“El amor puede ser algo maravilloso”, frase típica de película, letra de una canción o eslogan publicitario. Y es que cuando estás enamorada y además eres correspondida, todo es mejor. Los problemas son más pequeños, el cielo más azul, tienes todo el día esa sonrisa en la boca, a riesgo que te salgan arrugas y no paras de tatarear esa canción que sonaba de fondo cuando estabas con ella. Eso básicamente es lo que les pasa a Ana y Teresa, después de que dejaran fluir todos sus sentimientos y terminaran juntas en la cama.
Un momento, pues no, eso no es lo que les pasa, porque las cosas son más complicadas en las vidas de nuestras chicas y no todo será un camino de rosas, así que todo cambia un poco con el pasar de las horas. Mejor les cuento la semana de estas amigas.
Creí que nunca diría esta frase pero, encontramos a Teresa en la cama de Ana, vistiéndose, después de pasar la noche juntas. Ainss, que bien suena. Entra su amiga preguntándole si quiere que le prepare algo de cenar, pero Teresa se ríe asegurando que está segura que no sabe cocinar. Nuestra Ana solo le responde con un: “me gustas mucho más cuando sonríes”. Pero de su amiga solo recibe un “me voy a ir a casa”. La Rivas le pregunta si no se va a quedar a dormir esa noche, pero Teresa está muy aturdida y desconcertada por lo que pasó entre ellas y piensa irse es lo mejor. Además quiere ver a su marido. Que poca sensibilidad la de esta chica, mi Ana se queda seria y la García le pregunta que si estará bien, a lo que le contesta que está acostumbrada a estar sola.
Teresa: Tú eres mucho más fuerte que yo y por eso te envidio, por tu entereza, por tu seguridad, y por eso nos complementamos tan bien.
Ana: No soy tan segura como crees, es una coraza que me pongo, a veces me siento la mujer más sola de mundo.
Teresa: No digas eso, ahora me tienes a mí.
Ana: Gracias.
Teresa: Hasta mañana… yo también te quiero.
Se preguntarán qué hay de significativo en esta conversación. Pues que Ana, cuando estaban juntas, había hecho una declaración de amor en toda regla. Pero nuestra Teresa aun no le había dicho nada al respecto, solo que estaba confundida, que no sabía que hacer. Así que tras decirle ese “yo también te quiero” se va, dejando a nuestra Ana con una inmensa sonrisa.
Cuando la García vuelve a su casa, no hay nadie, recordemos el enfado de su marido, que hasta llegó a pegarle a Ibáñez, en su cena de negocio con las chicas. Después nuestra Ana la llama por teléfono y tranquiliza a Teresa por la ausencia de Héctor.
Mientras nuestra Ana toma una copa con su vecino Abel, le cuenta que es un poco rara, que no es la típica imagen de mujer tradicional, pues bebe, fuma y además es empresaria. Su vecino la admira, pues es muy complicado para una mujer, pero la Rivas le comenta que no es tan complicado, pues su padre la educó como hubiera educado a un hombre. Para que no dependiera de nadie, por lo que le dio los mejores estudios y ahí está, al frente de una gran empresa. Pues aquí les coloco una foto estratégicamente de Ana para no tener que ponerla en el siguiente párrafo de Teresa, Héctor y su nueva felicidad.
Mientras, Héctor creyendo que su mujer está dormida le pide perdón por lo que hizo y le habla del amor que siente por ella, entonces su esposa se abraza a él, diciéndole que también lo quiere y ambos terminan acostándose juntos. Por la mañana están como cual matrimonio feliz sin problemas, que si besitos por aquí, besitos por allá, hacen planes juntos para el fin de semana, que no hacían desde hace mucho. Y mientras ellos organizan, yo solo pienso en la Rivas. En un momento dado, su marido le pide que le jure que no hay otra persona entre ellos, entonces la García recuerda a Ana y lo abraza, le contesta “te juro que tú, y solo tú, eres el único HOMBRE en mi vida” y se vuelven a besar. Okkkkkkkkk, técnicamente no le ha mentido.
Una vez en los almacenes, encontramos a las más que amigas hablando de trabajo, tienen distintos puntos de vista, en un momento dado mi Ana se queda mirándola con una sonrisota, por lo que la García se piensa que ha dicho una tontería, entonces tiene lugar una conversación en doble sentido que tanto me gustan.
