Hola lesbicanarias. Hoy os traemos una miniserie de la que tal vez alguna habrá escuchado hablar, pero existe una alta probabilidad de que no porque no está teniendo una popularidad desorbitada. Y es una pena porque creemos que es bastante necesaria, emocionante y educativa. When We Rise es una miniserie documental que cuenta la lucha por los derechos LGBT+ en Estados Unidos a lo largo de 8 episodios, así que tiene un componente histórico que, como sabéis, empieza en los disturbios de Stonewall hasta nuestros días. Sabemos que la década de los 60 fue bastante turbulenta y activista con el movimiento por los derechos civiles, la contracultura y el movimiento pacifista y antibélico contra la guerra de Vietnam. La serie comienza con todo este bagaje a principios de los 70, en pleno disparadero de la lucha LGBT+.

Es el mismo personaje, sí, sólo que con el paso de los años

Uno de los protagonistas que está contando la historia es Cleve Jones, ahí lo veis de adulto a vuestra izquierda. La historia nos lleva a 1972, cuando el joven Cleve era un pacifista que repartía panfletos contra una Guerra de Vietnam a la que, tras todo el movimiento de los 60, ya le quedaban pocos años de vida. Y sí, están recreando la vida de un activista real, Cleve Jones existe, al igual que los otros protagonistas y demás personajes de la historia. Podéis googlearlo. Igual no os suenan de nada pero son personas que lucharon por nuestros derechos así que con When We Rise vamos a aprender un poquito de historia. Atended.

Ken Jones es un marine que está en la guerra de Vietnam, precisamente. Y… guess what? Es gay y su novio en secreto es Michael, uno de sus compañeros, por lo que retozan a escondidas en esos momentos libres en los que no están masacrando a vietnamitas inocentes. Ugh, ¿tenían que meter también una trama militar en When We Rise? Lo entiendo por el contexto y tal, pero, madre mía, ni una serie sin esto… NI UNA

In the navy hay mucho frotamiento gay, como bien contaron los Village People

Están rellenando juntos una solicitud para ser transferidos a Nápoles donde, según entiendo, no estarían tan vigilados y podrían ser felices juntitos. Hablando de gays, Cleve también lo es y está enterándose de los disturbios que hubo en San Francisco a través de la revista Life.

Por otro lado, también tenemos a la lesbicanaria Roma Guy, que está a punto de volver de Togo tras haber estado trabajando para ayudar a las mujeres de esa zona junto a Diane, su compañera sáfica, pero Roma está muy comprometida con el movimiento feminista y dice a Diane que no puede seguir manteniendo aquella relación al regresar a Estados Unidos. Así que se despiden y Roma vuelve a dar guerra a Boston.

¿Resistirá este amor a un océano de por medio?

Por cierto, Roma tiene un rollo muy de niña pequeñita incluso en su voz, su estilo de bollerismo es claramente tipo Ellen Page. Tranquis, que ya os veo venir, no en el parecido, es simplemente por ese aura de niña. MOVING ON. Roma forma parte de la NOW, la National Organization for Women, que hace nada acaba de perder a varios de sus miembros porque eran… LESBIANAS! murmullos de señora indignada Esto es literal porque en la reunión a la que va las señoras (y son literalmente señoras blancas ricachonas todas) están muy ofendidas con esto porque habrase visto estas lesbianas oyoyoyoyoy, ¿qué se creen? Esto se lo cuentan a Roma porque no saben que es lesbiana y Roma parece que tampoco lo quiere saber. Pobrecita, reprimiendo su sexualidad y escuchando esas barbaridades. ¡Sal del armario, muchacha, que se vive mucho mejor!

Llevamos poco más de un cuarto de hora y ya empiezan las tragedias 🙁 Michael muere en una explosión el barco mientras están lanzando misiles y con Ken aún encima escuchándolo todo por los cascos, así que el chico tiene derecho a quedar la mar de tocadito. Es peor todavía cuando encuentra en su taquilla el regalo de cumpleaños que le había comprado Michael. Lloremos.

Por su parte, el padre de Cleve es un psiquiatra de esos que cree que la homosexualidad se cura con electroshocks, lobotomías y todas esas salvajadas, así que el chico espera al mismo día en que cumple 18 años para contarle que es gay por si acaso le quiere hacer alguna terapia de tortura.

