eso a París». Bueno todo el mundo menos ella, que fue a estudiar anatomía. Y por los recuerdos que podemos ver ¡la estudió en profundidad!

Luego pasan al tema de los besos y ahí Anne decide sacar la artillería pesada y decirle que tiene ganas de besarla cada vez que va a verla. Y la mira con esos ojos que es imposible esquivar para luego acariciarle el labio con el pulgar y soltarle:

Creo que estás un poquito enamorada de mi.

Y a la señorita Walker se le caen las bragas, como era de esperarse. Pero Anne es demasiado lista, así que en lugar de presionar, aprovecha su confusión para dar un paso atrás y decirle que lamenta muchísimo si la ha incomodado, así que la hace esperar y se ofrece a marcharse.

La pobre Ann, que es más inocente un bebé, de inmediato le pide que no se preocupe, y le dice que le tiene mucho cariño y que no entiende sus sentimientos. Así que Anne le responde que se va a marchar para darle tiempo y espacio. Y le funciona porque nosotras vemos como la mira cuando se marcha.

Cuando Anne llega a casa descubre que le llegó una carta de Vere Hobart. La mujer que era el amor de su vida y por quien la vimos llorar en el primer episodio. La carta es una invitación para su boda y obviamente no le hace ni la más mínima ilusión. Más bien le rompe el corazón otra vez.

Así que de ahí se pasa por el negocio de  Christopher Rawson (el hermano mayor) para ver qué se está haciendo para descubrir quien causó el accidente del niño. Él es el causante del accidente, así que obviamente pasa un kilo de investigar y a nuestra protagonista le queda muy claro el tema con la visita.

Ann Walker enfadada

Ann por su parte, recibe en casa la visita de su amiga Catherine. Como buena mujer enamorada, no puede dejar de hablar de la señorita Lister, algo que su amiga no le gusta mucho. Porque dicen las malas lenguas que «no es buena compañía para otras mujeres».

Ann la defiende y le dice que ella la conoce personalmente y nunca ha pasado nada malo. Además añade que la gente habla mal de ella porque es diferente y no se conforma con lo que la sociedad le exige. Y es la primera vez que la vemos tener algo de caracter, así que le está viniendo bien un poco de Anne Lister en su vida.

Y volviendo a Anne, la mujer se come con patatas a Jeremiah Rawson (el hermano pequeño) y le informa de que, o paga el precio que ella pide o no habrá negocio. Así que él sale pitando a informarle a su hermano que es un idiota, así que piensa que podrá manejar él la situación. Sobre todo porque sabe que a Anne le gustan las mujeres. ¡No sabe lo que le espera!

Ann aconseja a Ann

Anne se pasa de nuevo por casa de la señorita Walker para regalarle un broche de oro que la ayude a recordarla mientras está lejos. Todo mientras se acerca a dos milímetros de su cara pero sin besarla, porque sabe que todavía no es el momento adecuado. ¡Que manejo del cortejo señoras! Y que autocontrol.

Ann desearía que la señorita Lister pudiera acompañarlas, pero ella tiene que ir a una boda en París a la que no tiene nada de ganas de asistir. Así que la rubia intenta animarla diciéndole que sus amigos la extrañarían casi tanto como ella si no fuera. Y además añade:

Ann: A veces, cuando intento evitar ir a un lugar, pero al final tengo que ir de todos modos. A veces me he dado cuenta de que ha sido uno de los mejores días que he tenido. Así que si vas, eso que parece tan complicado, a lo mejor se resuelve solo.

Y después de esta platica, creo que es la primera vez que la mirada de cariño que le lanza Anne es real y no parte de su planificado cortejo. Pero igual no podemos avanzar más porque justo en ese momento llega Catherine.

Anne Lister en la boda

Anne se presenta a la boda vestida de negro funeral y cuando se encuentra con la novia le cuenta que es una tradición que comenzó 16 años atrás, cuando «su amiga» la señorita Lawrson decidió casarse con un bufón sin encanto. ¡Auch!

Anne está ahí solo para desearle felicidad, a pesar de que veamos lo mucho que le afectó en la cara. Vera le dice que lamenta mucho haberla herido, que siempre la ha querido mucho pero que ella «no es así». Y Anne aguanta como las meras machas el golpes y se va con la misma gracia con la que llegó. Eso sí, en cuanto entra en su casa anuncia que se va de viaje al mismo lugar donde casualmente está la señorita Walker.

Y hasta aquí nos quedamos en este segundo episodio de Gentleman Jack, con Anne Lister más decidida que nunca a conquistar a la señorita Walker. Y ahora ya no solo por su dinero, sino que ha empezado a picarle el gusanillo del cariño.

Yo las dejo con este fanart genial de Bea Tormo de la pareja.