¡Esto va de bien, a mejor, a hemos sido bendecidas a más no poder! Lo siento por esta entrada, pero es que este capítulo de GAP ha sido lo que toda fan de series desea para su “ship”. ¿Y por qué digo esto? Dejadme, que os lo cuento.
¿Recordáis ese baño en conjunto que se pegaron para despedir el capítulo Mon y Lady Sam? Pues bien, este capítulo empieza recogiendo ese momento y con la pareja ya fuera del agua y preparándose para dormir, Mon sigue en el ensueño del momento mientras que Lady Sam, digámoslo así, se ha quedado con ganas de más.
Así que, anima a Mon a acostarse, pero se preocupa si está nerviosa porque le he visto desnuda vamos. Mon se escandaliza. Si es que se ha buscado una novia sin filtros, todo hay que decirlo.
Me encanta estos momentos, la verdad.
El caso es que Mon, viendo lo que se le puede venir, se mete en la cama con cuidado. Tensa, nerviosa por el momento, se tapa hasta arriba, pero lady Sam la para y nos da paso a un momento en el que, si no terminas con el corazón en la garganta de la tensión sexual no resulta que tienen esas dos, es que no estás viva.
La forma en la que Mon se acerca para saber si “el olor del baño sigue en ella”, recorriendo el cuerpo de Mon, Mon a su vez aferrada a las sábanas hasta que Lady Sam parece que la va llevando a más… ¡Ay señor, que las del baño, pero con agua fría, vamos a tener que ser nosotras! Porque como Mon, nos quedamos con las ganas y quien diga que no, miente porque la forma en la que Lady Sam pasa del momento que tienen a un “me voy a dormir, buenas noches”. Madre mía, para haberla matado.
Mon se queda preguntándose si debería de pegarle o dejarlo estar.
Toma la opción dos y, mientras que Lady Sam se queda durmiendo, esta se va a ver la televisión sola, aunque no por mucho tiempo. Sam aparece al rato y de alguna forma, entre charla y charla, terminan viendo un documental de leones que termina en apareamiento, que termina en Sam literalmente preguntando si Mon quiere “hacerlo”.
No sé la lógica de Lady Sam al hablar, pero es que es una perla, vamos.
Pero para perla la de Mon no pillando la indirecta de que si quiere “hacerlo” con Lady Sam. En esta vida, personalmente, soy Mon. No pillo las indirectas, hasta que no me las lanzan a la cara. A Mon no le gusta y ¿cómo acaba la cosa? Pues con una Mon algo enfadada porque Sam no le sea más clara en sus pensamientos y una señora Sam que se queda con las ganas.
Unas se ganan y otras se pierde.
Aunque Sam, tire por donde tire, la pobre también es que está pillada. Solo hay que ver cuando Mon se va y Kirk la llama. Quiere respuesta a su pregunta de casarse con él, que se quedó en el aire, como ya vimos. Él está dispuesto a esperar todo el tiempo que le sea necesario. Es más, va a ayudar hasta a traer de vuelta a Mon.
Como se dice “dos es compañía, tres, son multitud”
Y bien que se demuestra en la empresa cuando, de alguna manera, empiezan a creer que Mon y Kirk son los que están teniendo una aventura. Sí, idea correcta, pero de ejecución equivocada, hay que decirle a todos los presentes. Sin embargo, cuando la ven volver con Kirk encima, ya que Lady Sam iría por la tarde, ya es que se lía la de Dios en la empresa y, con lo más mínimo, todos piensan ya lo que no es.
Aventura sí, pero con el jefe equivocado, gente.
Pero vamos que a Mon ni le importa. Ella está en las nubes y así se lo cuenta más tarde a Tee y Jim cuando le dicen de quedar. Sus amigas quieren saber más, son como el fandom enterándose de cómo fue la cita de las dos. Nos representan al cien por cien, incluso cuando se enteran de que no llegaron a hacerlo finalmente. El momento ese es que, por decirlo coloquialmente, me mata.
