Hoy que esta haciendo frillito y tenía la tarde libre me metí en la cama con el portátil y me puse los audífonos para ver el documental Same Sex America. Lo tenía pendiente desde hace tiempo y creí que sería un buen momento para echarle un vistazo y no me equivoque, eso si, menos mal que estoy de vacaciones (como ya habrán adivinado porque he estado flojeando un poquitin al escribir en lesbicanarias) porque lloré como magdalena durante todo el proceso (claro que yo soy de esas que lloran en todas las películas).

En fin pasemos a lo importante Same Sex America nos sitúa en Massachussets en noviembre del 2003 en ese histórico momento en el que el Tribunal Supremo de Justicia del estado declaraba que era inconstitucional el negar el derecho a casarse a las parejas del mismo sexo. Y nos lleva en un viaje a través del tiempo para contarnos la historia de varias parejas (gays y lesbianas) que desean casarse y están luchando por sus derechos y así como la de aquellas personas que se oponen firmemente al proceso.

El hecho de que el documental muestre los dos lados puede darnos un poco de flojera, sobre todo porque ¿quién no ha escuchado el típico discurso anti gay alguna vez en la vida? Pero esta vez aunque me opongo con la misma firmeza a sus ideales que ellos a los míos me pareció un documental muy justo en el sentido de que no intentaba demonizar a ningún bando y trabajaba más con el aspecto sentimental del asunto. Y en medio de todo ese encontronazo de ideas te encuentras con personas y te das cuenta que cuando esas personas hablan desde el corazón no importa cual sea su bando hay un punto de encuentro. Claro que siempre hay el típico salido total que te hace entornar los ojos y suplicarle a la tierra que te trague para no tener que escucharle.

Hay varios puntos cúspide, como les comentaba el documental habla mucho de sentimientos, quizá uno de los momentos que más me toco fue aquel en el que entrevistan a una chica que esta manifestándose por el derecho a casarse. Esta ahí hablando de como soñaba en el matrimonio cuando era pequeña y pensaba que nunca podría cumplir ese sueño y en lo importante que era para ella el siquiera pensar que podría hacerse realidad. Y después se le quiebra la voz cuando cuenta que sus padres también están en ese salón pero apoyando el otro lado de la moneda.

Es un momento muy duro pero a la vez muy humano, porque ves dos partes de una familia en la que no hay villanos y todos se quieren pero no pueden evitar luchar cada uno por sus propias convicciones que esta ves son totalmente opuestas. Me toco especialmente porque yo sé que mis padres y yo tenemos una relación que se parece bastante a esa. Ellos me quieren yo los quiero, intentan involucrarse pero no pueden evitar tener la sensación de que lo que hago no es moralmente correcto. Y a veces pienso que han avanzado un montón y después pasan 3 meses y no se han tomado el tiempo de ver las fotos de mi boda y me doy cuenta de que no es así. No es que ellos o yo seamos malos, no es que no nos queramos, es simplemente que la vida nos ha puesto en una posición en la que tenemos diferencias irreconciliables.

Otra cosa que me encantó del documental es que se centra en las cosas sencillas de la vida, vemos a las parejas con sus hijos, con sus familiares, tratando de organizar sus bodas, como una familia cualquiera y ese es quizá el punto fuerte de este plato. Me encanto porque después de mirar todo el documental nunca tienes la sensación de ver familias «raras» sino familias a secas.

Same Sex America también nos muestra una diversidad muy positiva, parejas interraciales, parejas de hombres con hijos (que usualmente no se ven), parejas de lesbianas de todas edades (incluyendo una encantadora pareja mayor), en fin creo que han atinado al mostrar gente tan diversa.

El documental también habla de los reveses que se ha llevado la decisión como los intentos de enmienda constitucional impulsados por la derecha (que todavía este año intentaron sacar adelante con una aplastante derrota para nuestra fortuna). Pero yo diría que hay más momentos dulces que amargos.

Definitivamente les recomiendo que vean este documental con el previo aviso de que lo hagan con una buena caja de Kleenex al lado.