¡Warrior Nun está de vuelta! Y esta vez con un capítulo que nos ha tenido al borde del asiento. Más peleas, más secretos por desvelar, nuevos trajes y monjas que reparten ostias consagradas como panes y… vamos a empezar ya que me lío.
Y es que el capítulo seis de la Monja Guerrera, no es que sea un favorito de la crítica por nada. Este capítulo es de diez de principio a fin. Incluso nos enseña un poco de la historia de la Madre Superiora, de quien por fin sabemos su nombre: Susana. Esta, junto con Shannon, nos enseña sus días de Monja Guerrera. Como Susana era la portadora del halo antes de pasar a Shannon, una Monja Guerrera que era una mezcla de Ava con la imprudencia, Lilith con el ego y Mary con la valentía; que se adentraba sola ante el peligro. Literalmente, vemos como acaba con la fuerza del Halo con un grupo de hombres armados que tenían a monjas secuestradas.
Susana era una guerrera, sin embargo, esa manera de lanzarse, pronto le pasa factura. Cuando sin esperar ayuda, se lanza a salvar las hermanas y una de las balas perdidas alcanza a una de ellas. La Madre Superiora se desmorona y ganándose la cicatriz que ahora portaba en la cara, no solo pierde a una de sus hermanas por la imprudencia, si no vemos como pierde el Halo también. Como el Halo la rechaza, tal y como contó allá por la temporada primera de la serie.
La escena te deja con los bellos de punta.
¿Y por qué de la historia? Susana advierte a Ava por lo que pueda estar pasándole con el Halo. Porque eso que le falle tanto, es un problema si van a ir por Adriel. Porque el plan se pone en marcha.
Junto con las nuevas hermanas, Ava, Beatrice, Miguel, Camila, Superiora, incluso Salvius, preparan como entrar en la sede de Adriel, gracias a los planos de Salvius. Después de todo, es su empresa, aunque Kristian se la ofreciera a los malos. Tienen que entrar, saber qué está pasando, descubrir a Adriel ante todo el mundo como un fraude. Adriel está haciendo algo allí, quizás creando hasta otra máquina para quizás… ¿volver a casa? Nadie lo sabe y por ello es tan importante. Todas lo saben, incluso Camila, que intenta contactar con él antes de hacerle frente. Mostrarle que no tiene miedo. Es impresionante el cambio que pega su personaje de una temporada a otra. Sobre todo, en estas escenas en la que le planta cara a Adriel.
Aunque no es la única que se prepara, Ava también. Está asustada, aunque no es el único: Miguel está igual. Sobre todo, cuando descubre su secreto. Porque Miguel no es que haya estado dos meses escondido porque sí, estaba buscando a la portadora del Halo, a Ava. Porque como descubrimos, fue entrenado para algo: matar a Adriel. Ese es su destino, convertirse en un mártir para que Adriel pueda morir. ¿Cómo? Haciendo que Ava explote el Divinium que tiene en su cuerpo metido.
Sí, literalmente Miguel quiere que él y Ava se conviertan en… bombas. ¿Lo peor de todo? Es que Beatrice también a escuchado toda la conversación que han tenido los dos. Sabe que la posibilidad de que Ava muera, va aumentando a medida que va pasando el tiempo.
Aquí eso de respirar por un momento, como que no.
Y saliendo de la hermandad por un momento, estas no son las únicas que se preparan, Duretti también y, junto con la mano derecha que le traiciono, ambos tienen una pequeña discusión sobre la divinidad y lo santo. Esta serie, seas creyente o no, realmente te hace reflexionar con este tema y darte cuenta de lo profundo que es el tema en sí. Hasta con la charla que más tarde Vicente y el propio Adriel tienen, en la que Vicente se da finalmente cuenta que Adriel no es tan poderoso ni reflexivo como él cree. Quizás, no es ni la respuesta a sus oraciones como creía en un primer momento.
La serie y su creador realmente te ponen a pensar y ver que a veces, no todo en la vida es de color negro o blanco, a veces hay tonos grises.