Le ha hecho llorar 🙁

Como habréis deducido por sus lágrimas la cosa no sale del todo bien, porque su padre le dice que es una enfermedad, así que en cuanto puede se va con sus amigos en una furgoneta hippie a buscarse la vida a San Francisco. Otro que termina en la misma ciudad es Ken, a quien trasladan para un programa en el que va a poner firme a marines que son una panda de racistas asquerosos. Lo mismo para Roma, que también se ha mudado a San Francisco y acude a una reunión de un centro de mujeres siguiendo uno de sus panfletos.

Al llegar allí explica que le interesa trabajar de forma inmediata con las mujeres, pero que al mismo tiempo está con NOW y que pueden pedirles apoyo para una manifestación, pero claro, NOW no es que sea muy bien recibida en grupos de lesbianas, que es lo que son una gran mayoría ahí. ¡Sorpresa!

Putoamismo

Tenemos nada menos que a Rosie O’Donnell (junto a su pareja en la serie) y a Whoopi Goldberg interpretando a momma lesbians. EL HONOR DE ESTAR EN SU PRESENCIA, ARRODÍLLATE ROMA. Si es que realmente a la mujer no dejan de darle señales sobre su lesbianismo, pero ella se ve que está en negación.

Al llegar Cleve no encuentra la revolución gay que esperaba y esto es porque por aquel entonces el alcalde de San Francisco estaba haciendo una “limpieza” en la ciudad contra todos los radicales e inadaptados que habían poblado la ciudad la década anterior. When We Rise combina la recreación de la época con imágenes de archivo reales para mostrarnos el contexto de la época, lo cual viene muy bien para situarse.

De vuelta con Roma, una muchacha del grupo decide acompañarla a la policía para ver si pueden conseguir un permiso para la manifestación, pero los polis son unos machirulos homófobos y tararí que te vi. Tal vez no haya conseguido un permiso, pero sí consigue un revolcón con esta chica nada más llegan a casa. Not bad at all!

Hay que quitarse el disgusto

La que no era lesbiana… JA. Tras el folleteo y casi cargarse una lámpara por el camino, hablan y Roma le explica la historia con Diane en Togo, la cual tiene un poquito idealizada en mi opinión. Jean (que así se llama) le viene a decir “cari, yo no te pregunté por ella y tú directamente me saltas con estas, estás pillada” y luego hablan de cómo Roma está cagadísima de miedo por salir del armario porque proviene de una familia católica muy grande. Jean está en plan embrace your lesbianism! Y sí, hora es. Estás en San Francisco, tía, no vas a encontrar un lugar mejor.

Entre que Cleve se empieza a hacer un huequito en la ciudad y Ken sigue sin encontrarlo, Jean apoya a Roma de vuelta al centro de mujeres cuando ella dice que deberían buscar alianzas con los hombres gay. Una de las lesbianas mayores es Sally Gearhart, que enseguida ve el rollito que se traen y les pide que por favor queden un día con ella para discutir temas de energía sexual.

«¿Qué es esto que detectan mis sentidos lesbiánidos? ¿Tensión sexual?»

Sally, ¿en qué piensas? Por otro lado, Ken termina en un bar en el que hay actuaciones drags y está como un poco fuera de lugar, pero una tal Mamá José lo coge por banda porque le debe pitar el gaydar y le trata de hacer ver que aquello es un lugar seguro en el que puede ser lo que quiera ser. Enseguida lo reconoce como un marine y le explica que muchos fueron como él hace tiempo, porque en cuanto descubren que eres gay enseguida te buscan un destino como San Francisco para que no molestes. Ken está un poco preocupado por si van policías por allí a sacarlos a patadas, pero Mamá José le explica que aunque vengan, ahora se lo piensan dos veces desde “los disturbios”. Las cosas han cambiado desde Stonewall, la gente LGBT+ lucha :))))))

Y antes lo dicen, antes aparece la poli para abrirles la cabeza. Literal. Les dan muchas hostias y meten a unos cuantos en la furgoneta, pero forman una cadena humana en torno a ella y se ponen a cantar, es bastante emocionante. El único que escapa es Ken, que hace como que no va con él y pasa de ayudar a nadie. Buuuuuuuuuh.

