Después de leer mi post y todos sus comentarios la Sita Genix ha querido compartir su versión de la historia. Yo soy la primera sorprendida porque es una persona que luce más por lo que calla que por lo que dice así que jamás me esperé que quisiera hacer algo así. Pero ahora que llego del trabajo me ha impresionado con este escrito que refleja la manera en que ella vivió la historia y a mi me ha encantado así que he decidido ponerlo aquí aprovechándome de que anda con la vena compartidora.

No son sino nuestras anécdotas pero a nosotras nos ha gustado mucho rememorar esos buenos momentos y nos hemos reído mucho recordando cosas.

Así que esta es la versión de Genix:

Hace casi 9 años me enganché a una serie que a hurtadillas y destiempo podía ver. Entre mis idas y venidas caminaba por el pasillo de la casa, con la televisión puesta, como siempre hago mientras me dedico a mil y una cosa por el resto de la casa, no sé, quizás su sonido siempre me ha hecho sentir acompañada o algo así, o yo que sé, quizás es otra de mis manías. Por esas andaba cuando al pasar por la puerta veo la imagen de dos chicas que se despiden porque una debe de irse a su aldea. Con mucho dolor en su mirada la otra, morena y más alta la mira desconsolada con la tristeza de su decisión de regresarse a su aldea y la sabiduría de reconocer que en esa batalla su grandiosa espada no tiene voz ni juicio, era su batalla, su guerra, y sabía que debía de lidiarlo ella sola.

Me sorprendió sus miradas, sus maneras, la fragilidad que rodeaba la escena frente a la rudeza de las que eran capaces cuando algún pobre infeliz osaba hacer mover el Ades con sus fechorías. No hubo manera, seguí y perseguí la serie a pesar de que en mi país la daban en horario infantil. Saqué el polvo del libro de instrucciones del video y nada, a programar se dijo.

Al llegar del trabajo acomodaba lo que me rodeaba para el evento, vería Xena libre de responsabilidades, acompañada de mi café, acomodada en mi sillón. Cada capítulo clamaba a otro y otro, no pasó desapercibido para mí lo que hoy se llama subtexto y lo que entonces para mi juicio era la consecuencia propia y digna de una relación como aquella, donde ni un cielo, ni un infierno, ni una muerte ni otra…..ni otra, podían con ellas.

Ni qué decir que quería más, necesitaba conocer mejor a esos personajes que no solo me fascinaban con sus ambientes mitológicos sino que me hacían recordar cual ha sido y fue siempre mi sentido del amor. En esas andaba cuando un buen día mi hermano trataba de explicarme el fantástico mundo de internet que acababa de instalar en el ordenador de la empresa familiar y me pregunta que cosas me interesan para que viera de qué iba la cosa, sin más le dije “Xena” faltaría más. Como si fuera una puerta abierta a mi propio Olimpo se abrió una serie de páginas enteramente dedicadas a mi serie favorita. A partir de ahí traté de indagar página por página (sepan que por entonces no tenía ordenador ni mucho internet en casa). Visité listados de capítulos, pequeños resúmenes, tratando de spoilearme lo más posible ( como siempre). Pero pasó lo propio, acabé por conocerme cada parte de cada página al dedillo y no me quedó de otra para evitarme el mono que visitar los únicos apartados que nunca había visitado. Llegó un momento en que llegué a los Fanfics……¡¡¿Qué diablossss?!!. Sí, fue eso lo que me dije antes de que mi hermano respondiera desde el otro lado de la sala….¿qué pasa hermana?. Y nada, que le conté que había esas especies de historias alternativas a lo que mi amado hermano respondió…….¡¡Escribe alguna!!.

