En el quinto episodio de Venice la serie descubrimos que a Gina le gusta ejercitar sus dedos (twitteando mal pensadas) y a Owen los biceps. Que a Tracy le gustan las gominolas y que Gina puede ser romántica y encima se acuerda de cada palabra que Tracy ha pronunciado desde que se conocen.

¿Será tan revelador el episodio de esta semana? Pues aquí estoy yo para contárselos, eso sí, aviso que los Kleenex pueden ser necesarios.

Owen y Sami Venice la serie

Owen y Sami atacados por el viento en plena cita

Nuestro episodio comienza con el hermanísimo a mitad esa cita a ciegas de la que hablaba con Gina en el episodio pasado. ¿La recuerdan?, esa a la que Guya lo comprometió a ir y de la que él tenía tanto miedo. Pues bien, resulta que la susodicha con la que le tocaba citarse se llama Sami Nelson (Gina Tognoni a quien conocimos en Guiding Light como Dinah) y no se ustedes pero a mi no me importaría tener una cita a ciegas con ella.

Sami comienza diciéndole a Owen que siente mucho si su tía lo hizo venir lo que se dice «voluntariamente a fuerzas» a la cita. Le cuenta que acaba de volver de un viaje y está viviendo con ella y la mujer se preocupa de que no tenga mucha vida social. El hermanísimo responde que está encantado de la vida, aunque luego termina por confesar que en un principio estaba muy nervioso porque una vez tuvo una cita a ciegas que fue horrorosa.

A Sami le ha pasado lo mismo, pero está muy contenta de que esta vez la cosa haya salido mucho mejor. ¡Awwww cinco minutos entre estos dos y ya me encantan! ¿Cómo los llamaremos? ¿SaOw? en fines que hombre preparado vale por dos así que Owen saca dos cervezas de su mochila (que había llevado preparadas por si todo fuera una tortura) y se gana unos puntos extras y una sonrisa de Sami.

Owen y Sami Venice la Serie

Los chicos empiezan a intercambiar experiencias horrorosas de citas a ciegas. Sami dice que le tocó un tipo que se la pasaba hablando de sí mismo, utilizaba la cubertería como espejo para verse y encima le puso mala cara por comer papas fritas (¡maldito bastardo!, ¡las papas fritas son imprescindibles para la salud! ¡lo dice Ronald MaCdonald y los payasos no mienten!).

Owen no lo ha pasado mejor, a él le tocó una chica que hablaba de sí misma en tercera persona y para salir por patas tuvo que enviarle despistadamente un SMS a Gina, que cual mágica hada madrina, fingió una emergencia familiar para sacarlo pitando del lugar.

Una vez pasadas las risas, Owen le pregunta a Sami sobre su viaje y ella le cuenta que vivía en Zambia donde trabajaba para los cuerpos de paz ayudando a la gente. Vamos a ver, pongamos esto en perspectiva, la mujer es guapa, graciosa, inteligente, y encima le gusta ayudar al prójimo. ¡A por ella Owen!, y dicho y hecho el hermanísimo la invita a ir a la playa por la noche con él y Sami acepta.

Owen y Gina fuera de la casa de El Coronel

Al otro día, Gina y Owen llegan a la casa de El Coronel. Se nota que ninguno de los dos tiene lo que se dice muchas ganas de entrar. La diseñadora lleva en la mano una botella de vino para regalar, Owen lleva una lata de cerveza que se estaba tomando y que dice botar por el jardín (LOL, ejem…digo niño maloooooo niño maloooooo). Ambos deciden sentarse en el escalón antes de la puerta antes de entrar.

Gina reniega y dice que con el buen día que estaba teniendo le toca pasar por este mal trago. Encima ayer por fin «cerró el trato» con Tracy, que es la manera más fina de decir que se la llevó al huerto. Owen le cuenta que su cita con Sami fue genial y que está más que dispuesto a llamarla para salir otra vez. Y justo en ese momento sale Guya para arrastrarlos hacia dentro. No sin antes comentarles que como es un día muy especial ha decidido llevar pantys LOL.