«No nos mooooooveráaaaaan (8)»

Precisamente a la mañana siguiente, Cleve se encuentra en una cafetería con Sylvestre, que la noche anterior estaba cantando en el bar y al ver que no tiene un duro, le invita a alguno de sus shows y le da un cafecito antes de que lo venga a buscar Scott, uno de sus amiguitos gays.

Finalmente Roma y Jean van a casa de Sally y no queréis saber la conversación que tienen. ¿Qué digo? Sí que queréis. Sally intenta hacer ver a Roma que al esconder que es lesbiana está escondiendo una parte de sí misma vital. De ahí Sally pasa a explicar que el modelo de relación heterosexual es la monogamia por el tema de procrear pero que ellas no tienen esa opción de momento, así que sugiere poliamor entre ellas tres porque por lo visto Jean y Sally ya tienen una relación.

Así se empieza en San Francisco, cuando te proponen un trío lésbico

La cara de Roma es el shock absoluto porque aún ni salió del armario y ya le están proponiendo una relación poliamorosa. Luego Sally se entera de que ya han fornicado antes unas 12 veces. ¿Hola? No pierden el tiempo. La mujer se queda un poco trastocada. Roma les explica que no tiene tiempo para una novia, mucho menos dos, así que les dice que solucionen sus cosas sin ella y se marcha.

¿Pero qué ocurre? Que Jean ya está encoñadísima con Roma y sale detrás de ella y la coge de la mano como quien «tú no te me escapas». Además, Scott le consigue a Cleve un trabajo antes de irse a Amsterdam de repartidor en bicicleta, algo es algo. También termina viviendo en un piso con no sé cuántos chicuelos gays más que hacen lo que pueden para sobrevivir y pagar el alquiler. Al llegar a la lavandería, Roma está colgando carteles para la manifestación contra la violencia que reciben las mujeres y se ponen a hablar. Total, se supone que los chicos no están invitados, pero Cleve entiende que todas las luchas sociales son una y le explica que hay muchos chicos gays que estarían encantados de apoyarlas. Roma termina invitándolo por lo bajini diciendo que algunas de las mujeres del grupo odian a los hombres y Cleve está como duhh, es que los hombres son cerdos, así que se caen bien.

La alianza lésbico-gay da comienzo * suenan fanfarrias y tambores *

¡Alianza consumada! Hablando de Cleve, el muchacho cada vez que intenta hablar por teléfono con su madre para contarle cómo le va la vida, tiene que aguantar a su padre diciéndole que vuelva a casa porque podrán curarlo. Yo es que de verdad… Por la noche está a punto de prostituirse, algo que hacen algunos chicos con los que vive para ganarse un dinero, pero se encuentra a un hombre que lo invita a su apartamento a comida china. Parece bastante majete y se ponen a hablar de Stonewall porque el hombre estuvo allí. Le asegura que no fue nada organizado, que fue gente joven como él que no quería soportar el abuso de la policía y eso les ha dado esperanza. Cleve se lanza a besarlo, el otro le dice que no tiene que hacerlo, pero es que simplemente le apetece.

Roma y Jean están esperando al comienzo de la manifestación un poco nerviosas, sobre todo Roma, que teme que no vaya nadie y sea un fracaso. Es entonces cuando empiezan a aparecer un montón de mujeres con pancartas y algún que otro hombre, como Cleve y alguno de sus amiguitos. Como Sally tiene bastante verborrea en estos casos, enseguida coge un megáfono y se pone a alentar a las masas. HELL YEAH! También se suma el personaje de O’Donnell, que es nada menos que la activista Del Martin y su pareja es Phyllis Lyon. Googleadlas, ya veréis como al menos habréis visto su foto de hace unos años casándose ya de viejecitas tras toda la vida juntas. Más bonitas e inspiradoras… ais. El caso es que Del le dice a Cleve que están encantadas de contar con él. ¡Así sí!

