En el episodio pasado de Sin Huellas, nos habíamos quedado en que Cata y Desi habían convencido a Irene de que las llevara a donde habían dejado estacionado el coche con el dinero. Pero cuando llegan ¡el coche ya no está! Resulta que lo habían aparcado en mal lugar y la teoría es que se lo ha llevado la grúa.
Irene a estas alturas está bastante cabreada. Primero por el lío en el que anda metida su ex y segundo porque sea con «su nueva novia». Porque recordemos que Irene piensa que Cata y Desi son novias por lo que le dijo el hermano de Desi.
Desi: ¿No vas a decir nada?
Irene: No.
Desi: A muy bien, muy típico de ti.
Irene: ¿Muy típico de mi?
Desi: ¡Pues que da igual lo que diga o lo que haga, siempre crees que te la estoy liando!
Irene: A lo mejor lo digo por algo ¿no? A lo mejor es que alguna vez, sí que me la has liado.
¿Qué se hace en una situación así de desesperada? Pues poner carita de perrito triste. Y eso es justamente lo que hacen Desi y Cata a la vez. Desi le dice a Irene que están agotadas, que a ella le han disparado y a Cata le robaron el zapato y le dieron con un fierro en el pie. Apestan, llevan dos días sin dormir… en fin.
Irene, que es más buena que el pan, decide que las lleva hasta su departamento a descansar. Pero las chicas no pueden volver a su casa porque los rusos la tienen fichada. Así que Irene las invita a dormir en la suya. ¡Si es que es un amor de mujer!
Ya en casa, Desi se mete a bañar, lo que deja a Irene y Cata a solas. Cata de inmediato intenta hacer migas comentándole lo bonito que esta el departamento pero Irene lo que quiere es chicha. Así que empieza sutilmente a intentar conseguir detalles de «la relación» de Cata y Desi.
Cata le cuenta que se conocieron en el trabajo y llevan viviendo un año y medio juntas. También le dice que están intentando que su hija y su madre se vengan a vivir con ellas y a Irene le explota la cabeza.
Irene: Perdona, es que no me imaginaba a Irene viviendo con la madre y con la hija de su novia… es como…
Cata: ¡No! ¡No! No somos novias. No sé por qué todo el mundo piensa que somos novias pero no, solo vivimos juntas. Es mi mejor amiga.
Irene: Ah perdona… es que pensaba que…
Cata: No, no, yo estoy casada… con un hombre…
Irene: A ver que hubiera estado bien ¿eh? A mi me da igual que…
Cata: No, si a veces parece que estamos casadas, pero es nada más porque nos peleamos mucho.
Ya con ese detalle solucionado, la conversación se torna más seria. Cata le pregunta si piensa que todo se va a solucionar e Irene le dice que está complicado pero que ella espera que si. Cata le pregunta si las va a ayudar en la comisaría y Irene le comenta que no puede porque nadie sabe de su relación con Desi.
Por la madrugada, cuando Desi se despierta, descubre que Cata está vestida y lista para irse. Desi le dice que tienen que ir a la comisaría a declarar, pero Cata no quiere. Su idea es huir de alguna manera para México porque sabe que Irene no las puede ayudar o perdería su trabajo y ella es una inmigrante. La policía no es su mejor opción.
Desi entonces alega que no se puede ir sin dinero, así que se le ocurre que deberían ir a por la bolsa que está en el coche, Cata se lleva un poco del dinero, se devuelve a México y Desi vuelve con la bolsa a donde Irene y declara ante la policía. El plan tiene un fallo que Cata apunta rápidamente y es que no tienen ninguna papelería del coche, solo las llaves. Pero Desi es de mente rápida y decide robarle la placa a Irene, total es un ir y venir. ¡Algo me dice que se la va a liar otra vez!
Dicho y hecho, Cata y Desi se presentan con la placa de Irene en el potrero para preguntar por el coche con la excusa de que son de la unidad anti robos de Alicante. El hombre les empieza a poner pegas y les pide la orden del juez. Entonces Cata se acuerda de la maniobra que usó Irene con los policías del puerto y aplica la misma estrategia. Así consigue que el tipo las ayude y en esas están cuando llegan los rusos.
Las chicas consiguen salir corriendo hasta el coche y salir pitando, aunque se llevan los cristales del coche rotos porque les disparan para intentar detenerlas. Los rusos cuando pueden se suben a su coche y se van detrás de ellas así que se arma la persecución. Y como nuestras niñas tienen mala suerte terminan en un atasco y se les rompe el coche. Así que las dos salen corriendo con todo y bolsa y consiguen perder a los rusos.
Cata llama a Ubaldo para decirle que se van inmediatamente a México, pero como él nunca hace lo que le dicen está en casa del hermano de Desi. ¡Se está complicando todo!
