Hennnnmanas, estamos aquí reunidas para continuar con la contemplación y admiración del mundo Juliana o cómo-hacer-que-mi-sencilla-vida-se-vuelva-un-culebrón-que-ni-yo-misma-aguante…
La semana pasada dejamos a las chicas reunidas con el Mamila imbécil para hacerle una propuesta, que servidora esperaba no fuese indecente (más que nada por eso de que me provocaría vómitos y malestar general y no está el horno pa’ bollos); y ahí es dónde lo retomamos… Según palabras de Julia, las muchachas quieren ofrecerle un “Pacto de Amor y de Paz” (pero a estas niñas, ¿qué les pasa? ¿Estuvieron viendo Hair en plan lavado de cerebro? ¿Se tomaron un tripi?); como es natural, el taradito se descojona y les sugiere que mejor opción sería un trío (bueno, es una forma de plasmar el amor y la paz…) o que se dejaran de estupideces (como odio tener que darle la razón al imbécil, pero es que estas niñas tienen ideas de cabo interino, el amor y la paz lleva su tiempo…). Mariana le explica que verle tan jodido les da penita (eso, tú remata, que sutileza por dios…) y han decidido ofrecerle su amistad por lástima (esto es el subtexto, lo analizo y así se ahorran buscar el doble sentido, aunque está muy clarito… porque la niña, cariño, lo que se dice cariño, no le tiene al Mamila); evidentemente, Armanditoritori les manda a la chingada/mierda y que les vaya bonito.
Las niñas se van a Villa Aparicio a cocinar (cocinar, discutir, reconciliarse… que dinámica más extrañita) y aprovechan para despedirse de Renata (que se marcha con su familia), y bueno, ahí se quedan cocinando, bromeando, queriéndose… Por su parte, el Mamila, que se quedó reflexionando (o algo similar), decide hacer una visita a Alma por eso de que es la psicóloga oficial de la serie y porque siempre sale más barato contarle tus problemas a una conocida; la superAparicio se sorprende, pero está encantada de poder ayudar al imbécil (ya saben, tiene debilidad por los traumas ajenos…) y le aconseja que explore su lado femenino (que levante la mano aquella a la que le ha parecido una chorrada, ¿sólo yo?#8230; vaya… ¿será que me estoy volviendo intransigente?). Bueno, y así es como nuestro Mamilita se convierte en asiduo a los talleres de Alma, para que explore e indague… ¿será que funcione?
Nuestra Marianita anda sensible y aprovecha una visita imprevista de Utopio para proponerle que acerquen posiciones e intenten conocerse un poquito más, y es que nuestra niña es fuerte, pero no es de piedra… por mi parte, intuyo que el apoyo de su padre va a ser muyyyy necesario en adelante… estoy muy negativa, lo sé, pero es que esto pinta no feo, lo siguiente… Parte de ese proceso de conocerse implica a Julia y es que Utopio quiere saber más sobre su relación y sobre cómo se siente su hija… lo resumiré en una palabra: ENCOÑADISIMA… Mariana está enamorada, no, enamorada no, lo siguiente; siente un amor que no puede describir con palabras, pero tiene miedo de que esa pasión no vaya a durar siempre, como a ella le gustaría… Ayyyy, cielo, el que no corre riesgos, no gana…
Continuemos, el Mamila tarado se planta a hablar con Julia, porque parece ser que un día de terapia alternativa con Alma le ha bastado para darse cuenta de que es mejor tener a Julia de amiga que perderla del todo, que sólo él saldría perdiendo si no la tiene en su vida… La pequeAparicio se deja convencer y hace las paces con el imbécil, aunque a mí todo esto me suena a estrategia pura y dura; eso de si desaparezco se lo pongo fácil, pero si sigo presente, puedo tocar un poco las narices, eso sí, desde el buen rollo de la amistad… Que sí, que lo sé, que estoy de un desconfiado que pa’ qué, pero ¿qué quieren? Viendo el panorama…
