¡Que alguien me traiga los pañuelos que el final de GAP ha sido muy bonito! Madre mía, si es que esta serie a sido una revelación de principio a fin. Entre la historia, que ha tenido de todo: drama, humor, comedia, momentos duros, momentos dulce, una química casi a la perfección; y este final que nos han entregado, oficialmente me gustaría dar las felicitaciones a todo el mundo que estuvo envuelto en este proyecto.
¡Esto si que es una serie para las sáficas! ¿Y queréis saber qué pasó para que esté así? Pues adelante que os lo cuento.
¿Recordáis ese momento en el que volvimos a respirar cuando por fin, nuestra Lady Sam eligió por una vez su felicidad y tomó de la mano a Mon y se la llevó con ella? Pues el capítulo nos recoge en el momento seguido.
Sam, la pobre chica, está con el corazón destrozado y encima, viene echándose la culpa de que si la ha traicionado, que si la abuela le dio todo su amor y ahora ella lo que ha hecho es de ser desagradecida. Desgraciadamente, el poder de la abuela sigue pesando sobre ella y de manera muy fuerte.
Mon intenta de todos modos quitarle ese pensamiento de “niña desagradecida” a su mujer y, aunque en un principio Sam no lo ve de la manera en la que Mon lo pinta, finalmente esta lo consigue.
Aunque por poco tiempo: una llamada de Kirk, la abuela tenía problemas de salud del que nunca había hablado y está en el hospital. El momento le pasó factura y, como dicen en mis alrededores, Sam casi la manda al otro barrio. Por lo que dejando a Mon en casa, ella sale en búsqueda de su abuela.
Al llegar, se entera de lo que ya sabía, la abuela está muy grave. Sam se pierde y aunque se llega a encontrar con su hermana mayor, que estaba viendo “si era verdad que por fin moría”, Sam le recuerda el momento en el que sonreía cuando estaba estresada, lo que quiere decir que ambas están allí por una cosa: si pierden a su abuela o no. Vemos incluso como Sam llegó a tener esa actitud de “No lo convierto en sí y viceversa”.
De alguna manera, su poder aun las lleva a estar a su lado y con Sam, bueno, volver literalmente al principio.
Por que sí, Sam empieza a ignorar a Mon y cuando hasta sus mensajes ignora, la pobre chica sabe lo que debe de hacer: marcharse de la casa en donde encontró el amor.
En pocas palabras, esta ha sido la reconciliación más corta de la historia y la vuelta al principio más rápida del mundo.
Y es que, por un lado, tenemos a Mon que vuelve a llorar por su amada. Ella ha comprendido que ha elegido a su abuela y poco se puede hacer respecto al tema. Así se lo dice a su amiga Yuki, que está ahí para poder consolarla. (De verdad, que envidia de tener tremendos amigos, si me permitís decirlo)
Porque no solo está Yuki para poder consolarla: Tee y Jim, que siguen con esos piques que tanto nos gusta. De verdad, ¿lo que voy a extrañar más, a parte de tremenda historia de amor entre Sam y Mon? El pique que tenían estas dos.
En fin, el squad está allí para ayudar a Mon y saber qué hacer con Sam y la abuela porque como les cuenta, Sam ignora las llamadas y prácticamente, está recluida junto a la abuela. Ni siquiera responde a las llamadas de sus demás amigas y eso si que es demasiado preocupante como para no prestar atención a la actitud que está teniendo nuestra jefa.
Sin embargo, hay que hacer que ambas se vean, que se digan las cosas a la cara para que puedan seguir con sus vidas antes de que cualquiera de las dos se vuelva más loca. ¿Cómo? Una pequeña encerrona, por así decirlo.
Y es que el escuadrón de amigas, lleva a Mon directamente donde Sam se encuentra en aquel momento… aunque no sola. Porque está nada más y nada menos que con Kirk y, para colmo, tomándose las fotos de boda. Sí, ¿puede ir este momento a peor? Por supuesto que puede ir a muchísimo peor, mis queridas sáficas.
Esto es básicamente terapia de choque. Mon ve a Sam vestida de novia, preparándose para casarse con otra persona que no es ella y, de esta manera, puede seguir adelante con su vida y no dejar que el pasado la deje estancada. ¿Conseguirá Mon sobrevivir a aquel encuentro? Supongo que lo veremos muy pronto porque cuando sus amigas se lo dicen, esta allá que va.
Sam está allí, vuelve a ser la misma de siempre. Sin sonrisa, esforzando una falsa felicidad con Kirk que parece que quiere ignorarlo todo. En fin, que estamos casi en el principio una vez más. Solo que esta vez… es una decisión final.
Encontrándose finalmente ambas después de tiempo Mon intenta hablar lo más cortés posible, como si estuvieran en ese punto de amigas de nuevo. Sin embargo, Lady Sam se vuelve a mostrar un poco más fría, aunque ya no de la manera en la que solía hacerlo cuando se conocieron. Incluso le confiesa a Mon todo, como se siente.
