En Room in Rome o Habitación en Roma como la han traducido al español, Alba (Elena Anaya) y Natasha (Natasha Yarovenko) aparecen andando en una plaza en Roma. Alba intenta convencer a Natasha para que esta suba a su habitación de hotel. La rusa se resiste un poquito, la española insiste y que poder de convicción tenemos las españolas porque al final Naty (para los amigos) acepta.

Naty nos suelta un par de perlas muy oídas últimamente: Io non sono lesbica, pero al final acaba despelotada y retozando con Albita. Entre retoce y retoce las dos se van contando historias de su vida. No se sabe si es verdad o mentira lo que cada una se cuenta. Ni si quiera saben si el nombre de la otra es el real.

Habitación en Roma

La noche se va desarrollando entre fantasías sexuales (mira que una botella de vino vacía…) y anécdotas falsas de sus vidas (me encantó la historia de “escapé del harén del jeque árabe”). Con alguna aparición de un camarero-recepcionista cantarín italiano.

El amanecer se acerca y la separación es inminente. ¿Qué sentirán? ¿Qué ocurrirá tras la salida del sol? Eso tendrás que verlo tú, monada, no te lo voy a contar yo todo.

Crítica:

Antes de nada diré que esta película es un proyecto muy arriesgado: dos chicas en una habitación durante más de una hora y media es toda una prueba. Fuimos 6 amigas a verla y de todas nosotras sólo a tres nos “gusto”. Hubo gente que se levantó y salió de la sala e incluso se oyó algún ronquido.

La que espere ver una película de sexo entre dos chicas es mejor que no la vea y la que espere ver una película superventas de taquilla mejor que vea otra cosa.

Habitación en Roma

Todo se desarrolla en una habitación por lo que las personas que se dedican a hacer decorados con Medem se han comido los mocos y ni te cuento las de vestuario ya que más del 80 % de la película ellas están desnudas. Dos vestidos, tres camisetas (una de ellas realmente horripilante) algún albornoz y el traje del señor camarero es todo lo que hay de ropa en la peli. Bueno y las sábanas 😀

Los personajes que aparecen se pueden contar con los dedos de la mano. Eso sí, son tres los que tienen más de una frase. Ni uno más ni uno menos, tres. Ellas dos y un camarero cantarín. En algunos momentos los diálogos son divertidos, en otros interesantes pero otros muchos son absurdos o, por lo menos yo, no fui capaz de entender el por qué de algunas escenas.

Es una pena que supuestamente se desarrolle en Roma y no se vea nada de esta ciudad más que las vistas a una plaza desde la habitación del hotel y un mapa. Además pienso que Google Earth tiene acciones o algo en la película porque ellas hacen uso de esta aplicación durante la misma en más de una ocasión.

La banda sonora es…. paso mejor a otra cuestión pues o te gusta el griterío al más puro estilo italiano y repitiéndose tanto que no sabes si es la misma canción u otra; o te pones una y otra vez lo mejor de la película, la canción Loving Strangers de Russian Red.

La actuación de Elena Anaya y Natasha Yarovenko es intachable. Ellas dos solitas mantienen la película y, aunque sorprenda, no se hace ni larga ni aburrida. Consiguen, aun estando desnudas, que te fijes en sus gestos, sus miradas y sus reacciones más que en su desnudez.

En conclusión, para mi, Habitación en Roma es una película regular, con sus puntos positivos como las actrices y las imágenes; y puntos negativos como algunos diálogos que intentando ser sensibles resultan cursis y escenas que rozan la ridiculez más absoluta.

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