Susana, la Madre Superiora lo pone en claro incluso: si ponen en evidencia a Adriel, podrían ser vista incluso como herejes en su propia congregación. La fe nos vuelve a veces muy ciegos y en fin, si os queréis poner filosóficas, este es vuestro capítulo. Tanto para las creyentes, como para las no creyentes. A veces una buena reflexión nunca viene mal.
Bien o mal, hay que ponerse a ello: durante una demuestra pública de poder de Adriel, las hermanas entraran: Jazmine como periodista, las demás por la puerta de atrás con la ayuda de las hermanas nuevas, junto con los samaritanos. Camila hackeará los sistemas, haciendo que Jillian pueda controlarlos con el dispositivo que Ava pondrá. Eso hará que las plagas no aparezcan con la maquina del laboratorio. Una vez descubierto, Camila los distraerá, Ava pondrá la corona en Adriel y lo llevarán en una caja hasta el portal, donde lo mandarán al otro lado. Fácil, ¿verdad?
Bueno… habrá que verlo.
Todo a prepararse: Camila y Susan se despiden, Miguel se reúne con los samaritanos donde Camila ve algún que otro chico que le interesa… Miguel suplica una última vez a Ava por morir mientras que Beatrice sale a la defensa. La tensión del momento desde luego que se nota y, aunque con una salida al ritmo de Lisa, de Blackpink, y su ‘Lalisa’ se ponen en marcha.
Aquí desde luego, va a pasar algo grande.
Ya en el centro, todo se pone en marcha, Jazmine entra, Ava y Beatrice se marcan un momento malote al colarse por la puerta trasera para que Miguel, Camila y compañía puedan entrar. La infiltración es sencilla y pronto, todos se van colocando en sus puestos. Incluso Duretti y Vicente tienen su momento cuando se encuentran antes de que se produzca el gran número de Adriel. Ahí descubrimos que fue Duretti el que lo salvó en la historia que le contaba a Mary y que ahora, lo había vuelto a vender. Literalmente, podríamos decir que Vicente es la representación de aquel devoto que se cansa de pedir a Dios sin que nunca sea escuchado.
Sin embargo, el número debe comenzar. Duretti se prepara para desenmascarar a Adriel. Todos están preparados para que en el momento indicado, se descubra todo. Duretti da paso a Adriel, como si fuera una celebridad, un santo… con número incluido. Todo avanza, Adriel parece no sospechar nada… así que, solo queda que Ava ponga el aparato para controlar la maquinaria y desenmascararlo. Y Ava está a punto, si no fuera por el maldito Halo que vuelve a fallar. Ava queda paralizada de nuevo y sin poder moverse. Momento en el que Lilith entra en acción.
Aunque no una Lilith cualquiera, una Lilith mejorada, con nuevo traje incluso y de nuevo, queriendo acabar con Ava. Lilith ha sido seducida, nunca mejor dicho, por el lado oscuro y, por mucho que Ava intente sacarla de todo aquello, es tarde. La Lilith que conocíamos, no esta y Ava sabe que debe de enfrentarse a ella si quiere que el plan salga bien y puedan desenmascarar a Adriel junto con Duretti, que sigue con su número. Aunque Salvius y la madre Superiora se ponen nerviosas al ver que Ava no da señales.
Y, aunque la cosa es tensa y la lucha dura, Ava consigue deshacerse de Lilith justo a tiempo para dar a la máquina que le dará paso al uso de la máquina que crea las famosas plagas que Adriel está creando. Todo bien… si no fuera porque no funciona. El plan no funciona y las plagas no salen. El plan les sale al revés y ahora es Duretti el que queda en duda sobre si decía la verdad o no. Sobre quien es el fraude de los dos. Adriel se les ha adelantado y aprovecha el momento: deja, en pocas palabras, a la Iglesia como alguien solo vende humo para seguir siendo poderosos.
Adriel se ha solidificado como el nuevo salvador y, viendo que ya no necesita a Duretti, acaba con él de la forma más bestial posible. Creando una fuente de energía con las máquinas que fríe al papa. Literalmente, queda calcificado delante de los presentes. Todos quedan en shock, pero saben que es hora de pasar aún así a la acción.
