Madre solo hay dos es una de esas series que nos ganó a la callada. Porque al menos yo no esperaba enamorarme de la historia de Netflix. Sí, cuando mencionaron que habría representación lésbica de inmediato me interesé, pero que una serie mexicana planteara una posible relación lésbica entre las dos protagonistas era mi imaginación ¿verdad? Imagínense lo que flipé cuando me vi la primera temporada.

Para quien todavía no se haya puesto al día con la serie, Madre solo hay dos nos cuenta la historia de Ana y Mariana, dos mujeres que descubren que les han cambiado a sus niñas al nacer por un error del hospital. Las dos no podrían ser más diferentes. Ana tiene la vida totalmente resuelta, está casada y es inmensamente exitosa en su vida profesional, pero le cuesta conciliarla con el tiempo que le dedica a su familia. Mariana por otra parte tiene resuelta la parte familiar y está muy a tono con sus sentimientos, pero su situación económica es un desastre porque su embarazo no estaba en sus planes y ella aún no tiene trabajo.

Las cosas se complican cuando toca la hora de hacer el cambio de las niñas, porque las dos están enamoradas de su hija «no biológica» tanto o más que de la biológica. Así que las dos tienen que encontrar la manera de llevarse bien para poder tener una relación con las dos pequeñas.

Este fue el conflicto central de la primera temporada y hasta aquí puedes leer si aún no la has visto, porque después del tráiler vamos a hablar sobre lo que pasó en la primera temporada y sus repercusiones en la segunda. ¡Síganme las buenas!

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El conflicto central en la segunda temporada de Madre solo hay dos será la separación entre Ana y Mariana. Al final de la primera temporada, Ana descubrió que su marido le fue infiel con la madre de Mariana y que esta última lo sabía y no se lo contó. Además, las cosas se complican muchísimo porque Ana besó a Mariana en un momento de borrachera y Mariana le confesó que está enamorada de ella, pero todo el tema de las mentiras ha dejado tocadísima su relación.

La segunda temporada la empezamos con Ana y Mariana decidiendo separarse pero intentando no romper la pequeña familia que habían formado. Obviamente el reto es complicadísimo y aunque las dos estén muy heridas, es difícil mantenerte alejada de la persona que te hace sentir completa por dentro. Pero la reconciliación no será fácil porque nuevos amores aparecerán frente a ellas y ¡a saber qué deciden!

Yo igual soy una ilusa, no les voy a decir que no porque me he quemado más de una vez, pero tengo muchas esperanzas de ver una relación guay en esta serie porque es que ¡Ana y Mariana son perfectas juntas! Además, me lo paso tan bien viendo la serie que le rezo a todas las diosas lesbicanarias porque esta segunda temporada nos traiga por fin un avance en el romance de estas dos.

Si tienen tantas ganas de verlas juntas como yo apunten en sus libretas verdes el 24 de diciembre, por que sí, se ve que nos portamos bien y Santa nos va a traer la serie a Netflix ese mismísimo día para que podamos disfrutar de los 8 episodios que componen la segunda temporada. Así que aquí nos vemos para comentarla.