Strawberry Panic! resumen de episodios 3 y 4

Bienvenidas a la segunda semana de Strawberry Panic! en Lesbicanarias. ¿Qué les parecieron los primeros caps? No se preocupen, porque ahora es cuando realmente arranca el asunto. Así que, allá vamos.

Nuestro tercer capítulo comienza con nuestras chicas, que han decidido que van a explorar la residencia fresa para que Nagisa-chan conozca todos sus rincones. Antes de empezar, Tamao-chan llama a las chicas de la habitación contigua, para que las acompañen. Así conocemos a Chihaya-chan y Mizushima-chan (ay la leche con los nombres)

Empieza la visita, van a la cafetería, al salón, a ver habitaciones interesantes… (bueno interesantes para ellas, yo estoy esperando a que entre en escena Etoile-sama). Las chicas comentan que Tamao y Nagisa son como una pareja de recién casadas, y Tamao-chan se emociona mucho (lo siento pequeña Tamao, pero Nagisa está coladita por Etoile-sama… aunque ella todavía no lo sabe)

Y en ese momento aparece… ¡sí! Etoile-sama.

Etoile: ¿Quiénes son las recién casadas?
Nagisa: Ah…Shi-Shizu… Esto… Ah… Etoile-sama, ¿cuándo has…? Y, ¿por qué estás aquí…?
Etoile (se ríe): Vaya donde vaya mi preciosa Nagisa-chan… Yo estaré allí.

Aquí hay un momento de “casi-beso” mientras Nagisa-chan se queda paralizada, y Shizuma-sama dice:

Siempre que pienso que alguien pudiera llevarse a Nagisa-chan, me preocupa tanto que no puedo dormir.

Y cuando parecía que ésta vez sí que íbamos a tener beso, de repente Etoile-sama tira de ellas y se esconden todas detrás de una esquina.

Y ¿de qué se esconde Etoile-sama? Pues está de nuevo huyendo de sus obligaciones, mientras las miembros del consejo estudiantil la buscan por todas partes.

Cuando Etoile-sama se marcha, nuestras chicas deciden jugar al escondite… (sisi, habéis leído bien, al escondite LOL). Están todas escondidas en el ático, así que a la gran detective Aoi Nagisa (como se llama a si misma) no le cuesta gran trabajo encontrarlas, pero pasan un rato divertido.

Mientras tanto, está teniendo lugar una reunión con las tres presidentas del consejo estudiantil para preparar la fiesta de la residencia fresa. Pero, como siempre, Etoile-sama está ausente, por lo que, como ya es costumbre, empieza una discusión entre las representaste de St. Miatre y St. Spica. Cuando parecía que la reunión iba a acabar como siempre, sin ninguna resolución, de repente irrumpe en la sala nuestra gran detective Aoi Nagisa, que, por lo que parece, se ha equivocado de habitación.

La presidenta de St. Spica sale muy ofendida de la sala diciendo que toda la culpa recaerá sobre la presidenta de St. Miatre (menuda amargada LOL otra que necesita un buen polvo) y Nagisa-chan se disculpa una y otra vez, pero la presidenta de su academia le dice que no se preocupe, que no es culpa suya, pero que para la próxima tenga un mínimo de educación y llame antes de entrar (¿qué pasa Nagisa, tu mamá no te enseñó modales?)

Cuando ésta también se marcha, quedan solo Nagisa-chan y Chikaru-sama, la presidenta de St. Le Rim. Ésta amablemente le explica entre risitas a Nagisa que les ha salvado de una reunión que iba a terminar mal, y que la culpa de la discusión es de Etoile-sama, pues como ella no estaba presente, las presidentas de St. Miatre y St. Spica empezaron a pelear, ya que existe una gran rivalidad entre estas dos academias por ser las más antiguas del lugar.

