Bienvenidas a Sueños de Libertad, esa novelita en la que estás tan tranquilita con tu novia de fiesta en Illescas cuando tu marido decide sorprenderte contándote que se queda a vivir en Madrir y te arruina la fiesta. ¡Sufrimos mucho! Igual vamos a ver que tal les va a las Mafin esta semana.
El episodio lo comenzamos con Marta llegando a visitar a Fina y encontrándosela caminando con dificultad por los pasillos. Obviamente a la de La Reina eso no le gusta ni un pelo. Pero menos le va a gustar el mal humor de Fina a la que la puñalada le ha dolido menos que saber que el marido de Marta va a quedarse.
Marta nota que algo pasa pero rompe la muralla china de Fina con un «te echo de menos», algo que resquebraja la defensa de Fina que admite que también la extrañaba. Pero solo por un milisegundo, porque de inmediato se acuerda del tema y en lugar de darle vueltas decide tomar el toro por los cuernos o el pescado por la cola y hablarlo con Marta.
La morena le cuenta que la doctora Borrell le dijo lo de Jaime y Marte admite que le hubiera gustado haber podido contarle ella, pero que también fue la sorpresita que le cayó por la mañana, así que no hubo tiempo.
Fina: ¿Y tú no tienes nada que decir en este momento?
Marta: ¿Qué querías que dijese? Ha sido idea de mi padre.
Fina: ¡Pues tu padre se podría quedar quietecito un rato!
Si es que Fina es la voz de las lesbianas. Y ahora mismo está enfadadísima, porque no solo la acaban de apuñalar en el estómago, sino también en el corazón. Así que lo paga con Marta diciéndole que tenía que haber hecho algo para detener esta hecatombe. ¡Que se nos está quemando el Mafin!
Marta tiene mucha paciencia, pero lo que le dice Fina le toca la moral, porque no es como que ella tenga mucho que decir al respecto. Ya lo hemos visto una y mil veces.
Marta: ¿Crees que no lo he intentado? ¿Qué no he hecho lo humanamente imposible? Pero al parecer, en cuanto a mi vida no tengo ni voz ni voto.
Fina se disculpa cuando ve la pena de Marta y las dos hablan sobre lo injusta que está siendo al vida con ellas. Sobre como los hombres lo tienen tan fácil y a ellas les cuesta absolutamente todo. Marta solo quiere ser feliz y hacer feliz a Fina, pero ahora mismo parece todo prácticamente imposible.
Fina: ¿Sabes qué leí una vez? Que el amor es como el sol. Que puede ocultarse unas horas, pero es inevitable que vuelva a aparecer.
Marta: ¿Tú donde lees esas cosas tan bonitas mi sol? Mi cielo.
Fina: Ay Marta, perdóname. Te estoy presionando muchísimo y tú no tienes la culpa de nada. Perdóname. La verdad que no puedo echarte nada en cara, entiendo tu situación eh, y sé que no es fácil.
Marta: No, la verdad no es nada fácil. Y yo entiendo tu carácter. Pero con tanta tensión alrededor te tengo que pedir una cosa y es que no me falles Fina.
Fina: Marta no lo he hecho nunca ni lo voy a hacer. ¿Tú lo vas a hacer?
Marta: No. No te voy a fallar.
Fina: Pues entonces prometámonos eso, que no nos vamos a fallar. Y aunque todo se derrumbe a nuestro alrededor, tú y yo si caemos, caemos juntas.
¿Se puede ser más monas? La verdad es que no. Si es que ella juntas hasta que la muerte las separe y sin necesidad de matrimonio.
El episodio termina (para nosotras) con Mateo visitando a Fina para intentar convencerla de que hable con el padre de Marta para pedirle que perdone al chico que la apuñaló. Mateo intenta explicarle que es su un chico que lo ha pasado muy mal en la vida y que su intención no era herirla. Pero Fina solo puede pensar en las pesadillas que tiene toda la noche y no tiene ganas de perdonarlo ni de saber nada de él.
Mafin en el episodio 62 de Sueños de Libertad
El episodio 62 de sueños de Libertad estuvo escaso de Mafin, pero a Fina sí que la vimos porque es más buena que el pan y al final termina por ir con Mateo a ver al chico que la apuñaló. El chico le pide perdón y le dice que lamenta mucho lo que hizo y ella intenta ir de dura, pero al final termina entendiéndolo porque llegó temprano al reparto de empatía.
Así que luego de hablar con él, se pasa a hablar con Don Damián y no para decirle que está enamorada de su hija, sino para pedirle que deje que el chico se vaya y tenga una nueva oportunidad de empezar una nueva vida. Él no está convencido de que sea lo mejor, pero para variar respeta su opinión y acepta.
Mafin en el episodio 63 de Sueños de Libertad
El episodio 63 empezamos con Fina regresando a la tienda, porque la mujer está super adolorida pero no soporta más tiempo de cama, así que la doctora le ha dado permiso de volver siempre y cuando no cargue cosas pesadas. Marta le dice que se cambien entonces, pero que solo va a estar en la caja y todo es felicidad hasta que llega el pescanova que es como Dios, omnipresente. ¡Está siempre en todas partes!