Como sigue pensando que ella es la razón por la que esta su abuela en el hospital, como debería de haberle sido más agradecida a la abuela por todo lo que había hecho por ella durante toda su vida. Vamos, que lo que nos llega a decir que no quiere ver a su abuela morir… porque ya vio morir a su hermana por un asunto parecido.
Nuestra Lady Sam solo se sacrifica para intentar que nadie muera y a nosotras se nos parte el corazón con tremenda confesión. Aunque no solo a nosotras, también a Mon porque entiende que, oficialmente, ya nada se puede hacer y su relación es imposible. Incluso cuando Sam intenta disculparse por no ser tan lanzada, Mon la para en ello. Es la vida, ¿qué le vamos a hacer, verdad?
Hora de despedirse y, aunque con un “Chamcham’s Monmon” se despide Mon, a Sam le falta tiempo para pedir un último adiós y oficialmente saber “que han roto”. (Así no se puede señores, así no).
¿Lo bueno de todo esto? Si es que se puede llamar bueno: que parece que Kirk nota que todo aquello lo único que está haciendo es traerle la desgracia a alguien a quien él quiere. Así parece que lo vemos cuando se acerca a Lady Sam tras despedirse de Mon y bueno, Sam cae llorando en sus brazos.
Sam llora, Mon llora con sus amigas, nosotras lloramos. Aquí para pañuelos no ganamos, la verdad.
Dos meses después.
En un mes, Sam y Kirk oficialmente se van a casar. Sin embargo, Mon sigue un poco en el pasado y, aunque desea hablar un último momento con Sam, Kade y Jim le dejan caer que eso es imposible. Esta ni asiste a la cita que le pidió Sam y bueno, darle la última noticia: se marcha a Inglaterra. Nuestra Mon se tiene que ir para ser feliz, pero ya que Sam no vino, les pide a estas dos que no le digan nada por si acaso.
Aunque no hace falta que ellas le digan: Lady Sam si había ido a la invitación. Sí había estado allí y si la había escuchado, solo que no quiso verla para no volver a abrir heridas.
Que martirio, señores.
Mon se marcha, es oficial, tiene que seguir con su vida y olvidarse de Lady Sam. Su nuevo objetivo es Inglaterra y su cabeza debe de concentrarse en Inglaterra y no es Sam, que también intenta seguir con su vida, pero no es ella. Incluso cuando está con la abuela, vemos que esa Sam que conocimos… como que la estamos perdiendo poco a poco, por así decirlo.
Vemos que incluso no come, no sonríe, llora a cada instante. Hasta la abuela se llega a darse cuenta de ello. No es la misma chiquilla que conoció cuando era pequeña y hasta esta misma se preocupa de lo que pueda pasarle a su nieta. La abuela quiere la felicidad para su nieta, pero ve que quizás la felicidad que ella cree, no es la que cree ella que puede necesitar.
Lady Sam, la primera lesbiana que vamos a perder por corazón roto.
Volviendo con Mon, vemos que esta se marcha en nada. Incluso ha tenido el momento ese de “cambio radical” y la vemos hasta con nuevo look incluido cuando vemos la despedida con sus padres sobre su partida inminente.
Sin embargo, una cosa es clara con estas dos: aunque sus cabezas están en intentar seguir adelante, sus corazones aun siguen conectados.
Dos semanas más y Mon finalmente se marcha. Todo está preparado, Jim, que casi va a tener finalmente el bebé; Yuki y Tee vienen a buscarla para ser ellas mismas las que la lleven al aeropuerto y puedan despedirse de Mon, que deja a sus padres llorando en casa. Los pobres, se merecen un monumento, de verdad.
Así que, tras fotos de despedida y demás, allá que van. Mon borrando las fotos, despidiéndose incluso de los antiguos compañeros de trabajo, y las amigas… siendo un poco sospechosas. ¿Por qué? Porque parecen que se traen. ¿El qué? Ahora lo sabremos. Porque señoras, señores y demás, llega lo que yo llamo como “La Escena”.
Lady Sam y su abuela se reúnen para hablar. ¿De la boda? No, de la felicidad de su nieta. La abuela a sido mala, pero no tonta y ha ido notando como su felicidad, la persona que había llegado a ser, se iba perdiendo las últimas semanas y lo menos que esta quiere es perderla. Esta por fin parece que ha reflexionado y cuando Kirk va a hablar con ella incluso y hasta él es el que ahora para la boda.
La decisión es unánime, si quiere que su nieta esté bien, tiene que dejarla marchar y, marcándose tremendo momento, la abuela realmente consigue que hasta yo misma recapacite sobre ella. Porque sí, finalmente es la mismísima Abuela la que le dice eso de “ve a por lo que te haga feliz, es decir, Mon”.
¡Tenemos un milagro, señoras!
Cuando creíamos que este iba a ser el final más agridulce del mundo, Sam se marca un momento de estos cliché de película romántica y agradeciendo por que la abuela lo comprenda, sale en búsqueda de su amada.
