Bienvenid@s nuevamente al imprevisible mundo de Plan V.
¿Qué nos espera este problema? Diálogos surrealistas y problemas, casi seguro.
Este episodio comienza con el grupo sentado en ronda contando sus distintos problemas. Comienza Pato, quien cumple 3 meses de noviazgo con Daisy y necesita ayuda para decidir como festejarlo. Sus opciones son: Ir a bailar tango, ir a ver pasar los aviones (una opción pobre salvo que tengas fantasías con Top Gun) y una tercera opción que no recuerda. Flor y Mara le dicen que les parece que lo mejor es ir a bailar tango porque es sexy….supongo será sexy si saben hacerlo, sino para mi gusto puede pasar de sexy a tragicómico, pero para gustos…
Ana se nota está desesperada por plantear su tema al grupo, pero todos creen que su problema es el más importante y no la dejan hablar. Lo echan a suerte y le toca el turno a Flor. Flor les cuenta que ha decidido bautizarse (recordemos que anda en plan amigarse con Dios) porque lo considera como el mar, la playa… (y no sé, pero a menos que te bautices en el Ganges, te aviso que apenas te mojan la frente, nada de playa, mar, etcétera), cree que es como un renacer… especialmente siendo judía. Ahí el resto se entera que es judía, entonces le dicen que no puede ser lo que va a hacer, y Flor les responde que si Madonna pudo convertirse en judía porque ella no puede convertirse en católica. Ahí Darío salta como loca indignada “No te compares con Madonna”.
Vuelven a echar a suerte y ahora le toca el turno a Mara. Ella decide dejarle el turno a otro porque está feliz de la vida con Mora, los pajaritos cantan y hay felicidad. Darío y Ana se pelean por hablar y para frustración de Ana, le dan el lugar a Darío. Darío les cuenta que se beso con Ramiro pero que luego de eso no supo más de él, le envió mensajes de texto, lo llamó por teléfono y todo sin éxito. ¿Qué otra señal necesitas Darío? Ana desesperada por contar su problema, lo maltrata a Darío diciéndole lo que piensa, que Ramiro no está interesado en él, que lo acepte.
Cuando finalmente llega el turno de Ana, ya es tarde…de la oficina del hermano de Pato sale Débora (la psico ex de Ana) que al parecer fue contratada como fotógrafa para una campaña
Ahí es cuando Ana le recrimina al grupo diciéndoles que ella les había dicho varias veces que lo de ella era importante.
Mientras tanto… ¿Dónde está Laura? Al parecer trabajando. Ahí podemos conocer a su jefe, que tiene cara de bueno, pero que se le notan sus intenciones de lejos al invitar a Laura a tomar algo a la salida del trabajo. Laura al principio, quizá descolocada por la invitación le dice que sí, pero al rato lo piensa mejor (en parte por un pesado compañerito chusma que tiene, que le hace comentarios sobre las intenciones de su jefe) y le dice que mejor lo dejan para otro día. ¿Traerá esto consecuencias en su trabajo? No lo sabemos.
Pato, por su parte, finalmente lleva a Daisy a bailar tango, ambas vestidas para la ocasión. Cuando están ahí (por suerte ya brindando y no bailando, porque tengo la leve sensación que no son expertas en la materia), Daisy le dice que le parece increíble que estén tan bien, y que además las cosas con su ex (Mara) vayan por buen camino, que haya podido encauzar su vida con una buena chica como Mora.
Daisy le pregunta a Pato si Mora le parece una buena chica, y Pato con cara de no estar muy convencida balbucea un “si…” y se pone a recordar….ahí nos enteramos que Pato y Mora ya se conocían. Y no, no sean malpensadas, no se conocían como ustedes creen, sino que ambas fueron compañeras de un club de dieta. El problema surgió porque Mora hacia trampa para bajar de peso y Pato frustrada porque ella no lo lograba, terminó acusándola. El resto del grupo, que se ve tenía mejor feeling con Mora “porque es lesbiana pero se le nota menos” (¿?), termina echándola a Pato al considerar que estaba mintiendo porque estaba celosa.
Entre tanto, Ana está en su casa, y se da cuenta que su hermanito y la cuñada nazi, tienen gente invitada en casa, como no quiere ser menos, comienza a llamar a sus amigos para que vayan y tener su propia fiesta rivalizando con los otros aburridos.
Las chicas, Darío y otros más comienzan a llegar para la fiesta de Ana (en la mitad de la casa que le corresponde a ella), mientras en la otra mitad están los invitados de su hermano y la chica nazi.
Por supuesto el contraste es enorme. De un lado toda la representatividad gay (excepto el hermano de Pato) y del otro lado un té del Opus Dei.
La fiesta se complica cuando una vecina llama por teléfono para quejarse por el ruido.
Ahí una de las invitadas del té del Opus, justamente la madre de la niña nazi, comienza a quejarse de los invitados de la fiesta de al lado porque le parecen todos unos degenerados. En ese momento Darío reconoce a uno de los aburridos del otro lado como un chico del chat al que le gustan “lampiños” y ahí se produce la debacle total. Todos a pelearse. Fin de la fiesta. Fin del episodio.
¿Tendrá problemas Laura con su jefe en el trabajo? ¿La psico ex de Ana tendrá en mente complicar mucho las cosas? ¿Darío tendrá noticias de Ramiro? ¿Flor se convertirá finalmente al catolicismo?
Estas y muchas más cuestiones podremos saberlas en próximos episodios.
¡Hasta la próxima!