Tan frustradas como ellas mismas.
Sin embargo, buen consejo que le da Tee y es que, si se tienen ganas, que no se alejen llegados el momento. Después de todo, si ambas quieren, que vayan despacio y sin prisas, pero que tampoco huyan si el momento se les presenta. Buen consejo y que Mon sigue a rajatabla cuando después están a solas.
Porque en la noche, cuando todos se van, la comida llega: pedido para Lady Sam que la misma Mon le hace llegar a su jefa. La jefa que tiene claro que en ese momento va a pasar algo y nosotras estamos ahí para disfrutarlo.
Cerrando la puerta con el pestillo, doy gracias por ese detalle que las de parejas que han sido descubiertas por este detallito son pocas; deja claro que quería comer con ella. Aunque con esa mirada, cambiaría el “con”, por el “a”. Solo digo.
Pero vamos, que no hace falta hacerlo para poner a Mon nerviosa, como vemos.
Preparando todo para el momento, Lady Sam muy romántica ella. Piensa en todo: velas, vino, la comida. Será muy seca, pero con Mon es que se saca un lado completamente nuevo, todo hay que decirlo.
La cena comienza. Más bien, Lady Sam le da la cena a Mon porque esta le va ofreciendo trozos de comida que, además, van por segundas.
Porque sí, aquí se ve que lo que quiere Sam es pasar a comer, pero los labios de su amante. Aunque esta no es que se lo ponga nada fácil. Pobre Sam. Cada vez que quiere montar la famosa escena de la dama y el vagabundo, a Mon le entra el pánico y termina metiéndose el trozo de comida en la boca sin pensárselo dos veces. Esto es la revancha por dejarla con las ganas en la cama la otra noche, por lo que se ve.
Sin embargo, Sam no es una mujer que diga a tirar la toalla y tomando un trozo de comida en forma de tira, se acerca para estar más cerca de Mon para poder montar ya la escena de la Dama y el Vagabundo, como Dios manda.
Las miradas, la forma en la que cada una pega el bocado y Mon ya se lanza al beso directamente es que es… ¿Perfecto? La forma en la que por fin se dejan de tonterías, es que Mon y Sam viven los momentos más románticos que he visto. Lo digo y lo mantengo.
Momentitos que hacen que Sam se derrita.
Porque es entre sesión y sesión de besos, que Sam le pide tiempo para abrirse, para que vea quien es realmente ya que realmente le importa… Es que me pongo a llorar, vamos. Son perfectas demostrando la sinceridad en este aspecto. Sobre todo, Mon aceptando ese lado…
Pero vamos, que no os creáis que Mon y Lady Sam son todo romanticismo y color de rosa, nunca mejor dicho. Porque las dos se tienen ganas y muchas. Porque lo que empieza en el despacho, termina en casa de la señora jefa. ¿Habrá noche de pasión? Bueno, casi, porque a la pobre Sam le sube tanto la temperatura en el momento, que la pobre empieza a sangrar por la nariz en medio del camino al cuarto. Vamos, que el calentón le ha pegado una mala pasada.
Si es que cuando no es una cosa, es otra. Hay que parar, aunque tranquila que para eso está Mon allí y enseguida corre a curarla. Además de consolarla. Digamos que la experiencia les sirva para aprender… con la ayuda de sus amigas.
Porque sí, en vez de dejar el momento para otro día, Mon y Sam se ponen a hablar con Yuki y Tee respectivamente para pedir consejo. Aunque, antes de hablar del consejo, comentar el momento tan sutil que nos mete la serie para hacernos saber que la historia de amor también la han vivido estas dos por atrás. Porque si Mon y Sam han tenido problemas para meterse en la cama, Yuki y Tee han tenido cero porque literalmente las vemos que han sido pilladas en el momento del después de hacer el amor. Si es que estaban en el mismo cuarto…
Me encanta.