Ana: Lo que dices es totalmente lógico, como haces siempre, y por eso nunca te acabas de arriesgar, en los negocios.
Teresa: Sí, a lo mejor es que soy muy prudente y me gusta pensar las cosas dos veces antes de tirarme a la piscina.
Ana: Yo sin embargo me tiro sin flotador, no puedo dejar de luchar por mis objetivos.
Teresa le empieza a contar todo lo que pasó con Héctor y que he recordado todo lo bueno que ha pasado con él en todo este tiempo y ahora se encuentra hecha un lio. Ana no entiende el por qué… ¿Cómo que no? Yo lo entiendo, encuentro un motivo grande, enorme, innnmensoooo para el cacao mental de la García. Pero Ana la tranquiliza diciéndole lo siguiente: “Para mí fue algo natural y maravilloso, Teresa, es algo que he estado esperando desde hacia muchísimo tiempo y que por fin está empezando a tomar forma. Tú ya sabes lo que siento por ti y eso no va a cambiar nunca”.
La conversación se ve interrumpida por su secretaria, que trae un inmenso ramo de flores, por un segundo pensé que era de mi Ana, pero al ver su cara, deseché la opción, luego me resigne pensando que fue su marido, pero por suerte tampoco… Las flores venían a nombre de Ibañez, el de Galerías Preciado.
Al rato se presenta el señor en los almacenes, en los que solo se encuentra Teresa. Le comenta que la directora no está, pero él le responde que venía a verla a ella. Esta le agradece las flores y él le dice que quiere empezar de nuevo con ella. En un momento dado, su marido se presenta en los almacenes y ve el ramo de flores que le regaló Ibañez y llega en el momento en el que le está dando un beso en la mano, de despedida y en un arrebato, no, no le pega de nuevo, se va de allí, dándole a la primera persona que ve la rosa que le llevaba a su mujer.
En la noche el detective llega a su casa, su mujer le tiene la cena, y bueno, él ya tiene la mosca detrás de la oreja. Su mujer lo nota raro sin saber bien el motivo. Le pregunta por su trabajo y a Teresa le sorprende, porque nunca quiere saber nada, pero su marido quiere que le cuente, a la gente que ve, no ve. Teresa le dice que no ha hecho nada interesante y claro, es que ella no le da importancia a lo de Ibáñez. Mientras ella le quita importancia a su día, su marido más molesto está, con lo que termina yéndose a su despacho sin tan siquiera cenar. Su mujer no comprende que es lo que ahora le sucede.
Al rato Ana la llama por teléfono y su amiga le empieza a contar los problemas con su marido, Teresa le dice que es como si sospechara algo de lo de ellas, pero Ana la tranquiliza diciéndole que eso es imposible. Estas mujeres me descolocan mucho cuando entran en el modo amigas. Teresa contándole sus problemas y que no quiere perder a Héctor y Ana dándole ánimos y diciéndole que no está sola… ¿Han estado juntas o ha sido fruto de mi imaginación? A veces, con estas escenas, dudo…
Al día siguiente nuestra querida Rosa va a ver a Ana y aunque esta la esquiva, la actriz termina por darle unas fotos de ella y le dice que la tenga en cuenta en la próxima campaña. A esto que aparece Teresa para darle la agenda que se le había olvidado a la Rivas y al ver a Rosa, ya le cambia la cara. Ana la presenta, para sorpresa de la actriz, como la subdirectora de los almacenes. La García le comenta que quizás no haya ni campaña este año y Rosa sabe desde ya, por su mala relación con Teresa, que es muy difícil que la elijan a ella para algo en los almacenes.
Después en el despacho, Teresa está mirando las fotos de Rosa, en lo que llega Ana y al verla le comenta si la eligen, pero la García se pone muy seria y no le responde porque está hablando por teléfono. Al colgar, Ana le dice que no le ha contestado, que funcionó muy bien Rosa en la campaña anterior, Teresa vuelve a su mesa algo molesta.
Ana: Teresa, quiero que sepas que Rosa nunca me interesó, nunca sentí nada especial por ella.
Teresa: Vaya. Pues lo parecía.
Ana: Pero cuando vas a llegar a conocerme. Yo no me vuelvo loca por el aspecto de la gente, como no me vuelvo loca por las mujeres en general. Yo me enamoro de las personas, ya sea hombre, mujer, feo o guapo.
