Una semana más y otro episodio de Los Hombres de Paco ha salido al aire, así que toca resumir el capítulo 7×04 de la serie llamado El último asalto donde nuestras queridas Pepa y Silvia han sido grandes protagonistas como verán a continuación.
Nuestro episodio comienza con Montoya regañando para no variar a Pepa y Sara, porque como recordarán del episodio pasado, Pepa y Sara fueron juntas al gimnasio (y terminaron dándose de tortas) aunque Pepa estaba suspendida.
En fin que después del regaño oficial Montoya las felicita por haber conseguido infiltrarse y les dice que van a seguir con el plan y ambas tendrán que hacerse pasar por boxeadoras. Eso si, será algo rápido y limpió. Las dos con micrófonos, entrar, revisar el lugar y salir nada de hacerse las heroínas.
Más adelante en el episodio, Pepa está practicando tiro cuando Aitor entra y le pide una disculpa por haberse portado tan borde con ella cuando le pidió lo del bebe. Eso si, le dice que él sigue pensando lo mismo de la donación y que sigue sin estar de acuerdo.
Pepa le dice que la culpa la tuvo ella porque no tuvo tacto ninguno al pedírselo
Si es que yo no… no puedo pretender que mi compañero de curro solucione las carencias de mi vida… y menos las de Silvia. Que soy una descerebrada.
Y lo dice con el corazón rotillo como siempre, pero Aitor aligera el momento apostando con ella 40 pavos a ver quien es mejor con la pistola. (Yo voy con 10 a que gana Pepa que la cosa no está para ir más fuerte).
Mientras Pepa juega a las pistolas, Silvia está en el laboratorio trabajando. Sara entra y le pregunta que por qué está ahí (recordemos que Silvia también está suspendida). Ella le responde que estaba muy aburrida y ya no podía soportar más en casa y que si la echan pues ya esta.
Sara: ¿Cómo has pasado la noche?
Silvia: Bueno pues mira, teniendo en cuenta que la mujer que amo me ha humillado públicamente, me ha roto el labio y ha tomado la decisión de buscar un donante para darme un hijo creo que estoy muy bien.
Sara: Y ¿vas a hablar con ella?
Silvia: No, pues no pensaba, pero quizá debería, no sea que se presente en mi casa con familia numerosa.
Pero detrás del discurso airado de Silvia se nota que hay muchos sentimientos, está intentando hacerse la fuerte pero de fondo hay mucho más:
¿Sabes qué? Cuando perdí al bebe tarde muchos meses en superarlo. Pero lo supere, entonces apareció Pepa como un elefante en una cacharrería y me removió todo otra vez, incluso mis ganas de ser madre. Pensaba que sería precioso tener una familia con ella. Pero no, yo ya no voy a sufrir. Yo soy una mujer independiente, realizada y comprometida con su trabajo, con gente a la que quiero y que me quiere como tu, yo no necesito una familia.
Sara entiende el verdadero sentimiento de Silvia y le abraza diciéndole que ella es su familia. Silvia se aferra a Sara y llora, y justo en ese momento Aitor pasa por fuera del laboratorio y ve toda la escena. Se nota que se siente culpable porque de alguna manera piensa que él podría detener el sufrimiento de Silvia.
Sara le dice a Silvia que Pepa la quiere y la deja a solas. Aitor le pregunta a Sara que como ve a Silvia y ella le responde que está jodida porque es una putada que la gente no pueda lo quiere tener. Aitor (que siempre ha estado enamorado de Sara) lo entiende muy bien y se queda pensando.
Ya en el operativo, Pepa y Sara hacen su entrada triunfal cual púgiles normales, en la camioneta Montoya y Rita dirigen el operativo. Las dos chicas se preparan para entrar en acción y hacer tiempo en lo que el operativo está listo y la gente puede entrar.
Pepa le dice a Sara que tienen que hacer esto bien (o en otras palabras que tienen que darse duro) y luego le pide perdón por lo que le dijo el otro día. Sara acepta y a su vez le pide que la perdone porque lo que hizo. Pepa no entiende que fue y pregunta. Entonces Sara le cuenta que le dijo todo a Silvia porque ella es su tía y no quería mentirle.
Pepa lo acepta aunque no entiende del todo bien que lo haya hecho. Pero en lugar de seguir hablando le pregunta que como se lo tomó. Sara no alcanza a responder porque les toca su turno de pelear. Montoya coloca a toda su gente y están a punto de entrar cuando Sara se da cuenta de que Paco y Mariano están en el mismo lugar y cancela la entrada de la gente.
Mientras tanto Aitor está en la ducha de las oficinas y justo cuando va a salir se encuentra con Silvia mirándose ante el espejo. Aitor está a punto de hablar para darse a notar pero se da cuenta de que Silvia está llorando mientras se mira al espejo.