Owen, Gina, El Coronel y Guya intentando hacer como que se llevan bien

En fin que ya dentro se encuentran con El Coronel y es super raro, se nota que no se llevan en lo más mínimo porque a Owen le da la mano y a Gina la ve de lejos. Guya hace el intento de arreglar el asunto y los sienta a todos mientras El Coronel sirve las bebidas. Y ojo al dato, en la mesilla de las bebidas había lo que parecía ser un lápiz de labios. Lo que me lleva a dos teorías:

  1. La sensata pero poco divertida: El Coronel está saliendo con una nueva mujer y no quiere que sus hijos ni su cuñada se enteren porque secretamente se siente avergonzado de haber olvidado a su mujer.
  2. La insensata pero más guay: El Coronel siente una extraña fascinación por el maquillaje y por las noches se pinta los labios, se pone tacones, la ropa interior de su mujer y una peluca rubia mientras se mira al espejo.

¿Por cual votan? En fin, se cual sea el caso el hombre se apresura a guardarse la prueba del delito en el bolsillo antes de que nadie pueda enterarse.

Guya de inmediato trae a colación que Gina acaba de conseguir un gran trabajo al rediseñar el nuevo hotel. La diseñadora se muestra orgullosa de lo que acaba de ganar y Guya la felicita para luego dejar un espacio para que El Coronel haga lo mismo, pero digamos que se escuchó tan solo el sonido de las cigarras.

Intentando darle otra oportunidad, Guya empieza a hablar con Owen sobre sus éxitos en las audiciones y a decirle que está muy orgullosa de él cuando El Coronel no puede más y le lanza una puyita. Owen le dice a Gina que le debe 10 dólares y la mujer le pregunta cabreada a su padre que porque no puede ser simplemente feliz por su hermano. El Coronel responde que ya es tiempo de que crezca y se consiga un trabajo, y ella le espeta que Owen es un gran hombre y que trabaja durísimo en dos trabajos.

Por esto es que no hacemos esto de la familia. Porque no hablamos ¿vale?, entramos, tú atacas a Owen, tu (señalando a Guya) intentas mantener la paz. Y sí nos hablas es solo sobre el trabajo. Y solo para que lo sepas, aún sigo siendo gay. Nadie ha venido a transformarme en hetero, de hecho ayer tuve una cita buenísima con una mujer maravillosa.

La cosa comienza a ponerse negro hormiga cuando El Coronel le dice a Gina que lo siente, pero que aún no entiende como es posible que, habiendo sido criada en una familia cristiana, ande por los caminos del demonio saliendo con mujeres. Que eso no es normal.

Gina y el Coronel discutiendo Venice la Serie

Gina pierde la poca calma que le quedaba y se levanta enfadada con Owen detrás siguiendo sus pasos.

Lamento mucho todos los años de decepciones que te he causado Coronel. Me pregunto que pensaría mamá si estuviera aquí, porque cuando ella estaba viva me aceptaba por quien yo era. ¿Qué te pasa? ¿por qué estas tan descontrolado? ¡No quiero seguir haciendo esto!, no quiero participar en esta guerra que tienes contra mi y contra lo que soy. Y solo para que lo sepas nunca has estado y nunca estarás en control de lo que soy. Y si crees que he sido una decepción para ti, no tienes ni idea de lo que has sido tú para mi.

Gina y El Coronel discutiendo Venice la Serie

Tanto ella como Owen se marchan del lugar tristes y enfadados y Gina promete que está hasta los mismísimos ovarios de esa mierda y no vuelve más. Owen decide enmarcar el gesto pintándole dos dedos a la casa de El Coronel antes de irse. Y con este drama se termina este episodio de la serie.

¡Ani! ¿dónde estás que Gina necesita consuelo?, ¿qué fue lo que más les impactó de este episodio? Por cierto, la música de este capítulo llegó de la mano de Kyler England que seguro les suena muchísimo porque su canción Clean Slate (que puedes comprar en Kyler England - Simple Machine - Clean Slate) acompañó todo el momento en el que Olivia se le declara a Natalia en el cementerio en Guiding Light. De hecho la canción que han usado en este episodio y que se llama «Sweetspot» (aquí el enlace para comprarla en Kyler England - Simple Machine - Sweetspot) también la usaron en algún episodio de Otalia.

Por cierto ¡¡no se pueden perder los extras de este episodio!!, insisto por si no ha quedado suficientemente claro, ¡no se los pueden perder! A menos que no quieran ver a Crystal Chappell y Jessica Leccia en plan romántico para la sesión fotográfica de Venice en cuyo caso si pueden pasar.