Teresa le dice que Rosa es solo una interesada y Ana le responde que en ese tiempo se sentía muy sola y que ambas se utilizaron mutuamente. Teresa le confiesa que se sintió muy excluida, hago un paréntesis para decir que fue en ese tiempo cando la García dejó de los almacenes. Sabía que no podía competir con ella y se sincera diciéndole que estaba celosa de la actriz. Ana le dice que son malentendidos y no volverá a pasar y añade “Teresa, harás tu vida, la que quieras y como quieras y no tendrás que darme un trato especial… solo cuando lo desees, sabremos que nos queremos” me parece tan injusto la actitud de “sigue tu vida y yo estaré aquí cuando quieras”.
Una vez en casa, Teresa se encuentra con un Héctor de nuevo enfadado. Y aunque intenta que le cuente sobre su trabajo y hasta lo masajea para que se sienta mejor, todo son preguntas por parte de su marido. Él le habla del caso de cuernos que está investigando, de infidelidad, y cuando Teresa, opina del tema, el termina de nuevo enfadado y se va al dormitorio.
Al día siguiente en la oficina, nuestra Teresa recibe a Ibáñez. Él, que es muy listo, le empieza a regalar el oído. Después le comenta la bajada que han sufrido los almacenes desde la muerte del padre de Ana, pero Teresa le dice que es una bajada sin importancia. Él le dice lo ventajoso que sería la fusión de los almacenes con Galerías Preciado, pero ella le responde que ese tipo de decisiones no lo decide ella. El zalamero de Ibáñez, sabe perfectamente el poder que ejerce Teresa sobre Ana. En un momento dado, le tira en la blusa accidentalmente la copa que estaba tomando y le da su pañuelo para que la seque, después por fin, se va.
Mientras Ana está en la cita con el médico y este le dice que todo va perfectamente, pero que dentro de poco, no puede seguir el ritmo de trabajo. Cuando llega a la oficina, se encuentra a la García cambiándose la blusa y le suelta un “vaya, no esperaba encontrarte así” LOL.
La Rivas se molesta cuando le cuenta la conversación que tuvo lugar con Ibáñez y le dice a su amiga que no se pueden relajar con este señor. Teresa le pregunta si es cierto que han bajado los beneficios desde que murió su padre, y Ana le dice que sí, pero que no quiere decir que estén en quiebra. Hablan de la fusión, y la García piensa que tendrían más tiempo para ellas, cosa que a nuestra Rivas le resulta muy tentador.
En casa del detective las cosas siguen igual, el mismo mal humor, la misma mala cara. Hasta ha llegado al punto de registrarle el bolso a su mujer, cuando ésta se descuida, y para rematarlo, encuentra en pañuelo que Ibáñez le dio para limpiarse la blusa.
Al día siguiente, en los almacenes las amigas hablan de la fusión y Ana se molesta por el tema, porque no quiere fusionarse y Teresa no lo tiene claro que sería mejor. También le vuelve a preguntar por las cuentas, se nota que la visita de Ibáñez la ha hecho dudar en muchas cosas, creo que ese es el fin de este hombre. Pero su amiga y directora le confirma que todo va bien y que el de Galerías Preciado solo es un manipulador. Cambia de tema y le dice lo contenta que está de tenerla ahí, que ya no se imagina ir a trabajar sola, sin tenerla a su lado. ¡Ainss el amorrrrrr!
Después la García va a su antigua tienda a darle la nómina a Manolita y la encuentra haciendo cositas con su marido. La dependienta se disculpa y le confiesa que lleva una etapa con su marido que es un no parar, afirmando que Teresa debe saber de lo que habla. Aunque, para que nos vamos a engañar, la García no es la persona más activa sexualmente hablando. Al rato se encuentra con Ángel, un ex cura y le confiesa que tiene que escoger entre dos caminos, y que decida lo que decida, alguien sufrirá. Ella le dice que ahora mismo no quiere decidir, que no está lista.
Y aquí termina nuestro resumen, Teresa en algún momento tendrá que decidir, ¿por quién creen que se decantará? ¿Por Ana o Héctor? Manda un mensaje con la palabra decantar seguida de Ana, si quieren que sea ella la afortunada, o bien envíen decantar seguido de Héctor si quieren que sea el detective, manden el mensaje al xxxx jajaja. ¡Nos vemos pronto!