A la mañana siguiente, Nagisa-chan se entera de que va a haber una fiesta para las estudiantes que vienen nuevas a la residencia, pero, por desgracia para ella, ésta fiesta solo es para las estudiantes de primer curso (recordemos que Nagisa-chan está en cuarto curso). En ese momento, pasan a su lado tres estudiantes de primero, que están muy impacientes porque llegue la fiesta para poder conocer por fin a Etoile-sama. Pero, como todas sabemos, Shizuma-sama, rehuyendo una vez más sus actividades como Etoile, no va a estar presente. Y Nagisa-chan, con toda la razón, dice que eso es una auténtica injusticia, pues las de primer curso confían en Etoile, y ésta no debería defraudarles.

Por ese motivo, empiezan las cuatro a buscarla por toda la residencia, removiendo roma con Santiago, aparentemente sin éxito. Pero, de repente, a Nagisa-chan se le enciende la bombillita y se le ocurre que Etoile-sama debe estar en los jardines, donde, efectivamente, la encuentra.

Nagisa: Ven conmigo, por favor.
Etoile: ¿Por qué?
Nagisa: Todas te están esperando. Ven conmigo por favor.
Etoile: ¿Quién te ha llamado? ¿Miyuki? O…
Nagisa: ¡No es eso!
Etoile: No me importa lo que digan los demás…
Nagisa: Shizuma-sama es Etoile-sama, ¿verdad? Etoile-sama es la persona más querida y respetada de todas, así que no puedes traicionar las esperanzas de todas. Muchas chicas de primero están esperando…

Pero nuestra querida Nagisa-chan ha olvidado, con la emoción de su discurso, que cada vez que mira a Etoile-sama a los ojos… Pues eso, Nagisa-chan, que ha perdido toda su convicción de un plumazo, se tambalea, pero Etoile-sama la recoge entre sus brazos.

Shizuma le pregunta a Nagisa que por qué ha venido ella sola (no ves que la tentación de Shizuma es enorme?? Niña imprudente…) pero entonces, Nagisa-chan, aun paralizada entre los brazos de Etoile, reacciona y le ruega que vaya con ella, pues hay estudiantes de primero que están esperándola. Y entonces, Etoile, se rinde. “Tú ganas. Vamos”

De regreso a la academia, Nagisa y Etoile hacen su entrada triunfal dadas de la mano en el salón donde estaba por celebrarse la fiesta de bienvenida.

Etoile da un discurso a las jóvenes, y les entrega una por una un colgante, que simboliza la bienvenida a la escuela.

Y, cuando parecía que las cosas ya no podían salir mejor, Etoile se acerca a Nagisa y le coloca un colgante, diciendo

Etoile: Aoi Nagisa-san. Por este medio te doy la bienvenida a los Dormitorios de Astrea en la Academia femenina St. Miatre.
Nagisa: Muchas gracias. ¡Cuida bien de mi, Etoile-sama!

La presidenta del consejo estudiantil de St. Miatre, que también estaba presente, comenta “Esta chica es asombrosa. ¿Cómo ha convencido a Shizuma?”. Y la adorable presidenta de St. Le Rim dice a su vez “Las cosas se van a poner muy interesantes de ahora en adelante”.

Realmente espero que tengas razón, Chikaru-sama. Y así es como termina nuestro tercer capítulo. ¿Qué les ha parecido? ¿Les ha gustado? ¿Seguimos? Ok go go go!

Nuestro cuarto capítulo comienza con una estudiante de St. Spica, a la que nos presentan como Hikari-chan. Esta chica entró en la academia hace un año, y se enamoró perdidamente de Amane-sama, una gran jinete de su misma escuela. Hikari-chan, que es toda dulzura y amor, canta en el Coro Religioso de Spica. Y estos días están todas ensayando muy duro, porque al día siguiente Ootori Amane-sama y el resto del club de equitación, celebrarán su día de la victoria.

A la mañana siguiente, es decir, el gran día para Hikari-chan y Amane-sama, ésta, junto con todo el club de equitación, hacen una entrada magistral montadas en preciosos caballos. Madre mía, las tiene a todas loquitas Amane-sama. Ni que se tratara de Justin Bieber, chicas.

Cuando al fin desmonta del caballo, Etoile-sama, junto con las presidentas del consejo estudiantil, salen a su encuentro. Shizuma-sama le entrega un gran ramo de rosas rojas a Amane-sama, y le felicita por su victoria.

