Buenas, buenas….se hizo larga la espera pero valió la pena. Finalmente luego de esperar que aparezca el episodio que nos faltaba de Plan V, llegó y por suerte nos va a dejar con una sonrisa a todas.

Lo último que supimos de las chicas fue que habían sufrido un embrujo que había hecho que Pato y Flor cambiaran de cuerpos, y principalmente que Ana y Laura perdieran la memoria y no supieran quienes eran al verse. Una vez que Consuelo logró derrotar a la insufrible cuñada que se terminó disolviendo como la bruja del Oeste en el agua, logró revertir el hechizo de Flor y Pato, pero no el de las otras dos chicas.

En este episodio todo se centra en la boda de Mara y Mora, quienes de momento siguen rumbo al altar, ya que cuando Mara quiso ir a hablar con Pato, la vio besándose con Flor. Recordemos que esto lo hicieron para romper el hechizo….pero claro ¿cómo se le explica eso a Mara ahora sin que se te ría en la cara?

Bueno, es lo que intenta hacer Flor pero claro, Mara hasta que no recibe un llamado de Consuelo donde le explica lo que pasa con Ana y Laura, no le cree nada a Florencia.

Mientras tanto Pato está en Uruguay en su nuevo trabajo, y Flor intenta convencerla por todos los medios para que vuelva a Buenos Aires e impida que su amor se case con la mitómana. Como no logra que Pato le haga caso, acude a donde una vieja amiga para ver si con ella tiene más suerte, y efectivamente lo logra, entre las dos la convencen para que vuelva e impida ese circo nupcial.

En algún otro lugar de la ciudad están Ramiro y Darío, que ya son una parejita de enamorados consolidada, y tienen la buena noticia de recibir una llamada del padre de Ramiro donde le dice que lo quiere mucho y que lo que él elija va a estar bien.

Otra parejita que se veía venir es la de Martín y Consuelo, Martín invita a Consuelo a la fiesta y se dedican a encontrarle vestido para ir.

Pero claro, en este final no va a quedar nadie solo, y la siempre reticente Flor, finalmente al ver en la boda a Clara, la doctora que estaba casada y con quien había tenido un trío la temporada pasada, y quien ya se veía para donde apuntaba en ésta, se besan apasionadamente y se quedan juntas.

Como esto no puede seguir sin parejitas felices, situaciones por demás coincidentes y extrañas, cuando llega Laura a la fiesta, hacen que la banda que está ahí, toque el tema central de la serie, ese que dice “tengo un stop gigante en mi ventrículo derecho…” y parece que entre la canción y verse, recuperan la memoria (?), se besan y..¿ya está? Mejor ni analicemos, porque desde que una persona se disolvió como la bruja del oeste el episodio anterior, ya deje de buscarle lógica a las cosas.

Al recuperar la memoria, se piden perdón por todo el melodrama que nos hicieron padecer y que las mantuvo separadas, y ahí Laura recuerda quien fue la persona que la atropelló….

Débora, la loca ex de Ana. ¿Sorprende? No. Igual no deja de resultar llamativo que al enterarse, se siguen besando como si nada, o sea, que queda una loca asesina al volante por la ciudad, pero da igual, el amor es lo primero.

Y cómo les dije, nadie se queda sin su media naranja, ver besar a las chicas es el disparador para que Martín y Consuelo hagan lo propio.

Pero a ver si centran, que esta fiesta es de la boda de las dos mamertas que no queremos que se casen…Pato viene en camino y esto ya arranca, entonces le pide por favor a Ana que trate de demorar el comienzo lo más que pueda. Ana toma un micrófono para decir un poema y finalmente terminar cantando…obviamente le dejaron hacer el ridículo pero luego ya la echaron porque las novias se quieren casar de una buena vez.

La ceremonia comienza, Mora acepta a Mara en la pobreza, la riqueza, la salud y la enfermedad…y cuando le llega el turno a Mara, interrumpe Pato. ¡Al fin!

No dice “You complete me” (Jerry Maguire), ni “sólo soy una chica de pie frente a un chico pidiéndole que la ame”(Notting Hill), ni “cuando te das cuenta que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida comience lo antes posible” (Cuando Harry conoció a Sally)…..pero bueno, a ver, palabras más, palabras menos, el sentido es más o menos el mismo.

Finalmente Pato logra lo que fue a hacer, y lo que queríamos todas, que Mara deje a la mitómana y se vaya con ella. El cura (bueno…no creo que lo sea, pero digamos que quien presidía la ceremonia), les pregunta que ahora que hacen, porque a él alguien le tiene que pagar, entonces Consuelo tiene la idea que ya que éste hombre esta empeñado en casar una pareja, pueden aprovechar y casar a Ana y Laura. Por lo menos que aprovechen antes de que alguna cambie de cuerpo, pierda la memoria y las embrujen de nuevo.

Ana y Laura dan el “sí quiero”, y todas las tortitas fueron felices y comieron perdices (o algo más rico, lo que quieran).

Como vieron, final feliz para todo el mundo. 😀

Espero que hayan disfrutado de Plan V como yo, y será hasta la próxima.