A ver, me encanta GAP, pero la montaña rusa de emociones en la que te sube… La forma de empezar el capítulo y de terminarla. Mirad, es que así termina una fatal, de verdad… y nos encanta, ¿para qué vamos a mentir?
Porque sí, habiéndonos quedado con una Mon destrozada por todo, la seguimos acompañando en su viaje de la primera ruptura. “Lady Sam ya no me ama” le dice a Yuki cuando le habla aquella noche. Mon ya no puede más. Encima, cuando la llama Kirk a la mañana siguiente y le pide este perdón, que le va a contar a Sam y que no sabe por qué se sintió tan celosa de ellos (Si solo supiera).
En pocas palabras, que no se preocupe porque, según él, lo va a arreglar todo… En fin, que aquí, la comunicación brilla por su ausencia.
Aunque, por suerte, algo de ella hay cuando Sam y Kirk quedan en la mañana. Sam sigue molesta, pero es escuchar que Kirk habló con Mon y la noto mal, que a Sam creo que le hubiera faltado tiempo a ir a por ella. Sobre todo, viéndole el careto que le pone a Kirk cuando le recuerda que son pareja y que podrían ir a una cita mientras…
La cara que le pone es que me encanta.
De vuelta con Mon, esta sigue en su cama, sin querer saber nada de nadie; cuando llega su madre preocupada porque no salió de la cama. Aunque una madre es una madre y, aunque le diga su hija que es por estar enferma, nada de ello: es por Lady Sam y lo sabe. Sobre todo, porque está en su casa, para verla. Ya dije que tiempo le faltó a Sam para ir a ver como estaba Mon. Sin embargo, esta no quiere verla y, aunque su madre insiste, es para nada.
Sin embargo, siendo los padres del año, ni palabra alguna dicen cuando Lady Sam, al saber que Mon no bajará; quiere quedarse más tiempo para ver las fotos que le habían dado para ver de Mon. Es más, incluso la reconfortan agradeciéndola por cuidarla como la cuida. Vamos, que aquí es oficial, saben de lo suyo.
En cambio, la que agradece es Sam, por enseñar a Mon a ser fuerte; fuerza Lady Sam no tuvo. La forma en la que Sam sabe que es una cobarde aun por no enfrentarse a lo que está pasando y refugiarse en su antigua persona… Es que es muy bonito, ¿vale? ¿La forma en la que la mamá de Mon la reconforta? Mejor aún. Si es que esta serie lo borda con los momentos bellos.
Porque entre momento y momento, Mon finalmente baja. ¿Habrá escuchado lo que ha dicho Sam de ella misma? Sea lo que sea, a penas la escucha bajar, lo que es aprovechado por Mon para escuchar sin ser vista. Es el papá, el primero que se percata de su presencia y el que va a hablar con ella cuando su hija decide ignorar a Sam. Ese hombre se merece un monumento. Sobre todo, por el momento en el que es el primero en decirle a su hija que le de una oportunidad al menos.
Todas merecemos un padre así.
Yendo a su cuarto a conversar más en privado, pobre Sam, le falta tiempo para poder abrazar y tocar a Mon, que vuelve a pedir que se vaya. Después de todo, ya le dejó claro lo que pensaba de ella llamándola “Wanthong”.
[Para las que quieran saber, es una serie en la que una mujer es envuelta en una especie de triángulo amoroso en el que se tiene que ir con dos tipos. Para el contexto de la serie: Sam llama a Mon mujeriega]
Sin embargo, Sam consigue darle la vuelta a la situación y consigue convertir la situación en un momento de lo más bello que podríais vivir, la verdad. Literalmente, sacando todos los calificativos buenos de la mujer: buena, trabajadora, de buen corazón. Alguien por quien daría todo lo que tuviera por estar con ella. Y es que se nota que Lady Sam ha cambiado desde que se enamoró de nuestra Mon. Incluso se arrodilla frente a ella, diciéndole que volvería a ser el Chamcham para su Monmon si con eso, hacía que volviera su casa. A la de ambas, porque es que solo la considera una casa, si está Mon en ella.
Es que con tanta ternura que se marcan en la escena, honestamente, es que se nos derrite nuestro corazoncito lésbico. La forma en la que deja claro que sin Mon, no es nada… (donde he puesto los pañuelos que los necesito)
De una manera u otra, Mon acepta, vuelven juntas.
