La semana pasada en Los Hombres de Paco, la salgado nos dejó con el alma en un hilo al obligar a Pepa a convertirse en una especie de femme nikita. Y es que a cambio de su silencio sobre la muerte de El Gordo, Pepa deberá asesinar a alguien más.

Pepa Los Hombres de Paco

Si los ojos de Pepa fueran puñales....

Y nuestro episodio comienza con La Salgado y Pepa echándose miradas de pocas amigas a la hora del desayuno mientras que Don Lorenzo no se entera de la misa la mitad. Y aprovechando que el suegro más mala leche del mundo se levanta a recibir una llamada, La Salgado aprovecha para darle instrucciones sobre su nuevo trabajito a Pepa:

Bajo tu cama tienes una sniper 369K, está desmontada y descargada. Tienes que ser capaz de cargarla y montarla en menos de 20 segundos.

Pepa la ve con cara de «¿Y tu nieve de limón también?» Pero la salgado no se deja amedrentar y a nuestra poli no le queda de otra que ponerse a ensayar.

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Armada para matar

La mujer empieza con 49 segundos que a mi ya me parecen impresionantes pero que son más de el doble de lo que necesita La Salgado. Así que durante medio episodio nuestra Pepa se dedica a ensayar como loca hasta conseguir hacerlo en 19 segundos.

Al salir se encuentra con Aitor que intenta darle ánimos. Le dice que no puede estar sin hacer nada, que si no le apetece volver a comisaría él la acompaña al cine o a las carreras de motos, en fin lo que ella quiera, pero que se va a volver loca sin nada que hacer. Ella solo asiente pensando «si supieras…»

Pepa Los Hombres de Paco

Pepa vuelve a comisaría y se pone a ayudar al nuevo forense con la victima que acaban de encontrar. Mientras él le hace la autopsia ella intenta averiguar quien era la mujer y ya de paso hablan de si creen en el mal o si no.

Pepa consigue descubrir que la mujer era una negociadora y al seguir investigando descubren que nadie avisó de su desaparición porque la ahora occisa se iba a ir de vacaciones e incluso llegó a sacar su tarjeta de embarque, así que todos la hacían viviendo su vida loca.

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Aitor, que aún no te he perdido perdón, por engañarte y meterte donde te metí. Por todo.

Pero él le dice que sabía donde se estaba metiendo desde el momento en el que ella le pidió las armas, así que le acepta las disculpas y cuando ella intenta disculparse otra vez, él le pide que se olvide de todo lo que pasó.

De vuelta al caso, el forense descubre que la mujer murió porque le explotó el corazón del susto y que el asesino le hizo comulgar antes de matarla de miedo. Siguiendo el rastro de la hostia descubren que el padre que había estado hablando con ellos y con el que Paco está ahora mismo las ha recibido y salen corriendo hacia la parroquia.

Allí descubren a Paco con la cabeza abierta de un «calizazo» que le metió en la cabeza el padre. Y así termina nuestro episodio esta semana.