Después de éste gran recibimiento, pasan todas a la iglesia para oír cantar al coro. Éste es el gran momento de Hikari-chan, para poder cantar a su amada con todo su corazón. Pero, como siempre que hay un gran acontecimiento y alguien tiene que salir de cara al público… se mete la pata. Y es que nuestra querida Hikari-chan, de las ganas que tenía de cantar, y al notar que Amane-sama la estaba mirando directamente a ella, se cuela y empieza a cantar antes de tiempo.

Cuando vuelven a empezar a cantar ya todas al tiempo, Hikari, avergonzada, lo único que hace es mirar hacia el suelo e intentar no llorar.

Cambiamos de escena, y nos encontramos en una reunión del consejo estudiantil de St. Spica, con la jefa amargada (la que necesitaba un polvo, sí) y sus dos secuaces. Están hablando de que pronto será la elección para la nueva Etoile, y claro, ellas quieren que la candidata que gane pertenezca a St. Spica. La presidenta está convencida de que Amane-sama puede ser una buena Etoile, pero el problema es que ésta está mucho más interesada en la hípica que en la posición de Etoile. Pero está claro que eso a la presidenta no le va a detener, ya veremos que ocurre…

Ya por la noche, en el dormitorio de Hikari-chan, ésta sigue llorando desconsolada por lo que ocurrió, mientras se ducha…

Su compañera, Yaya-chan (quien a su vez está enamorada de ella, oishh que líos lesbicanarios se traen entre todas por Dios) le cuida, le da mimitos y le dice que no se preocupe, que mañana será otro día. Pero Hikari-chan ha decidido dejar el coro, y no parece que vaya a cambiar de opinión.

Mientras su compañera y amiga duerme, Hikari se levanta en mitad de la noche y se dirige al hipódromo, donde no espera encontrarse a nadie. En medio del silencio y de la calma, recuerda con tristeza que ella solo quiso felicitar a Amane-sama a través de su canto, pero que metió la pata. En esto está pensando y, sin darse cuenta, se pone a cantar la canción que no llegó a cantar esa mañana. De repente, oye los cascos de un caballo, y, cuando abre los ojos, se encuentra frente a Amane-sama, a quien resulta que le gusta entrenar cuando no hay nadie viéndola, para hacerlo más tranquila.

Amane se baja del caballo, le desea buenos días y le dice que pensaba que estaba oyendo cantar a un ángel (ohh, pues casi casi, con lo dulce y bonita que es nuestra Hikari-chan…) Se sientan a hablar y Amane le dice a Hikari que no se preocupe, que ella también estuvo muy nerviosa en su primera carrera, y que por ello lo hizo mal, pero que siguió entrenando y mejorando, y por ello ahora ha llegado hasta donde ha llegado. Nuestra pequeña Hikari, aunque la presencia de Amane le pone nerviosa (l’amour…), poco a poco comienza a recobrar la confianza en sí misma.

Hablando hablando, nosotras nos damos cuenta de que están hechas la una para la otra, y que, realmente, cuando ambas se den cuenta, van a ser muy felices.

Pero como todo lo bueno se acaba, ya ha amanecido, y Hikari debe regresar a la academia. En un gesto de caballerosidad (o amor, yo creo que más bien es amor) Amane-sama lleva a lomos a su caballo blanco a la pequeña Hikari-chan.

Cuando la deja en la residencia fresa, antes de irse, Amane le dice a Hikari que le ha encantado oírla cantar, y que está deseando hacerlo de nuevo. Es más, lo están deseando tanto ella como su caballo Star Bride LOL.

Cuando Hikari vuelve a la habitación se encuentra con una Yaya-chan a la que se le están comiendo una mezcla entre celos y curiosidad por lo que ha ocurrido esa noche entre las dos chicas.

Y el capítulo termina con nuestra pequeña Hikari-chan completamente feliz y enamorada, cantando con toda su corazón.

Les espero la semana que viene con más Strawberry Panic! Espero que les haya gustado.