Hay que celebrarlo entonces, ¿no? Que la ocasión así se lo merece y así se lo muestra Lady Sam cuando llegan a casa y muestra a Mon su pequeña cena romántica al lado de la piscina, con regalito incluido por parte de la señora: una pulsera para cada una. Aunque no uno cualquiera.
¿Recordáis su primera salida oficial como pareja? ¿El regalo barato que Sam no quería comprarle? Bueno, comprarlo lo compró y doblemente. Una pulserita de nada para que ambas lo lleven. Vamos, en pocas palabras, esto es ya prácticamente un regalo oficial de compromiso… Lo sé, muy extremo, pero me gusta vivir en sueños, ¿vale?
Cena terminada. Queda el postre no… y por postre Lady Sam quiere decir… sí, alcohol y noche de pasión. ¿La verdad? Me encanta la forma en la que se lo pregunta a Mon, como si tuviera de esta miedo. Aunque Mon le deja bien claro le deja que no hace falta que vaya más con rodeos. Está allí, la perdonó y no pasa nada más… aunque eso no quiera decir que hay que castigarla a su manera, que bien la fastidió a la pobre.
Así que, ¿Cómo castigarla? A la manera de Mon. Esto se pone picante… digo interesante. Interesante…
Cerrando la señora Sam los ojos, esta es guiada por Mon hasta la piscina y con un “un castigo para un malvado” al agua que va la señora. No, si es que se ve que estas dos tienen fijación por el agua de alguna manera. Porque, aunque Mon se toma la revancha, tirando al agua a Sam, esta le sigue en lo que, ¿por qué no llamarlo de esta manera? “el segundo momentazo de la serie”.
¿Y por qué digo esto?
Sam casi saliendo, una Mon mandándole que pare al tiempo que se va metiendo en el agua y calma la sed que tenía. No de agua, pero de Sam porque si creíamos que Mon era la angelical de la pareja, solo digo que el momento no deja indiferente a nadie que vea la serie. Con decir que, honestamente, doy gracias a que vi la serie sola en mi habitación porque me hubiera pillado alguien de mi familia y del ataque que me entra, lo siguiente que puedo decir: San Pedro, allí que te voy…
En fin, en resumidas cuentas, que la sesión de “comida de boca” que empieza Mon en la piscina, termina en el sofá y… ved el momento porque señor, no sé expresarme sin sonar como una pervertida con el “momentillo”.
Madre mía, el calor que entra, chico.
En fin, que, en pocas palabras, perdonar Mon a Sam, la ha perdonado. Que hace hasta gracia cuando le dice Sam “Entonces… ¿ya no estás enfadada conmigo?”. Cariño, acaba de succionarte el alma literalmente segundos antes, perdonar te ha perdonado y lo ha dejado tan claro como el agua. Encima, con la cara de Mon de no haber roto un plato, tras lo ocurrido es la combinación perfecta, creedme.
Las cosas entonces arregladas entre las dos, ¿no? Sam lo tiene claro, va a romper definitivamente con Kirk. Literalmente, ahora queda lo peor, que la otra persona implicada conozca lo que pasa…
Se viene, se viene.
Y menos mal que Sam va directa porque Kirk, creyendo que los celos del otro día iban por él, le va dejando regalos en la oficina a Sam para que lo “perdone”.
Que lo perdone… cuando Nita se presenta finalmente en la oficina y se vuelve a ver las caras primero con Mon. Aunque, lo peor, se fija en el brazalete que lleva… mal asunto, pero malo es el que va a ser cuando Sam y esta se encuentren, que es otra cosa.
En el despacho, Nita y Sam se reúnen, junto con Kirk. La tensión se corta con un cuchillo claramente. Es que hasta los mismos trabajadores lo comentan desde el otro lado. Aquí se va a liar la de Dios.
Aunque antes de hablar de negocios, lo que Nita ve primero es la pulsera de Sam y fácilmente suma la ecuación con las MonSam.
Y Kirk sin sospechar, es que la ironía es grande.
