¡Bienvenidas al segundo mini resumen de episodio de The Sex Lives of College Girls, esa serie que nos ha sorprendido con un una nueva protagonista lesbicanaria en nuestras vidas. ¡Bienvenida sea!
La semana pasada nos habíamos quedado con que Leighton había tenido una noche de sexo con una mujer 10 años mayor y totalmente en secreto porque está más dentro del armario que el calcetín que se te perdió hace 10 años. Este episodio lo comenzamos con la rubia llegando al departamento donde sus tres compañeras la reciben con regaños por haber desaparecido en medio de la fiesta y ¡no contestar sus mensajes!
Todas estaban super preocupadas, pero especialmente Kimberly que ya pensaba que la estaban traficando sexualmente en algún país lejano del planeta. A Leighton tanto amor le da un poco de ñañaras porque lo de ella es tener relaciones lejanas en las que uno salude al otro y poco más.
Leighton: Miren, sé que somos compañeras de cuarto, pero eso no significa que tenga que decirles a donde voy o lo que hago. Nos conocemos hace tres días. ¡Ni si quiera me acuerdo de cómo se apellidan!
¡Sí! Es una sangrona, aunque tengo que admitir que me reí un rato con lo de los apellidos. La que está indignada es Kimberly porque ella sufre si sus personas queridas pueden estar en peligro y ya adoptó a Leighton, así que aquí hay que hacer algo. Al final, después de un rato de dimes y diretes, la rubia accede a avisar cuando no vaya a llegar a dormir, pero ningún detalle extra.
Lo siguiente que vemos es a Leighton haciendo un examen sorpresa de su clase de matemáticas y fingiendo frente a sus ex amigas (esas con las que se suponía que tenía que vivir) que está genial y su vida es mejor gracias a que ya no está con ellas.
Pero lo realmente interesante es que al otro día, su profesor le pide un minuto para hablar con ella:
Profesor: Señorita Murray. ¿Puedo hablar con usted del examen de ayer?
Leighton: Antes de que diga nada, debería saber que mi padre pagó por este edificio.
Profesor: Vale, entendido. Pero lo que iba a decir es que usted consiguió la nota más alta de la clase.
Leighton: ¿En serio? ¿Fui la mejor? Pensaba que todo el mundo lo haría super bien, fue una prueba estúpidamente fácil.
Profesor: Eso es bastante insultante, pero como sea, debería estar en una clase mucho más avanzada.
¡Alaaaaaaaa! Por lo visto Leighton es una geniecilla azul! Y de hecho decide que sí, se cambia de clase pero a cambio de que el profesor diga enfrente de toda la clase que ella es la más lista de todas, para poder hacer una salida triunfal enfrente de sus ex amigas.
Más adelante vemos a Leighton otra vez repasando citas y quedando. Y no mucho tiempo después está en un coche dándose el lote con otra chica guapísima y obviamente mayor que ella (le van las grandes). Las cosas van genial entre las dos hasta que la morena se da cuenta de que Leighton va a Essex por su llavero y le pregunta. Ahí la rubia muta en erizo porque no quiere que ninguna mujer con las que sale sepa nada de su vida.
La chica se da cuenta de que Leighton no ha salido del armario y le escama porque y cito: «Pensaba que la gente de tu generación salía del armario como si nada».
Leighton: Para alguien como tú seguramente salir del armario te hizo más interesante. Pero en mi caso, yo ya era popular, así que tenía algo que perder.
Chica: Es difícil encontrar el valor para hacerlo, pero vale la pena.
Leighton: Igual para ti, pero yo no quiero que ser lesbiana sea mi identidad. Me gusta quien soy, no quiero ser la chica gay de Kappa o la prima lesbiana. No quiero ser la otra, solo quiero ser yo.
Chica: ¿Escondiendo quien eres?
Leighton: ¡No! Vine aquí a tener sexo, no a que me regañara una madre suburbana con un cárdigan horrible.
De vuelta en la Universidad, Leighton va deprimida por la vida después de su encuentro cuando se topa con su hermano. Él intenta ayudar dándole ánimos, pero no funciona demasiado porque le contó a todos sus amigos lo que le pasó a su hermana y eso la hace sentir vulnerable. Justo lo que ella más odia en este mundo.
Así que lo único que se queda la rubia de ese encuentro es la botella de vino que traía el grupo de su hermano y se queda sola bebiendo por el inmenso jardín de la universidad.
Y en esas anda, dándole tragos a la botella y hablando con estatuas cuando le llama Chloe, la chica con la que se acostó por la tarde.
Chloe: Te llamo para ver como estás. Me di cuenta de que lo estás pasando mal y quería decirte que todo mejora.
Leighton: ¡Me lo estás puto diciendo en serio? No, yo estoy bien. ¡Tú conduces una Ford Windstar! Tú eres la que debería mejorar. ¡Mi vida es genial! ¿Por qué todo el mundo me tiene lástima? ¿Me han visto? ¡Soy lista, tengo estilo y resulta que soy muy buena en matemáticas! ¡Lo estoy petando!
Chloe: Pero vives una mentira.
Leighton: ¡Ya lo sé! ¡Claro que lo sé!
La rubia termina colgándole y estrellando la botella contra la estatua para luego salir corriendo para intentar que no la alcancen la policía de la Uni. ¿Conseguirá escapar? Lo sabremos hasta el próximo episodio de The Sex Lives of College Girls porque hasta aquí llega su historia en este episodio.
Pero aquí nos vemos la próxima semana para seguir comentando la serie.