Ni qué decir que para alguien que acababa de descubrir internet, se le hacía muy cuesta arriba de golpe y sin anestesia formar parte de ser parte de esas páginas con algo que pudiera crear, así que no, me dediqué a seguir viviendo mi vida, caminando 23 km en 50 m2, siempre de un lado al otro. Pasó poco tiempo cuando una persona muy querida para mí se puso algo pachucha, mi abuelita. Acudía cada día al hospital puesto que se negaba a comer o a que nadie más la duchara o le cortara el pelo, diosesssss aún recuerdo cuando trataba de darle la vuelta en la cama para que no estuviera tan incómoda y tras mucho empujar con la ayuda de mi primo y recolocarla, volvía por su propio esfuerzo a la posición original, con la misma dificultad con la que hoy yo levanto una ceja “ninguna”,

-¡¡Pero esta mujerrr!!, me dije, con los ojos de mi primo clavados en mi antes de romper a carcajadas.
-¿¿Qué pasa?? Dijo la mujer.
-Nada abuela, llevamos media hora tratando de darte la vuelta y vas y……….
-Anda, pues haberlo dicho antes, yo los veía empujando y empujando pero ¿¿qué iba a saber yo que estaban haciendo??

Y nada tras un mes de hospital y con mucho tiempo con ella dormida a mi lado, mirando el mar desde la ventana, se me ocurrió escribir mi fanfic “Destino”, no fue por aburrimiento, ni fue por la insistencia de mi hermano y su novia, simplemente me di cuenta de que había cosas que podía contar, como si se tratara de una forma de dejar algo tras de mí el día que ya no estuviera. Pudiera ser que los días en ese hospital marcasen lo efímero de la vida, lo grande y poca cosa que podemos ser o crear.

Ni crean que mi abuela se quedó allí, mis promesas de llevarla de asaderos tuve que cumplirla con creces….Ahissss como el gustaba a esa mujer los asaderos.

Un día llegó mi madre al hospital y al no encontrarnos en la habitación se quedó media asustadilla. … Y no, no estábamos muertas, estábamos de parranda. Resultó que mi pobre abuela no salía de la habitación y solo se levantaba para que la duchara, no porque no pudiera sino porque le daba vergüenza llevar ese batín con el trasero al aire que le obligaban a ponerse. Sin más la vestí con su bata de los domingos que se había quedado en el armario y me la llevé de paseo por los pasillos…de ligue, le decía yo, a pesar de a quien traía de cabeza era a las enfermeras y a los médicos. No había nadie que entrara en esa habitación tras echarme fuera para su aseo y demás, que no saliera morada de reír y con un comentario reiterativo………¡¡¡¡Esta mujer es el diablo!!!. No me extrañaba ni mi inmutaba, mi abuela era así.

Bueno, al grano, empecé, mi fanfic en esas esperas en una gran sala en donde se esperan los familiares cuando visitan a los enfermos los médicos. A pesar de escribir solo dos frases la idea clara de lo que quería plasmar cada vez se hizo más firme. Y fue así como tras un par de días, sin tiempo de correcciones ortográficas, ni pensarlo más, lo mandé al ciberespacio (juro y perjuro que no sabía de la existencia del Word y su gran, valioso y tan preciado corrector). Escribí la primera parte de mi fic en el simple y sencillo Bloc de notas del pc. Entre eso y que cuando escribo, lo hago basándome en lo que veo en mi mente sin preocuparme ni un segundo por lo demás, pues ya me dirán el estado de ese escrito. Digamos que durante un tiempo fui famosa por escribir joven con B y como no, mi famoso Asia por Hacia.

Transcurrieron los días cuando empecé a recibir algunos mails de las personas que habían dado con él. Fue muy divertido y casi escalofriante que muchas de esas personas hubieran recogido el mensaje de aquella historia tal cual la había escrito. Sentí como si hubiera cumplido mi misión original. Mi sorpresa fue cuando un día cualquiera un nombre reconocido por mí por haber leído todos sus escritos apareció en mi correo.

-¿¿A que no sabes quién me escribió??- dije a mi hermano

Evidentemente no respondió, pero el que me había acompañado por mis escapadas por el Xenamundo no se sorprendió del nombre cuando se lo dije.