Es una escena muy triste porque vemos a Silvia tratar de contenerse mientras se mira las cicatrices y romperse en mil pedazos y llorar. Y se nota que Aitor se siente cada vez más culpable por el dolor que Silvia está pasando (aunque la verdad sea que él no tiene nada de culpa).
De vuelta en el operativo Montoya no puede dejar que entre la gente hasta que Mariano y Paco encuentren a su sospechoso así que Pepa y Sara se ven obligadas a pelear. En un primer momento las dos ni se miran, hasta que Pepa empieza a tirar un par de golpes que se ve que no van ningún lado.
La gente comienza a abuchear y a Pepa se le ocurre un plan. Le dice a Sara que va a tirar un par de golpes y que va a bajar la guardia y que cuando lo haga tiene que soltarle un golpe que la deje K.O., Sara no está muy convencida pero entonces Pepa le recuerda lo que le ha hecho a su «Tiita» y a Sara le entra la inspiración.
El plan sale bien y declaran a Sara ganadora, pero con lo que no contaban es que tenían a una Sarah Connor hipervitaminada de repuesto y ahora Sara tiene que pelear con ella. Sarita hace lo posible pero la «Sarah» le está dando tremenda paliza. Pero justo a tiempo Mariano se da cuenta de que el sospechoso ha cambiado de sexo y es la mujer que han tenido todo el tiempo enfrente.
Mariano le apunta con la pistola, la mexicana también le apunta a Mariano, pero justo en ese momento Pepa se multiplica por tres y la arrolla en plan tren hasta que consigue reducirla.
Más tarde en el episodio una Pepa con los dos ojos morados y el labio partido, quiso hallar el olvido al estilo jalisco, pero los tequilas solo le hacen recordar más a Silvia y de repente se da cuenta de que Sara tenía razón y tiene que decírselo.
Justo en ese momento llega Silvia que la ve desde el fondo con ojos del amor y respira profundamente para darse fuerzas para continuar con lo que va a hacer.
Silvia: Me ha dicho Sara que estás buscando un donante para embarazarte.
Pepa: Silvia yo…
Silvia: Mira yo no sé Pepa si lo haces por torpeza, porque quieres hacer como que nada ha pasado o porque quieres joderme porque yo no puedo tenerlos. No pero me da igual, porque ni me jode, ni voy a seguir siendo tu chica. Pepa eres la última persona con quien querría tener una familia. ¿Sabes por qué? Te fuiste de tu casa a los 18 años porque estabas enfadada con tus padres y volviste a los 29. A los treinta me convenciste de que me querías y a los 31 quieres tu independencia. ¿Tú sabes lo que eso significa eso Pepa? Que no puedes cuidar de nadie sino de ti misma, no Pepa no, esto se ha acabado.
Pepa intenta decir algo pero Silvia se marcha sin más y la deja echa totalmente polvo y llorando en el bar.
Más adelante Pepa llega tambaleándose y borracha y es incapaz de meter la llave en la cerradura, y así se la encuentra Aitor, totalmente echa polvo. Aitor piensa que Pepa está llorando por lo del bebe y la abraza intentando consolarla. Y como se ha estado sintiendo fatal todo el día por verlas llorar a las dos después de pensárselo un momento decide darle un beso que significa algo como «vale te ayudo» y ambos entran a la casa juntos.
La cosa empieza un tanto robótica por aquello de que son negocios, pero a mitad del camino se convierte en un poco de placer y seamos sinceras, no es como que se lo estén pasando mal.
En fin que mientras aquellos le dan vuelo a la hilacha Sara llega a casa y le llaman la atención unas cajas (que Aitor dejo fuera con las prisas) así que se agacha a recogerlas y en el proceso ve a Pepa y Aitor y se queda con está cara:
Y así terminamos otro capítulo chicas, en resumen tenemos:
- Una Silvia que ha decidido cerrarse totalmente al dolor terminando con la persona que puede hacerle daño. Se ha cerrado en banda a sentir nada y aunque está completamente enamorada y adolorida se niega a hablar porque tiene miedo.
- Una Pepa que está devastada porque nada le ha salido bien y cada vez que intenta solucionar las cosas mete la pata el doble. Así que cuando Silvia termina con ella y ayudada por un buen litro de tequila termina acostándose con Aitor por vaya a usted a saber que razón porque lo del niño ya no cuela.
- Un Aitor que se acuesta con Pepa porque se siente culpable y que piensa que al hacerlo está haciendo feliz tanto a Silvia como a ella.
En fin que nos esperan toneladas de drama para el siguiente episodio chicas. ¿Qué les ha parecido el capítulo?