¡Que viene lo bueno!
Con su cochazo, lady Sam sale corriendo en búsqueda de Mon. Llamando a todos, pero ninguno se lo coje… ¿Por qué? Porque todos le habían dicho que Mon se iba aquel día y saben perfectamente que así harán que Sam se dé más prisa.
Si es que son lo que no hay.
En fin, que Sam o se da prisa o no llega a tiempo. Por lo que, marcándose un Dóminic Toreto, los de la saga de Fast and Furious se quedan pequeños detrás de Lady Sam cuando llega a meterse delante del coche de Tee y esta que casi se la traga. Llega el momento.
Sam se baja del coche, Mon del suyo y nuestros corazones empiezan a latir de nuevo cuando Sam y Mon se envuelven en ese tremendo abrazo. ¿lloramos, chicas? Vamos a llorar, porque es que el discurso y la tremenda escena que nos viene a continuación es mejor que cualquier película romántica que puedas ver.
La forma en la que Sam le pide a Mon que no se vaya, la forma en la que esta le ruega que le perdone por todo, que se quede. Sin embargo, Mon que no tiene ni idea, solo quiere que la olvide para que puedan seguir adelante con sus vidas. Aunque Sam no quiere olvidar porque, para ella, Mon ha sido la felicidad y la alegría que ha necesitado su vida desde siempre. Mon está igual, por eso Sam le pide que se quede.
“Nuestra relación no puede ser” le recuerda Mon, pero ahora, es diferente.
Ahora Sam, orgullosa, le comunica la gran noticia: finalmente, la Abuela acepta que su felicidad esté con Mon, una mujer y que la boda, ya no va a pasar más. Podrán finalmente estar juntas, solo si Mon acepta a Sam en su vida otra vez más.
¡Hay reconciliación finalmente! Por fin tenemos ese final feliz que tanto habíamos pedido desde siempre y, finalmente, Sam y Mon vuelven a estar juntas de nuevo. ¡Por fin! Porque sí, esta vez, es para siempre.
Y es que, tres meses después, volvemos a encontrarnos con un mundo nuevo para todos. Empezando por la abuela que recibe la visita de un familiar. ( Y, para las que queráis saberlo, a quien le debemos dar las gracias por traer en la vida real la historia de GAP). Ahí descubrimos que la relación de la Abuela y Sam está más fuerte que nunca. Vemos a una Sam que muestra orgullosa a una Mon abrumada por tanta realeza y que ahora viven esa vida de pareja que tanto soñaron. Incluso vemos a la abuela que bueno, va aceptando mejor las cosas. Incluso se va abriendo más de mente porque ahora queda lo bueno: la boda de Sam y Mon.
Sí, señores, nuestras amantes prohibidas por fin tienen esa boda que siempre soñaron. Invitados a tutiplén, todos de blanco y rosa, una mansión de lujo y las familias que le apoyan junto con sus amigas que siguen siendo iguales de locas que habían sido desde el primer momento. Incluso vemos a un Kirk que está allí también para apoyarlas junto con los empleados de la empresa. Aquí se respira amor.
Incluso las familias ya tienen ese respeto por ambas partes y, lo más importante, una abuela que tiene también a su nieta mayor de vuelta. Incluso con Neung vemos que la relación mejoró.
Ahora solo quedan las protagonistas, ¿no?
Una Sam bellísima y una Mon aun más guapa que, finalmente, tomadas de la mano, caminan como recién casadas oficialmente tomadas de la mano hacia el altar.
De verdad, ¿la escena? Perfecta. La forma en la que no dejaron ninguno de los protagonistas afuera, la forma en la que todos estaban presentes por ella, tremendo discurso de amor que se marca Sam y Mon. Es que es normal que terminemos llorando con tremendo momento porque si esta serie nos enseñó algo es que el amor es un sentimiento que si es bueno y verdadero, es merecedor de nuestra lucha y como Sam y Mon, la felicidad es lo que encontraremos al lado de esa persona. Ya sea del sexo contrario o del mismo sexo.
El amor es amor y Sam y Mon no solo volvieron su mundo de color de rosa con esa escena final del beso que se marcan, si no la de todas las fans que alrededor del mundo, vivieron tantas emociones.
Y bueno, finalmente, llegamos al final.
GAP ha sido una de esas series de las que quizás no te ibas a esperar mucho, pero con lo poco que tuvieron en sus manos, realmente llegaron a crear algo que parecía casi imposible de conseguir: que toda una legión de fans se formara alrededor del mundo gracias al amor de estas dos mujeres.
Así que, desde aquí, permitidme decir que GAP siempre será una de mis series favoritas y de las que seguramente pasaran a ese manual de “Cosas que ver si eres parte de la Comunidad Queer”.
¿Y vosotras? ¿Qué os pareció la serie? ¿Os encantó de la misma manera en la que me encantó a mí? Porque si hay serie que no me canse de ver, es esta.
¿Volvemos la principio y la vemos una vez más?