Volviendo a Mon y Sam, mirad, he de decir que ver la primera vez en el que se hace alusión a que lesbianas con una manicura de uñas a lo Rosalía no existen, es que es oro puro. La forma en la que Mon mira sus manos cuando dice eso. Encima, le añades a lady Sam con la lengua y mira, es que hay que amar a esta serie solo por eso. Me he reído a más no poder con este momento. El humor en esta serie es perfecto.
Aunque lo que hace también gracia es que al final, tanta información, para nada porque las dos se quedan hablando con sus amigas tanto que amanecen sin haberlo hecho y con el teléfono pegado en la oreja. En fin, que ni con esas…
¿Y quien les puede ayudar llegados ese momento? Pues Jim. Sí, esta le trae ya literalmente el último recurso: alcohol. En momentos desesperados, medidas desesperadas y Jim les hace el favor llevándole la bebida a la casa. ¿Conseguirán entonces ahora? Jim ya se lo deja a ellas eso, además con el recuerdo a Sam de las uñas. Que, digo yo… Señora Jim, ¿cómo sabe usted esto? Aquí todo el mundo entra dentro de la comunidad LGTBQA+, hasta que se demuestre lo contrario.
En fin, que las uñas van también fuera.
Noche, Sam y Mon se preparan. La tensión está en el aire incluso con el romanticismo de las velas de Sam. Es la primera vez, después de todo y no hay primera vez sin algo de nervios por el momento. Sobre todo, si estás viviendo la historia de amor que están viviendo estas dos.
Sin embargo, nervios a parte, Sam va directa a ello, sin miedo al éxito. Porque mientras que Mon mira el vaso nerviosa, Sam se lo traga de una vez. Somos Mon viéndola en ese momento de “Madre mía”. Sam quiere y va a por ello. Asique, con la botella terminada entre las dos finalmente, Sam toma la delantera y se lanza. Incluso cuando Mon le dice de parar por Kirk, a Sam no le importa. Sam quiere a Mon y solo a Mon. Si aquella noche terminan juntas, le diría adiós a él para estar con ella. Porque solo quiere a ella.
En resumidas cuentas, la verdad es que podría comentar que esta escena de amor es una de las menos sexualizadas que he visto en todo el catálogo de parejas sáficas. La manera en que han romantizado la escena, que dejaron a las actrices que lo hicieran como ellas lo sintieras, honestamente, mis felicitaciones para todos. Desde Freen y Becky, hasta al equipo de detrás de las escenas porque menuda escena la que se marcan, dejándonos a todas con mariposas en el estómago.
Me encanta. La manera en la que Sam se queda incluso más enamorada después de hacerlo, Mon pidiendo ahora su turno. En pocas palabras: Gracias, Jim por ayudar a estas dos.
Mañana después y Mon se despierta en la cama de Sam con el camisón de su amada, además de una sonrisa de oreja a oreja. Amo que nos estén dando un momento de “mañana después”, solo para ser interrumpido por Mon, corriendo a regañar a Sam por decirlo en el grupo de sus amigas. Cuando no, no lo dijo en el grupo, lo publico en Facebook y sus amigas lo vieron cuando aceptaron su petición. Esto si que es tener una novia. Si es que encima se queda hasta sonriendo.
Madre mía, que caos.
De vuelta al trabajo, las miraditas continúan. Si es que no hay quien las pare a estas dos. Si antes tenían ganas la una de la otra, ahora es que es el doble. Porque incluso con los demás, Sam termina llamando a Mon a su despacho y no para hablar para el trabajo: quiere segunda ronda. Si es que le falta tiempo para lanzarse a comérsela, nunca mejor dicho. Incluso cuando Mon le dice que se pone nerviosa, que no sabe como actuar, Lady Sam se queda estilo “¿quieres que te dé alguna idea?”
Lady Sam, eres mi ídola.
Y, aunque Mon la para para ser “profesionales”, si que había algo por lo que la llamó: Kirk. Va a romper con él, se acabó. Lady Sam quiera a Mon y punto y si no rompe con él ahora, tendrá que ser pronto.
