Warrior Nun (La Monja Guerrera) ese show en el que nada es lo que parece. Donde los muertos vuelven a la vida gracias a un Halo mágico, que resulta ser de un ángel, que fue utilizado para traer a la vida a una mujer que dio su vida por Cristo; lo cual hizo que el ángel perdiera sus alas y se quedara en la tierra para siempre, hasta el momento en el que supuestamente había muerto y sus huesos se utilizaban para el mal. Solo que ahora resulta que ese ángel no está muerto y nosotros no sabemos qué está pasando.
Y aun así, amamos el show por las monjas que reparten ostias, y no de las consagradas que digamos.
Quedándonos el último capítulo con Ava descubriendo que Adriel sigue vivo, los minutos van pasando, Beatrice, Lilith y Mary esperan el tiempo necesario para que Ava consiga su propósito… y Duretti consigue ser Papa, como Vicente y la Madre les hacen saber a las hermanas. La cosa empeora y ahora más que nunca, tienen que empezar a darse prisa. Todas esperan a Ava, les dan su voto de confianza, pero Lilith, sigue poniéndose cada vez más y más nerviosa.
Lilith quiere sacarla ya de allí, y viendo lo visto, con razón la quiere sacar. Sin embargo, con Beatrice luchando para darle el voto de confianza, quedan en un punto entre medio. Ellas esperarán, mientras, por si a caso, preparan las cosas por si hay que volar el muro que las separa de esta.
Todo, mientras Ava y Adriel tienen su momento en la tumba.
Ava le pregunta lo obvio, ¿acaso es Duretti quien lo ha planeado todo? ¿Cómo es posible que esté vivo después de siglos allí metido? ¿Es un demonio entonces? ¿Un ángel? Adriel no es que lo deje muy claro el asunto, pero sí que deja clara una cosa: que está allí por culpa de la traición de Areala a su persona. Al parecer, a la misma que salvó con su Halo, lo traicionó, con la ayuda además del papa del momento. La historia de siempre, un Halo que aporta dones divinos, pero que para manipular a la persona que lo lleva, hay que quitar de en medio a la persona originaria portadora: Adriel.
Y dándonos una reflexión sobre el poder que ejerce la Iglesia en la sociedad, realmente invita a uno a reflexionar. Si encerraron a Adriel, aquel que mostraba el ejemplo perfecto que existe el cielo y el infierno, ¿qué era lo que la Iglesia entonces realmente pretendía? Según las palabras del mismo Adriel, ejercer el poder sobre la gente, ejercer el terror para que la gente, buscando ayuda, creyeran tener la salvación en la Iglesia… Desde luego, una buena forma de verlo.
La Iglesia los traicionó, aprovechó la influencia de Areala y lo atacaron. Adriel solo quiere entonces una cosa: el Halo. Quiere marcharse de allí y recuperarse de la traición del ser humano. Por lo que ejerciendo su voluntad sobre Ava, este la toca, cuando los recuerdos vienen a ella:
A través del flashback, nos toca ahora entonces entender un poco la historia de Areala. Volvemos a esta, a las Cruzadas y al que parece ser el último momento de Areala cuando es herida y salvada por el ángel Adriel, como contaban las historias… Pero ya sabemos que las historias solo las cuentan los vencedores y aquí, hay ejemplo de ellos.
Estando en situación de vida o muerte, Areala es herida de muerte y con su ejército, este se prepara para la derrota cuando, apareciendo a través de un portal, Adriel hace acto de su presencia, pero no como ángel, si no como si fuera un forajido que huye, y lo hace de un Tarasca. Vemos que la bestia lo persigue, pero con el poder del Halo, consigue derrotarlo. Sin embargo, se ve que su lucha no ha acabado y Areala… bueno, no es que la salve, si no que la utiliza para pasar desapercibido por el momento mientras que una Areala, representada por Ava, guarda su Halo.
Adriel no es ángel alguno, si no más bien, alguien que huye, un proscrito. Y, dejándole clara las cosas a Areala, le responde lo que se ve venir: los hombres ven lo que quieren ver lo que quieren ver, creer en lo que quieren creer y creerán que las criaturas que los persiguen, son demonios.
Adriel no era ningún ángel enviado por Dios para salvar a Areala ante una Cruzada que solo hacía quitar la vida a cientos de hombres. Adriel es un proscrito que salvó a Areala y se hizo pasar por bueno, para evadirse de aquellos quienes lo buscaban por robar el Halo y ahora Ava también sabe la verdad. Adriel no es un ángel, pero más bien, un demonio que viene a aterrorizar la tierra.
Él quiere el Halo y está dispuesto a quitárselo. A punto está, todo hay que decirlo. Con su mano en el Halo, Ava grita y en un momento de caos, todo es caos absoluto cuando el Halo literalmente crea tremenda explosión que hace temblar todo y que empiece a caer piedras de todos lados.
