Entrevistar a Tig Notaro es uno de esos regalos que rara vez te da la vida. Para muchas de nosotras, Tig ha sido una presencia constante: una creadora que ha sabido abrir caminos, ofrecer representación y mostrar que nuestras historias pueden contarse desde el humor y la vulnerabilidad.

Quienes seguimos su carrera sabemos que ha explorado todos los matices posibles: desde proyectos profundamente personales como su documental Tig, donde se expuso con una honestidad desgarradora, hasta series como One Mississippi en las que su mirada cómica y su manera única de habitar el mundo queer nos han acompañado durante años.

Por eso, sentarme a hablar con ella sobre Come See Me in the Good Light, el documental que honra la vida y el legado de Andrea Gibson, ha sido un honor enorme. Y también un acto emocional: porque Andrea ha sido, para muches, una brújula poética y un espacio seguro. Y porque esta película —llena de amor, de luz y de humanidad— es también un recordatorio de lo que significa vivir con autenticidad.

Lesbicanarias: Los documentales queer suelen enfrentar desafíos únicos, no solo en su producción sino también en cómo se narran nuestras historias. ¿Qué fue lo más desafiante de dar vida a Come See Me in the Good Light?

Tig Notaro: Yo describiría hacer esta película como una alegría muy compartimentada. Estábamos haciendo una película sobre une amigue muy queride que estaba al final de su vida. Había momentos hermosos, llenos de amor, pero también llegaban malas noticias constantemente. Ese fue, sin duda, el mayor desafío.

Lesbicanarias: El documental transmite un profundo amor por Andrea Gibson y por todo lo que elle representa. Desde la dirección hasta la canción original de Sara Bareilles y Brandi Carlile, todo se siente como un tributo colectivo. ¿Qué significó para ti formar parte de un proyecto tan lleno de afecto y colaboración?

Tig Notaro: Llevo casi 30 años trabajando en televisión, cine y comedia, y es casi imposible pasar por un proyecto sin algún elemento difícil. Pero este estuvo impulsado al 100% por amor. Incluso cuando terminamos, el equipo seguía volando a Colorado para visitar a Andrea y Meg. Este filme estaba profundamente lleno de amor. Fue un honor infinito y sigue siendo uno de los proyectos de los que más orgullosa estoy en mi carrera.

Lesbicanarias: Cuando leí por primera vez la descripción del documental esperaba una historia muy triste y pesada, pero encontré humor, ternura, vulnerabilidad y muchísima vida. ¿Ese equilibrio fue una decisión consciente o surgió naturalmente de cómo Andrea y Megan viven y se expresan?

Tig Notaro: Diría que todo eso es Andrea y Meg. Así viven. Así aman. Por supuesto, teníamos un equipo increíble, pero esta es su forma auténtica de estar en el mundo. Solo capturamos quiénes eran realmente.

Lesbicanarias: En tu propio documental compartiste un momento muy difícil y cómo el humor fue esencial para sobrevivirlo. En Come See Me in the Good Light, Andrea también enfrenta la enfermedad con humor y esperanza. ¿Sentiste una conexión especial con esa forma de abordar la vulnerabilidad?

Tig Notaro: Definitivamente. Pero cualquier nivel de valentía o sentido del humor que la gente crea que yo tuve no es nada comparado con lo suyo. Era otro nivel. Yo estaba asombrada. Incluso ahora, con Andrea ya fallecide, sigo asombrada por Meg y por cómo se mueve por el mundo. Nunca he visto algo así.

Lesbicanarias: Come See Me in the Good Light deja al público con un sentimiento de gratitud y amor por la vida que perdura mucho tiempo. ¿Qué esperas que la audiencia se lleve consigo?

Tig Notaro: Creo que esta película trata sobre la vida y sobre vivirla realmente. Lo que hemos visto es que la gente siente la necesidad de cambiar algo, de replantearse su vida. Eso es lo mejor que podría esperar. Andrea estaba muy orgullose de dejar este legado. Además, pudo ver el estreno en Sundance y todo lo que vino después. Eso significó muchísimo.

Lesbicanarias: ¿Ha cambiado algo dentro de ti este proyecto, ya sea como artista o como persona?

Tig Notaro: Como artista, aprendí que quiero seguir dirigiéndome hacia el arte real, el arte de verdad. Ese es el mundo de Andrea y Meg. Como persona, me recordó que aunque pensemos que ya aprendimos a vivir de manera presente, la rutina puede arrastrarnos. Quiero mantenerme más conectada con la realidad de vivir mi vida lo más auténticamente posible. Esta película no me ha dejado; ha cambiado mi forma de ver el mundo y espero mantener esa perspectiva el mayor tiempo posible.

Lesbicanarias: Gracias por tu tiempo y por traer este documental al mundo. Para mí también fue realmente importante verlo.

Tig Notaro: Gracias a ti por tu tiempo.

Hay documentales que, cuando terminan, cierran su historia y te permiten seguir adelante. Y luego están aquellos otros que se quedan contigo para siempre, que mueven algo dentro de ti y reconfiguran la forma en que ves el mundo. Pienso en películas como Dear Zachary: A Letter to a Son About His Father o El acto de matar, obras que te dejan una marca profunda incluso cuando ya no estás frente a la pantalla.

Para mí, Come See Me in the Good Light pertenece a esa categoría. Hablar con Tig Notaro sobre la película no solo me permitió entender el amor tan grande que envolvió este proyecto, sino que escucharla reafirmó algo que ya intuía: que el legado de Andrea Gibson no es solo poético o político, sino profundamente humano. Que sus palabras —y ahora esta película— seguirán acompañando a quienes la vean, abriendo caminos, poniendo luz donde antes había sombra, recordándonos que vivir auténticamente es también un acto de resistencia.