Uno, diez, nosotras…

Un beso

repartido en dos tiempos.

Ni tres cenas a tu lado

ni más de cuatro(cientas) cervezas en el cuerpo,

lograron arrancar las cinco letras

que tardé seis años en decirte.

Ojalá los gatos me prestaran una de sus siete vidas

para trasnochar contigo aunque sean las ocho de la mañana,

suplicando que no te marches hasta las nueve de una noche muy lejana.

Y si lo haces, contaré hasta diez antes de echarte de menos.

 

Y yo le seguiré confesando al horizonte, como cada amanecer,

que no existe un número capaz de contar lo mucho que te llegué a querer.

 

Era

Ella era tan feliz que yo tuve miedo de no saber sostener su sonrisa.

 

No es lo mismo

No es lo mismo devorarte con hambre que comerte desganada.

No es lo mismo follar que hacer el amor.

No es lo mismo querer con el corazón que por obligación.

No es lo mismo desearte como el primer día que seguir amándote tras toda una vida.

No es lo mismo mirarte con y a los ojos que al corazón. Son tan distintos. Uno refleja la verdad, en el otro se pierde la razón.