En el Vaticano, todo comienza a temblar y las hermanas, empiezan a darse prisa para sacar a Ava de la tumba. Aunque no solo es en el Vaticano. En el laboratorio de la doctora Salvius, Michael, el hijo de la doctora, también lo nota y pide a su padre quedarse cerca del reactor que Jilian estaba construyendo para entrar a otros mundos… que se abre. Con Ava incluso a miles de kilómetros, la puerta se abre y Miguel pide de cruzar. ¿Dónde va el niño? No lo sabemos. Solo sabemos que andaba raro, pero ahora, es cuando la rareza sube al máximo y en un momento, verdaderamente que te rompe el corazón, solo podemos quedarnos con el cruce de Michael al otro lado del portal; y a una madre que no puede parar ni cruzar a tiempo para estar con su hijo. Verdaderamente desolador.
Sin embargo, no podemos perder tiempo en chaval, cuando las monjas estar aún peor.
Beatrice consigue pasar entre el caos y la confusión hacia la tumba y tomar a Ava que, sin el poder del Halo, yace en el suelo incapaz de moverse. ¿Ha matado la explosión entonces a Adriel? Que va, este sigue vivo, pero la prioridad de las hermanas es sacar a Ava de allí. Así que, tomando Vicente a Ava, es hora de sacarla de allí. Todo muy heroico… si no fuera porque… ¿brillan los brazos de Vicente? ¿A caso el Padre lleva Divinium en sus tatuajes? ¿Qué está pasando?
Sacando a Ava fuera del lugar, es hora de reunirse, mientras que la Madre Superiora se reúne con Duretti, que se aterroriza cuando, en su saludo papal del balcón, observa el terremoto y las explosiones que ha causado todo aquello. La Madre Superiora no se queda callada y enseguida recrimina a Duretti. Es hora de que confiese, de que diga si sabía de Adriel o no, pero cuando esperamos que confesara… este niega todo. Ni siquiera tenía idea de lo que pasaba…
Porque Duretti no tenía que ver con Adriel… era el Padre Vicente. Sí… el Padre Vicente habías sido el encargado de matar a Shannon, el de llevar a Ava hasta Adriel… El Padre Vicente es Judas y lo deja ver frente a las hermanas cuando lo confiesa libremente. Las hermanas se sienten traicionadas, aunque como para no estarlo. Sobre todo Mary, que había confiado tanto en Vicente y que ahora quiere volarle la cabeza.
Sin embargo, parándola en el momento, es Lilith la que se acerca a pelear contra Vicente y Adriel. Aunque es para nada, este es poderoso y con un movimiento de mano, la lanza volando. Es hora entonces de que Lilith, Mary, Camila y Beatrice luchen juntas mientras Ava se recupera para poder luchar.
Luchando las cuatro contra Adriel, teniendo una pelea de diez con movimientos de cámara incluidos, nos quedamos con Adriel yaciendo en el suelo. Aunque no muerto. Después de todo, ya lo dejó claro a Ava, no puede ser asesinado en este mundo. Por lo menos, no si no es a manos de la Monja Guerrera, como se los deja saber a las hermanas. Sin embargo, no es que lo estuvieran intentando, solo ganaban tiempo para que Ava se recuperara y fuera entonces cuando les diera el empujón final para acabar con él.
Se acerca la lucha fina.
Ava se prepara, aunque lo que no están listas es para lo que pasa a continuación: Adriel es poderoso e invocando a los demonios, todos aquellos que se hallaban viendo la pelea, son poseídos por estos que invoca Adriel. ¿Un ejército entero contra las hermanas? La lucha parece imposible y, aunque Lilith las alienta para una posible retirada, Mary no está dispuesta a quedarse atrás y siguiendo el moto de las hermanas “En esta vida o en la siguiente”, Mary elige “En esta vida” y sola, se lanza a la lucha…
Aunque es para nada.
Lo último que vemos es un centenar de poseídos, lanzándose hacia una Mary que a penas se queda sepultada bajo el ataque de estos demonios….
Porque sí… la temporada 1 de la Monja Guerrera, nos deja así. No gran batalla final, sin saber qué le pasa a Mary y sin saber qué les pasará a las hermanas. ¿Qué hará Adriel entonces en la tierra? ¿Cuál fue la razón que llevó a Vicente a traicionar a las monjas? ¿Duretti era bueno o malo entonces?
Son muchísimas las preguntas que nos deja Warrior Nun, aunque solo nos hace querer saber más del show y esperar con ansias la segunda temporada.
Así que, sin más, me despido. Gracias por estar ahí, y nos seguiremos leyendo en el capítulo 1 de la segunda temporada de La Monja Guerrera.