-Esta chica, abro tal página y ahí que aparecen sus fics, abro otra y ahí que la nombran en las notas de agradecimientos, abro otra más y ahí que anda posteando en un blog.- dije. –Rogue, me escribió Rogue- seguí.

Mi hermano se sonrió un poco por verme entusiasmada o quizás por haber conseguido que el cibermundo formara parte de mi rutina, el caso es que lei su mail en bajo, pero luego no me quedó de otra de leerlo en alto para que lo oyera mientras rellenaba unas facturas (el chico se había quedado esperando que le contara más, así que lo compartí con él).

Creo que tardé medio minuto en responder a ese mail……Que si gracias, que yo había leído sus fics…..etc (piensen que para mí haber leído sus historias me hacía sentir que esa chica era no solo onmipresente sino extrañamente cercana a través de sus escritos), extrañamente en mi olvidé mis formas protocolarias para dirigirme a ella como si hiciera unos años que la conociera, correcta, sencilla pero directa.

Y tras ese mail, sus respuestas, y luego las mías. No tardamos en hacer de nuestros mails versiones extendidas del Quijote. Y así fue por meses, hasta que un buen día me contaba en uno de ellos de la existencia de algo llamado Messenger…. Fíjate tú y a saber qué era aquello. Investigué y creo que lo bajé antes de responder que ya lo tenía.

Los mails siguieron siendo kilométricos pero empezamos a chatearnos y a pasar largas horas charlando de todo un poco. Tras unos meses de mails y un par más de chateo, llegó un momento en que me daba cuenta de que cuando charlaba con ella me sentía yo misma, era como un oasis en medio de la nada. Era fácil hacerme entender, entenderla, reconocer sus estados de ánimos, y me di cuenta de que algo extraño pasaba cuando me levantaba de la cama a las 3 de la mañana para vestirme e irme al negocio familiar para charlar hasta el amanecer. Sí señoras, dormida, en chándal, y conduciendo en medio de las calles abandonadas y solitarias para llegar hasta allí. (Y sí, adivinaron, aún no me había decidido a comprarme un pc).

Estuve así durante un mes y medio, luego me dije…..Vale hermano, tú ganas. Me fui al Corte Ingles y me traje a casa mi primer ordenador.

Ya no solo madrugaba para hablarle sino que movía mi mundo hasta sucumbir a mi tozudez y convertirme en una cibernauta en toda regla.

Escribí capítulo tras capítulo de mi historia mientras esperaba el momento en que Rogue entraba a contarme su día y yo el mío. Así a hurtadillas por las noches, cuando más claro se ve todo, me fui dando cuenta de que muchas veces empleaba más la tecla de borrar lo escrito en el chat con ella que lo que realmente le dejaba leer.

Sabía perfectamente qué me pasaba, no me dio tiempo a preguntarme nada, ni cuestionarme, ni siquiera me dio tiempo de sorprenderme de nada, simplemente me sentía en casa cuando estábamos charlando, se había echo una rutina ideal, un deseo y necesidad de compartirle mis cosas. No, la única pregunta que sí me hice no fue otra que……..¿Cómo le hago saber lo que me hace sentir?. Fui mala y lo sé, pero un día en medio de nuestras charlas le dije algo como que vivía con la mujer de mi vida. Sí, sabía que eso generaría algo, no sé….curiosidad por su parte, o quizás, con un poco de suerte, haría el mismo efecto que me estaba causando haber soltado tal frase. Su respuesta fue un largo, lánguido y tortuoso silencio. No necesité más respuesta, pero esperé que dijera algo más. No recuerdo ni qué fue lo que dijo porque ya entonces estaba centrada en responder lo que sabía que rondaba su cabeza… Nunca ser tan ruín había traído algo tan grande a mi vida. Pero aún así seguí siendo mala, muy mala

-Ella se llama Jud- Y esperé su respuesta que fue otro largo y lánguido silencio, antes de que dijera algo a lo que tampoco presté mucha atención
-…….. y es mi hija-acabé por decir.

