Escrito por: Yovanu

Escribo desde Buenos Aires, Argentina, no es lo más al sur que se puede estar, pero casi, así que si bien geográficamente tengo una visión austral del mundo,mi imaginación no conoce fronteras. Me gusta encontrar belleza en lo extraordinario y lo cotidiano, lo grandioso y lo pequeño, así que no es raro verme con una cámara de fotos de aquí para allá captando todo aquello que ven mis ojos y más, en especial lo imperceptible.

Bienvenid@s nuevamente! La semana pasada tuvimos un capítulo que tuvo de todo, Sugar en la cárcel, Kim teniendo un entretenido encuentro sexual con una lesbiana en crisis de mediana edad que conoció una noche, y finalmente, lo que nos interesa a todas, conoció a Saint, quién oficialmente la invitó a una cita.

Nos encontramos a Kim en una clase de no sabemos qué, suponemos que literatura porque lee un ensayo y lleva muchos libros (igual no viene al caso, está en clase y ya), vemos que se encuentra reflexiva o quizá molesta clasificando a las mujeres en dos: las perras manipuladoras y las que son lo suficiente tontas como para enamorarse de ellas.

Diez horas antes Saint le había dado su número de teléfono para que la llamara, y claro, nuestra Kim no pudo con la ansiedad, ni el orgullo, ni supo leer todas las señales que le gritaban “vas a parecer un tanto desesperada” y la llamó enseguida y le dejó un mensaje para verse, 9h18m después, todavía no había tenido respuesta. Como ya es previsible, la paranoia se apoderó de Kim, tengamos en cuenta que sus antecedentes amorosos tampoco la favorecen como para pensar de manera positiva.

Al salir de clase, la alcanza una pelirroja cachetona y con gafas, que a 20.000 leguas (No! de viaje submarino, no!) se nota, está loquita por Kim.

Kim la mira con incredulidad y le huye como a los bichos.

Y hablando de perras manipuladoras, Kim va a visitar a su siempre generosa y preocupada amiga, Sugar. Ni bien se ven, Sugar le pregunta si le trajo lo de ella, ¡que genial!, ahora nuestra pelirroja amiga se ha convertido en dealer de vaya una a saber qué, para la otra impresentable. Aunque debo reconocer que su estadía en la cárcel hace que la veamos menos por capítulo, y las cosas negativas que tengo para contar de ella, también sean menos.

Kim le cuenta a su experimentada amiga sobre Saint, el llamado y la no respuesta, y Sugar le hace prometer que no la va a volver a llamar, que cometió un error al ponerse en contacto tan rápido, que debe dejarla respirar.

Kim sin importarle lo prometido a Sugar se convence que quizá sería buena idea mandarle un mensaje, entonces comienza a escribir algo que se supone será divertido e irónico: “Me disculpo por…” (y acá tenemos el problema ese de los tecladitos predictivos, que siempre te sugieren lo más ridículo primero, ,¿ Por que un teclado predictivo me sugiere como primera opción “jamones” en vez de “conoces”, y no, no vayan ahora a un teclado a comprobarlo porque juro que me pasó e incluso hay letras que no son coincidentes….) Ok, ok, vuelvo a la historia, nuestra adorable pelirroja quiso poner “me disculpo por adelantado…” y por alguna razón su móvil le sugería “me disculpo por idiota”, cuando estaba por corregirlo, de la nada aparece la cachetona del comienzo al grito de “Buuu” y Kim sin querer, envía el mensaje incompleto y erróneo.

En el fondo Kim es buena o está en shock, porque para mi sorpresa, la niña no es ajusticiada en el momento, al contrario, la deja hablar. La pelirroja cachetona, que ahora sabemos se llama Melissa, le habla de unas charlas sobre escritoras feministas, que a Kim la tienen sin cuidado y a mí ni les cuento, y le dice que podrían ir a tomar un café, o reunirse en su casa a “hablar” del tema porque total ahí también tiene infusiones, y le podría enseñar sus libros de Jeannette Winterson (para las que no lo sepan, es una escritora conocida de temática lésbica)…¡Yeah! ¡Una bollo intelectual clásica!

Por si nos habíamos olvidado, en la historia también tenemos el decadente matrimonio de Nathan y Stella, que nuevamente se encuentran visitando a su terapeuta sexual. Nathan le comenta que ha encontrado a su hija con otra mujer, mayor y en prácticas de dominación. Le comenta a la terapeuta que después de lo de Stella y ahora con su hija y sus nuevas costumbres, se siente pequeño y rodeado de mujeres con un apetito sexual insaciable. Según su terapeuta, por culpa de Stella, Nathan tiene poca confianza en sí mismo, y eso repercute en la miserable y ausente vida sexual que llevan ahora. En fin, dejemos al matrimonio de marmotas y volvamos a lo que nos interesa.

