En el capítulo pasado descubrimos que Pepa sigue siendo una muy buena poli pero que como asesina deja mucho que desear porque nomas no sabe borrar sus huellas. Y este lo comenzamos justo por ahí con Paco encontrando todos los rastros que dejó nuestra Poli favorita. Aiss Pepa que disgustos nos estás dando.
Él no se da cuenta, pero mientras rebusca entre las pertenencias de Pepa pensando que está dormida, nuestra chica abre los ojos y se da cuenta de lo que está pasando, pero sigue fingiendo estar dormida.
Más adelante en nuestro episodio en la comisaría se arma la de dios, porque Mariano le han descubierto unos tatuajes en las pantorrillas que tienen la misma tipografía que las que tenía el asesino, vamos que a falta de hojas de papel, al asesino le dio por dejar el recado que quería en el primer lugar que pudo 😛
Quisiera contarles más sobre el caso que tiene tintes diabólicos y está bastante interesante, pero esta parte no pude poner mucha atención porque me la pasé riéndome de los «sentados» de Pepa.
Pero no deberíamos estar riéndonos señoras, porque la cosa está muy chunga y ya sabemos como es Pepa cuando se molesta, así que cuando tienen un tiempito libre se acerca hasta donde está Paco y le echa en cara que anduviera revolviendo sus pertenencias:
Pepa: Noche creí que me ibas a hacer la de Papa Noel hermano. Que me he levanto esta mañana y no había regalo…así que…supongo que solo entraste para espiarme. ¿Qué buscabas Paco?
Paco: Cualquier cosa para creer que mi hermana no mató al Gordo.
Pepa: ¿Eso es lo que crees?, ¿qué yo lo maté? Claro que lo hubiera hecho Paco. Una y mil veces. Cada noche he soñado con hacerlo. Pero no he sido yo.
Paco le dice que se encontró la caja de tabaco italiana y Pepa le miente con todos sus dientes diciéndole que se lió con una italiana para intentar olvidar pero que sigue igual de jodida. Entonce Paco se traga el anzuelo y la consuela.
Pero no hay tiempo para nada porque hay que buscar las pistas del asesino, se forman dos grupos para ir a buscar a lugares donde parece que pueden encontrarlas y Pepa se apunta para ir pero la nueva inspectora la manda a freír espárragos y le toca quedarse a dos velas.
Y como no va a estar en la comisaría sin hacer nada pues se regresa a la casa donde se encuentra a Marina preparando un pisto.
Pepa se ofrece a ayudarle a picar la verdura y es aquí donde descubrimos una de las «many skills» de nuestra morenaza que tiene un uso del cuchillo mejor que Arguiñano.
Marina empieza a tantear el terreno, que si en que lugar exactamente estuvo, que si porque no tiene marca del bikini si iba tanto a la playa, y la tensión va en aumento:
¿Quiere decirme algo Marina? porque ya me estoy cansando de tanto buen rollito mientras me interroga.
Pepa le dice que sabe que es la sospechosa número uno porque tiene oportunidad, motivo y pistola. Marina le dice que lo siente pero que es su trabajo y le pasa un folder con la investigación que ha hecho hasta el momento.
Tiene a Pepa cogida por los ovarios, tiene recibos de Italia, de su teléfono (cuando se auto mandó la información de aquel al que le puso el purgante), en fin, le dice que sabe que ha matado al Gordo. También le dice que la justicia italiana va a pedir su extradición y que no les va a quedar más remedio que enviarla a la villa non lesbica.
Pepa pregunta cuanto le va a caer de cárcel y la Salgado dice que entre quince o veinte años pero que tiene una alternativa.
¿Recuerdas los motivos que te llevaron a acabar con el Gordo? Tenemos tantos o más motivos para acabar con está persona. Pepa no necesitas saber quien es, ni que ha hecho, ni siquiera como se llama.
Pepa se niega en redondo diciendo que ella no va a matar a nadie. Marina le responde que no le pide nada que no haya hecho ya y que es la mejor opción que le ha podido conseguir, que es la única salida que tiene. Si acepta le dan carpetazo a lo del gordo y ella puede seguir con su vida.
Pepa se agarra los ovarios y le dice que ella no es un asesina, que lo del gordo fue personal y que si se tiene que tragar 20 años en las cárceles non lesbicas pues ya está. Marina le dice que no va a durar ni un asalto, pero como la morena no cede le muestra un As bajo la manga. Tiene fotos en las que también se ve Aitor, así que a Pepa no le queda de otra que decir que si.
Señoras ¡que nos han convertido a Pepa en una Nikita! (la de la peli, no la de la serie), ¿será capaz nuestra poli favorita de escabecharse a otro personaje? ¡No se pierdan el resumen de la próxima semana.