En ese momento me pregunté como iba a interpretar ahora ese silencio suyo, o era de alivio, o era del impacto de que supiera de que tenía una hija.

Su respuesta fue entrañable, propia de ella. Alabó la idea de mí como madre y una vez más me hizo sentir como en casa, mi casa, ella.

Y seguí siendo muy mala.

Rogue: Oye que Glec te manda saludos
Genix: Ahisss, mándale mis saludos, dile que pronto seguiré con el capítulo 5, besos para ella.
Rogue: Oigame no, a ella le mandas besos y a mi nunca me has mandado uno.
Genix: Bah, mujeresssss. Chateamos hasta le amanecer y se me queja por un beso. Ok. Te mando uno a ti también, faltaría más

En silencio ya sabía qué sentía, y si no lo sabía, al menos sabía que se lo replantearía, pero por no perder su amistad y confianza porque la quería en mi vida, lo dejé estar. Si algo tenía que pasar, pasaría, nadie puede detener lo imparable.

Un poco después, posiblemente unas semanas

-Te leo mañana, ¿ok?
-Eso sonó a cita, ¿¿nos estamos citando oficialmente??, yo no me cito con cualquiera, no soy una chica fácil y……..
-Esta bien, mira Enny , te lo hago oficial………

Lo que sigue me lo guardo porque solo es mío y para mí), pero tras eso se esfumó, se marchó, cerró el Messenger y no me dejó responder nada. ( ¿Acaso una venganza?). SI no lo fue, lo pareció, Así que me quedé releyendo aquellas frases una y otra vez sonriendo a la pantalla no por haber ganado una batalla, sino porque podía saber qué efecto había causado en ella soltarlo sin más. Aún hoy, tras 9 años juntas, puedo imaginarlo del mismo modo en que lo hice en aquellos tiempos remotos, porque conozco a mi mujer y la amo por ser como es y por lo que hizo.

Sí, posiblemente no lo han adivinado pues puedo ser mala con ganas cuando me lo planteo, NO respondí por mail, ni similar, decidí esperar a la noche siguiente, cuando Jud ya dormidita en su cama, me diera licencia de llegar a mi hora bruja, la noche, cuando toda la ciudad parece estar dormida, y frente a frente ser tan sincera como ella lo había sido conmigo.

Esa noche el teléfono sonó en algún lugar de la casa. Abrí un ojo ante la insistencia de aquel pitido que rompía la noche en dos….Cielossss, otra vez los japoneses preguntando en inglés si esto era la consejería de pesca o el envío fallido de un fax desde Noruega (Cada noche me tocaba decirle a alquien que NOOOOO This is a particular house. That number it´not consejería de pesca. JOO….DERR, encima no encuentro el inalámbrico, patadas a los cojines del suelo, levantando sábanas, persiguiendo somnolienta el sonido estridente del maldito aparato.

-¡¡¡SIIIIIIIII!!!- dije por decir algo, porque a esas horas no podía ser nadie más que alguien relacionado con el pescado.
-¿Bueno?- dijo una suave y sorprendida voz- ¿Enny?
-Ups, madre de todos los diosessssssssss y yo con estos pelos.- Estoo, si, si soy yo, hola

(Fue el día en que supe que estaba cualificada para aguantarme, esta chica era para mí decididamente)

No fue el principio, eso había sido mucho tiempo atrás, en aquellos tiempos de los mails interminables, pero si es el día en el que solemos celebrar nuestra confianza y valor para encarar lo que sentíamos poniendo palabras claras y rotundas al respecto. A partir de ese día no hizo falta pulsar la tecla borrar al hablarle y por si fuera poco hoy hace un año que prometí ante toda la gente que aprecio y estaba presente, que iba a seguir siendo así el resto de mi vida.