¡Bienvenidas a un nuevo resumen de episodio de NCIS: Hawaii! Seguímos aquí siguiendo investigaciones policiales con la ilusión de que en algún momento encuentren alguna pista del amor entre Lucy y Kate
Esta semana el episodio gira alrededor de el asesinado de dos agentes del FBI pero es especialmente complicado porque se los ha cargado un asesino por encargo conocido por la policía que se llama Donovan Mance. El hombre está fugado y los agentes lo estaban persiguiendo pero el tío sabe lo que hace y ha terminado él con ellos y se vuelve a escapar.
La única pista que tiene el FBI es que se estaba comunicando con alguien en un restaurante famoso de Hawaii, así que por ahí tienen que empezar la investigación.
Lo siguiente que vemos es a Lucy y Kai hablando con Ernie sobre el restaurante. Resulta que el lugar tiene una sola línea de teléfono con extensiones, así que de momento es imposible saber con quién hablaba el asesino exactamente. La única posibilidad es infiltrar a alguien para investigar. El elegido es Kai porque gracias a la influencia de su padre puede hacer una prueba.
Más adelante vemos a Kate y Jane entrar en la oficina platicando sobre sus impresiones en el caso. En esas están cuando Lucy interrumpe con una pregunta.
Lucy ¿Todavía no sabemos por qué está aquí?
Kate: Es un sicario. Supongo que por trabajo.
Lucy: Es un sicario que llevaba años desaparecido. Yo no supondría nada.
¡Uff el mal rollito de Lucy sigue presente! Normal que siga enfadada, pero es super incómodo la manera en la que trata a Kate en el trabajo porque no es nada profesional.
Kate pregunta si Kai ha encontrado alguna pista y Lucy le salta cual gata diciéndole que apenas lleva un día infiltrado. Luego ataca replicándole si ella y el FBI han encontrado algo. Kate intenta volver la conversación a causes normales y les cuenta que el FBI no tiene pruebas pero saben que estaba trabajando para «La compañía» un grupo que manejaba el crimen organizado en la isla. Por lo visto están intentando volver a organizar el grupo.
Lucy añade que eso caza con lo que ha estado investigando, porque resulta que alguien está poniendo mucho dinero para expandir el restaurante y por ahí puede haber alguna pista. Así que Jane les invita a seguir investigando por es rumbo y se marcha.
La morena se pone a trabajar en el ordenador y Kate se queda mirando detrás como para trabajar con ella. Pero Lucy no está para trabajar normalmente con ella.
Lucy: ¿Entonces esta es la nueva normalidad?
Kate:: ¿Perseguir fugitivos violentos?
Lucy: Tú en nuestra oficina todo el tiempo.
Kate: Es parte de mi trabajo… No hay problema ¿no?
Lucy: Ninguno. ¿Tienes algún problema tú?
Kate: No.
El momento es super incómodo y Kate se va con cara de tristeza total. Pero cuando le da la espalda vemos la cara de Lucy y ella también está fatal. Sí, en estos momentos la está odiando pero le cala tanto precisamente porque Kate le importa muchísimo y no puede evitarlo.
Volviendo al caso, mientras Kai está en el restaurante dos tipos atacan a Chris (el socio del restaurante) pero Kai los detiene. Lucy, por su parte está siguiendo a Chris y detiene otro ataque interrumpiéndolos como si estuviera trabajando con él. Así que los tipos intentan secuestrar a la chef del lugar, pero el padre de Alika los mata. Y es que ¡el padre es Mance! por eso está involucrado.
Por lo visto Chris trajo a un inversor silencioso y han estado lavando dinero gracias al restaurante. Ella llamó a su padre para pedirle ayuda y él es un asesino que está arreglando todo a punta de pistola (no porque ella lo pidiera).
Todo esto les lleva a darse cuenta de que en realidad el asesino esta preocupado por su hija y está intentando quitarle el problema de encima. Así que la utilizan de cebo para atraparlo y colorín colorado este episodio se ha acabado.
No ha pasado demasiado entre Lucy y Kate en este episodio, pero lo poco que vimos ya nos cuenta que siguen en malos términos. Kate sintiéndose culpable y Lucy super dolida.