Helena Lago es una autora que conocemos por “Me alquilo para el 14 de febrero”, “Ayer empezó el resto de mi vida” e “Inés es todas las ciudades”, que ya han tenido aquí su oportuna reseña. En esta ocasión, nos obsequia con “Crónica de un parpadeo”, una novela prologada por Vanessa Ejea (“Superele” y “La mujer transparente”, también reseñadas en este blog) y que nos acerca a la vida de Valentina, una profesora de educación secundaria que acaba de romper con su pareja, Marta.
Ha sido una ruptura especialmente traumática, por lo sorprendente. Marta se largó un buen día, recogiendo todas sus pertenencias sin decir palabra y dejando a Valentina en un pozo de tristeza y desconcierto.
A consecuencia del episodio, Valentina comienza a ir a terapia. Necesita reflexionar sobre lo sucedido, analizar las causas que han llevado a la ruptura y aceptar, perdonando, las razones de Marta. El proceso es muy positivo y nuestra profesora comienza paulatinamente a surgir de sus cenizas, recomponiendo los platos rotos de su existencia sentimental de una forma pausada, pero progresiva. En ese transcurrir diario, entre las clases y su reconstrucción personal, no faltan motivos de inquietud. Un antiguo alumno de Valentina se empeña en contactar con ella. Lo llamativo es que el tal exalumno está recluido en prisión. Las cartas del muchacho pueden ser inocentes en principio y obedecer únicamente al deseo de comunicarse con alguien del otro lado de las rejas, pero también podrían desvelar una obsesión propensa al acoso.
Un buen día, sucede algo trascendental que cambiará la vida de Valentina. Tiene un compañero de trabajo, Carlos, que es muy pesado e insiste diariamente en salir con ella, a pesar de que Valentina le ha dejado claro que no está interesada en él. Pues bien, este compañero tan pelma le presenta a Sofía, una alumna del instituto con problemas de rendimiento académico puntuales. En realidad, Sofía tiene ya 19 años: va algo atrasada en los estudios porque los interrumpió para ser actriz. Ahora debe dejar su sueño aparcado por presiones familiares. Además, ella misma se ha dado cuenta de que necesita terminar su formación en el instituto para plantearse cualquier futuro.
Por fortuna, Valentina tiene inquietudes paralelas a las de Sofía. Aparte de la profesión habitual, Valentina ejerce una actividad extraescolar que la apasiona: da clases de interpretación. Cuando se entera de las dificultades de Sofía para aprobar el curso, se le ocurre la idea de involucrarla en el teatro, lo cual imagina que será un buen aliciente para superar el bache en los estudios. Sofía resulta ser una chica encantadora, sensible e inteligente y como es lógico, la profesora siente de inmediato interés hacia ella. Pero, poco a poco, ese interés va creciendo y tornándose en otro tipo de sentimiento.
A Sofía parece ocurrirle algo muy parecido. Y en este proceso de enamoramiento compartido, Valentina y Sofía deben calibrar el ritmo que quieren imponerle a la relación que está naciendo. La situación no es sencilla porque, aunque Sofía es mayor de edad, sigue siendo alumna del instituto.
El teatro puede ser un buen lugar para ir cimentando poco a poco lo que están construyendo juntas. Sofía entra en el grupo con buen pie y Valentina está orgullosísima de cómo va rodando la preparación de la obra que va a representar el grupo al que imparte clases de interpretación. El ansiado día de estreno llega por fin, tras muchísimos ensayos y… ocurre algo inesperado.
“Crónica de un parpadeo” es una novela de sentimientos, no muy extensa y con una historia atrayente que se lee con interés. Los ingredientes que la componen son atractivos: una relación que ha terminado y otra que está naciendo, toques de intriga, momentos cálidos, alguna sorpresa…Debo destacar lo bonita que es la escena de amor de Sofía y Valentina en el teatro vacío. Una verdadera preciosidad, breve y encantadora.
Lo que sin duda ninguna sobresale en el libro es el estilo. Tiene “Crónica de un parpadeo” una forma muy especial de expresión: una prosa sencilla, pero tras de la que se adivina un proceso de composición cuidadoso y elaborado. Por todo ello, esta novela puede ser una lectura interesante con la que además pasar algunos buenos ratos. Que la disfrutéis, si os apetece.
- Lago, Helena (Autor)