En fin, los días pasan… anochece, amanece… en Villa Aparicio cualquier momento es bueno para poner en común las desavenencias y alegrías de las vidas amorosas, y así están las tres Aparicio más bellas (quitando a Chave, que es la primera en la lista…), hablando de hombres… y mujeres, que las cosas van cambiando… y Julia se siente feliz y segura con Mariana y no tiene ninguna duda sobre su amor… ajaaaaaaa… ¿cuánto durará esta vez? Desconfiada, desconfiada, desconfiada…
Marianita por su parte sigue con su ampliación de la relación con papá, recordando momentos de cuando era niña, queriéndose mucho… y deciden ir a comer a Villa Aparicio… Lo que la muchacha no se espera es encontrarse al Mamila ayudando a Julia en la cocina (muy mal, para estas dos es casi como si lo hubiese metido en su dormitorio… tsssss…); lo que provoca que comience una batallita de puyas/indirectas-directísimas entre ambos tipo ahora-está-conmigo-y-es-feliz, sí-pero-conmigo-tenía-más-orgasmos, ya-por-eso-te-dejó-por-una-mujer, eso-es-porque-me-despisté-pero-espera-y-verás, etc., etc., etc… aburridísimo, vamos… la única conclusión a la que llegamos es que la idea de que estos tres sean amigos es más pésima que proponer a Hitler para el Nobel de la Paz y que Mariana coincide conmigo: el Mamila no puede tener buenas intenciones… Total, que la tensión es tan evidente que uno de los tres tiene que abandonar el lugar; y no es otra que nuestra linda Mariana, que no soporta más los tonteos del imbécil con su novia y decide marcharse dejando claro su malestar… tsssssss, feo, feo, refeo…
Como era de esperar, al llegar a casa, las muchachas tienen que aclarar el asunto… lo que quiere decir que una se dedica a poner cara de enfadada mientras expone su odio y desconfianza hacia el ex, y la otra intenta quitarle importancia y decirle ternuritas a su novia rezando porque se le pase… Lo bueno que tiene estar tan encoñada es que los cabreos se pasan pronto y así, como no quiere la cosa, sobrevolamos otra bronca en la ya-condenada-al-fracaso relación de estas dos…
No sé si se han dado cuenta que hemos entrado en una dinámica viciada de 1º paz-y-armonía, 2º aparece-el-Mamila-tocando-la-moral, 3º discusión-ya-repetida y vuelta a empezar… así que siguiendo la secuencia, como hemos visto a las niñas tan tranquilas y felices y eso nunca dura lo suficiente, toca que entre el imbécil en acción… En este caso, la excusa es tan pobre que hasta pena me da (meeeeeeennnnnnntira, no me da pena ninguna), hizo un pan (¿un pai?, no entendí bien…) y quiere que las niñas le den su opinión… ajaaaaaa… invéntate otra mejor la próxima vez, porque sí, vayan asumiendo que habrá próxima vez y próxima y próxima y así hasta el fin del los tiempos o, en su defecto, de la serie…
Mariana, que no aguanta más, espera el primer momento a solas con Armanditoritori para dejarle bien claro que no se traga el cuento de que ahora sólo quiere la amistad de Julia y que sabe que está tramando algo; el imbécil se burla y le dice que no puede ser tan desconfiada, que está haciendo las cosas mal… vaya asco, tengo que darle la razón otra vez; y es que el muchacho tiene razón en una cosa, si Mariana empieza a celar demasiado y a obsesionarse, lo único que va a conseguir es que Julia se obsesione también con el taradito… ayssssss… mal, mal, mal… muy mal.
Y siguiendo la secuencia emocional, Mariana no me hace caso y lleva toda la tarde dándole vueltas a lo que le ha dicho el Mamila… así que decide hablar con Julia, explicarle cómo se siente y que necesita que le recuerde que es su chica… awwwwww… miniñalindapobrecita… aysssss… el amorrrrrr… Y Julia, que no puede ser más amorosa en este momento, la comprende, se lo recuerda y se aman y, cómo estamos en un momento feliz, vamos a dejar aquí este resumen antes de que vuelva el Mamila y la cosa se ponga fea… Así que, colorín colorado, esta semana se ha acabado… Próximamente en Mundo Juliana… chan chan… Mejor les dejo con la duda y una bonita imagen…