Kim sigue pendiente de una respuesta de Saint que no llega (Ok Saint, ya va siendo hora ¿no?), y se contiene de llamarla porque le prometió a Sugar que no lo iba a hacer,y como sabemos, Mode Ironía: ON, si algo tiene peso en esta historia, es la palabra, Mode Ironía: OFF.

Pero Kim piensa que una cosa es no llamarla y otra muy distinta es cruzársela sin querer, quizá “casualmente” en el lugar donde Saint es Dj.

Una vez en el lugar, no se cruza con quien realmente quiere, sino con Anna, la loquita del capítulo anterior, que en una muestra de amor propio importantísimo, le dice que por favor deje de acosarla. Kim se da cuenta que en realidad está actuando como una idiota, que no debería estar ahí. (No por Anna, sino por la Dj distante a la que le cuesta muuuucho llamarla). Al otro día y cuando pensaba que no podía ser peor, le llega finalmente mensaje de Saint: No puedo el viernes.

¿Eso es todo? ¿Se supone que éste es el interés de alguien que le dijo que tenían oficialmente una cita? A ver, Saint, corazoncito, ofrece una alternativa…¡caramba! ¡Que poca voluntad! …el mundo lésbico está muy perdido.

Volviendo a la historia, Kim visita nuevamente a Sugar, que le comenta entre otras cosas, que aplazaron la fecha de su salida porque las observaron cuando Kim le llevaba ¿droga? la vez anterior. Pero esto no es algo que tenga muy mal a Sugar, entonces se decide a asesorar a Kim, le dice que lo mejor que puede hacer para que Saint se centre en ella, es mostrarse inalcanzable, buscarse una nueva amiga….si, si, la única candidata a la vista es Melissa.

Kim le dice a Sugar que está loca, que si la idea es hacerle creer a Saint que no está desesperada, Melissa no la va a ayudar mucho en eso. Sugar la convence que debe usar sus encantos femeninos para transformar a Melissa, y de esa manera lograr que al verlas, Saint se ponga celosa.

Kim invita a su nerd enamorada a casa, y comienza con sus ideas brillantes…emborracharla un poco y convencerla de cambiar su apariencia para salir esa noche. Melissa no es que acepte enseguida pero como la ve a Kim como una diosa en la tierra, no se resiste y acepta.

Finalmente Kim, Melissa y Saint ya están todas en el mismo lugar. Saint debe ser algo así como la Dj más concentrada del mundo en su trabajo, porque rara vez levanta la vista, y por otra parte, Melissa está orgásmicamente feliz de estar en ese lugar, rodeada de mujeres y con música a todo volumen.

Tenemos suerte y Saint por un momento se cansa, tiene sed o alguna necesidad humana y sale de su lugar. Cuando Kim ve que se dirige a la barra, ahí acude ella también. Tienen una conversación más o menos asi:

Saint: Siento mucho lo del viernes
Kim: No te preocupes
Saint: igual veo que no te costó mucho conseguir con quien divertirte
Kim: Si, bueno, es mi amiga
Saint: Ok, me alegro, un gusto verte

Y eso fue todo, Saint siguió su camino, y no dio muestras de importarle demasiado Kim, su compañía, ni absolutamente nada. ¿ Pero ahora que hacía Kim con Melissa que no paraba de saltar como un muñeco a batería?. Se encontraba pensando en eso cuando la ve cerca de Anna, y tiene la ¿genial? idea de presentarle a su amiga. Por supuesto Anna la ve y se le ilumina el rostro al ver carne joven y las invita a una fiesta. Kim les dice que vayan yendo, que ella las sigue en un taxi, pero no….Kim no tiene ninguna intención de seguirlas, deliberadamente se deshizo de Melissa y se la “entrego” a la otra.

Al día siguiente Melissa y Kim vuelven a verse las caras en la clase de literatura, y Kim sintiéndose culpable se acerca de pedirle perdón, pero Melissa le dice que no se preocupe, y que de ahora en más sólo quedaran como amigas. ¿Alguien pasó una buena noche, no? Que horror algunas mujeres lo tontas y arrogantes que se ponen con sólo haber tenido un orgasmo….pero bueno, luego de la actitud egoísta de Kim, tampoco le vamos a andar recriminando mucho a Melissa.

Pero esto no termina aquí, mejor dicho, ahora nos enteramos que la noche anterior no terminó así. Nuestra pelirroja no se quedó simplemente observando como su nerd amiga se iba con su pervertida ex amante, sino que se reencontró con Saint.

Saint le dice que le sorprende Melissa, porque no la ve como una chica que pudiera ser su novia, Kim le pregunta porque, y Saint le dice que si fuera su novia seguramente no le haría esto:

¡Oh, que bonito es el amor!

Igual no festejemos, que esto es Sugar Rush!!