EL caso es que todo le estalla también a este cuando Sam pregunta porque la visita de Nita y bueno, en resumidas cuentas, que aquí al final el mal parado, es Kirk por andar a las espaldas de Sam. Nita mientras tantos está con cara de yo aquí solo vengo para mirar el drama y, honestamente, nos representa.
Con Sam de mal humor, Kirk va hablar con ella, llamando la atención de Mon cuando los ve pelear. Así que, los sigue al tiempo en el que ve que Sam se ha lanzado ya a dar el paso: aquí no hay boda. ¿Suficiente drama? No, porque encima, le dice que tiene un amante y ya es cuando Mon se descubre ella misma. Bueno, ella y Sam, porque confiesa que además es Mon….
Vamos, que se ha quedado buena tarde: Sam despacha a Nita diciéndole incluso lo de Mon, Kirk recriminándole a Mon lo que ha hecho… Está potente la cosa.
Aunque potente se va a poner… porque vemos que Kirk se ha quedado dolido… y llamando a la abuela. Aquí se va a liar la de Dio y no estamos preparadas para la que nos viene encima.
Día siguiente: Sam está reunida en su despacho con Mon, que está preocupada por Kirk, ya que no ha venido a trabajar. Sin embargo, Lady Sam corre a reconfortarla ya que “lo tendrá que entender algún día” después de todo, Sam quiere estar con Mon y solo con Mon…
Ay, señor. Si solo supiera…
El caso es que Sam no solo está reunida con Mon, si no que parece que está buscando algo: la pulsera. Sí, aquella baratija que tanto parecía no importarle a la señorita, ahora es importante para ella ya que deben de llevarla ambas, como símbolo de su amor. Si es que son una ricura.
Ambas se ponen a buscarla cuando Sam por fin recuerda: se le cayó donde fue a pelear con Kirk tras la reunión con Nita. Asique, allá que va cuando no es la pulsera solo lo que encuentra: que ha pillado a dos de sus empleados teniendo una aventura en pleno trabajo…
Aquí las ironías y los chistes se cuentan solos.
¿Qué va a hacer la señorita Sam? Pues tomar la pulsera e irse por donde ha venido, sorpresa. Porque sí, doña “no voy a dejar que nadie tenga una aventura en mi oficina” es ahora la que tiene una aventura en su oficina y, además, pilla a dos de la oficina teniendo una aventura también, es que… como dicen en mi casa, las desgracias nunca vienen solas.
Encima, Sam porque es la jefa y se salva, pero ¿y la trabajadora? Pues a Mon que va para que le ayude cuando se ve que ha sido pillada y, posiblemente, con la reputación de Sam, despedida oficialmente en poco tiempo.
Mon tiene que ayudarla.
Así que, allá va el dilema: ¿debería Sam, que está teniendo una aventura en la oficina mientras está comprometida, despedir a alguien que está teniendo una aventura en la oficina, estando uno de los dos casados?
Giro de trama.
Sin embargo, lo que hay que señalar de este momento es Mon queriendo dejar el trabajo para que Sam no tenga esta lucha interna. Mon sabe que ella destrozó la propia regla que hizo su jefa y está dispuesta a asumir las consecuencias mientras que Sam, bueno, se podría resumir en lo que dice “solo vengo a la oficina para verte la cara”. Vamos, que para Sam la empresa es ya algo del pasado y solo le importa Mon. Vamos, que hasta está dispuesta a reescribir la regla por tal que Mon se quede en la empresa, trabajando con ella…
El amor, que cambia a todo el mundo.
Porque sí, oficialmente, con este capítulo, vemos que Sam está perdida y locamente enamorada de nuestra Mon.
La forma en la que Mon le dice que le diga que la ama, Sam refunfuñona que no se lo quiere decir hasta que Mon, un besito y es que Sam se deshace en ella. Si es que, con estas dos, es verdad lo que se dice: el amor nos hace tontos, pero de buena manera. Encima, Mon que sabe como ganársela cuando se tienen más ganas que dos adolescentes pues… toca uno rápido en la oficina…
Casi. Porque estando las dos a punto de ponerse al tema, son interrumpidas por la empleada que Sam pillo. La pobre viene a rezar que no la echen por tener una aventura cuando la van a echar, pero por interrumpir lo que no debía.
