Bienvenidas nuevamente mis infieles seguidoras (?). La semana pasada dejamos a nuestras Darlet esperando los resultados de su inseminación hogareña, ¿habrá funcionado? ¿El éxito finalmente toca a la puerta de nuestras chicas?

Sin más preámbulos les digo que sí. No quiero llegar a la conclusión errónea de que al final una lesbiana tuvo que terminar haciendo lo que un hombre no pudo, en este caso, embarazar a Arlet. Ok, no se ofendan los hombres, digamos que siguiendo la teoría de Toni, esta vez realmente lo hicieron con amor y alegría y aquí tenemos los resultados… la cara de nuestras chicas lo dice todo, 2 rayitas en no sé cuántos test realizados, ¡embarazo confirmado!

Para inmortalizar el acontecimiento se dedican a tomar fotos, ahí la vemos a Arlet haciendo el clásico signo lesbicanario con el signito de la victoria, por si dudaban de su sexualidad, ahí tienen, más lesbicanaria no pudo haber salido. En el total embobamiento en el que se encuentran, se ponen a tomarle fotos a la panza (que todavía no se nota nada) de Arlet, y de esa manera semana a semana van a ir viendo la evolución, y quizá hagan un montaje, o alguna de esas cosas con las cuales después torturaran pariente, y en unos años, al propio niño.

En pleno momento de felicidad, aparece por la casa, Toni. O sea, la materia prima del niño en proceso. Ahí Dani con una sonrisa de oreja a oreja le comunica que están embarazadas.

Toni las abraza, se pone a cantar como si hubiera marcado un gol Messi en la final del mundial contra Brasil (si, obvio, no me pidan referencias futbolísticas de otras latitudes), y le comentan que dada la experiencia de la vez pasada, todavía prefieren no decir nada.

Por supuesto estas dos, o más bien Arlet, tiene menos palabra que un mimo, y en la primer oportunidad en que ve a sus amigas se los suelta. Ni bien llegan a la piscina, el resto las nota más embobadamente enamoradas de lo habitual entonces les preguntan sino será que por casualidad lo consiguieron, y Arlet (a quien jamás utilizaría como cómplice para ningún delito, porque cuenta todo ni bien la miran fijo), se los termina diciendo. Algarabía grupal, felicitaciones varias, la vida es bella.

Más adelante, Dani está en el bar (donde ahora también trabaja Toni de vez en cuando, se ve que les está yendo bien), y nota que Toni está mal, cabizbajo. Le pregunta que le sucede, y Toni le dice que se siente mal por Lidia, porque se comportó muy mal con ella, y que encima las cosas no mejoran, porque ahora además está el tema hijos. Dani le aclara que ningún hijo, que él sólo fue un donante. Toni le comenta el desastre que sería que Lidia se enterará de eso, que le caería fatal. Dani le dice que Lidia no se va a enterar, que no tienen que decir nada.

Al otro día es la comunión de Oriol, el hijo de Joana, y como es lógico están todas invitadas a la fiesta. Arlet se encuentra a Lidia llorando en un momento y se lo comenta a Dani. Dani así como al pasar le dice que ella había quedado con Toni que no le diría nada, entonces claro, cuando Arlet escucha eso asume que Lidia se enteró. Pero a ver, cabecitas poco pensantes… ¿por qué asumen eso? Nada, parar y pensar es mucho pedir, así que ahí va Arlet dirigida a 250 km/h contra una pared. El final es previsiblemente trágico. Dani intenta detenerla pero es imposible.

Se acerca a Lidia y comienza a pedirle perdón, a decirle que no sabían a quien más pedirle el favor, que solamente se trata de una donación, que él no va a ser el padre ni nada….que además ellos estaban separados…entonces claro, si Lidia antes no sabía nada, ahora no tiene ninguna duda. Bueno, ni Lidia ni el resto de las amigas. Arlet ahí le pregunta si acaso Toni no se lo había contado (aunque por la cara de Lidia la respuesta era obvia) y ella le dice que no.

Obviamente Arlet se queda sintiéndose culpable por hacer sufrir a su amiga, pero convengamos que más tarde o más temprano, no era algo que fueran a ocultar toda la vida.

Ya veremos que pasa la semana próxima con estas dos y el embarazo que crece.

¡Hasta la próxima!