Y si no, que se lo digan a Irene que se despierta para descubrir que Cata y Desi se fueron. Encima, su compañero la llama que tiene que ir corriendo a la comisaría porque «las sospechosas se han robado un carro». El tío le cuenta que Cata y Desi se presentaron con una placa para intentar llevarse el coche y la pobre de Irene suda frío porque obviamente es la suya. Está centrada en eso cuando su compañero añade que en eso llegaron unos rusos y les dispararon. Entonces se da cuenta de que todo lo que le habían contado las chicas era verdad.
Irene intenta despistar a su compañero diciéndole que no saben si ambos tiroteos están relacionados con el asesinato y entonces él le enseña el vídeo en el que Desi amenaza de muerte a su jefe cuando las despidió. ¡AGH!
El tío dice: «Una gitana y una mexicana» con un tonito que me dan ganas de matar a mi y a Irene, pero nos aguantamos. Él también añade que el vaso que recogieron en la casa de la muertita tiene las huellas de las chicas, así que siente que tiene el caso cerrado. Ya solo les falta detenerlas.
Ya en casa del hermano de Desi, las chicas le explican todo el tema del dinero y el problemón que traen encima. Así que ellos deciden ayudarlas. Y mientras recopilan lo necesario. Nos vamos al otro lado del a ciudad donde el hermano de la muerta está muy nervioso porque la policía le está haciendo preguntas y su cuñado le exige que se calme.
Irene y su compañero se pasan a contarles que tienen ya a dos sospechosas oficiales y un poco a ver como les cae la noticia. Pero ellos dicen que cooperan en todo y que no tienen ni idea de quienes son las limpiadoras. Vamos, que nos las hacían en el mundo.
El siguiente paso entonces es ir a la casa de las sospechosas y revisar todo a ver si encuentran pruebas del delito. Irene lo que se encuentra es las fotos que Desi tiene colgadas de las dos todavía porque está claro que la ama, la extraña y tampoco ha superado su relación.
A la pobre Irene casi le da un ataque cuando llega su compañero y tiene que tapar las fotos con el cuerpo, pero no puede disimular la alegría que le da encontrar las fotos. Eso sí, la situación es muy, pero que muy mala tanto para su carrera como para su vida amorosa.
Cata por su parte, está hablando con su madre y su hija en México para avisarles que se devuelve junto con Ubaldo. Ella le empieza a explicar su madre el tema del dinero y el asesinato, pero Ubaldo le dice que es porque se van a reconciliar. Cuando termina la llamada eso sí, Cata le aclara que nada, que en México separan sus caminos porque ella no quiere nada más con él.
Lo siguiente que vemos es a Irene llamando a todos los teléfonos posibles para intentar dar con las chicas. Por fin le contesta el hermano y las advierte de que, les han puesto una orden de aprehensión y que no pueden salir ni a por el pan porque las van a meter en la cárcel. Cata le dice que ella no hizo nada y Desi añade que solo fueron a limpiar. Irene les cree, por eso quiere que se estén quietas, para poder investigar qué ha pasado. Lo primero es descubrir quién las contrató para hacer el trabajo.
Irene les pregunta dónde están y Desi rompe el teléfono. Por un lado porque piensa que pueden estar rastreando la llamada, pero por otro porque no quiere meter en más problemas a Irene. Las chicas deciden esconderse por mientras Irene encuentra algo.
Mientras, vemos que el hermano de la muertita anda de parranda en un antro de vicio con sus amigotes. Ahí se topa con una chica que le dice que no tendría que estar ahí. Le pregunta ahora que le va a decir a la policía si le vuelven a preguntar por él. Entonces él le dice que lo hablan arriba y se la lleva para discutir el asunto en privado.
Irene sigue investigando y descubre que efectivamente, alguien las envió a limpiar la casa. Así que corre al a casa del hermano de Desi para que le diga donde están porque ha descubierto algo que lo cambia todo.
Irene consigue alcanzar en coche el camión en el que iban huyendo Desi y Cata y se las lleva a su coche. Cuando entran Desi de inmediato le pide que deje ir a Cata. Le dice que ella se come el marrón sola pero que a su amiga la dejen libre. Cata replica que no, que las dos están en esto y eso no es justo. Pero Irene no quiere que la hija de Cata se quede sin mamá.
Irene para el pleito gritándoles que acaba de descubrir que, quien las mandó a limpiar fue Nestor. Vamos, que sí que les han tendido una trampa.
En otro lado de la ciudad, vemos a Nestor reunirse con los rusos y darles toda la información que tienen de Desi y Cata. Les dice que les pagará el doble si consiguen encontrarlas y encargarse de ellas antes que la policía.
Y así termina este tercer episodio de Sin Huellas. Solo que ahora tenemos tres fugitivas en lugar de dos. ¡A ver como le va a Irene cuando todo esto salga a la luz!
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