Escrito por: Yovanu
Escribo desde Buenos Aires, Argentina, no es lo más al sur que se puede estar, pero casi, así que si bien geográficamente tengo una visión austral del mundo,mi imaginación no conoce fronteras. Me gusta encontrar belleza en lo extraordinario y lo cotidiano, lo grandioso y lo pequeño, así que no es raro verme con una cámara de fotos de aquí para allá captando todo aquello que ven mis ojos y más, en especial lo imperceptible.
Aquí estamos de nuevo en Sugarlandia para ver si hoy reímos, lloramos, o hacemos ambas cosas al mismo tiempo siguiendo el ritmo bipolar de la historia.
Nuestro capítulo comienza con Kim y Sugar borrachas – ¡que raro! – y haciendo ruido al volver a casa. Nathan las ve en ese estado pero no sabe ni que decir. A la mañana siguiente podemos ver a Matt peleando con Stella porque le robó su maquillaje, a Nathan preguntándole a Kim porque volvió en ese estado la noche anterior y ahí es donde recordamos que esta familia es un completo desastre.
Llega la cuenta de la terapia de Kim y Nathan comienza a plantearse que clase de familia son, que tipo de valores les están transmitiendo a sus hijos – digo yo… ¿no se acordó un poco tarde? – le comenta a Stella que piensa que el problema son ellos y ella le responde que no necesita pagarle a ningún terapeuta para sabe eso.
Nathan preocupado considera que es necesario hacer algunos cambios y cuando los tiene a todos sentados en la mesa, les comunica que van a empezar a compartir más como familia, a tener momentos de calidad juntos….Kim lo interrumpe para preguntarle si pueden empezar al día siguiente ya que ella esa noche quedó en encontrarse con Kim. Nathan resignado no tiene otra opción más que aceptar.
Como buena lesbiana adolescente si la opción es pasar “tiempo de calidad con papá” o ir a baila con amigos y novia, la opción es muy obvia, bueno a ver, sino fuera lesbiana la elección seguiría siendo la misma, ¿no?
Cuando llegan al lugar Kim y Sugar, como es ya habitual, Sugar comienza con los comentarios homofóbicos, sólo se contenta un poco al enterarse que hay barra libre esa noche, es decir, nunca hay tanta homofobia o estupidez que no pueda ser ahogada en alcohol.
Ahí se encuentran con Saint y con… ¿cómo era que se llamaba este muchachito? Le veo cara conocida… ¿Mark? Si, sí, Mark, el ex de Saint. Sugar pregunta quien es, y cuando Saint le dice que es su ex pero de una historia muy lejana, se queda tranquila.
Kim le dice que no cree que Mark sea su tipo, pero Sugar le informa que es hombre, heterosexual, agradable y soltero, con lo cual, es definitivamente su tipo
Kim le dice que más allá de eso, cree que no es su tipo, no es ningún tipo de gangster ruso o similar, entonces Sugar le pregunta si considera que no está en su mismo nivel – Eso lo puedo responder yo. No Sugar, no estás en el mismo nivel – ante el silencio de Kim, Sugar se apresura a aclarar que si salió con Saint que trabaja en un sex shop entonces no debería haber problema, pero claro, Kim debe defender el honor de su novia y le aclara que su chica tiene una carrera…Sugar frustrada no dice más.
Mientras tanto los adolescepadres están mirando revistas de swingers, bueno, ya sabemos que la más interesada siempre es Stella, pero tampoco es que Nathan se niegue demasiado. Nathan le plantea que no está bien que sigan trayendo desconocidos a casa porque es una casa de familia. Stella preocupadísima le pregunta si entonces van a terminar con los intercambios, Nathan le dice que no – y a Stella le vuelve el alma al cuerpo – pero que deberían separar sus actividades del espacio familiar. En ese momento escuchan un estruendo, se asoman y es Kim que otra vez volvió borracha y se tropezó con algo. Le pregunta a Nathan si está poniéndole obstáculos para hacerle más complicado el regreso a casa, y éste le responde que debe comportarse mejor, que son una familia respetable…si si, claro…
Al otro día podemos ver a Kim y Saint que parece que están pasando por el mejor momento de la relación, o al menos con el porcentaje más bajo de drama desde que las conocemos, pero ellas solas no la están pasando bien, Mark y Sugar comienzan a conocerse. Claro, Mark es totalmente opuesto a la clase de tipos con los que suele relacionarse Sugar, en vez de llevarla directo a la cama – y digo la cama por ser generosa al pensar que llegan ahí – la lleva a recorrer edificios y hablarle de la arquitectura de cada uno.
Le pregunta por su pasado – que por supuesto Sugar esquiva habilidosamente y omite cualquier referencia a su estadía tras las rejas – se interesa por ella, es sensible y no quiere acostarse de buenas a primeras. Cuando Sugar le cuenta a Kim lo grandioso que es Mark, ella le pregunta sino habrá problema con los antecedentes de ella en prisión, pero Sugar le dice que para nada. Claro, es lo que ella quiere que suceda, pero tiene sus dudas.
