Escrito por: Yovanu

Escribo desde Buenos Aires, Argentina, no es lo más al sur que se puede estar, pero casi, así que si bien geográficamente tengo una visión austral del mundo,mi imaginación no conoce fronteras. Me gusta encontrar belleza en lo extraordinario y lo cotidiano, lo grandioso y lo pequeño, así que no es raro verme con una cámara de fotos de aquí para allá captando todo aquello que ven mis ojos y más, en especial lo imperceptible.

Bienvenid@s nuevamente al tercer capítulo de esta segunda temporada de Sugar Rush. En el capítulo anterior nos habíamos quedado felices ya que finalmente Saint y Kim parecían estar en la misma sintonía, Sugar seguía en la cárcel, y no había ninguna pervertida mujer madura haciendo sufrir a nuestra pelirroja protagonista. Veremos que nos depara esta semana…

Pasaron 48hs desde que Saint y Kim se besaran e increíblemente todavía siguen juntas y Kim no ha hecho nada que lo arruine.

Kim está feliz de estar con Saint pero a su vez un pensamiento la tiene preocupada: ¿Será fácil satisfacer a una chica que trabaja en un sex shop?. Y yo me pregunto que tendrá que ver una cosa con otra, pero nuestra Kim suele tener estos pensamientos disparatados, así que no sorprende.

Saint la invita a “comer” a su casa, y Kim como buena bollito mal pensada, no está muy segura que significa esa invitación. La sucesión de ideas ridículas que pasan por la mentecita de Kim es de lo más variada:

  • ¿Y sino se usar todos los accesorios que tiene?
  • ¿Y si pongo el accesorio equivocado en el lugar incorrecto?

Pero la realidad es mucho más simple, Saint no es ninguna máquina sexual sino que simplemente quiere pasar un rato con Kim, no le hace preguntas sobre juguetes y lubricantes sino que le dice que si quieren pueden ver televisión juntas, que no están obligadas a hacer nada. Y en eso están cuando Kim (quien está temerosa y totalmente paranoica) pero no es de piedra, decide que ya es suficiente, basta de jugar a las amiguitas y pasemos a las ligas mayores. Lejos está la realidad de todas las locuras que se imaginó.

Como no nos pueden mantener felices más de 5 minutos, tenemos que dejar de ver a la hermosa parejita, para ir a visitar a Sugar a la cárcel. Sugar al parecer está triste porque va a recuperar su libertad (sí,sí,increíble) y Kim le da un discurso inspirador sobre encontrar su lugar en el mundo fuera de esos muros. Tan filosófica y superada se la ve, que Sugar que la conoce no duda dos segundos: ¡Tuviste un orgasmo! Ese brillo en la cara es post sexo.

Kim no puede negar nada y Sugar le dice que le parece genial que tenga su propia historia y así la deje un poco en paz a ella (Siempre con tantos problemas Sugar para decir lo que piensa jaja).

A Sugar se la nota rara, y ahora nos vamos a enterar porqué. Le comenta a Kim que dado que ahora ella tiene novia, van a poder ser realmente amigas, que de hecho es la única amiga que tiene porque en 18 meses ahí dentro, sólo recibió sus visitas. Incluso comenta que podrían verse más seguido aún cuando ella esté libre. Kim le dice que por supuesto va a ser así, entonces finalmente Sugar le dice que si podría quedarse a vivir en su casa.

Kim se queda pensativa mirándola y le dice que quizá eso sería un problema. Sugar le pregunta si el problema es por Nathan, y cuando Kim le responde que no, que el problema no es él, Sugar se da cuenta que el problema lo tiene Kim. Pero como buena manipuladora que es, pone cara de perrito mojado en la lluvia y le dice que en ese caso quizá encuentre otro lugar…..lo siguiente que vemos es a Nathan preguntándole a Kim si Sugar necesitará de alguna dieta en particular. Así es, Sugar lo hizo de nuevo. La independencia duró sólo 2 capítulos y 10 minutos.

Esa misma noche vemos a Kim sentada en la barra mientras su novia vuelve a su papel de Dj hiperconcentrada del capítulo anterior, y se aparece la molesta de Anna. Como no podía ser de otra manera, sólo aparece para incordiar y decirle a Kim que su chica tiene toda la apariencia de que también le gustan los hombres. Oh yeah, ahora no sólo están las que parecen bollo y las que no, sino que también debe haber un prototipo para las chicas bisexuales.

Kim le dice que no le interesa nada de lo que le está diciendo y Anna vuelve a lo suyo. Es que Kim se encuentra saltando de nube en nube, en un nivel de felicidad que no había tenido hasta este momento. Así es como se encuentra cuando a la mañana siguiente se dirige a casa de su novia a llevarle el desayuno, y terrible sorpresa es que la puerta la abra un tipejo que en nada se parece a Saint. ¿Quién es? ¿Qué hace ahí? ¿Por qué de repente me acordé de las palabras de Anna?

Y así estamos, observando al tipejo desconocido y a Saint parados en la puerta, ambos con el pelo empapado y riéndose como idiotas, mientras Kim los mira sin entender nada. De hecho, mientras Kim espera algún tipo de explicación, la parejita de tontos intermitentemente se miran, se ríen, se miran, se ríen, se miran, se ríen….¡Por dios! ¿Dónde están las armas cuando una las necesita?