STOP THE VIOLENCE, gritan

La policía, para no perder su tradición como herramienta al servicio del poder, enseguida carga contra todos y empieza a lanzar gas lacrimógeno, así que la concentración se dispersa y Roma sale por patas. Al llegar a casa está muy afligida y teme no ser lo suficientemente fuerte para una lucha de este tipo, pero ahí Jean se harta de escucharla lloriquear y le dice que está asustada porque se niega a aceptar la única cosa que convertiría aquella lucha en algo personal.

Jean: ¡Amas a las mujeres, Roma! Y si aceptases eso, no estarías aquí temblando porque un policía te ha lanzado gas lacrimógeno. Serías dura como el infierno y estarías dispuesta a luchar por tu vida.

«Escúchame, Roma, eres un sándwich lésbico»

Así mismo, chiqui. Jean lo tiene clarinete y deja a Roma pensativa. En fin, la vida sigue y Ken no para de batallar consigo mismo porque está deprimidito y un psicólogo de los marines no deja de recomendarle cosas que a él, personalmente, no veo yo que le ayuden mucho. ¡Si hasta va a una iglesia que echa un sermón homófobo!

Si queríais saber qué pasaría con nuestra lesbicanaria asustada, sabed que la muchacha vuelve a una reunión de NOW. ¿Involución decís? Esperad, porque de repente se apagan todas las luces y entran un montón de chicas con mensajes en sus camisetas y pancartas, muchas de ellas se levantan de entre el público y… SÍ, NUESTRA PEQUEÑA ROMA TAMBIÉN. Levanta su puñito y dice “no somos una amenaza, no somos una distracción y no permaneceremos calladas más tiempo” y Jean hace lo propio levantando su puño mientras la mira con orgullo.

Salir del armario a lo grande!

A Cleve todo esto que pasa le está revolviendo las tripas y se siente revolucionario, así que intenta implicarse en la política de la ciudad y va a hablar con un hombre abiertamente gay que ha salido elegido, pero resulta que el tío es un burócrata del tipo “gay sí, pero que no se te note”, conservador, quiere que se corte el pelito y que juegue con las mismas normas del sistema sin cuestionarlo. Con esto el pobre Cleve termina muy decepcionado y está a punto de marcharse para Europa, pero justo en este momento de la historia es cuando Harvey Milk está en campaña para supervisor de la ciudad. Os sonará Harvey Milk, imagino, una figura histórica.

Además de esto, Cleve conoce a Marvin, un chico gay que acaba de llegar de New York y enseguida se convierte en su amigo. Están en el mismo bar en el que ocurrió la redada policial, al que de pronto Ken ha decidido volver para disculparse por no haber luchado junto a ellos. Cleve es un poco escéptico porque, a fin de cuentas, es un exmarine y él es un pacifista en contra de la guerra, pero Ken les promete que está ahí para luchar. Ocurre que Roma también aparece para preguntar a Mamá José cómo han logrado mantener ese lugar abierto durante décadas porque ellas quieren conseguir un permiso para un nuevo centro de mujeres, así que Mamá José les cuenta que “estamos en todos lados, incluso en el ayuntamiento”. Guiño, guiño, codazo, codazo.

Mamá José con sus polluelos a punto de salir del nido

También les hace ahí un discursito de que todos vosotros juntos podéis cambiar el mundo y tal, como si pasase la antorcha a la siguiente generación. Luego hay un poquito de fiesta y a la salida Ken se encuentra con un tal Richard. Enseguida se entran por los ojos y se presentan, así que parece que habrá rollito.

Otro que ya está camino de vuelta a casa es Cleve, que va mirando un panfleto de Harvey Milk como si le pareciese ya una opción interesante. Un par de homófobos lo pillan por banda en una calle y le pegan una paliza hasta que aparece un taxi, con lo que consigue volver a casa y decide que va a quedarse a luchar en San Francisco. Roma y Jean van también muy contentas de la manito, pero cuando llegan a la suya se encuentran en la puerta a… ¡Diane! BOLLODRAMA. Roma se queda planchada, dice su nombre y se suelta de su mano.

Esta ha sido la primera parte de When We Rise, una serie que os recomiendo si queréis conocer como comenzó el movimiento de liberación LGBT+ y su evolución en Estados Unidos a través de varios de sus protagonistas. Le ponemos el sello lesbicanario de calidad. ¿Qué os parece?