Bueno, bueno, bueno, esperen que bajo unos segundos de mi nube de colores donde estoy flotando hace unas horas, a ver si puedo contar algo.
Ya está….creo que puedo empezar. 😀
El día de ayer fue histórico, es caer en un lugar común decir eso, pero no por eso deja de ser cierto. El día de mañana futuras generaciones sabrán que un 15 de julio de 2010, Argentina comenzó a darle un trato igualitario a todos sus habitantes sin distinción de orientación sexual.
Sé que muchos consideran – y estoy dentro de ese grupo – que todavía quedan muchas cosas por luchar a nivel igualdad, que simplemente una ley no va a hacer desaparecer la discriminación por arte de magia, ni toda la gente que no nos acepta, nos va a aceptar a partir de hoy, pero lo importante es el derecho adquirido y tanto tiempo relegado, que con el paso del tiempo esto pase a ser tan común que la gente ni siquiera se sorprenda. La visibilidad es importantísima para la aceptación y que nos permitan ser una pareja con todas las de la ley, allana camino a muchos para ir abriendo cabecitas a su alrededor.
¿Cómo fue el día de ayer además de histórico? Fue especialmente intenso. No encuentro otra palabra para describirlo. Creo que ese día, para todos los que estamos interesados en un país mejor, en realidad no comenzó el 14 de julio (día que comenzó el debate en el Senado), sino que fue el día antes, el martes 13. ¿Qué pasó ese día? Pudimos ver como miles de personas arrastradas por distintas organizaciones religiosas bajo el lema “Queremos una familia con una mamá y un papá” llenaron la plaza del Congreso. Y no escatimo al decir que eran miles, de hecho, eran más que nosotros ayer esperando la aprobación de la ley. Utilizaron todo lo que pudieron para llevar gente a defender su postura de segregación, llenaron la plaza de chicos de colegio a los que llevaron en vez de darles clase, se lleno la plaza de gente que proclamaba a viva voz la no inclusión y el odio. No es que antes de eso no supiéramos que había gente en contra, porque a todas horas y desde hace meses en este país no se habla de otro tema, y era común ver posiciones a favor y en contra en cualquier programa de televisión, radio, etc., pero ver como se invirtió tanto dinero en movilizar gente para un fin tan poco cristiano, tan poco humano, nos dio muchísima tristeza, y como todo lo que no te mata te hace más fuerte, nos dio más entereza para saber que sino se aprobaba, igualmente esto se iba a ganar más tarde o más temprano. Sino era hoy, pues iba a ser el año que viene, pero en determinado momento se iban a cansar y nosotros no, porque la evolución se frena pero no hay manera de pararla.
Ayer fue un día donde no pare, muchas personas me preguntaban como iba la cosa (como si yo tuviera el dato de los votos), algunos por twitter, por facebook, por chat, en persona, mensajes y llamadas al móvil, compañeras de trabajo pidiéndome el link para poder ver el debate online, creo que fueron 24hs de no poder pensar en otra cosa que no fuera en que la dichosa ley saliera.
El debate comenzó pasadas las 12 del mediodía y muchas personas ya se acercaron a esa hora a la plaza frente al congreso a presenciar a través de pantallas lo que iba sucediendo. En mi caso fui recién cuando salí de trabajar, llegue junto con Lipitus cerca de las 19hs, allí nos encontramos con alguna amiga, y con algunas otras no hubo manera de encontrarnos porque había demasiada gente, pero el solo hecho de saber que ahí estábamos todos, o al menos la mayoría, me hizo sentir muy feliz. Fue muchísima mas gente que a la manifestación anterior no fue, incluso algunas de esas personas que me decían que mucho no les importaba, no se si cambiaron de opinión porque lo meditaron o cual fue la causa, pero lo importante es que ahí estaban.
Quiero decirles que esto de ser una ciudadana activa por sus derechos en el mes de julio en Buenos Aires y con una ola polar, no es para nada fácil. Se me congelaron hasta los pensamientos, pero ahí nos quedamos varias horas. Mientras tanto íbamos siguiendo los comentarios de algunos periodistas que iban dando los votos estimados y demás, desde un comienzo se hablo de la probabilidad de un empate, y que tuviera que definir el que presidía la sesión ese día, eso en si no era tan malo, ya que quien presidía se había manifestado a favor del proyecto, pero aun así, hasta que no votan siempre cabe esa duda e incertidumbre de no saber que va a pasar.
Cerca de las 12 de la noche nos volvimos a casa porque el frío ya era insoportable y se veía que faltaban un par de horas más. Llegue a casa y seguí viendo el extenso debate, con algunas argumentaciones geniales, y otros con discursos cargados de ignorancia y prejuicio. La ansiedad crecía y ya no se aguantaba mas, no escuchaba mas a ninguno, solo quería que votaran de una buena vez y basta.
A las 4 de la mañana llego el momento más importante, había que votar primero el dictamen de mayoría, que era el de rechazo al proyecto (esto surgió de las comisiones de legalidad del Senado, encabezada por la persona que mas se oponía al matrimonio igualitario), por suerte ese dictamen se rechazo y ahí si, a votar si nos podíamos casar o no, a todo o nada. Si lo rechazaban no se podía volver a tratar en el congreso hasta el año que viene.
Cuando finalizo el tiempo de votación y el cartel mostró, 33 votos afirmativos y 27 votos negativos, me quede paralizada, no podía creer que en ese cartel, en esos dos simples números me estaban diciendo “ya está, se terminó, no se discute más, somos ya todos iguales”. Liz me decía “¿entonces nos podemos casar? ¿nos podemos casar?” y yo me reía, lloraba, saltaba en la cama, escribía en el twitter, atendía una llamada de teléfono de una amiga que lloraba del otro lado….todo al mismo tiempo. La sensación es muy difícil de explicar, todavía ahora lo pienso y no lo creo, siento que cuando me desperté vivía en un país muy injusto y me quedé dormida pensando que vivía en un país al que todavía le faltan millones de cosas para ser mejor, pero que al menos ya podía estar orgullosa de algo.
Espero que esto sirva para que los países de la región puedan ir tomando impulso en el tratamiento de las leyes de matrimonio, creo que cuantos mas países aprueben esto más difícil será seguir sosteniendo la negativa en los demás.
Ahora si, me voy a festejar….¡ Bienvenida IGUALDAD a la Argentina!
Imágenes por: blmurch
Siiiiiiiiiiiii…. viva carajooooo… sólo puedo decir felicidades misniñas… espero ser invitada de honor a esa boda… ahorraré todo lo que haga faltaaaaa… las amoooo… felicidades, me encanta poder sentir esa misma emoción que transmites vanuuuuuuuu…. grossaaaaaaaa