Jaime viene a informarle a Marta que ha quedado con su padre para firmar el contrato y pasar a ser el nuevo doctor del dispensario a costa del trabajo de Luz. Si es que no se conforma con arruinarnos a las mafin, ¡también nos quiere quitar a la doctora guapa del pueblo!
Claudia, que no se entera de la misa la mitad en estos momentos, le dice que puede empezar a trabajar con Fina, para que no le quede cicatriz. Fina casi que quiere que la tierra se la trague en ese mismo momento.
Jaime le pregunta por los puntos y ella le responde que todo perfecto porque la doctora Ruiz la dejó maqueada. Él entonces le ofrece que cuando quiera se pase por el dispensario y la atiende. Luego Jaime le dice a Fina que no sabe como podría compensarla, porque todo lo que está pasando es porque protegió lo que él más quiere en el mundo que es su mujer. Le dice que si necesita cualquier cosa se lo comente. Y Claudia se queda encantada con Jaime y su caballerosidad, pero Fina está un poquito hasta los ovarios de verlo.
Más adelante, Marta y Fina se quedan un momento a solas y la de La Reina aprovecha para comentarle a su Fini que lamenta si su esposo la incomodó con sus comentarios.
Fina: Él solo está agradecido por la muestra de cariño que he tenido con su mujer. Que vaya, también es la mía. Marta lo hubiera hecho una y mil veces más. Lo que más me incomoda es darme cuenta de que se va a quedar aquí para siempre y va a estar metido entre las dos. Durmiendo contigo y viéndote despertar…
Marta: A mi también me angustia. Sobre todo saber que cuando estoy con él tú sufres.
Fina: Sufrimos las dos.
A Marta el comentario de Fina le llega al alma. Porque no es el primero que le hace y se está dando cuenta de que, poco a poco, el hecho de que Jaime haya vuelto le está pesando cada vez a su churri. Aunque intente hacerse la fuerte.
Marta: Jaime es mi problema.
Fina: No, es nuestro problema. A mi también me afecta Marta.
Marta: Pero tú puedes ser coherente con lo que sientes. Estás sola, yo soy rehén de mi situación. No me parece justo para ti. Yo sé que lo aceptas, pero a la larga nos va a caer encima como una loza. Ya lo ha hecho y lo hemos sorteado, pero las dudas, los miedos, las quejas…
Fina: Es lo único que me queda Marta, el derecho a protestar, a quejarme. A enfadarme.
Marta: Nos irá minando mi vida. Y me desespera solo pensarlo. Que estoy haciendo daño a la persona que más quiero.
Fina empieza a entender por donde van los tiros de Marta y no le gusta un pelo la situación, así que le asegura que a ella le basta con lo poco que pueda darle. Le dice que siempre pueden escaparse al almacén un ratito o irse a Madrid. Pero Marta ya le ha visto las orejas al lobo, sabe que no va a ser fácil y ha intentado buscar soluciones en su mente pero no las encuentra.
Marta: ¿Tú estás segura de que te compensa seguir así de esta manera? Porque ni si quiera yo sé si lo voy a soportar.
Fina: Marta llevo un rato escuchándote y tengo la sensación de que lo que propones es olvidarnos.
Marta: Es que no sé si tengo el valor de obligarte a vivir de migajas. De miradas furtivas, roces en la mano o conversaciones cuando no nos vea nadie. Que amor puede sobrevivir a eso.
Fina: Pues el nuestro Marta. Porque yo te quiero por encima de todas las cosas.
Marta: Y yo a ti. TE AMO, por eso creo que no puedo ser tan egoísta. Y que debo dejarte una puerta abierta para que no sufras. Aún podrías encontrar a una mujer que te quiera y que pueda vivir este amor sin tantas complicaciones.
Fina: Yo puedo esperar a que seas libre.
Marta: Fina…
Fina: Marta es que yo estoy enamorada de ti. Yo no puedo pensar en nada más.
Marta: Sé libre tú que puedes.
Fina: No, no me quiero plantear esa opción.
Marta: Escúchame. Piénsatelo, piensa en ti… y me dices una repuesta. Yo no puedo retenerte… te quiero demasiado…
Me gustó mucho esta conversación porque está bastante claro que Jaime ha venido a trastocarles todos los planes y la existencia. Y sobre todo que a Fina le está costando mucho la situación (con razón). No es que a Marta no le moleste, es que ella ha vivido toda su vida en la jaula. Y por lo menos de momento no encuentra la puerta de salida. Y se da cuenta de que Fina sí que tiene una esperanza de que algún día cambien las cosas, pero eso es poco realista con la situación de Marta.
Ahora Marta está viviendo de primera mano las cosas por las que va a tener que pasar Fina por estar con ella y no puede evitar sentirse culpable. Porque la que está provocando la situación es ella. Fina está libre y como ella le dice, podría encontrar alguien más con quien vivir un amor no perfecto, pero sí más libre. Uno en el que ninguna de las dos estuviera atada a un pescanova.