Finalmente nos enteramos que es Mark, un viejo amigo que ha venido a reparar la calefacción. Pero vamos, que a veces hay gestos o miradas que distinguen a un viejo a amigo de un ex novio.

Por eso Kim le dice a Saint que no sabía que tenía un ex, es decir, que suponía que había estado con alguien antes pero esperaba encontrarse con “una” ex. Cuando Saint está por explicarle el asunto… Perdón que interrumpo, pero yo no me concentró si tengo a Saint con este gorrito ….que bonito que le queda…

Ahora centrándome de nuevo, el molesto de Mark interrumpe al grito de: ¡Sarah! ¿Quieres una Coca?….y yo pienso: ¡Eh! ¿Quién es Sarah? ¿Saint es Sarah? ¿Por qué este tarado sabe el nombre y Kim y todas nosotras no lo sabemos?

Lo mismo pensó Kim, claro está, y se lo dice a Saint/Sarah…y de ahora en más volverá a ser sólo Saint. Saint le pide disculpas, le dice que vino de visita de improviso, que no tuvo tiempo de avisarle, pero que no tiene que preocuparse porque es algo de hace mucho tiempo, que tampoco es que tuvieron una relación en serio sino que fue una historia “dulce”. Mmm, que definición más rara.

En principio Mark es perfecto, o al menos lo es para la mente acomplejada de Kim, que ve fantasmas con mucha facilidad. Comienza a pensar que si Saint estuvo con un hombre antes, eventualmente querrá volver con uno, y por supuesto, si algo nos hacía falta para que Kim se hunda en la depresión, es que vaya a visitar a Sugar.

Sugar como es habitual, en vez de darle ánimos para que se sienta mejor, le refuerza su teoría sobre la importancia de un hombre, claro…desde su visión parcial y heterosexual de la vida. Le dice que la bisexualidad no puede durar para siempre, que en algún momento hay que elegir, y que en su opinión, si estuvo con un hombre, de ninguna manera va a elegir estar con una mujer. ¿Reímos o lloramos? Dejemos de lado las palabras de tremenda pensadora contemporánea, y volvamos a la historia.

Por si los habíamos perdido de vista, Nathan y Stella siguen por ahí, y para complicarles más el panorama de recuperación matrimonial, conocen al nuevo matrimonio de vecinos que acaba de mudarse. Stella se muestra bastante interesada en las actividades del nuevo vecino, y Nathan ya se ve venir problemas a futuro.

Siguiendo con la historia de nuestras chicas, Kim y Saint pasan la noche juntas y al otro día cuando Kim se despierta sola en la cama, se levanta y se encuentra a …sí, a Mark. Le pregunta que hace ahí y él le dice que fue a ver como estaba la calefacción, Kim un tanto incrédula le cuestiona como hizo para entrar, y él le dice “Tengo llaves”.

Esto es el disparador para que Kim enfurezca, se dirija al sex shop de su novia y le arme un escándalo a Saint, preguntándole si sigue acostándose con él. Ella le responde que no, pero lo mismo sale disparada a querer matar a todo el mundo.

Ya en su casa, está encerrada en su habitación, enojada y triste, cuando alguien llama a su puerta. Si…Saint.

Kim le pide disculpas porque “quizá” exageró un poco con las cosas que dijo, y Saint le pregunta si eso incluye acusarla de no ser gay. Kim le dice que Mark está obviamente todavía enamorado de ella, y Saint le dice que no, que hace ocho años que terminaron y aunque él no tiene novia, es como si la tuviera….(quien sabe lo que habrá querido decir con eso..)

Kim siente que es maravilloso que todo este claro, pero como la tranquilidad no nos puede durar ni dos segundos, Nathan avisa que acaba de llegar la asistente social de Sugar a la casa.

Así es como Saint se entera que Sugar va a vivir ahí, y no sólo eso, sino que va a compartir habitación con Kim. Con toda lógica y razón le dice a Kim que ella no tiene derecho a llamar a su ex para que le arregle la calefacción pero ¿tiene que soportar que ella meta a su ex en su cama? Y se marcha.

Kim va a visitar a Sugar a la cárcel, y Sugar le hace entender que la reacción de Saint es lógica para quien tiene interés en la otra persona. Recién ahí Kim se da cuenta que Saint tiene tanto interés en ella, como ella en Saint. Con su nuevo descubrimiento a cuestas va a visitarla, Kim le pregunta a Saint si confía en ella, y Saint le responde que está aceptando que duerma en la misma habitación que su ex, así que no hay mucho más que decir. Tan entretenidas están que Kim se da cuenta que es hora de ir a buscar a Sugar que finalmente sale libre, pero Saint le pregunta: ¿no te vas a ir realmente, no?

Y yo tampoco me iría si estuviera así entretenida…

Bueno, por suerte, Kim tampoco, así que Sugar, otra vez será, hoy no te tocó ser el centro del universo.

¡Pero no estés así enojada Sugar, quizá la próxima semana tengas más suerte! 😀