Pero, para resumir el encuentro de estas dos que es del todo una locura y muy divertido los intentos para que la trabajadora no pille a Mon, que está bajo la mesa de la jefa: que no despide a la chica. Que se puede quedar tranquila, que aquí nadie abandona el barco. (Sí, lo he dicho con ese juego de palabras)
La trabajadora se va, Sam se queda finalmente tranquila y, Mon saliendo bajo la mesa, literalmente, recuerda que le debe una “recompensa” por ser tan buena jefa. Que vamos, entre Mon literalmente entre sus piernas y apoyada en Sam, es clara cual va a ser la recompensa: que se termina lo que se empezó con anterioridad. Vamos, que aquí Mon se ha pasado de ser la trabajadora, a ser la jefa de su jefa…
Mon y Sam tienen su segunda, tercera o ya ni sabemos las rondas que llevan estas dos, honestamente. Solo sabemos que estas dos eso de “quedarse con las ganas”, no es algo que conozcan y hasta en medio de la empresa lo hacen… teniendo que lidiar con las consecuencias. Porque sí…las pillan.
No, no de la manera en la que estamos acostumbradas. Aquí eso de la gran pillada del siglo parece que no existe. Si no que es más sutil porque la trabajadora vuelve a agradecer a su jefa el no despedirla, cuando escucha más de la cuenta.
De verdad, el humor en esta serie es que es oro puro.
Pero estad tranquilas, que aunque esta sepa su secreto, está a salvo con ella. “No puedes controlar de quien enamorarte” le dice y todo cuando se entera de que a su jefa le iban las mujeres. Tengo que decir que es un bellísimo mensaje, si tenemos que ser sinceras. Una cuida de la otra y la otra devuelve ese cuidado. Esto es sororidad y lo demás es tontería.
Mañana siguiente y con Tia Mhee teniendo que recoger “la guerra de gatos” del despacho de Sam, nos encontramos a una Mon reflexionando y a una Sam que no le tiene miedo al éxito. Literalmente, solo quiere tomar a Mon de la mano y ser una pareja como las demás. Hasta le ofrece una pequeña escapada romántica. Solo ellas dos para que puedan disfrutar un poco de su nueva relación.
Así que, allá van, un pequeño resort controlado también por otra pareja de chicas con las que Sam parece chocar un poco por el poder. Aquí, salvo Mon, nadie tiene más control sobre nuestra señorita Sam que Sam de por sí, por lo que se ve.
Que comience la luna de miel de estas dos. Porque sí, esto es la luna de miel de Sam y de Mon y nadie me puede decir lo contrario. Despertando en la cama al lado del mar, el momento en la playa. Este es el mundo de Sam y Mon y nosotras solo estamos de paso en él. Pero bueno, no todo iba a ser color de rosa, como intentan decirlo en la serie.
Y es que, cuando ambas van a desayunar, topan con la pareja chicas que regenta el hotel y con las que tienen una pequeña lección de amor. Sí, porque esta serie no solo nos da momentos de risa, de llorera y de ansiedad cuando no hay comunicación, si no que nos da también momentos para reflexionar, como cuando se ponen a hablar del amor, de casarse y el no tener que darle importancia a los demás, cuando solo lo que importa es la manera en la que se sienten las personas que integran la pareja.
Honestamente, este pequeño momento de reflexión es uno de mis preferidos en toda la serie porque llama a pensar.
Aunque lo que no me gusta es el momento en el que Sam y Mon ven eso de la boda… algo difícil. Mon se sigue viendo como alguien quien no merece el amor de Lady Sam y esta la ve como alguien igual y ahí… como que ya existen problemas. Encima la empieza atosigar con detalles de la boda y así, señorita Sam, no ayudas, todo sea dicho.
En pocas palabras, Sam termina enfadándose cuando se da cuenta que quizás, después de todo, ambas no están “en la misma página” en su relación.
Con lo bonito que iba la cosa…
En fin, este capítulo lo ha tenido todo. Desde ternura, romanticismo, momentos picantes; hasta situaciones para reflexionar. GAP lo tiene todo y, me repetiré, pero es que este show lo tiene todo y a mi me encanta.
¿Y ustedes? ¿Qué pensaron de tremendo trabajo de episodio que se montaron? ¿Qué piensan de la relación de Sam y Mon en este punto? Las leo.
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