Al otro día nuestra adorable pelirroja está junto a nuestra no menos adorada Saint viendo como su chica organiza un encuentro de intercambio de parejas. Kim le pregunta si tiene algo que hacer el domingo por la noche porque Nathan las invita a cenar, al parecer quiere conocer un poco más a la novia de su hija. Kim le dice a Saint que por favor no diga nada de su trabajo porque todavía no les dijo nada de eso a sus padres, y Nathan es un poco…inocente con esas cosas – Alguien que vaya despertando a Kim, que tanto estar saltando de drama en drama con sus mujeres, no se dio cuenta que su padre creció y está en plena revolución hormonal – .
Mientras dejamos a Kim en su mundo de fantasía donde todavía no se entero que los reyes magos son los padres, Nathan por su parte se encuentra en casa llamando para reservar asistencia a la “noche de juegos en grupo”.
Mientras Saint llama a Mark para que termine de armar unos aparatejos para que usen los de los intercambios de parejas, Stella se acerca a Kim haciendo el papel de buena madre para ver si logra que su hija acepte hacerse cargo de Matt esa noche.
Kim se da cuenta que a su madre poco le importa su hermano, entonces le pregunta que es lo que pasa, y Stella le miente diciéndole que están yendo nuevamente a terapia de pareja – bueno, es un término relativo, quizá lo que hacen muchos lo encuentren terapéutico también, ¿no? -, entonces Kim al ver que no tiene muchas alternativas, excepto ser una mala hija, acepta cuidar a Matt.
Nathan al ver a sus dos niños juntitos y a Kim tan preocupada por cuidar a su hermano, se va tranquilo y feliz como una perdiz. Claro, ni bien atraviesa la puerta, Kim le da dinero a Matt para que se cuide solo y se va en busca de su chica. Total, seguramente Matt se quedaría en casa mirando televisión y comiendo pizza, y sus padres mejorarían su matrimonio en terapia. Por supuesto todo esto sería el ideal pero ya sabemos cuan lejos estamos de lo ideal en Sugar Rush.
En tortolitolandia o en la playa específicamente están Sugar y Mark que siguen con todas las cursilerías que se hacen en las primeras citas, mirar el atardecer, hablar sobre la vida, etcétera…Mark le dice a Sugar que lo que más le gusta de ella es que no miente sobre quien es, que se muestra tal cual, y claro, luego de escuchar esto, Sugar se siente culpable – Si, recordemos que hubo un par de momentos en la historia donde demostró tener algunos sentimientos y rasgos de humanidad – y termina contándole que apuñaló a un tipo, le robo la tarjeta de crédito, luego robó un auto, y terminó pasando unas vacaciones todo pago a la sombra. Para continuar con el sincericidio, le dice que no terminó la escuela, que está en libertad condicional, que renunció a su trabajo de vendedora de dulces y que está viviendo en casa de Kim porque su madre se fue y se quedó en la calle.
Mientras esperamos para saber si Mark se desmaya, sale corriendo o le propone casamiento, podemos ver a Kim con Saint enamoraditas las dos, pero como siempre algo tiene que interrumpir nuestra escasa felicidad, suena el móvil de Saint. Al parecer hay algún inconveniente en la “noche de grupos” y tiene que ir a solucionarlo. Kim le dice que la quiere acompañar, y pese a que muy convencida no está, finalmente Saint termina accediendo, siempre y cuando Kim se quede afuera.
Bueno, mientras nuestras niñas se dirigen al lugar, ¿Qué pasó con Matt?
Algunas imágenes no precisan explicación.
Y… ¿Qué pasó con Mark y Sugar? Pese a todos los pronósticos de huida, Mark sigue ahí, y por lo visto, sin interés en irse.
Nuestras niñas, Saint y Kim llegan al lugar, y tal cual Kim lo prometió, se queda afuera. Pero la tentación de curiosear es muy fuerte, entonces aprovechando la llegada de una pareja, se mete con ellos dentro. Empieza a recorrer el lugar y por supuesto lo único que ve son parejas más o menos vestidas, en situaciones más o menos comprometidas, pero seguramente al escuchar un estruendo y una persona caer, lo que menos se iba a imaginar Kim era encontrarse al buenazo, señor dueño de la moral Nathan, medio desnudo y maniatado en ese lugar.
Al día siguiente los tenemos a todos comiendo juntos, como la familia normal y feliz que son. Saint compartiendo la mesa con sus suegros, Sugar y Matt, ¿Qué más se puede pedir? ¿No?
Ahora de verdad y pensándolo bien, que aburrido fue cuando yo conocí a mis suegros….es que ni comparación, asco de vida aburrida que llevo.
En fin, por suerte no tuvimos que derramar lágrimas este capítulo, no hubo separaciones ni situaciones trágicas, con lo cual el panorama para el capítulo 9 no es muy bueno, porque 2 capítulos seguidos de bollofelicidad no creo que se de.
¡Hasta la próxima!