Igual también entiendo perfectamente a Fina y sus quejas, porque como bien dice ella, ¡es lo único que tiene! Sobre lo único que tiene control y tampoco puede estar callándose siempre por hacer sentir mejor a Marta.
Dicen por ahí que si realmente quieres a una persona tienes que dejarla libre y eso es lo que hace Marta. No ser egoísta y darle la libertad a Fina de decidir, de manera real y con las consecuencias sobre la mesa, si quiere o no seguir con la relación. Porque era fácil decir sí cuando podían verse todos los días e irse de viaje a Madrid cuando quisieran, pero es ahora cuando las complicaciones están de frente cuando realmente tiene que decidir si esto es lo que quiere o no.
Mafin en el episodio 64 de Sueños de Libertad
Con el trauma de que iba a pasar empezamos el episodio 64 de Sueños de Libertad, pero se nos quitó rapidito, porque lo siguiente que vemos es a Fina haciendo una empanada porque pretende irse de picnic con Marta. Lo sabemos porque la hace en la cocina de los de La Reina y se lo cuenta a Isidro.
Fina intenta compartir con su padre el mal momento que está pasando. Le dice que ella y «esa persona» están pasando un mal momento, pero que siente que si pasan tiempo juntas pueden recuperar lo que tienen. Fina recuerda su consejo, aquel de «atesorar los momentos con la persona que quieres» y así se lo comenta. Pero Isidro inmediatamente se pone incómodo y hasta se corta con un cuchillo.
Fina le pregunta si le cuesta que le hable de ella y él le dice que sí, que no es cómodo para él. Que quiere apoyarla pero que todavía necesita tiempo y ella podría ponérselo más fácil.
Isidro: Preferiría que no me hablaras de determinadas cosas.
Fina: Yo solo quiero hacerle partícipe de lo que me pasa en la vida y escuchar sus consejos padre.
Isidro le dice que él no puede aconsejarle de cosas del corazón y Fina le replica porque se acuerda muy bien de lo mucho que él se metía en sus cosas cuando pensaba que salía con Gaspar. Él acepta pero dice que «era diferente» y Fina se duele y le responde que el problema es precisamente ese, que para él ella es diferente.
Fina: Soy un bicho raro del que se avergüenza.
Isidro: Yo no he dicho eso.
Fina: Tampoco ha hecho falta. No se preocupe, que no le voy a molestar otra vez ni a incomodar contándole mi vida.
Isidro intenta que ella no se vaya, pero Fina ya está muy herida y enfadada y le dice que todo está bien (cuando obviamente no es así) y que se tiene que ir a la tienda.
Y hablando de la tienda, ahí, en el almacén, está Marta que ya tiene prácticamente hecho un círculo en el piso de tantas vueltas que ha dado con los nervios. La de La Reina sabe que su futuro depende de lo que le diga Fina y tiene miedo de que la deje. Así que está sufriendo para compilar las fuerzas que necesita para entrar en la tienda y enfrentarse a la situación.
Igual no sufre mucho, porque en cuanto entra por la puerta Fina le dice que ha estado pensando en lo que hablaron y su respuesta sigue siendo la misma.
Fina: Claro que me compensa estar contigo.
Marta: ¿A pesar de que no te pueda dar mas que las migajas?
Fina: Es que a mi esas migajas me dan vida.
Fina besa a Marta y le dice que si ella la quiere no puede pedir más. Marta le dice que puede conocer a alguien que le pueda dar todo pero para Fina, Marta ya lo es todo, así que no necesita más. La rubia le pregunta si entiende lo difícil que va a ser y que la va a tener que compartir siempre y Fina le dice que sí.
Las chicas se besan y Fina le cuenta a Marta que le tiene una sorpresa. Saca su cestita de picnic y le dice que las dos se van a escapara a la hora de la comida al río a un lugar escondido del universo donde van a estar tranquilas. Así que las dos tiene planes. ¡Van a cocinar un Mafin en el río! Así que la felicidad vuelve a la pareja y todas felices. Tanto que, cuando Fina dice que «Es la hora de la apertura doña Marta», la de La Reina le contesta dándole una nalgadilla de juego. ¡Subimos a lo alto de la ola otra vez!
Eso sí, la felicidad nos dura más bien poco porque el primer cliente de la tienda es Jaime. ¿Qué hemos hecho en otra vida para ser tan desgraciadas? No tengo ni idea, pero algo muy malo tuvo que ser.
Jaime viene a informarle a Marta de que van a comer fuera. Sí, no es pregunta, es directamente información. Él quiere celebrar que ahora la verá a todas horas y ya hasta tiene reservación.
Marta intenta escaquearse con la excusa del trabajo. Pero él insiste y hasta le dice a Fina que lo apoye, así que a la morena no le queda de otra que aconsejarle que vaya. Pero cuando Marta se va se queda totalmente deprimida. Yo es que estoy a punto de organizar una colecta para un sicario porque el pescanova me tiene cansadaaaaaaaaaaaaaa.
Y así, con este sufrimiento terminamos el episodio 64 de Sueños de Libertad. Nos vemos en los siguientes que se vienen curvas.