Camila distrae con su conexión a Adriel, lo que con ayuda del caos sobre lo que ha pasado y las hermanas peleando, hace que Ava pueda tener la distracción perfecta. Es hora de colocarle la corona y bajando como un ángel del cielo, bajo la atenta mirada de Vicente que está cerca. Ava a punto está de ponérsela… si no fuera por Lilith, que termina tirándola antes de que consiga si quiera tocar a Adriel.
Lilith, ¡confiábamos en ti!
Miguel pasa ahora a la acción haciendo a lo que fue mandado: explotar la bomba de Divinium que lleva en su cuerpo para acabar con él. Adriel y él tienen una pequeña pelea en la que Miguel consigue tenerlo. Avisa a Ava, es hora de explotar la bomba… aunque ello mate a ambos.
Y Ava a punto está de hacerlo. Pierde la corona y es la única salida… ¿debe de matarse por ello? No bajo la atenta mirada de Beatrice que sabe lo que pasa y, antes de que Ava consiga tocar a Miguel, Beatrice salva el momento. La manera de proteger a Ava es que… Beatrice dijo de cuidarla y realmente mantiene su palabra.
El caos entonces se apodera del todo. Son demasiados, incluso para las monjas. Adriel es poderoso, está en todos lados porque no solo en el evento está, este ha mandado a sus hombres para tomar el arca, el portal, que Jillian Salvius creó para él mismo. Salvius y Susana tienen que proteger el portal como sea. Si no, destruirlo de la única manera que tienen después de que cortaran la corriente: autodestrucción, lo que mataría a la Madre Superiora. Ya se vé que aquí va la cosa de muerte, pero, aun así; la Madre Superiora se lanza a ello.
No hay quien pueda con ella y consiguiendo matar a la mayoría, Superiora es herida cuando la que era la mano derecha de Duretti, consigue herirla. En esta serie no se salva ni el apuntador, como dice el dicho. Por suerte, Susana es dura y aunque arrastrándose, consigue acabar con él. Hay que destruir entonces el portal.
Arrastrándose, esta llega a él, pero cuando a penas está a milímetros de hacerlo…¡bam! El maldito traidor estaba vivo y consigue herir a Susana mortalmente. No solo perdemos a Duretti, nuestra Madre Superiora favorita, muere ante los ojos de la doctora Salvius, que al quedarse aislada, solo puede verla morir.
La situación es cada vez peor para nuestras monjas. Porque no solo consiguen acabar con Superiora, en el centro, la paliza que le están dando a las hermanas es monumental… hasta que llega la guinda del pastel: la hermana Dora. Una mujer con unos brazos que termina salvando ella sola el día. Es… simplemente, tenéis que verla en acción. La manera en la que pelea… ¡Dios! Nunca mejor dicho.
El caso es que con Dora salvando a los demás, Ava queda finalmente frente a frente con un Adriel que se cree invencible y una Ava que está furiosa con él. Se lanza, quiere acabar con él y después de tremendo capítulo, te encuentras al borde del asiento cuando ves a Adriel lanzarle esa sonrisilla maléfica a Ava.
Y cuando estás segura de que Ava se va a lanzar para matarlo, Lilith de nuevo reaparece en escena y, arrebatando a Ava, desaparecen. El capítulo termina con un Adriel victorioso y con la persona que está viéndolo gritando. Literalmente.
Este capítulo te tiene con los nervios a flor de piel, nunca mejor dicho. La cosa solo ha ido aumentando y a penas a dos capítulos de finalizar la temporada, nos encontramos como locas por llegar por fin a ver como se soluciona todo esto. ¿Ganará finalmente Adriel? ¿Conseguirá acabar con Ava? ¿Qué pasará con ella y con Beatrice? La pobre solo quiere mantenerla a salvo y aquí todo el mundo parece querer morir.
Aunque la gran pregunta es… ¿cómo reaccionarán las hermanas cuando se enteren de que la Madre Superiora dio su vida por ella? Que es otra cosa.
Sinceramente, pase lo que pase, yo voy a estar ahí porque Warrior Nun nos ha enseñado que si creías que las segundas partes son las malas, estabas muy equivocada. Nos vemos en el siguiente capítulo.