Y, hablando de Kirk, este le manda un mensaje para que vaya a verlo fuera y sin que se entere Sam. A ver que quiere.
Pues, ¿recordáis la pelea que tenían Sam y Kirk sobre un troll en Facebook? Kirk se ha puesto a pelear con él, sin saber que era Lady Sam. Mon tiene que ayudarlo en la pequeña tontería, como le pide tomándola de las manos. Aunque esto lo lleve a algo peor. Porque sí, si creíais que ya suficiente tendría con eso, ahora resulta que los de la oficina pillan solo ese momento y, grabándolos con el móvil, se creen que lo que ocurre es que, es oficial, ambos están teniendo una aventura.
Si es que por esto hay que saber primero todas las versiones y el principio y el final de una historia. Que juzgamos muy pronto. Toda la oficina la monta y, lo peor, es que lo monta con Sam enterándose. Encima, esta que se había mosqueado al notar que Mon le mentía cuando salió de su sesión de besos, pues ya la hemos armado.
Las dos se ven en la azotea y Sam le lanza la acusación. Mon, que debería de explicar ya todo, no proteger a Kirk, aunque sabiendo lo que está haciendo; se entiende, le dice que ¿cómo podría estar con Kirk si está siempre con ella? “El amor debería de ser confianza”, como bien dice y, dejándole las cosas claras, se marcha a su casa hasta que se le pase la tontería a Sam. Bien por dejar las cosas claras, aunque viendo el momento, lo que debería de haber hecho es decirle lo de la pelea de Kirk por Facebook.
Porque este vuelve con el tema y Mon se lo deja claro: debería de contarle todo. Hasta lo de Nita y el plan para que sea la socia. Kirk reflexiona y, de nuevo, la toma de las manos para darnos de nuevo otro momento de “¿para qué tanto drama con lo bien que iba el capítulo, señor?” Porque sí, cuando Kirk le agradece a Mon la ayuda con palabras bellas, llega Sam con los celos.
Un ataque que se cree Kirk que es por él. Si el pobre supiera.
Sin embargo, no es eso lo malo del ataque de celos que le da a Sam, si no que con él, no deja ni que ninguno se explique, lo que empeora la situación. Porque aunque Mon intenta explicarse, es para nada y empieza a entender que, lo mejor que se puede hacer, es irse de allí y comprender que todo aquello, había sido mala idea.
Yo no firme para este drama, la verdad.
Mon queda destrozada y, en tremenda llorera que se pega, Nop la pilla. No va por la casa, lleva días sin ir. No la ve desde hace tiempo, estaba este preocupado y, ofreciéndose a acompañarla a casa desde la oficina, la había pillado. Sin embargo, lo que pilla pronto es que, aunque no sean más que amigos, sabe que está sufriendo y que puede contarle todo lo que sea… hasta su pelea con su amante, Lady Sam. El chico será cabezota, pero sabe perfectamente que ambas están juntas llegados a este punto. Mon se desmorona, llorando en su hombro… de nuevo, en el peor momento.
Si es que la princesa del rosa no pilla un momento de tranquilidad.
Sam llega y, en fin, que se comporta como una idiota. Lo siento, pero en ese momento, Nop es el rey del instante dejándole claro que, mucha pareja, novia, lo que sea; de Mon será, pero alguien que la quiere, no la haría llorar. Sam se lanza y, aunque Mon la intenta parar, termina siendo de lo peor. Incluso cuando llega a insultar a Mon llamándola una buscona por irse con cualquier hombre cuando, en realidad, se va, pero para no sufrir más por su culpa.
Mon se marcha con el corazón destrozado y Lady Sam se queda igual que empezó: sola y por su propia estupidez…
Y nosotras nos quedamos con la llorera a moco tendido, como se dice coloquialmente. Con la manera en el que había comenzado el capítulo tan bellamente y ahora, vaya “ostia” que nos han pegado con el final.
¿Y ustedes? ¿También terminaron con llorera con tremendo final de capítulo o fuisteis de corazón partido?
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Khun Sam forever!